Bullrich y Massa se cruzaron por la deuda y la inflación durante una visita a Mendoza
El ministro responsabilizó al crédito de Macri con el FMI por la suba de precios; su rival lo acusó de “no hacerse cargo” e insistió en que “irá a fondo”
Pablo Mannino
MENDOZA.– Fue un supermartes proselitista en esta provincia, donde dejaron marcadas las diferencias, con la inflación y el FMI en el centro de la escena. Primero llegó Sergio Massa; luego, Patricia Bullrich, quien lidera los sondeos locales. Ambos precandidatos mostraron propuestas y se jugaron sus fichas para captar voluntades de cara a las PASO del 13 de agosto. El jueves será el turno de Horacio Rodríguez Larreta, el viernes, de Juan Schiaretti y el sábado, de Javier Milei.
El ministro de Economía y postulante de Unión por la Patria arribó la noche del lunes, por lo que tuvo tiempo de descansar para arrancar una intensa agenda durante la primera mitad del día, que incluyó una visita a la empresa estatal Impsa, líder en proyectos de tecnología para generación de energía, un encuentro con empresarios pyme y productores y una charla con jubilados. Massa fue esquivo con algunas preguntas sobre la realidad de las cuentas públicas y las negociaciones internacionales. Sin embargo, respondió por qué no logra bajar la inflación, responsabilizando ala figura de Mauricio Macri.
“La Argentina tiene un enorme problema que nadie pone sobre la mesa a la hora de analizar la inflación, que es lo que heredó del gobierno de Macri, un ancla de US$45.000 millones que tiene que renegociar cada tres meses”, contestó Massa. “La deuda con el FMI se usó para financiar fugas de capitales. No quedó en empresas, ni en hospitales, ni en rutas”, agregó. El ministro sumó a la crisis de reservas el impacto de la sequía y los “ataques financieros especulativos”.
Massa apuntó contra Juntos por el Cambio. “Yo quiero más universidades, no menos, quiero más chicos en la universidad, no menos, quiero que los jubilados tengan ese 20% que representa el programa de medicamentos. Y creo que eso en el fondo es lo que nos diferencia de ellos. Ellos plantean volver al FMI, yo planteo que Argentina tiene que pagarle al Fondo, salir del Fondo y ser un país libre”, remató.
Massa estuvo acompañado por Omar Parisi, candidato a gobernador, y su compañero de fórmula, Lucas Ilardo, además de la senadora nacional camporista Anabel Fernández Sagasti y el secretario de Industria de la Nación, José Ignacio De Mendiguren. También el postulante al Congreso Martín Aveiro y la referente de Massa en Mendoza, Gabriela Lizana, precandidata a diputada provincial.
La respuesta de Bullrich
Bullrich pisó suelo mendocino por la tarde, en una “visita de médico”, capitalizando las pocas horas en un acto masivo en el Parque Benegas, en Godoy Cruz. Allí, frente a la militancia cargó duro contra el kirchnerismo, pero sobre todo contra su principal contrincante.
“Este candidato a presidente del oficialismo dice que va a combatir la inflación cuando sea presidente. Una cosa increíble lo de este ministro de Economía: es como que vienen de otro planeta y se instalan sin hacerse cargo de nada”, disparó la exministra de Seguridad. Luego, en conferencia de prensa, se explayó sobre el acuerdo con el FMI y los movimientos del dólar. “El parche cubre cada vez menos el agujero que intentan tapar. Por ejemplo, en los pagos que hay que hacer, ahora con yuanes, duplican la tasa del FMI. Hay una falta total de plan”, remató.
Bullrich reiteró su eslogan del “todo o nada” para el futuro del país. “La Argentina necesita un cambio de fondo, que no se quede a mitad de camino. Estamos dispuestos a dialogar y buscar consensos con aquellos que quieren el progreso, la seguridad y el orden”, exclamó y sumó: “Vamos a cambiar el orden económico: menos impuestos, sin cepos, con un banco central autónomo, que cuide la moneda, que no emita más. Hoy cada argentino se va a dormir y al otro día ve en su billetera que le robaron parte de su dinero, con la inflación, con el dólar, con las restricciones, con una economía populista destructiva, que el único objetivo que tiene es dejarnos una bomba más grande”.
