jueves, 2 de marzo de 2023

LECTURA


Formas de nadar, al hilo de la narración
Elvio E. Gandolfo

334 PÁGINAS 
5490 $

Bocetos de natación, de Leanne Shapton, es un libro extremadamente original. Esto se debe, en parte, al modo en que la autora, una canadiense nacida en 1973, enfrenta y problematiza las apuestas a cada avance del libro, dándole una tonalidad distinta. Al comienzo el lector cree estar ante las memorias de una nadadora profesional. Shapton, dedicada a la competencia, casi llegó a participar en una olimpíada. La palabra “casi” es clave para comprender la dosis de fastidio que le despierta a la autora la otra (“olimpíada”) con su expectativa. Siempre tiene que explicar que no llegó a participar.
Con sus cambios permanentes, con anclaje en la misma agua donde Shapton y su pareja, James, desarrollan buena parte de sus vidas, el libro va fluyendo de manera especial. Gradualmente se va desplegando el mundo de la adolescencia y de la juventud, el puro dolor físico, casi un castigo, que representaba el entrenamiento con sus horarios y obligaciones. Adquieren así peso la figura del entrenador, la clase de traje de baño necesario, el tipo de piletas para la práctica del deporte. De ese modo, el texto se desliga tanto del tono autobiográfico tradicional como de los ejemplos más recientes y convencionales de la “literatura del yo”.
Hay tramos en que Bocetos de natación alcanza la densidad de una buena novela. A su vez, la supuesta “escritura femenina” adquiere una magia singular al aparecer desde el comienzo contrastada por ilustraciones. Los dibujos, entre abstractos e informativos, siempre relacionados con la natación y el agua, van dejando constancia del nuevo campo elegido por la autora: el diseño y el dibujo. Estos aportes convierten también a Bocetos de natación en un libro inclasificable. Hay imágenes semiabstractas de un cuerpo nadando. En el capítulo “Otros nadadores”, figuran apuntes esquemáticos de rostros. El procedimiento explota plenamente en una especie de cuaderno con trajes de baño únicos, tanto en nombre como en estilo, para que, luego, las imágenes pasen súbitamante a las fotos en blanco y negro de automóviles de distintas épocas.
También el foco narrativo salta, pero en el tiempo, y desarrolla los nudos o maravillas de una relación familiar, o de otra sentimental. La propia Shapton hace una breve bibliografía tanto técnica como literaria de libros sobre el tema, al incluir por ejemplo un famoso cuento de John Cheever (“El nadador”). Para quienes hayan leído un libro de reciente traducción como En el estanque. Diario de un nadador, del inglés Al Alvarez, puede resultar una sorpresa que pueda existir otra joya sobre el mismo asunto, tan puntual, que es al mismo tiempo un objeto bello y complejo.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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