miércoles, 25 de diciembre de 2024

Pequeños Puentes Y AYUDAR EN LA OBRA DE DANIEL CASAÑAS

Si querés saber más sobre el trabajo de Pequeños Puentes y sumarte a las próximas campañas, podés ingresar en www.pequenospuentes.org.ar y su cuenta de Instagram.
Si querés donar dinero para que la ONG siga trabajando para los chicos, podés hacer click aquí.
Si querés ser voluntario, donar libros nuevos para las bibliotecas que organizaron en los tres comedores o ayudarlos a editar los libros que están armando con los chicos, podés comunicarte con ellos a info@pequenospuentes.org.ar o al +54 9 11 2304 3614 / +54 9 11 5064-8070.
Pequeños Puentes neesita también un lugar físico para trabajar y sponsos (alianzas estratégicas con empresas), quienes en ese sentido puedan ayudar se pueden comunicar al +54 9 11 2304 3614 /+54 9 11 5064-8070.,

Un niño de un barrio vulnerable le escribió una carta a Papá Noel, alguien la leyó y le cumplió el sueño: “Me sentí identificado”
La fundación Pequeños Puentes publicó en sus redes sociales 248 cartas de chicos y chicas de hogares vulnerables; personas de todo el país se sumaron a la movida y todos tendrán un regalo este 24 a la noche
Paula Soler
Carta de Navidad de Pedro
“Pedile juguetes a Papá Noel, cosas para vos”, le dijo Florencia a Bayron, su hijo de 10 años. Estaban sentados a la mesa del comedor comunitario al que asisten todos los días de semana para retirar una vianda de comida, la única o la principal del día. Ambos viven en el barrio Mitre de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires. Allí muchas calles son de tierra y las carencias son tantas como los sueños que abrazan.
El niño, frente a la carta que le escribiría a Papá Noel, pensó en pedir muchas cosas para su familia, para su hermano menor, para su mamá que trabaja de empleada doméstica dos veces a la semana, para su papá que hace changas cuando se da la oportunidad. “Te va a contestar si le pedís cosas para vos”, le dijo ella. Bayron se esperanzó con esa respuesta, se sintió importante y feliz.
La fundación Pequeños Puentes desde 2012 le entrega regalos de navidad a niños y niñas en el marco de la campaña "Yo quiero ser tu Papá Noel"
“Hola Papá Noel, no sé si hablás inglés o español, pero te pido, si podés, una bicicleta. O si no, una batería para hacer música. O si no, unas zapatillas talle 37. Desde ya muchas gracias Papá Noel. Que Dios te bendiga y que siempre seas feliz”, escribió. Después, puso su carta en el “buzón especial” y el resto fue pura magia, esa que hacen las personas que hacen.
Este sábado, gracias a la campaña “Yo quiero ser tu Papá Noel”, de la ONG Pequeños Puentes, y a la solidaridad de cientos de personas, se logró que Bayron, y otros 247 niños y niñas que como él viven en barrios populares de San Miguel, recibieran su regalo luego de escribirle a Papá Noel. La organización, todos los años y en diciembre, publica las cartas de los chicos en sus redes sociales para que quien quiera seleccione una y se convierta en Papá Noel.
Cartas a Papá Noel. Navidad 2024
Así, Maite, de 6, pidió fibrones porque quiere ser “pintora” cuando sea grande; Pedro quiso parlantes para escuchar música en su habitación, porque está mucho tiempo solo pues su mamá trabaja todo el día; Leonel, un niño con autismo que le gustan las películas, con la ayuda de su abuela, pidió un peluche de Toy Story.
Una luz en medio de una realidad difícil
Pequeños Puentes organiza acciones solidarias en San Miguel para los chicos de hasta 12 años que van a los comedores comunitarios San Francisco de Sales, en el barrio Mitre; Tamborcitos, en Bella Vista; y Ranita Feliz, en Trujuy.
Las familias que viven en esos barrios, explican desde la organización, en general son monoparentales, y alguno de los padres son recuperadores urbanos, albañiles, empleadas domésticas o hacen changas.
Muchos chicos piden pelotas para jugar con sus hermanitos, también bicicletas, patines y muñecas
“El día a día de muchos de estos niños no es fácil. Por eso queremos que no sientan que hay una diferencia entre ellos y los demás. Nuestro objetivo es que vivan y disfruten de esta etapa de su vida, su infancia, como lo que son, niños y niñas”, explica  Solange Bartos, que tiene 43 años, es de Coghlan, profesora de historia y una de las voluntarias de la fundación que nació en 2012.