Tras los incidentes que sufrió en San Luis Bullrich apuntó contra sus detractores. “Le vamos a poner toda la valentía a quienes nos amenazan: les decimos que seremos un gobierno y un pueblo con coraje”, afirmó, tras agradecer a Cornejo y su compañera de fórmula, Hebe Casado, así como a los candidatos Lisandro Nieri, Patricia Giménez y Víctor Ibáñez.
Cornejo fue el primero en tomar lapalabra.“Necesitamosuncambio de orientación económica, política y moral en el país. Este equipo puede lograrlo, tiene vocación de servicio, de hacer progresar a las mayorías populares. Queremos cambiar la Argentina definitivamente. Acá está el antikirchnerismo, los que quieren progresar, los que quieren alternativa”, apuntó el candidato a gobernador de Mendoza, para darle paso a Luis Petri, su rival en las PASO provinciales y actual precandidato a vicepresidente.
“Necesitamos comprometernos. Argentina no es un país normal. Nos duele por el narcotráfico y la inseguridad, sufre con la inflación, está infectada por el populismo. No alcanza con ir a votar, nos tenemos que comprometer a llevar el mensaje de Patricia a cada rincón del país. El kirchnerismo ha secuestrado a la Argentina durante 20 años: nos digita la vida y nos quita libertades, nos quiere pobres, brutos y dominados, y no lo vamos a permitir. Para eso, que devuelvan lo robado. Se necesita un liderazgo de convicción. Patricia ha demostrado que le sobra coraje, honestidad y sentido común”, lanzó el compañero de fórmula frente a miles de seguidores.
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La pelea por Tigre expone las diferencias entre Massa y el kirchnerismo
Hubo dos grupos de apoderados que hicieron planteos distintos, pese a que ambos responden a la coalición oficialista
Maia JastreblanskyMassa, ayer, de campaña en Mendoza
Tigre, el pago chico de Sergio Massa y el municipio que fue su vidriera, se convirtió en un asunto sensible para Unión por la Patria (UP). El massismo movió cielo y tierra para desenganchar a Julio Zamora, el intendente actual del municipio que busca su reelección, de la boleta del ministro de Economía. Pero esos movimientos no son compartidos por el kirchnerismo, al punto que ese sector hizo sus propios planteos judiciales para que el jefe comunal –que ahora solo puede ir colgado de Juan Grabois- consiga la “pegatina” con la papeleta de Axel Kicillof en una tira aparte, más corta, que no incluya el tramo presidencial.
La situación llevó a una trama de enredos, que ahora escalará a la Corte Suprema y que contempla llamativas contradicciones entre dos grupos de apoderados de UP, el “A” y el “B”.
La decisión de Massa de desengancharse de Zamora puede restarle votos en el lugar que lo catapultó políticamente. Es cierto que el desacople perjudica al jefe comunal, que no irá colgado del candidato presidencial más taquillero. Pero también lo priva a Massa del empuje desde abajo que suelen provocar los intendentes en funciones. Algunos colaboradores de la campaña no entienden cómo, mientras ellos hacen esfuerzos por sumar votos en distintos puntos del país, el ministro pierde una porción de su electorado en su distrito.
Massa lo hizo para favorecer a la titular de AySA, Malena Galmarini, su esposa, que también disputa la intendencia de Tigre dentro de UP y quiere recuperar el municipio. Con Zamora hay una larga historia plagada de rencores, porque el intendente llegó al palacio municipal por haber estado primero en la línea de sucesión de Massa en 2008 y 2013, y luego se emancipó.
La interna territorial feroz tuvo, en las últimas semanas, un curioso periplo en la justicia electoral. Los papeles muestran que hay posturas encontradas entre el Frente Renovador y el kirchnerismo, que no quiere prescindir de los votos de Zamora. Además, Cristina Kirchner siempre quiso evitar que hubiera un alboroto en Tigre que pudiera perjudicar al espacio. “Lo de Tigre es focal, no contamina en absoluto el vínculo que construimos con Sergio. Pero Cristina ha transmitido que tiene que poder competir todo el mundo y que quiere un ordenamiento”, dijo un referente K muy al tanto del armado político en la provincia.
