domingo, 13 de agosto de 2023

VÍCTIMA DEL DELITO Y SE DETUVO A UN ADOLESCENTE


La inseguridad no da tregua: cinco crímenes en el conurbano en 72 horas
Se agudiza el impacto por la sucesión de casos extremos antes de las PASO
La subdirectora del Hospital Carrillo, Susana Rópola, conmovida en el sepelio del médico asesinad
En las últimas 72 horas, suman cinco los crímenes cometidos en asaltos en distritos del conurbano. A los casos de Morena Domínguez, en Lanús, y del médico Juan Carlos Cruz, en Morón, se sumaron los de dos hombres en Lomas de Zamora y el de un profesor jubilado en Guernica, que fue asesinado a tiros por delincuentes que ingresaron de madrugada a su casa. La sucesión de episodios de extrema gravedad provocó un fuerte impacto social en zonas que sufren con especial virulencia el flagelo de la inseguridad. El tema tiñó, además, el final de la campaña electoral en el marco de un clima atravesado por el dolor y la conmoción de distintas comunidades.
Familiares del médico Cruz hicieron ayer un dramático reclamo de justicia mientras el crimen provocaba estupor en el Hospital Carrillo, donde el profesional dirigía un servicio de emergencias.
Desde el gobierno bonaerense ayer optaron por el silencio frente a los nuevos casos registrados entre jueves y viernes. En Lanús, mientras tanto, los vecinos piden refuerzos de la Gendarmería para el patrullaje de las calles.
Cinco homicidios en ocasión de robo en solo 72 horas sacuden a la provincia de Buenos Aires, como pasó en Lanús, donde mataron a Morena Domínguez para quitarle el teléfono celular, y como ocurrió en Morón, donde balearon en la cabeza al médico Juan Carlos Cruz para sustraerle el automóvil. Ayer se conocieron otros tres casos de asesinatos cometidos por ladrones. Otras dos muertes en el mismo lapso temporal son investigadas como ajustes de cuentas.
En Guernica, en el partido de Presidente Perón, asesinaron a balazos a un profesor de educación física jubilado que intentó impedir que delincuentes ingresaran en su casa; además, en Lomas de Zamora fue mortalmente baleado un changarín y asesinado un hombre de 41 años, al que le robaron su moto.
La víctima de Guernica fue identificada como Nelson Peralta, de 56 años, y el crimen ocurrió ayer a las 5.16 en su casa, situada en Alaska al 2400. “Si bien todavía falta el resultado de la autopsia, en principio, la víctima habría recibido tres balazos disparados por dos armas distintas. Los delincuentes que protagonizaron el crimen habrían sido tres”, dijo a la nacion una fuente judicial que investiga el homicidio de Nelson Daniel Peralta, de 56 años.
Fuentes policiales y judiciales explicaron que Peralta se trenzó en lucha con uno de los asaltantes cuando advirtió que estaban entrando en su casa por una de las ventanas y que recibió varios impactos de bala en la zona abdominal. El docente jubilado fue trasladado de urgencia en una ambulancia al hospital zonal, pero dada la gravedad de las heridas falleció en ese centro sanitario.
“Estamos tristes y conmovidos. Padecemos la inseguridad en el barrio. Intentaron ingresar en la casa de Nelson por una ventana y, cuando él intentó impedirlo, le dispararon cinco balazos. A su esposa, Mabel, la molieron a palos. Creemos que intentaron ingresar en la casa de Nelson porque pensaron que no había nadie”, sostuvo Rocío, una vecina, en declaraciones a TN.
El homicidio es investigado por el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta. El funcionario judicial tiene la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de la Plata y de la SUB-DDI de San Vicente.
“Los delincuentes intentaron ingresar en la casa de la víctima por la ventana del dormitorio. Cuando Peralta advirtió la situación, comenzó a luchar para impedir que los ladrones entraran. En ese momento comenzaron a dispararle”, explicaron las fuentes consultadas.