Abigail tiene 38 años y es la mamá de Maite, la futura “pintora”. Cuenta que Pequeños Puentes es una gran ayuda porque Maite cumple años el 22 de diciembre, así que guardó su regalo para abrirlo el 24.
Cartas a Papá Noel. Navidad 2024
“Es el único regalo que recibe, tanto para su cumple como para el arbolito. Ella entiende que no siempre podemos. Yo de chica no recibía nada, así que para mí es importante esta ayuda”, explica Abigail, que trabajaba como empleada doméstica pero ahora está desempleada, y su pareja, albañil, hace changas en el barrio.
Solange cuenta que es por eso que intentan llegar a todos los niños de la zona, pero que “a veces pasa lo que les pasa a los chicos de estos barrios”. Un par de hermanitos, que tienen entre 5 y 10 años, no pudieron asistir el día en el que todos escribieron sus cartas.
“Tuvieron que salir con el padre a cartonear”, cuenta y asegura que en esos casos se hace lo posible para que igual reciban regalos. “Dentro de toda esa situación tan compleja que viven, por lo menos tratamos de llevarles un granito de luz”.
Ser protagonistas
Eric tiene 38 años, vive en Belgrano y como quiso ser un Papá Noel leyó muchas de las cartas de los chicos, hasta que llegó a la de Pedro, de 11 años.
“Me sentí muy identificado con lo que pedía”, cuenta sobre el nene que egresó este año de sexto y pidió un parlante. “A esa edad me solía pasar exactamente lo mismo. Mi mamá trabajaba todo el día para poder mantenernos a mi hermano y a mí y la música fue un gran terapeuta”, explica.
La carta de Pedro
Solange destaca que en esos momentos es cuando un chico se siente especial, no uno más: “Por eso también pedimos que escriban una dedicatoria personalizada. Así construimos su autoestima, se sienten únicos, protagonistas de su niñez”.
La mirada de Florencia suma: “Bayron es tan feliz cuando abre su regalo como cuando ve que Papá Noel le contestó la carta. Muchas veces lloro de emoción cuando leo las dedicatorias, las tenemos todas guardadas”.
Si bien los regalos se entregan el 21 de diciembre, muchos chicos los guardan para abrirlos en Navidad, ya que será el único presente que recibirán ese día
Mariel Bonantini tiene 33 años, es contadora, trabaja en una empresa de software y vive en Martínez. Hace tiempo que colabora con la ONG y este año fue la Papá Noel de Bayron y otros dos niños. “Saber que gracias a lo que uno hace en completo silencio, un chico va a sonreír me resulta impagable. Creo que así, en un futuro, aprenden a enfrentar la vida con optimismo, con amor y sabiendo que en la vida las cosas buenas pasan”.
Una organización que resiste por los chicos
Pequeños Puentes trabaja todo el año para que los chicos se sientan protagonistas: por febrero y marzo comienza la campaña “Mi caja escolar”, para recaudar útiles; en agosto, para el Día de las Infancias, lanzan “Yo soy mi nombre”, con la misma mecánica de la navideña. Además, organizan un taller de lectura y escritura en cada uno de los tres comedores.
Su trabajo es amoroso y a pulmón. Son solo 20 voluntarios. Dicen que su sede es itinerante porque se juntan a armar los proyectos en las casas de todos. Lamentan que les cueste cada vez más sostener económicamente cada actividad. Pero si quedan cartas sin seleccionar, las toman gustosos. “No queremos pensar en cerrar la fundación, resistimos por ellos”, dice Solange.
“Tener una ilusión, como la de un Papá Noel que les da un regalo, los anima a soñar y a que los sueños se pueden hacer realidad”, dice la mujer que apuesta a esa lucecita en medio de la dura realidad, como la de Bayron, Maite, Pedro y otros tantos niños que todos los años ponen en cartas deseos que siempre deberían tener respuesta.
Cómo ayudar a Pequeños PuentesSi querés saber más sobre el trabajo de Pequeños Puentes y sumarte a las próximas campañas, podés ingresar en www.pequenospuentes.org.ar y su cuenta de Instagram.
Si querés donar dinero para que la ONG siga trabajando para los chicos, podés hacer click aquí.
Si querés ser voluntario, donar libros nuevos para las bibliotecas que organizaron en los tres comedores o ayudarlos a editar los libros que están armando con los chicos, podés comunicarte con ellos a info@pequenospuentes.org.ar o al +54 9 11 2304 3614 / +54 9 11 5064-8070.
Pequeños Puentes neesita también un lugar físico para trabajar y sponsos (alianzas estratégicas con empresas), quienes en ese sentido puedan ayudar se pueden comunicar al +54 9 11 2304 3614 /+54 9 11 5064-8070.