Primer capítulo
La historia de enredos en Tigre tras el cierre de listas tuvo un primer capítulo a fines de junio. Primero la junta partidaria de Unión por la Patria de la provincia de Buenos Aires –cuyo presidente es el ministro de Infraestructura bonaerense Leonardo Nardini– dictó la resolución 12º en donde planteaba una observación a la postulación de Zamora, porque se había anotado con otros dos partidos vecinales, en listas “espejo”.
Aquellos fueron momentos de vértigo, al filo de los plazos judiciales para oficializar las adhesiones de las listas. Zamora -que había dialogado telefónicamente con Cristina el lunes de esa misma semanavolvió a mantener contacto con el Instituto Patria y optó por bajarse de las otras dos listas vecinales. Ese sábado por la mañana la junta partidaria de UP volvió a reunirse y autorizó colgar a la lista de Zamora de la candidatura de Massa.
Segundo capítulo
El revuelo que provocó la disputa en Tigre, sin embargo, escaló públicamente. “Hubo amenazas de Massa a un sector de mi gabinete. Le pedí al Presidente protección porque estoy muy preocupado por mi integridad física y la de mi familia”, llegó a decir el intendente en radio.
El massismo llevó el asunto a la justicia electoral. El presidente del Frente Renovador bonaerense, Rubén Eslaiman, pidió ante el juez Alejo Ramos Padilla que no se aceptara la adhesión de Zamora a la boleta de Massa. Lo hizo acompañado por los apoderados de UP que responden al massismo y que integran el “grupo B”. Hay un “grupo A” de apoderados que son los que representan al PJ, a La Cámpora y a otros sectores del kirchnerismo.
Según pudo reconstruir los apoderados del massismo dejaron saber en su escrito que recibieron instrucciones de Massa para pedir el desenganche de Zamora por los agravios que había emitido el intendente. El argumento fue que la ley electoral fija que se necesita el consentimiento de los candidatos para ir unidos en la boleta.
Ramos Padilla no hizo lugar al pedido, y el Frente Renovador llevó el planteo a la Cámara Nacional Electoral (CNE). Ese tribunal solicitó opinión al apoderado de la fórmula presidencial de Massa, Juan Manuel Olmos, que dijo que no hubo consentimiento expreso para la adhesión de Zamora y que no existe la “mínima comunión política” con ese candidato. La CNE falló contra Zamora con dos votos contra uno.
Lo llamativo fue que, por cuerda separada, Nardini, que representa los intereses de Kicillof, hizo otra presentación en la justicia electoral para “oficializar un nuevo modelo de boleta” en Tigre, que llevara a Zamora adherido a la categoría del gobernador. Es decir, descabezada del tramo a presidente. El escrito dice que se le encomendaba al “grupo A” de apoderados a hacer las gestiones pertinentes.
Ese mismo día, Sofía Vinelli, apoderada del “grupo B”, se presentó en el juzgado oponiéndose a esa moción. Ramos Padilla rechazó la presentación de Nardini por considerarla fuera de los plazos legales, además de no contar con el respaldo de los dos grupos de apoderados..
Tigre, el pago chico de Sergio Massa y el municipio que fue su vidriera, se convirtió en un asunto sensible para Unión por la Patria (UP). El massismo movió cielo y tierra para desenganchar a Julio Zamora, el intendente actual del municipio que busca su reelección, de la boleta del ministro de Economía. Pero esos movimientos no son compartidos por el kirchnerismo, al punto que ese sector hizo sus propios planteos judiciales para que el jefe comunal –que ahora solo puede ir colgado de Juan Grabois- consiga la “pegatina” con la papeleta de Axel Kicillof en una tira aparte, más corta, que no incluya el tramo presidencial.
La situación llevó a una trama de enredos, que ahora escalará a la Corte Suprema y que contempla llamativas contradicciones entre dos grupos de apoderados de UP, el “A” y el “B”.
La decisión de Massa de desengancharse de Zamora puede restarle votos en el lugar que lo catapultó políticamente. Es cierto que el desacople perjudica al jefe comunal, que no irá colgado del candidato presidencial más taquillero. Pero también lo priva a Massa del empuje desde abajo que suelen provocar los intendentes en funciones. Algunos colaboradores de la campaña no entienden cómo, mientras ellos hacen esfuerzos por sumar votos en distintos puntos del país, el ministro pierde una porción de su electorado en su distrito.
