viernes, 4 de enero de 2019

JACOBO FITERMAN..INGENIERO..FILÁNTROPO..COLECCIONISTA....AHORA FOTÓGRAFO



Abre hoy su muestra de fotos
Las muchas vidas del coleccionista Jacobo Fiterman
Destacada figura de la colectividad judía y fundador de arteBA, expone sus fotos personales en la galería Cecilia Caballero y las ha reunido en un libro.

Fiterman es además presidente de la Fundación Alon.
Coleccionista de arte y referente de su generación; destacada figura de la comunidad judía argentina, Jacobo Fiterman mantuvo una estrecha relación con Shimon Peres y también conoció a Menahim Beguim, figuras centrales y fundacionales del estado israelí. Antes de que la Ciudad fuera independiente, en 1983, el ex presidente Raúl Alfonsín lo convocó para hacerse cargo de la Secretaría de Obras Públicas de la Ciudad. Una vez completada su tarea en esa función dedicó sus esfuerzos a la creación de arteBA que presidió por varios períodos. Después armó la Fundación Alon para las Artes, un emprendimiento de carácter más personal que dedicó a promover artistas, a través de muestras y edición de libros.
Y ahora también fotógrafo, la exhibición que inaugura hoy en la galería Cecilia Caballero, junto al libro que la acompaña, es el modo que eligió para celebrar sus 89 años.
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"Hago fotografía, no soy fotógrafo. No pretendo una devolución crítica de esto. Lo hago por placer", aclara distendido en el living de su casa. Es domingo y está rodeado de obras de arte, conversa junto a una taza de té y un plato de exquisita torta. Aunque no del todo desentendido de las alternativas del partido que conmovía al país. Habla de las diversas razones que impulsaron este último emprendimiento de exposición de sus imágenes que, por otro lado, no son distintas de las que marcaron su vida.
"A esta altura necesitaba reinventarme un poco a mí mismo", se justifica. "Fui a ver a mi psicoanalista para hablar con él y le llevé una versión casera de este libro. No quise comprometer a nadie a una evaluación crítica de algo que tiene un sentido muy personal. Así que fue él quien finalmente escribió el prólogo. En el libro hay, además, dos textos breves que explican todo: lo que yo escribí y lo que dice la galerista Cecilia Caballero, así lo expresa con una gran delicadeza, consciente de que cualquiera de los especialistas conocidos que frecuentó en estos años hubiera estado gustoso de hacerlo.
Una de las fotografías Sin título exhibidas en "Jacobo Fiterman. También fotógrafo"
 De cualquier modo los tres textos que preceden a las imágenes de su libro coinciden en algo que tiene en común: las palabras deseo, y desafío. Dos términos que pueden ser considerados el motor que contribuyó a alentar la diversidad de intereses que definieron su extensa trayectoria.

Puentes de los Estados Unidos. Imagen de Fiterman.
La mayor parte de las fotos fueron realizadas en Nueva York, adonde viaja con gran frecuencia. Pero también en distintas partes del mundo. París, Lisboa, Estambul. Fito, tal como lo conocen todos, sigue siendo un viajero infatigable.
Con el libro de fotos abierto sobre la mesa, conversamos su particular interés por determinados motivos .
“En Nueva York uno se encuentra con cosas maravillosas, así por casualidad", dice señalando. "Aquí ves a Nueva York en el dia de los festejos puertorriqueños. Aquí el Metropolitan Museum con gente del mundo entero descansando en las escaleras, un mosaico de razas y etnias".
La tienda Lord & Taylor de liquidación, junto a un mendigo al que nadie presta atención. La mayor parte de las instantáneas han sido sacadas con celular: "No me preocupa la calidad de la foto sino el registro de lo que me llama la atención".
Detalle de una de las fotografías Sin título exhibidas en "Jacobo Fiterman. También fotógrafo"
"Aquí, en la calle, sentada en un sillón desvencijado, una mujer ofrece Free advice (asesoramieto gratis). Esto es la biblioteca de Poughkeepsie, un pueblo pequeño de las afueras de Nueva York. Y aquí una parejita de chicas lesbianas enamoradas”, sigue.
- Creciste en un tiempo en que este tipo de relaciones más bien se ocultaban. Uno tiende a pensar que alguien que se formó en otro tiempo, con otro sistema de valores, puede sentirse incómodo ante escenas como estas.
-No, no para nada. No me incomoda en absoluto. Lo veo muy normal. Me gustó retratar esa actitud libre, natural en dos personas enamoradas. Yo soy judío y siempre estuve orgulloso de mi condición de judío y quizás eso me permite entender la diferencia en los demás.

