LOS 70...Carlos Reutemann Y su relaciön con EL GRAL PERON Y SU ENTORNO

Los 70: la tarde en que Carlos Reutemann pasó de la frustración deportiva al encuentro con Perón
Aunque se le escapó la carrera en el final, Carlos Reutemann fue recibido por Juan Domingo Perón en el palco, junto con la vicepresidenta Isabel Perón y el ministro José López Rega
El recordado piloto de Fórmula 1 vivió su mayor desazón el día que debió abandonar la carrera que había liderado durante casi 50 vueltas en Buenos Aires, el 13 de enero de 1974; el presidente Juan Domingo Perón lo esperaba en el palco y fue saludado por el corredor y años más tarde gobernador de Santa Fe
Mariano De Vedia
El helicóptero que transportaba al presidente Juan Domingo Perón descendió en el predio del Autódromo de Buenos Aires, que el año anterior había recuperado el nombre de “17 de Octubre” y en el que veinte años antes Juan Manuel Fangio había ganado la carrera con su Maserati. Era la tarde del domingo 13 de enero de 1974 y el mandatario llegaba desde su residencia de Vicente López con su esposa Isabel Perón cuando el Gran Premio de la República Argentina, que inauguraba el calendario internacional de Fórmula 1, ya promediaba las 30 vueltas, con el propósito de entregarle la copa a su compatriota Carlos Alberto Reutemann, quien con su Brabham BT 44 había tomado la delantera en el tercer giro y se encaminaba a un triunfo seguro
Fue la carrera en la que el corredor argentino se quedó sin nafta y debió abandonar cuando faltaban menos de dos vueltas. Perón entregó los premios al ganador, el neozelandés Denis Hulme (McLaren), y a sus escoltas, los pilotos de Ferrari Niki Lauda, de apenas 22 años, y Clay Regazzoni. Pero también fue el día en que Reutemann saludó al líder peronista en el palco presidencial del autódromo.
“No tengo nada para entregarle, pibe”, le dijo Perón, quien abrazó al corredor argentino, por entonces de 31 años, y le regaló una lapicera que llevaba en el bolsillo de su saco y que Reutemann usaría 17 años después, en 1991, al asumir como gobernador de Santa Fe.
Distintas crónicas periodísticas coinciden en que el impulsor de ese encuentro en el autódromo porteño fue Luis Elías Sojit, el recordado relator de automovilismo y claro simpatizante del peronismo, que animó a Reutemann a dejar atrás la desazón por el repentino abandono y dirigirse al palco presidencial para saludar a Perón.
Perón había llegado también con su ministro de Bienestar Social, José López Rega, y fue recibido por el intendente municipal, José Embrioni, y el secretario de Deportes de a Nación, el médico Pedro Eladio Vázquez.
Carlos Alberto ReutemannAgencia AFP - AFP
El saludo en el palco
Reutemann se acercó al palco entre las ovaciones del público y conversó durante varios minutos con Perón y su esposa. Fue su primer acercamiento en persona al peronismo y el líder justicialista le anunció que el Estado se haría cargo de la financiación de la campaña del corredor argentino en Europa durante ese año.
La carrera había tenido un ritmo vertiginoso. Otros doce pilotos, además del argentino, abandonaron durante la competencia, como Jean Pierre Jarier (Shadow), Jackie Ickx (Lotus), James Hunt (March) y Jody Scheckter (Tyrrell), estos dos últimos campeones del mundo de la categoría en años posteriores.
Durante varios años se atribuyeron las razones de la deserción de Reutemann a problemas en la toma dinámica que suministraba aire a mayor presión del motor del Brabham BT 44. Eso podría haber derivado en un mayor consumo de nafta. Desde el palco, Perón observaba que la distancia con el perseguidor Hulmes se reducía, hasta que el auto del piloto argentino se detuvo en la entrada del mixto. “No creo en la mala suerte, creo que hay razones para todo”, fue una de las conclusiones del piloto.
Gordon Murray, que había diseñado el Brabham de Reutemann, reveló años después la causa que llevó al abandono. En una entrevista con el periodista Pablo Vignone, en 1997, confió que cuando los mecánicos comenzaron a chequear las piezas del auto para verificar que todo anduviera bien, mientras abastecían de nafta al vehículo, detectaron problemas en una rueda trasera, que estaba trabada y no giraba.
Trabajando contrarreloj, cambiaron la suspensión trasera derecha completa por la del coche muletto. “Finalmente lo logramos, respiramos aliviados y Lole fue para la grilla. En el garaje había quedado una lata de 18 litros, que nunca llegamos a descargar en el tanque de nafta. Era la nafta que iba a cargarse cuando descubrimos el problema de la rueda. Nunca supimos que, por eso, estábamos destinados a no terminar la carrera”, reveló Murray a Vignone.
Carlos Reutemann, en el Brabham-Ford BT44B, en Nurburgring,, en el Gran Premio de Alemania, en 1975
Perón, la política y el deporte
La presencia de Perón en el palco del autódromo apuntaba a mostrar una imagen renovada del presidente y cerca del deporte, con la idea de compensar su avanzada edad -78 años- y los signos de su enfermedad. Tres meses antes había asistido en la cancha de Boca Juniors al partido de la selección argentina de fútbol con la de Paraguay, que significó la clasificación al Mundial 1974. El uso político del deporte fue una constante en las últimas décadas en la Argentina.
Dos días después de la carrera de Reutemann –el martes 15 de enero-, el presidente Perón recibió en la residencia de Olivos a destacadas figuras del deporte, como el tenista Guillermo Vilas, el nadador Horacio Iglesias, el jinete Hugo Miguel Arrambide, campeón nacional de equitación, y los integrantes del seleccionado juvenil de básquet que habían ganado en el torneo sudamericano realizado en Bahía Blanca, entre otros Carlos Raffaelli, Gustavo Napolitano y José Pagella. “Yo he asistido durante mi larga vida al desenvolvimiento de nuestro país en las etapas florecientes del deporte y les puedo decir que cuando se practicó más el deporte, la gente era mejor”, fue el mensaje del Presidente.
Perón murió seis meses después -el 1 de julio de 1974- y Reutemann logró ese año sus primeros tres triunfos en la F-1, en Sudáfrica, en Austria y en Estados Unidos. Retirado de los circuitos en 1982, semanas antes de la Guerra de Malvinas, una década después fue convocado por el presidente Carlos Menem y fue elegido dos veces gobernador (1991/1995 y 1999/2003) y senador nacional, función que cumplía cuando falleció, el 7 de julio de 2021.

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