Massa lo hizo para favorecer a la titular de AySA, Malena Galmarini, su esposa, que también disputa la intendencia de Tigre dentro de UP y quiere recuperar el municipio. Con Zamora hay una larga historia plagada de rencores, porque el intendente llegó al palacio municipal por haber estado primero en la línea de sucesión de Massa en 2008 y 2013, y luego se emancipó.
La interna territorial feroz tuvo, en las últimas semanas, un curioso periplo en la justicia electoral. Los papeles muestran que hay posturas encontradas entre el Frente Renovador y el kirchnerismo, que no quiere prescindir de los votos de Zamora. Además, Cristina Kirchner siempre quiso evitar que hubiera un alboroto en Tigre que pudiera perjudicar al espacio. “Lo de Tigre es focal, no contamina en absoluto el vínculo que construimos con Sergio. Pero Cristina ha transmitido que tiene que poder competir todo el mundo y que quiere un ordenamiento”, dijo un referente K muy al tanto del armado político en la provincia.
Primer capítulo
La historia de enredos en Tigre tras el cierre de listas tuvo un primer capítulo a fines de junio. Primero la junta partidaria de Unión por la Patria de la provincia de Buenos Aires –cuyo presidente es el ministro de Infraestructura bonaerense Leonardo Nardini– dictó la resolución 12º en donde planteaba una observación a la postulación de Zamora, porque se había anotado con otros dos partidos vecinales, en listas “espejo”.
Aquellos fueron momentos de vértigo, al filo de los plazos judiciales para oficializar las adhesiones de las listas. Zamora -que había dialogado telefónicamente con Cristina el lunes de esa misma semanavolvió a mantener contacto con el Instituto Patria y optó por bajarse de las otras dos listas vecinales. Ese sábado por la mañana la junta partidaria de UP volvió a reunirse y autorizó colgar a la lista de Zamora de la candidatura de Massa.
Segundo capítulo
El revuelo que provocó la disputa en Tigre, sin embargo, escaló públicamente. “Hubo amenazas de Massa a un sector de mi gabinete. Le pedí al Presidente protección porque estoy muy preocupado por mi integridad física y la de mi familia”, llegó a decir el intendente en radio.
El massismo llevó el asunto a la justicia electoral. El presidente del Frente Renovador bonaerense, Rubén Eslaiman, pidió ante el juez Alejo Ramos Padilla que no se aceptara la adhesión de Zamora a la boleta de Massa. Lo hizo acompañado por los apoderados de UP que responden al massismo y que integran el “grupo B”. Hay un “grupo A” de apoderados que son los que representan al PJ, a La Cámpora y a otros sectores del kirchnerismo.
Según pudo reconstruir los apoderados del massismo dejaron saber en su escrito que recibieron instrucciones de Massa para pedir el desenganche de Zamora por los agravios que había emitido el intendente. El argumento fue que la ley electoral fija que se necesita el consentimiento de los candidatos para ir unidos en la boleta.
Ramos Padilla no hizo lugar al pedido, y el Frente Renovador llevó el planteo a la Cámara Nacional Electoral (CNE). Ese tribunal solicitó opinión al apoderado de la fórmula presidencial de Massa, Juan Manuel Olmos, que dijo que no hubo consentimiento expreso para la adhesión de Zamora y que no existe la “mínima comunión política” con ese candidato. La CNE falló contra Zamora con dos votos contra uno.
Lo llamativo fue que, por cuerda separada, Nardini, que representa los intereses de Kicillof, hizo otra presentación en la justicia electoral para “oficializar un nuevo modelo de boleta” en Tigre, que llevara a Zamora adherido a la categoría del gobernador. Es decir, descabezada del tramo a presidente. El escrito dice que se le encomendaba al “grupo A” de apoderados a hacer las gestiones pertinentes.
Ese mismo día, Sofía Vinelli, apoderada del “grupo B”, se presentó en el juzgado oponiéndose a esa moción. Ramos Padilla rechazó la presentación de Nardini por considerarla fuera de los plazos legales, además de no contar con el respaldo de los dos grupos de apoderados..
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