OTRA SEMANA PARA EL OLVIDO....

Otra semana para el olvido… Porque los K hacen lo que hacen… para que todos los gatos sean en apariencia negros…???
El profesor de derecho de la UBA, que nunca concurso, pero que además no cree en el mérito, apodado el “Tío Alberto”, dicto un Decreto que es la viva imagen de una persona que tiene una percepción de la realidad que está en línea con los intereses del Instituto Patria y su insigne conductora, entonces la idea que prima es que hay que culpar de todos los males a la CABA, para ello hay que englobar todo en el AMBA, algo similar a lo que hicieron durante todo el año pasado con Macri, recordemos de Cafiero III dijo que se Macri estuviera gobernando habría 10.000 muertos, este gobierno con su eficiencia de gestión lo multiplico por cinco. OTRO LOGRO DE ESTE GOBIERNO
¿Por qué la culpa es de CABA?. 

Respuesta, el gobierno le está hablando a la provincia de Bs. As., es el medio que encontraron para ocultar bajo la alfombra el desmadre que es la provincia, el marxista de escritorio dijo que los docentes de su jurisdicción estaban todos vacunados, una mentirita más, no llega al 58 %, entonces los gremios lo apretaron, iban a denunciar la realidad y la respuesta fue salir con el Decreto, el chiquitín y Cris, se comunicaron con el Tío y salió todo esto, pero lo tragicómico no termina ahí, sacaron a los militares a controlar el toque de queda que establecieron, pero lo hacen en CABA y en el primer cordón de zona norte de provincia, no lo hacen en la Matanza que es un lio y si se les ocurre ir a las fuerzas militares la secuestran y les hacen un hijo a cada uno…, es más, para los escépticos, les puedo recomendar que miren a la policía en la Matanza cuando tiene que salir a hacer un operativo, parecen un convoy de tropas en Afganistán, son patéticos, porque no pueden controlar el terreno que dicen gobernar. Las provincias de Mendoza, San Juan, Córdoba. Misiones, Santa Cruz y Santa Fe no adhieren al Decreto, en simple, que el Tío Alberto haga un cucurucho y por donde corresponda…
Es claro que lo único importante es joder en todo lo posible a Larreta, que ha sido puesto en el incómodo lugar de ser el enemigo público N° 1 de los K, que está dando la batalla en contra de la ciudad opulenta, en donde hasta los agapantos tienen agua, mientras que en la Matanza no hay nada…., claro que la gobiernan desde hace más de 30 años…, pero es una simple circunstancia que no tiene relevancia….

Las personas normales tratan de entender a los k, pero no los comprenden… ¿Por qué?... Respuesta: simplemente porque no quieren ver la realidad de la maldad política hecha acto político, tememos una sociedad, un tanto autista por darle un nombre, 12 años de gobierno K debería haber sido suficiente para que las personas entendieran, pero no, insisten en ver lo que quieren y no lo que es…. entonces, todo es parte de la misma lógica, los K están convencidos que de esta forma ganan la próxima elección, tienen números que les dicen que la intención de voto es el 40 % en la provincia de Bs As, con ese nivel de votos pueden retener las bancas que ponen en juego incluso sumar dos más, con lo cual los acercan a lograr el quorum propio y así poder sacar todas las leyes que Cristina quiere.
En esta falta de entendimiento de los K, la prensa juega un papel destacado, … ¿Por qué? Respuesta los periodistas y los noteros trabajan haciendo notas en CABA, no salen a la provincia, porque hacer notas en CABA, es más simple, la provincia es complicada, no muestran la realidad del segundo y tercer cordón del AMBA.
En política el mal no es abstracto; por eso deberíamos dejar de hablar del mal en general y concentrarnos, por el contrario, en la maldad política en particular y no deberíamos decir que toda la política es malvada, porque no es real, la generalización es una forma de banalizar la cuestión porque si son todos, nadie lo es”, en épocas de malestar social como las que vivimos, las personas tienden a odiar intensamente en nombre de la situación social y odiar a la política es lo más simple de hacer, pero una acción en esa dirección produce confusión porque nos lleva a generalizaciones en donde todo son puestos en pie de igual y es precisamente lo que la mala política busca, si todos son culpables o responsables nadie lo es, entonces todo se licua.

El poder es siempre una capacidad que alguien tiene para hacer algo en un contexto determinado. Existen pues tantos tipos de poder como tipos de cosas se puedan hacer en cada circunstancia. El poder es adjetivo, relativo y comparativo; una capacidad para tomar decisiones y hacer cosas que afectan a los miembros de la sociedad, pero este poder puede ser el reflejo de la caricatura de la maldad del poder.
En cualquier caso toda acción política se guía por dos principios clásicos, racionalidad y legitimidad, en un Estado democrático la legitimación de una acción política reside en su aprobación mayoritaria y libremente decidida por parte del pueblo soberano y el corazón de tal forma de organización del Estado lo constituyen precisamente el sistema jurídico constitucional que articula y da forma a los mecanismos de la acción política, el respeto generalizado a los derechos civiles que el sistema constitucional garantiza a todos los ciudadanos por igual. La idea de identificación del Estado, razón y justicia está muy arraigada en la conciencia de los ciudadanos, esa identificación es la responsable que ante la evidencia de la deficiente racionalidad de muchas formas de acción política, la concentración del poder público y los riesgos que ello conlleva para la equidad social y la patente condición de falta de justicia de cualquier propuesta política, la única actitud de dignidad intelectual compatible parece no ser otra que la disidencia.

 No tengo grandes objeciones que hacer a la disidencia política, esta es una forma de crítica al poder establecido y conlleva un programa alternativo para la gestión de los asuntos públicos. Un cierto grado de disidencia política es inevitable y seguramente deseable en toda sociedad compleja. La grandeza de la acción política es que continuamente tiene que afrontar la contingencia de las propias reglas del juego que la hacen posible y éste es en el fondo el sentido de la disidencia política.

D. M.

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