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Más información
Para poyar la obra de Daniel Casañas, comunicate al +54 9 3544 40-3964. También podés seguirlo en Instagram.
La historia del Gaucho Noel que conmueve a Córdoba: “Que ningún niño se quede sin regalo”
Daniel Casañas tiene 80 años y desde hace dos décadas les cumple el sueño a chicos que de otra manera no recibirían un regalo en Navidad; restaura juguetes y caracterizado de Papá Noel, los reparte en el pueblo y por parajes rurales
Jazmín Lell

Daniel va en camioneta hasta los parajes rurales en los que reparte juguetes
Cuando se acerca navidad, Daniel Casañas, que tiene casi 80 años y una barba larga y blanca, se instala en su taller de juguetes. Está en su casa y es un pequeño cuarto con paredes de madera de las que cuelgan decenas de herramientas que usa para reparar los cientos de juguetes que vecinos y personas de todo el país le donan durante el año.
Y es que para los 2000 habitantes de Las Calles, un pueblo cordobés de Traslasierra, al pie de la montaña, Daniel es su Papá Noel o, mejor dicho, “El Gaucho Noel”, como muchos prefieren llamarlo. Además de tener “el mismo pelo, la misma barba y la misma panza” y “no tener que usar ni una careta”, cada Nochebuena, Daniel se calza el traje rojo y espera en la plaza, junto al arbolito, a que miles de niños se acerquen para recibir su presente.
“Para muchos chicos, lo que yo les de es el único regalo que van a recibir”, cuenta Daniel. Si bien el festejo se popularizó y entre los 2000 niños que van cada año a la plaza hay hasta turistas, aún son cientos los que viven en parajes y bajan de la montaña especialmente para ver a Papá Noel y recibir su regalo. “Eso es lo que me motiva a no dejar esta actividad, saber que hay tantos niñitos que esperan este día durante todo el año”, agrega.
Este año, el Gaucho Noel recibió alrededor de 2300 donaciones de juguetes. Cada navidad, guarda en su bolsa más de los que repartirá porque su mayor temor es “que algún nene se quede sin su regalito”. Al día siguiente, agarra los presentes que le quedaron y emprende un viaje a la montaña para repartirlos en parajes o escuelas rurales. “Muchos de los chicos no vieron a Papá Noel nunca en su vida. Ni siquiera por televisión”, dice.
“Me conmueve la solidaridad”
Daniel vive en Córdoba hace 25 años y coordina salidas de trekkings. Cuando en el pueblo era un “recién llegado”, cada vez que salía a dar una vuelta o hacer la compras los vecinos le recalcaban su parecido físico con Papá Noel. “La barba, el pelo y la panza son de verdad, no necesito ni careta”, bromea. Pero un día, los alumnos de la escuela primaria se emocionaron tanto cuando lo vieron pasar por la puerta que Daniel miró a su mujer, María, y le dijo: “¿Por qué no lo hacemos?”.