Mujer en Estambul. Foto de Jacobo Fiterman
-Se ha dicho que la evolución de los distintos dispositivos, desde la cámara pocket al celular, habilitó una democratización en la producción de imágenes y en la capacidad de simbolizar. ¿Como viviste esos cambios en la tecnología que de algún modo te permitieron esta posibilidad?
-En el libro hay una foto de una farmacia. La incluí porque cuando fui a la Tate Modern, en Londres, y vi la obra de Damian Hirst con la serie de píldoras, me dije: 'Yo también tengo una farmacia allí´. Otra vez tuve una asociación similar en una sala vacía de la Tate que estaba pintada de oscuro; me recordó la Capilla Rothko en Houston y allí hice otra foto.
- ¿Cuantas muestra locales e internacionales ves al año?
-No tengo idea, seguramente más de diez.
-¿En qué medida ese caudal de experiencia visual ha configurado tu mirada?.¿Alguna vez pensaste que con este libro de fotos les estás dejando a tus hijos o nietos un legado de algo que ha sido muy importante para vos, que tiene que ver con la mirada?
-Cuando se llega a mi edad, uno puede tener muchas aspiraciones y preocupaciones. Por ejemplo, pensar cómo dejas económicamente a tu familia. Eso creo que lo tengo resuelto... Pero hay algo que me viene de familia que es la necesidad de trascender.
Detalle de una de las fotografías Sin título exhibidas en "Jacobo Fiterman. También fotógrafo"
 MI madre me alentó mucho para que fuera adelante. La vida siempre te ofrece sorpresas. Mi madre tenía tres hermanos. Uno vino a la Argentina y el otro se fue a Israel y el tercero, que se sentía plenamente polaco, se quedó. Cuando vino la ocupación nazi, un grupo de intelectuales se decidió a escribir día a día lo que estaba pasando. En el año 38, ellos seguían escribiendo; todos los escritos los pusieron en unos tachos, con más 400 dibujos de la esposa de mi tío, que era artista. Vengo de estar ahora en Polonia; hay un museo dedicado a lo judíos. Los judíos están en en esas tierras desde hace más de setecientos años. Están más allá de la historia de Polonia. Recorriendo todo eso, uno se enfrentaba con la propia historia de Polonia. Lo trascendente s que, fijate, Paul Auster visita Varsovia y va a la institución y se encuentra allí con esta historia y la incluye en uno de sus libros, cre que era "Informe el interior". Ese libro habla sobre la importancia de no perder la memoria: su segundo capítulo está dedicado a mi tío. Eso es lo que más me importa.
-¿Cuánto influyó el clima de época de la posguerra en tu empeño cultural? ¿Qué te impulsó en esa dirección?
Detalle de una de las fotografías Sin título exhibidas en "Jacobo Fiterman. También fotógrafo"
-Siempre fui consciente de todo lo que no sabía. Por eso de joven iba a los cursos del Instituto de Estudios Superiores. Allí tomé las clases de literatura inglesa que dictaba Borges, de Filosofía, con Vicente Fatone; de historia, con José Luis Romero. No sé cuánto aprendí pero tenía contacto con la gente que iba allí. Aunque sea por ósmosis, recibí una educación que, vista desde hoy, era de una altísima calidad. Yo trabajaba en Obras Sanitarias. En el Teatro Colón la función vespertina era los miércoles a las cinco de la tarde, entonces yo me escapaba y así me vi todas la obras de la programación por años y aunque no tenía la menor idea, fui aprendiendo. Uno va haciéndose a sí mismo en ese sentido. Hice otro libro dedicado a Carlos Alonso que se llama "Carlos Alonso ilustrador". Los ciento sesenta dibujos incluidos los doné al Museo Carlos Alonso de Mendoza.
Jacobo Fiterman
 Estuve en Mendoza, se hizo un exposición, conocí la institución y ahora estoy haciendo los trámites para formalizar esa donación con todas las previsiones, para que sean debidamente custodiados y conservados. Y ahora este libro de fotos. Así, como decís, mis nietos algún día van a tener algo mío personal
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