Mama Antula, una santificación que emociona a la Argentina
El papa Francisco encabeza en el Vaticano la histórica ceremonia de canonización de la religiosa que nació y murió en el país.
Elisabetta Piqué
ROMA.– Después de un proceso de canonización que duró más de un siglo, comenzado en septiembre de 1905, pero que retomó impulso con la elección del papa Francisco en 2013, la Argentina tendrá hoy su primera santa. En una situación histórica, Francisco -un Papa también argentino-, encabezará la ceremonia solemne en la basílica de San Pedro a la que asistirán al menos 500 compatriotas, entre los cuales se cuenta una delegación oficial encabezada por el presidente Javier Milei y un grupo de empresarios argentinos, elevará a la beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula.
El gran acontecimiento religioso sucederá hoy a las 8.30 (5.30 hora argentina). Ayer, aunque llovía a cántaros, podía palparse el fervor argentino en Roma. En El Vaticano, donde en la Basílica, ya decorada con un enorme tapiz con su imagen, se hizo un ensayo de la ceremonia, y por las calles del centro histórico, donde se veían peregrinos con pañuelos con la imagen de la santa aprovechando para recorrer y que, por la noche, participaron de una misa y una vigilia de oración por la nueva santa, oficiada por Vicente Bokalic, obispo de Santiago del Estero, en la bellísima Iglesia de San Ignacio.
Hoy, Bokalic concelebrará la ceremonia de canonización, de la que participarán el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, y el obispo auxiliar de La Plata y secretario general del Episcopado, monseñor Alberto Bochatey.
En los últimos días, todo giró en torno de Mama Antula en Roma: muchos de sus parientes, así como Claudio Perusini, la persona “miracolata” por su intercesión y centenares de peregrinos fueron recibidos en audiencia por el Papa –entre ellos, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora–. Hubo una conferencia a sala llena en la Pontificia Universidad Gregoriana sobre su figura y la presentación de un libro, además de misas especiales.
Es una figura ahora sobre el tapete gracias a la canonización, pero, en verdad, desconocida para la gran mayoría de los argentinos, como admitió la historiadora Alicia Fraschini, que también viajó a Roma. “Mama Antula es una desconocida en la Argentina, incluso estuve en Santiago del Estero y pregunté en un mercado y nadie sabía quién es. Pero ahora, con todo esto, se va a ir haciendo paso”, dijo a la nacion.
Nacida en 1730 –cuando el territorio aún era un virreinato– en Villa Silípica, Santiago del Estero, en una ilustre familia, y educada por los jesuitas, Mama Antula se consagró a Dios, algo poco usual en la época porque una mujer se casaba o se hacía monja. Cuando llegó la orden del rey de España, en 1767, para que se fueran los jesuitas de América, ella sintió que sus enseñanzas se perderían. Por eso, decidió caminar a Buenos Aires, con todos los peligros que implicaba. Y allí, tras ser tratada como una loca y después de un año de lucha y un hecho sin explicación, logró del virrey la autorización para predicar los ejercicios espirituales de San Ignacio.
Con donaciones, construyó el edificio de la avenida Independencia y Lima, la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, uno de los más antiguos conservados en la Ciudad de Buenos Aires. Se calcula que a su muerte, en marzo de 1799, habían pasado por allí 70.000 personas.
Fraschini la calificó de “excepcional y extraordinaria” por lo que hizo en su tiempo, comenzó a hacerse conocida en vida en Europa, donde, a través de epístolas, llegaban noticias de su labor como difusora de los ejercicios espirituales y por trabajo caritativo con los descartados.
“En 1791, en plena Revolución Francesa, salió un librito con una biografía de Mama Antula en Europa. Hasta la llamaban ‘the american lady’, pero los jesuitas la dejaron pasar de largo”, precisó. “Mama Antula pudo hacer lo que hizo porque no estaban los jesuitas. Si hubieran estado, se hubiera quedado cocinando o limpiando, haciendo labores domésticos”, subrayó la historiadora, que resaltó ese rol de “mujer en salida” de profunda fe en Dios y en la providencia, de la primera santa argentina.
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“Necesitamos una profunda reconversión en nuestro país”
Así lo planteó el obispo auxiliar de Buenos Aires, al referirse al momento político argentino
ROMA (De nuestra corresponsal).– Aunque fue clave en el proceso de canonización de Mama Antula, el obispo auxiliar de Buenos Aires, Ernesto Giobando, no viajó a Roma porque fue designado recientemente por el Papa administrador apostólico en Mar del Plata, para solucionar unos problemas eclesiásticos. En una entrevista con la nacion por mail, Giobando, que es un jesuita, explicó la importancia de este evento religioso. “Los milagros sí existen”, aseguró y se manifestó esperanzado ante el cara a cara que tendrán hoy el papa Francisco y el presidente Javier Milei.
