Preocupación por el crecimiento de casos de cálculos renales en los chicos
Si bien es una enfermedad que tiene varias causas, apuntan contra la mala nutrición
Alejandro Horvat
Los cálculos renales, señalan los expertos, generan uno de los dolores más intensos que se pueden experimentar. En los adultos, la molestia por litiasis, como se denomina a este cuadro, suele comenzar en la zona lumbar y se traslada a la genital, mientras que en los chicos es frecuente que presenten un dolor intenso de abdomen acompañado de vómitos.
En este último grupo, los casos a nivel local han aumentado de manera exponencial, según señalan desde el Centro Argentino de Urología. Por ejemplo, según cifras del Hospital Garrahan, en 2014 operaban seis casos de litiasis pediátrica por año, mientras que en 2022 el número ascendió a 91.
Las razones de este incremento aún no se han dilucidado y es probable que sean multifactoriales, como trastornos metabólicos asociados con la obesidad, y cambios en la ingesta dietética, como un aumento en la ingesta de sodio y el bajo consumo de agua. Los expertos señalan que, sin lugar a dudas, esta incidencia conducirá a una mayor prevalencia futura en adultos dado que la nefrolitiasis es un proceso crónico y recurrente.
Juan Pablo Corbetta, coordinador de Urología Pediátrica del Centro Argentino de Urología, explica que el cálculo urinario tiene una matriz de sodio y a ese núcleo se le adhieren otros minerales, como el calcio, y de ese modo se termina formando el cálculo. Este luego se atasca en los riñones, en el uréter o la vejiga, y genera un dolor punzante y, según describe Corbetta, los pacientes no encuentran una posición en la que el dolor desaparezca o aminore su intensidad.
Para llegar al diagnóstico, que muchas veces se demora porque los síntomas se pueden confundir con otras patologías, es necesario hacer una ecografía, una placa y, en algunos casos, se solicita una tomografía sin contraste.
Las litiasis pueden comenzar a formarse en el riñón sin causar síntomas durante un período de tiempo. Sin embargo, cuando el cálculo desciende por el tracto urinario, puede generar dolor repentino e intenso en la espalda, náuseas, vómitos, malestar en la ingle, intenso dolor de estómago (especialmente, en niños pequeños), ardor o dolor al orinar, sangre en la orina y fiebre. En pacientes pediátricos con este cuadro, el primer paso es ayudar a aliviar el malestar y a que el cálculo pase a la vejiga y luego sea expulsado por la orina. En ocasiones, en primera instancia, el urólogo infantil indica beber grandes cantidades de líquidos y los analgésicos como el ibuprofeno pueden ser útiles para controlar el dolor.
Dieta
“En el Hospital Garrahan tenemos un proyecto que empezó en 2014 porque veíamos que aumentaba la incidencia de pacientes con litiasis. Decidimos equiparnos y fue una buena decisión porque los casos empezaron a crecer notablemente. En 2014 operábamos a seis pacientes por año y ahora intervenimos a dos o tres pacientes por semana, en promedio. Este es un problema que se ve en casi todos los servicios de urología pediátrica y es un problema endémico en países como Turquía, India y Egipto”, describe Corbetta, que es también jefe de Urología del Hospital Garrahan y jefe del Departamento MaternoInfantil del Alemán.
Roberto Vagni, urólogo pediátrico del Hospital Italiano, también observa un aumento significativo de los casos de litiasis en pacientes pediátricos: “Nosotros tenemos números parecidos al Garrahan. Debemos estar en alrededor de los 80 o 90 pacientes por año. Una de las razones de ese aumento es que hacemos más diagnósticos y nos especializamos más en esta área, pero principalmente tiene que ver con la dieta. La gente toma poca agua, come cosas envasadas con mucha sal y productos procesados. Muchos se hidratan con gaseosas. El mensaje es que si vas a comprar algo que viene en un paquete, no le agregues sal, o trates de comprar la verdura vos”, sostiene.
Intervención
Según explica Corbetta, hay dos maneras de realizar la intervención para romper un cálculo renal. “A los pacientes pediátricos, al igual que a los adultos, se les ofrece la resolución quirúrgica, en donde tras la fragmentación del cálculo con láser la piedra es disuelta hasta convertirse en una arenilla. Los pacientes pediátricos que necesitan estos procedimientos reciben el alta entre las 24 y 72 horas. En el hospital público siempre se hace de ese modo, porque no contamos con la posibilidad de realizar una litotricia extracorpórea, que son ondas de choque que desintegran el cálculo sin necesidad de entrar al cuerpo. Aunque varían de tamaño, la mayoría de los cálculos renales miden de tres a seis milímetros, y si un niño expulsa un cálculo mientras orina, es aconsejable recolectarlo para analizarlo, conocer sus componentes y darle un tratamiento adecuado”.
Corbetta señala que hay pacientes con factores genéticos que hacen que tengan una mayor predisposición a tener litiasis. “El aumento de dietas con alto contenido de sodio, el consumo de jugos y gaseosas altos en sodio, y la baja ingesta de agua son algunos de los principales factores que derivan en un cálculo renal, además de los factores genéticos o metabólicos. En los adultos, además de los ya mencionados, las cirugías para bajar de peso también pueden generar una mayor predisposición a los cálculos renales”, resalta Corbetta.
Ignacio Serra, médico del Servicio de Urología del Hospital Austral, explica que, además, en la formación de cálculos puede haber una cuestión anatómica de la vía urinaria, como también hay componentes de la orina que facilitan que se generen los cálculos, sobre todo cuando se consume poca agua. También destaca que hay infecciones urinarias, aunque no son las más frecuentes, que pueden generar litiasis. “Como prevención, simplemente tomar abundante líquido, como dos litros por día, y llevar una dieta sana ayuda a evitar la formación de cálculos”.
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