Volver a trabajar aún es la principal traba para sostener la lactancia materna
Ante esta práctica vital, expertos piden el acompañamiento de los empleadores a la mujer
Fabiola Czubaj
Volver a trabajar sigue siendo el principal obstáculo para que las mujeres sostengan la lactancia materna, aun cuando hay leyes que la protegen. Las normas prevén dos descansos en el horario laboral o la reducción de jornada hasta el año de vida del bebé para amamantarlo, así como la disponibilidad de un espacio adecuado (lactario) para extraerse leche y conservarla hasta volver a casa. “Si bien esto es un derecho, aunque mínimo, sabemos que en muchos lugares no se cumple y debemos trabajar por eso”, sostuvo la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
A través de un documento con motivo de conmemorarse la Semana Mundial de la Lactancia, orientada a promoverla al retomar el trabajo tras la licencia por maternidad, la entidad que nuclea a los pediatras repasa la relevancia de la lactancia exclusiva en los seis primeros meses del bebé y, a partir de entonces, la combinación gradual con otros alimentos hasta los dos años. “Queremos destacar la importancia de sostener la lactancia hasta los dos años de vida por los beneficios conocidos para los lactantes y quienes amamantan”, señaló Romina Valerio, prosecretaria del Comité de Pediatría Ambulatoria de la SAP.
“Se ve la falta de apoyo a la madre que amamanta y hay, también, mujeres que deciden dejar de hacerlo porque empiezan a trabajar antes de averiguar con un profesional”, dijo Antonio Morilla, prosecretario del Comité de Lactancia de la SAP , pediatra del Centro Médico Chascomús y consultor internacional en lactancia materna.
En su consultorio, recibe inquietudes cerca de cumplirse los tres meses, cuando está por finalizar la licencia por maternidad. A 120 kilómetros de distancia de la ciudad de Buenos Aires, no conoce una institución (bancos, municipio, centro de atención, supermercados y restaurantes, entre otras) con un espacio amigo de la lactancia. “Es un beneficio para la mujer que trabaja –indicó–. Si hay voluntad de la madre, ayuda profesional y de la sociedad, la lactancia se puede sostener. También hay un beneficio para el empleador: la mujer que amamanta va a faltar menos porque sus hijos van a enfermarse menos y ella sentirá que la acompañan”.
En el Hospital Garrahan, el personal cuenta con una guardería para dejar al bebé durante el horario de trabajo y un espacio amigable de la lactancia para el uso de sacaleches y la conservación de la leche en frío que funciona las 24 horas. “Siempre se reconoce la vuelta al trabajo como uno de los principales obstáculos para amamantar”, señaló Laura Giusti, líder institucional en lactancia del Área de Nutrición y coordinadora del Comité de Lactancia del hospital pediátrico nacional. “Trabajamos mucho con la mujer trabajadora a través de esas dos estrategias”, agregó.
De acuerdo con datos de Unicef que citan las instituciones que adhieren a la Semana de la Lactancia que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 90% de las empresas en la Argentina no contaban con un espacio amigable de la lactancia en 2020. Tras la pandemia, se habría dado un cambio en las oficinas, además de la incorporación del trabajo remoto, que habría modificado esa proporción. Pero todavía se desconoce ese diagnóstico.
“Aun cuando se avanzó, seguimos teniendo muy pocos espacios de lactancia en relación con la cantidad de mujeres que trabaja”, indicó Guadalupe Mangialavori, coordinadora de la Encuesta Nacional de Lactancia (Enalac), que elabora el Área de Nutrición de la Dirección de Salud Perinatal y Niñez del Ministerio de Salud de la Nación.
Para Valerio, la lactancia no es solo responsabilidad de la persona que amamanta, sino que es una responsabilidad compartida con los otros integrantes del grupo familiar, los empleadores y el Estado, que pueden y deben generar entornos favorables para poder sostenerla. Si la madre no puede llevar a su hijo al trabajo, en el lugar debería haber un lactario, es decir un espacio limpio, cómodo y privado para la extracción de leche y posterior conservación en una heladera. Aunque esto es un derecho mínimo, muchas veces no se concreta”.
Comentó que entre las causas que refieren las mujeres de la dificultad para sostener la lactancia más allá de los seis meses a medida que el bebé va creciendo está la reincorporación al trabajo. “Aconsejamos una lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida y, después, continuarla hasta los dos primeros años con la incorporación de alimentos de manera complementaria. Pero la licencia por maternidad son 90 días con goce de sueldo, por lo que nos falta cubrir un período y uno de los inconvenientes tiene que ver con la dificultad en el entorno o de sus empleadores”, resaltó Valerio.
Relevamientos
La 2ª Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, que se dio a conocer meses antes de la pandemia de Covid-19, dedicó un capítulo a la lactancia materna: tener que salir a trabajar fue el principal motivo externo (no relacionado con el bebé) por el que las mujeres dijeron que dejaban de amamantar. Esto, junto con la dificultad de empezar a combinar la lactancia con otras tareas, explicaban uno de cada cinco casos de esa decisión.
El año pasado, una nueva edición de la Enalac en el sistema público de atención, reveló que el 67,1% de las madres amamantó al bebé en la primera hora de vida (esto es considerado de “alto valor sanitario” porque reduce la morbimortalidad neonatal). Sin embargo, a los seis meses apenas un 44,7% había continuado con la lactancia exclusiva recomendada. Hace cinco años, el 68% de las madres ponía al bebé al pecho en su primera hora de vida y solo un 42% sostenía la lactancia materna exclusiva los 180 días.