Según Rocío, vecina de la víctima, los ladrones robaron una suma de dinero de la casa de Peralta. “La policía, dentro de todo, llegó rápido, pero [los delincuentes] ya se habían ido. Solo sabemos los modelos de los autos y que eran como seis personas. Estamos esperando a ver si desde el centro de monitoreo pueden dar con las patentes”, agregó la mujer.
Crímenes en Lomas de Zamora
Juan Pablo Pompa, de 41 años, fue asesinado a balazos en Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora. La víctima logró contarles a los policías, antes de morir, que había sido asaltado por dos delincuentes que le robaron la moto. El hecho ocurrió anteanoche, cerca de las 21.30, en Bernardo O’higgins y Tartagal, donde personal de la comisaría 10a de Lomas de Zamora fue alertado por la presencia de un hombre con heridas de arma de fuego.
Al llegar al lugar, los uniformados comprobaron que la víctima, un remisero oriundo de Córdoba, había recibido dos disparos, uno en el abdomen y otro en la pierna derecha.
Según las fuentes citadas por la agencia de noticias Télam, la víctima llegó a relatar a los policías que dos delincuentes lo asaltaron para robarle su moto y le efectuaron los disparos. Una ambulancia trasladó a Pompa al Hospital Gandulfo, donde horas después falleció como consecuencia de las lesiones sufridas.
Los efectivos comenzaron a investigar el crimen en busca de testigos ya que en la zona no hay cámaras de seguridad.
En tanto, Marisa Pompa, hermana del hombre asesinado, dijo a Télam que tenía una hija de 10 años y que estaba separado. “Todos los hermanos somos de Córdoba capital, no sabemos lo que pasó, tenemos un dolor insoportable”, sostuvo la mujer.
En Lomas de Zamora, anteanoche ocurrió otro crimen. La víctima, Marcelo Brizuela, de 32 años, fue asesinada de un balazo en la cabeza. Según José Gorosito, amigo de la víctima, cuando estaba en la puerta de su casa fue interceptado por dos delincuentes que le gritaron “estás robado” y comenzaron a disparar, hiriéndolo en las piernas.
El momento de los disparos quedó grabado por una cámara de seguridad. En esas imágenes puede observarse como dos personas avanzan hacia la casa del changarín en el momento en que el otro hombre se encontraba en la puerta. Se puede visualizar un breve forcejeo y el intento de escape de esa víctima, que recibe disparos en una pierna mientras corre por su vida. Brizuela fue encontrado gravemente herido en la cocina y trasladado a un hospital, donde falleció en la madrugada.
Respecto del homicidio del médico cirujano Cruz, el Ministerio Público Fiscal de Morón difundió una filmación donde los tres delincuentes que protagonizaron el crimen quedaron registrados por una cámara de seguridad. La víctima, jefe de Emergencias del Hospital Carrillo, fue ejecutada de un balazo en la cabeza. Se trató de un único disparo en la cabeza efectuado a muy corta distancia con una pistola 9 milímetros.
La autopsia confirmó que Cruz, de 52 años, recibió un balazo que ingresó por el parietal derecho y salió por la región occipital izquierda, en un disparo que dejó en el orificio de entrada signos de “ahumamiento y deflagración de pólvora,” que, según los forenses, indican que se efectuó con el cañón apoyado a “boca de jarro”. Los forenses de la Delegación Morón de Policía Científica también informaron ala fiscalía que el proyectil provocó“un san grado masivo, lace ración de meninges y lesión de la masa encefálica incompatible con la vida”, lo que derivó en “el fallecimiento de forma inmediata a la realización del disparo”.
En La Matanza, en tanto, fue asesinado dentro de su casa Víctor Krasnir, de 41 años, mientras que en Berisso murió baleado Francis Castillo Yoe Caro, de 33 años, que tenía antecedentes penales. Esos dos crímenes son investigados como ajustes de cuentas.