“A la dirigencia política argentina, como al Papa también, el hecho de encontrarse y poder conversar sobre asuntos del país, de las dificultades que tenemos como sociedad, hace bien. No hay otro camino que el diálogo, y en la Argentina hace mucho tiempo que no dialogamos. El Papa dialoga con todos, levanta el teléfono y saluda al nuevo presidente, no se sienta en la grieta, hace posible el encuentro”, subrayó.
–Usted promovió la causa, ¿por qué? ¿Cómo fue la historia?
–Soy el que lleva adelante los pasos de la causa, la promotora ha sido Silvia Correale, ya que requiere un proceso canónico en El Vaticano. Pero sí, he fomentado la devoción a Mama Antula y junto a un equipo de laicos hemos llevado adelante el cuidado del patrimonio cultural, educativo y documental de la Sociedad Hijas del Divino Salvador, la congregación heredera del carisma de Mama Antula. Es importante destacar que la presencia de Mama Antula y el proceso de su beatificación se lo debemos a las Hermanas de la Congregación. El milagro que posibilitó la canonización ocurrió en Claudio Perusini, compañero mío en el Colegio de la Inmaculada Concepción en Santa Fe. tuvo un ACV muy fuerte y quedó en coma 4, con poquísima expectativa de vida. Fui a verlo al Hospital Cullen en Santa Fe y llevé unas estampas de Mama Antula, recé en la sala de terapia, dejé una estampa debajo del monitor y les dije a los enfermeros que rezaran a esta “santita” por la salud de Claudio. Lo mismo hice junto a la familia de Claudio. No conocían a Mama Antula. tenía confianza en la intercesión de Mama Antula, ya me había hecho otros favores, pero éste era uno muy grande: o se quedaba entre nosotros o se moría. Y si se quedaba ¿cómo iba a ser su vida? La oración fue escuchada: a los 28 días a Claudio le daban el alta en el Hospital y allí comenzó una lenta, pero constante recuperación. Hoy Claudio hace una vida normal.
–¿Qué importancia tiene Francisco canonice a Mama Antula habiendo sido Claudio quien recibió la gracia del milagro?
–Jorge Bergoglio conocía a Claudio. Ingresamos en el mismo año a la Compañía de Jesús. Pero Claudio se retiró de la orden y formó una muy linda familia. Siempre tuvieron contacto y resulta muy significativo que sea Francisco quien canonice a Mama Antula y el “milagreado” sea Claudio. todo tiene un hilo conductor secreto que Dios maneja para nuestra salvación. Francisco, el primer Papa jesuita, será quien declare santa a esta mujer que entregó su vida para fomentar los Ejercicios Espirituales cuando los jesuitas ya no estaban en estas tierras.
–¿Qué importancia tiene esta canonización en este momento de la Argentina?
–Es un hecho relevante: mirando hacia atrás, Mama Antula fue gestora en la sociedad colonial que muchísima gente tuviera la posibilidad de un encuentro cara a cara con Dios, esos son los Ejercicios Espirituales. Ese encuentro con Dios era también una conversión. Necesitamos una profunda conversión en nuestro país, especialmente en nosotros, los dirigentes. Mama Antula fue gestora de la civilización de Mayo, no enseñaba ciencia política, pero era una formadora de conciencia y un ejemplo de vida. Los responsables de los destinos de un país no tienen que estar solo formados para ejercer su función (que eso ya es mucho), sino que tienen que tener conciencia de que sus decisiones influyen en millones de personas. No es solo una cuestión de estadísticas y de números, o de opciones ideológicas. Es una cuestión de conversión del corazón. Y Mama Antula nos enseña eso: un nuevo corazón para servir mejor, para atender y hacerse cargo de los más excluidos, de devolver la dignidad humana a quienes la han perdido, buscando el bien común.
–La canonización coincide con la primera visita de Milei al Vaticano: ¿opacará este evento religioso? ¿O qué expectativas tiene?
–A todos nos hace bien estar ante uno de los pocos líderes que tiene la humanidad. Más allá de la foto o de la cara, en Francisco hay un mensaje contundente. Muchos políticos lo visitan para escucharlo, para pedir algún consejo, para contar con sus oraciones y su misión de tender puentes (sumo pontífice). A la dirigencia política argentina, como al Papa también, encontrarse y poder conversar sobre asuntos del país, de las dificultades que tenemos como sociedad, hace bien. No hay otro camino que el diálogo, y en la Argentina hace mucho tiempo que no dialogamos, discutimos, peleamos, insultamos, pero el diálogo no existe, pareciera que si dialogás, perdés.
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