Como ahora, la vuelta al trabajo o el estudio, la falta de “espacios amigos” de la lactancia y la desinformación influían en la decisión de abandonarla.
Volver a trabajar sigue siendo el principal obstáculo para que las mujeres sostengan la lactancia materna, aun cuando hay leyes que la protegen. Las normas prevén dos descansos en el horario laboral o la reducción de jornada hasta el año de vida del bebé para amamantarlo, así como la disponibilidad de un espacio adecuado (lactario) para extraerse leche y conservarla hasta volver a casa. “Si bien esto es un derecho, aunque mínimo, sabemos que en muchos lugares no se cumple y debemos trabajar por eso”, sostuvo la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
A través de un documento con motivo de conmemorarse la Semana Mundial de la Lactancia, orientada a promoverla al retomar el trabajo tras la licencia por maternidad, la entidad que nuclea a los pediatras repasa la relevancia de la lactancia exclusiva en los seis primeros meses del bebé y, a partir de entonces, la combinación gradual con otros alimentos hasta los dos años. “Queremos destacar la importancia de sostener la lactancia hasta los dos años de vida por los beneficios conocidos para los lactantes y quienes amamantan”, señaló Romina Valerio, prosecretaria del Comité de Pediatría Ambulatoria de la SAP.
“Se ve la falta de apoyo a la madre que amamanta y hay, también, mujeres que deciden dejar de hacerlo porque empiezan a trabajar antes de averiguar con un profesional”, dijo Antonio Morilla, prosecretario del Comité de Lactancia de la SAP , pediatra del Centro Médico Chascomús y consultor internacional en lactancia materna.
En su consultorio, recibe inquietudes cerca de cumplirse los tres meses, cuando está por finalizar la licencia por maternidad. A 120 kilómetros de distancia de la ciudad de Buenos Aires, no conoce una institución (bancos, municipio, centro de atención, supermercados y restaurantes, entre otras) con un espacio amigo de la lactancia. “Es un beneficio para la mujer que trabaja –indicó–. Si hay voluntad de la madre, ayuda profesional y de la sociedad, la lactancia se puede sostener. También hay un beneficio para el empleador: la mujer que amamanta va a faltar menos porque sus hijos van a enfermarse menos y ella sentirá que la acompañan”.
En el Hospital Garrahan, el personal cuenta con una guardería para dejar al bebé durante el horario de trabajo y un espacio amigable de la lactancia para el uso de sacaleches y la conservación de la leche en frío que funciona las 24 horas. “Siempre se reconoce la vuelta al trabajo como uno de los principales obstáculos para amamantar”, señaló Laura Giusti, líder institucional en lactancia del Área de Nutrición y coordinadora del Comité de Lactancia del hospital pediátrico nacional. “Trabajamos mucho con la mujer trabajadora a través de esas dos estrategias”, agregó.
De acuerdo con datos de Unicef que citan las instituciones que adhieren a la Semana de la Lactancia que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 90% de las empresas en la Argentina no contaban con un espacio amigable de la lactancia en 2020. Tras la pandemia, se habría dado un cambio en las oficinas, además de la incorporación del trabajo remoto, que habría modificado esa proporción. Pero todavía se desconoce ese diagnóstico.
“Aun cuando se avanzó, seguimos teniendo muy pocos espacios de lactancia en relación con la cantidad de mujeres que trabaja”, indicó Guadalupe Mangialavori, coordinadora de la Encuesta Nacional de Lactancia (Enalac), que elabora el Área de Nutrición de la Dirección de Salud Perinatal y Niñez del Ministerio de Salud de la Nación.
Para Valerio, la lactancia no es solo responsabilidad de la persona que amamanta, sino que es una responsabilidad compartida con los otros integrantes del grupo familiar, los empleadores y el Estado, que pueden y deben generar entornos favorables para poder sostenerla. Si la madre no puede llevar a su hijo al trabajo, en el lugar debería haber un lactario, es decir un espacio limpio, cómodo y privado para la extracción de leche y posterior conservación en una heladera. Aunque esto es un derecho mínimo, muchas veces no se concreta”.
Comentó que entre las causas que refieren las mujeres de la dificultad para sostener la lactancia más allá de los seis meses a medida que el bebé va creciendo está la reincorporación al trabajo. “Aconsejamos una lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida y, después, continuarla hasta los dos primeros años con la incorporación de alimentos de manera complementaria. Pero la licencia por maternidad son 90 días con goce de sueldo, por lo que nos falta cubrir un período y uno de los inconvenientes tiene que ver con la dificultad en el entorno o de sus empleadores”, resaltó Valerio.
Relevamientos
La 2ª Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, que se dio a conocer meses antes de la pandemia de Covid-19, dedicó un capítulo a la lactancia materna: tener que salir a trabajar fue el principal motivo externo (no relacionado con el bebé) por el que las mujeres dijeron que dejaban de amamantar. Esto, junto con la dificultad de empezar a combinar la lactancia con otras tareas, explicaban uno de cada cinco casos de esa decisión.
El año pasado, una nueva edición de la Enalac en el sistema público de atención, reveló que el 67,1% de las madres amamantó al bebé en la primera hora de vida (esto es considerado de “alto valor sanitario” porque reduce la morbimortalidad neonatal). Sin embargo, a los seis meses apenas un 44,7% había continuado con la lactancia exclusiva recomendada. Hace cinco años, el 68% de las madres ponía al bebé al pecho en su primera hora de vida y solo un 42% sostenía la lactancia materna exclusiva los 180 días.
Como ahora, la vuelta al trabajo o el estudio, la falta de “espacios amigos” de la lactancia y la desinformación influían en la decisión de abandonarla.
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