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El adiós al médico: “Expuso su vida frente a muchos delincuentes y los salvó”
Familiares, amigos y compañeros del Hospital Carrillo velaron los restos de Juan Carlos Cruz
Matías Bianchi
Familiares, amigos, colegas, alumnos y vecinos de Juan Carlos Cruz se congregaron hoy para despedir al cirujano que fue víctima de la inseguridad en Morón. El jefe de Emergencias y Quirófano del Hospital Carrillo, de Ciudadela, fue velado en la Cochería Pache de Morón, en la avenida Eva Perón al 1100. El profesor de Medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA) murió baleado por delincuentes que lo sorprendieron ayer mientras estacionaba su auto a las 16.56, en Gregoria Pérez y Lanús, frente a la casa de su madre. Conmovidos por el homicidio, los allegados a la víctima contaron que era un médico muy querido como persona y reconocido por su profesionalismo. Recordaron, incluso, que había atendido y salvado la vida de decenas de delincuentes heridos con armas durante sus más de treinta años de labor. El exfutbolista Fernando Cáceres se encuentra entre esas personas que evitaron la muerte gracias a la intervención de Cruz.
Fue un profesional que supo del crecimiento individual desde su origen humilde, apoyándose en el esfuerzo y el estudio. Victoria, hermana del asesinado médico, se mostró conmovida, llena bronca e impotencia por este final: “Era un ejemplo de persona, solidario. Amaba su profesión, vivía para los demás. Es una mierda lo que pasó. Si no cambian las leyes no va a haber justicia. Los derechos humanos tienen que ser para personas íntegras como mi hermano. Pero no, a los que se protege es a los que delinquen, que entran por una puerta y salen por atrás. ¿Quién avala esto? No hay ley para estas lacras. Están sueltos y se cagan en los laburantes y en los derechos humanos. A mi hermano le arrebataron la vida”.
Y agregó: “Espero que su muerte no haya sido en vano, que marque un antes y un después en la Justicia. Quiero justicia. Pero, aunque se consiga algo así, nadie me devuelve a mi hermano”.
Juan Carlos no tenía hijos, pero sus sobrinas cubrían sus afectos. Melina Hoyos, una de ellas, estaba desconsolada. Entre sollozos, pronunció “Es una muerte injusta. Era un amor de persona, nos criamos con él, era como un hermano mayor, nos cuidaba mucho, siempre estaba presente. Su sueño era ser papá”.
Ella vive en el mismo barrio donde vivía su tío. Sabe que la inseguridad golpea esa zona. “No se puede beneficiar a los chorros, ojalá se tomen medidas. Dios quiera que se haga justicia. A nosotros solo nos queda el dolor y la pérdida. Que en paz descanse”, dijo.
Juan Cruz era deportista, jugaba paddle, tenis, fútbol, pero por sobre todo era un trabajador incansable. “Se lo pasaba trabajando. Dormía poco. Era un médico con todas las letras. A veces volvía golpeado por familiares de delincuentes heridos que él y su equipo no habían podido salvar”, contó Melina.
Sus colegas también estaban desolados. Susana Ropola, subdirectora del Hospital Carrillo, enfatizó el enorme esfuerzo que hizo el cirujano durante toda su vida: “Era un excelente profesional. Muy preparado y trabajador. Un gran compañero. Expuso su vida frente a muchos delincuentes y los salvó”. Sobre la inseguridad fue clara y contundente: “Está a la vista y quedó plasmado con este caso. Lo resumo en el concepto de miedo”.
María Carla Bollo tiene 37 años, es residente y colega de guardias de Cruz; lo conocía muy bien y lo describió de la siguiente manera: “Un gran ser humano. Un profesional que se cargó la pandemia del Covid de un hospital entero al hombro. Vivía para su trabajo. Trabajaba todos los santos días”. Respecto de lo sucedido, opinó: “Es parte de la Argentina que vivimos. Una persona de trabajo que vienen dos hijos de su madre y lo matan así nomás. Necesitamos un cambio urgente. Que lo que pasó se visibilice y no quede en la nada como ha sucedido con tantos otros”.