Acto seguido, hizo un censo y determinó que había unos 160 chicos en el pueblo. Luego, se puso manos a la obra y empezó a fabricar juguetes con palet o cajones de manzana. “Miro el trozo de madera y ya me lo imagino convertido”, revela Daniel, que se las ingenió para hacer camioncitos, cochecitos y tableros de ta-te-tí. Pero cada año, son más las personas que se acercan a donarle juguetes nuevos o para refaccionar. “Yo me las rebusco, pero la gente es muy solidaria. Cada vez que pido algo, se levantan cientos de manitos dispuestas a ayudar y eso es muy conmovedor”, dice.
El Papá Noel cordobés incluso tiene un taller de reparación de juguetes en su casa
El primer año y durante muchos más, el Gaucho Noel entregaba los regalos casa por casa y terminaba el reparto cerca de las 5 de la mañana, todo en su “renoleta”, un Renault 4 rojo intervenido con decoraciones navideñas. Hace poco, por cuestiones de salud, tuvo que reinventarse y trasladar la celebración a la plaza. “Para los chicos es algo mágico. Una vez, una nena me dio una cartita en la que no pedía ningún juguete, sino por la salud de su papá y porque consiguiera trabajo”, cuenta Daniel. Durante todo el año, en el frente de su casa deja un buzón en el que cada niño del pueblo puede acercarse a dejar su cartita.
Senderos Solidarios
Daniel no solo ilumina la vida de los niños en Navidad, también lo hace durante todo el año a través de los “senderos solidarios”. Se trata de caminatas “a la gorra” que convocan a decenas de colaboradores y que tienen el objetivo de juntar dinero para comprar paneles solares para que familias carenciadas de los parajes puedan tener luz.
“Subiendo la montaña como guía, veo que en muchos parajes de arriba no llega la electricidad y hay familias muy humildes que no pueden comprar un panel. Por eso, cuando logramos instalarles uno, les cambia la vida; llegan de noche y tienen luz en su casa”, explica Daniel, que ya logró iluminar las casas de casi 20 familias.
El resto del año, el Gaucho Noel junta y reparte donaciones para familias carenciadas de parajes rurales
Además, durante todo el año, Daniel recibe donaciones de víveres, ropa, calzado y demás artículos que reparte en los parajes junto a algún vecino. Incluso hacen vaquitas para comprar combustible, ya que algunos parajes quedan hasta a 70 km de su pueblo. “En épocas de sequía, también hay zonas en las que falta agua. Entonces llevamos bidones”, señala.
“Todo lo que se pueda hacer por los demás, lo hacemos”, dice. “Hay mucha gente que no la está pasando bien, y si está en nosotros poder cambiar esa realidad, ¿cómo les vamos a dar la espalda? Se trata de entregar un poquito de energía y de amor, hasta donde uno le de”, reflexiona. Su próximo objetivo, es convertir al “Gaucho Noel” en una asociación civil, para institucionalizar la ayuda de la comunidad y poder expandirla cada vez más. “Saber que podemos mejorarles la vida a los niños y a sus familias y hacerlos felices… No puedo pedir nada más”, dice en un suspiro.

Más información
Para poyar la obra de Daniel Casañas, comunicate al +54 9 3544 40-3964. También podés seguirlo en Instagram.

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