Marcelo Seijo, médico cirujano; Pablo Bolischky, jefe del Servicio de Ambulancias, y Damián Sulahian, parte del equipo del SAME, trabajaron más de dos décadas con Cruz, “el Negro”, como lo llamaban sus amigos. Coincidieron en que “era un muy buen tipo. Muy tranquilo. Un médico por vocación. Muy generoso, atento y laburador, se hizo de abajo”. Con humor recordaron: “Era un pésimo jugador de fútbol, te daba fuerte, pero siempre quería jugar”. La despedida final también tiene espacio para recordar los buenos momentos compartidos que pueden ayudar a soportar el dolor de una inesperada partida.
Sobre la pasión del médico ampliaron: “Lo importante es destacar su vocación por la emergencia. Podía trabajar en el ámbito privado por un sueldo tres veces mayor y, sin embargo, elegía lo público donde estamos muy expuestos al peligro”.
El Carrillo es un hospital “caliente”, que tiene “muchas villas cerca”, así los definieron los profesionales que se acercaron a despedir a Cruz y juntarse en un abrazo colectivo frente a la pérdida. “Si íbamos en ambulancia nos teníamos que meter con un móvil de la policía que nos escoltara. Pero la mayoría de las veces nos tiraban cuerpos baleados en la puerta del hospital, como ves en las películas. Salvamos a cientos de esos y Juan Cruz era el primero en salir a ayudarlos”.
Sobre la inseguridad en la zona, también coincidieron: “Todavía no entendemos qué pasó, cómo de repente no tenemos más a nuestro amigo. Hay mucho crecimiento de la inseguridad. Es una gran impotencia la poca actividad de la Justicia. Los que delinquen lo saben y por eso salen a robar igual. Por otro lado, la policía no tiene respaldo”.
Adela Duarte, enfermera del Hospital Carrillo, trabajó con la víctima 28 de sus 54 años. Con otros profesionales de ese centro de salud y amigos de Cruz hicieron un simbólico corte en el cruce de las avenidas Eva Perón e Hipólito Yrigoyen con carteles cuya consigna leía Justicia por Juan Carlos. “Lo hicimos para reclamar por visibilidad y justicia. No puede quedar impune”, comentó.
Vianela Higueras cursa la materia de Cirugía Torácica en el sexto año de la carrera de Medicina en la UBA y también conocía bien a Cruz. “Era un tipazo. Tenía una templanza increíble. Era la alegría caminando. Muy apasionado, dedicado, le encantaba enseñar. Muy querido y muy respetado en el hospital”, aseguró.
Al igual que otros de los asistentes a la despedida de Cruz, Vianela recordó el esfuerzo que el médico asesinado hizo siempre para salvar las vidas de tantos delincuentes que llegaban al quirófano con serias heridas de bala. “Todo el tiempo salvaba delincuentes que entraban heridos al hospital. Es injusto porque ellos a él no le dieron la posibilidad de nada”, aseveró.

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Un adolescente de 17 años fue detenido en Morón por el asesinato del cirujano
El sospechoso habría sido identificado cuando intentó vender una autoparte del vehículo robado
Un adolescente de 17 años fue apresado en la tarde de ayer, acusado de integrar el grupo de tres asaltantes que mató al médico Juan Carlos Cruz, de 52 años, para robarle su automóvil en la puerta de la casa de su madre, en Morón.
Según fuentes de la investigación, el menor fue detenido en su casa, situada en el mismo barrio de la escena del crimen. Uno de sus cómplices fue identificado y era intensamente buscado por la policía, que realizaba allanamientos para tratar de apresarlo.
Tanto el adolescente de 17 años como su cómplice fueron identificados a partir del seguimiento de las cámaras de seguridad realizada por los investigadores supervisados por el fiscal de Morón, Matías Rapazzo.
El médico Cruz, que se desempeñaba como jefe de Emergencias del Hospital Carrillo, fue asesinado ayer, a las 16.56, en la puerta de la casa de su madre, situada en la esquina de Gregoria Pérez y Lanús, en Morón sur.
La víctima fue sorprendida por los tres delincuentes cuando bajaba un equipo de aire acondicionado en la puerta de la casa de su madre. A punta de pistola, los asaltantes le exigieron que entregara su celular, pero el médico aparentemente realizó un ademán que habría sido interpretado por los delincuentes como un intento de defenderse y uno de los ladrones lo mató de un balazo en la cabeza.
La autopsia confirmó que Cruz recibió un balazo que ingresó por el parietal derecho y salió por la región occipital izquierda, en un disparo que dejó en el orificio de entrada signos de “ahumamiento y deflagración de pólvora”, que, según los forenses, indican que se efectuó con el cañón apoyado a “boca de jarro”.
Después de asesinar al médico, los asaltantes huyeron en el Fiat Cronos rojo del médico y lo abandonaron en la esquina de Stevenson y Aguirre, en el barrio Don Bosco, de la localidad de Rafael Castillo, en el partido de La Matanza.
Los asaltantes tuvieron que dejar el vehículo porque se había pinchado una rueda. Pero antes de abandonar el automóvil lo canibalizaron y se llevaron las autopartes que podían cargar. El Fiat Cronos rojo fue hallado media hora después del homicidio por una patrulla de la policía bonaerense.
Además del seguimiento con las cámaras de seguridad de la zona, que facilitaron la identificación del menor de 17 años, el sospechoso pudo ser apresado debido a que intentó vender una de las autopartes que robaron del vehículo de la víctima.
El vehículo, un Fiat Cronos rojo, fue hallado una hora después, en la zona de Rafael Castillo, en el partido de La Matanza. Tanto el ataque como el recorrido de los asaltantes quedaron grabados por las cámaras de seguridad del Municipio de Morón.
El recuerdo de Cáceres
Por su parte, el exfutbolista Fernando Cáceres, quien había sido herido de un balazo en la cabeza en 2009 durante un robo y atendido de urgencia en el Hospital Ramón Carrillo por el médico asesinado ayer en Morón, Juan Carlos Cruz, expresó su tristeza por el crimen y recordó que lo conoció “en un mal momento”, pero que tuvo “suerte” en haber sido su paciente porque le “salvó la vida”.
“Lo conocí en un mal momento de mi vida, pero también puedo decir que por suerte lo conocí a él y por suerte puedo estar hablando ahora”, dijo el exjugador de Argentinos Juniors y River Plate, entre otros clubes, quien como consecuencia del ataque permaneció tres meses internado en ese centro asistencial.
“Él (por el médico Cruz) quería mucho a su profesión y los resultados son los que se ven, que a mí me permiten hoy estar acá”, agregó Cáceres en declaraciones al canal de noticias TN.
Y señaló: “Tiempo después, cuando recibí un tratamiento en el mismo hospital, lo pude volver a ver y le pude agradecer y darle un abrazo enorme. Estaba contento porque lo pude ver y lo pude conocer. Él habrá tenido muchos casos donde no se debe haber fijado quién era el paciente, pero a todos los atendía por igual porque amaba lo que hacía”.
Finalmente, Cáceres aseguró que el médico Cruz “tenía muy clara su profesión, los resultados que conseguía por el amor a su profesión. Lo que hizo conmigo es una de las tantas que habrá hecho que no se conocen”.
Aquellos que conocieron a Cruz recordaron que el cirujano del Hospital Carrillo también salvó la vida de varios delincuentes que llegaban baleados al quirófano (de lo que se informa por separado). Aseguran que el jefe de Emergencia de ese centro sanitario siempre priorizó la atención de los pacientes, sin importar la situación por la que habían resultado heridos. Él no tuvo tanta suerte.
Uno de los ladrones que lo emboscaron en Morón apoyó el cañón del arma en su cabeza y disparó.

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