lunes, 26 de febrero de 2024

Gita Gopinath, Y EL ESCENARIO ECONÓMICO

 


“La dolarización no resuelve todos los problemas”
La número dos del FMI contó su primer encuentro con Milei y dijo que el ajuste fiscal es “ambicioso”; pide cuidar a los más vulnerables
Francisco Jueguen y Rafael Mathus RuizGita Gopinath, primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional
La primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, describe la reunión de la semana pasada con el presidente Javier Milei como “larga y sustanciosa”. Luego de su visita de dos días al país, afirma que lo encontró abierto a escuchar y aseguró que tiene “coraje y convicción”. En una entrevista con la nacion, la influyente funcionaria sentencia que la economía que heredó el Gobierno estaba “cerca de una crisis” y requería de una “acción audaz y decisiva”, y deja una fuerte advertencia sobre la dolarización.
Gopinath volvió a elogiar el ajuste de Milei al destacar el “ancla fiscal fuerte” y “ambiciosa” del programa económico y la eliminación del financiamiento monetario al Tesoro, que “faltaba en los programas anteriores”, critica.
“La economía que heredó este gobierno estaba cerca de una crisis y requería una acción audaz y decisiva para alejarla del precipicio”, afirma.
Gopinath dice que no discutió un nuevo programa con fondos frescos con Milei y el equipo económico, una posibilidad que el Gobierno mantiene en carpeta. Esa conversación, sostiene, es “preliminar”.
La número dos del Fondo Monetario Internacional pide preservar las jubilaciones y la ayuda social, y repartir la carga del ajuste en toda la sociedad. Tras su visita, Gopinath reconoció avances en un comunicado. En la conversación estima que llevará por lo menos un año bajar la inflación a niveles bajos en la Argentina.
“Se comienza con dos dígitos, luego valores altos de un solo dígito y luego sale algo más bajo de un solo dígito. Pero creo que llevará al menos un año bajar la inflación a niveles bajos y luego mantenerla en esos niveles hasta 2025 también requiere esfuerzos”, afirma. Cree que puede estar en un dígito a mediados de este año.
Gopinath recalca que es importante que el costo del ajuste se reparta entre toda la sociedad. Por eso, aconseja dos cosas: asegurar que las jubilaciones y la asistencia social sigan a la inflación y que la recaudación venga de “un mejor impuesto sobre los ingresos”. La exprofesora de Harvard sugiere además eliminar gastos tributarios y privilegios a ciertas regiones, que no precisa.
También pone de relieve la importancia de aportar más claridad sobre la política monetaria y el régimen cambiario. Eso, explica, ayudará a bajar la inflación de manera gradual. El crawling peg y el valor del dólar es algo que “debe ser calibrado en el tiempo” –asegura– en función de la inflación y las reservas.
Para la ex economista jefe del Fondo Monetario, una figura cercana al gobierno de EE.UU., la eliminación del cepo no tiene fecha: depende, más bien, de ciertas condiciones. Cree que las tasas de interés negativas ayudan hoy al ajuste fiscal, pero que con el tiempo deberán volver a terreno positivo para apoyar la demanda de pesos y que, para sostener cualquier estabilización en el tiempo, serán necesarias reformas estructurales (menciona la laboral). Sin esto, no habrá estímulo para crecer y se volverá a poner en juego la estabilidad.
“Qué tipo de régimen monetario tiene un país es una decisión soberana”, dice, y agrega que para cualquier régimen monetario, incluida la dolarización, se necesitan condiciones previas: una suficiente cantidad de dólares en el Banco Central y buenos marcos de política macro. “Lo que vemos, por la experiencia de otros países, es que la dolarización no resuelve todos los problemas”, afirma Gopinath, que agrega que, sin disciplina fiscal, aunque se dolarice, se puede seguir teniendo problemas. “No es una panacea”, cierra.
Además, considera fundamental conseguir apoyo político para avanzar en las reformas de la economía. “Entendemos que la situación política del país es muy compleja”, describe la número dos del FMI..
–Lleva tiempo siguiendo a la Argentina y este es su primer viaje a este país, ¿cuál es su impresión?, ¿cómo ve la situación?
–En primer lugar, estoy muy contenta de estar aquí, en la Argentina. Tenía muchas ganas de venir y me alegro de por fin haberlo logrado. He tenido muy buenas reuniones con el Presidente, con su equipo, pero también con la sociedad civil, con economistas y académicos de distintos ámbitos, que asesoraban a distintos partidos políticos. Me reuní también con el sector privado. Hoy mismo he visitado una pequeña y mediana empresa y me he reunido con un representante sindical. Creo que lo que se desprende es el reconocimiento de que, en primer lugar, la economía que heredó este gobierno estaba cerca de una crisis, y se requería una acción audaz y decisiva, para alejarla del precipicio. Hubo también un amplio reconocimiento del establecimiento de una fuerte ancla fiscal, que es lo que faltaba en todos los programas de estabilización anteriores. Aquí se trata de un ancla fiscal muy ambiciosa, que consiste básicamente en deshacerse de todo déficit fiscal y poner fin a la financiación monetaria, cosa que el Gobierno ha hecho y ha conseguido hacer en el primer mes de este año, como todos han reconocido. Estamos viendo cómo baja la inflación, si bien sigue estando a un nivel muy alto. Los procesos de estabilización no son rápidos, llevan tiempo, y eso es lo que también se desprende de la experiencia de otros países que han llevado a cabo programas parecidos. La estabilización completa lleva tiempo. Así pues, todavía estamos en tiempos muy difíciles. En segundo lugar, si bien se está llevando adelante una importante y necesaria consolidación fiscal, al mismo tiempo será necesario asegurarse de que el costo de este ajuste se reparta entre toda la sociedad y de que no recaiga desproporcionadamente sobre la clase media, la clase media baja y los pobres. De todos escuché la importancia del apoyo social y de proporcionar asistencia social. El Gobierno ha aumentado transferencias al programa de asignación por hijos y el programa Alimentar para ayudar a familias pobres, pero también ha aumentado becas escolares para asegurar que familias de clase media puedan mantener a sus hijos en las escuelas. Pero hará falta más, para asegurarse de que la reducción del déficit fiscal no recaiga sobre los segmentos vulnerables de la sociedad. Esto también significa asegurarse de que las pensiones y la asistencia social sigan el ritmo de la inflación. Pero también es importante asegurarse de que la recaudación provenga de, por ejemplo, un mejor impuesto sobre los ingresos sobre las personas físicas para que las personas con ingresos elevados contribuyan a este ajuste. También es importante reducir los gastos fiscales y en particular los privilegios especiales concedidos a algunas regiones. Esos beneficios son costosos. Esa debería ser otra vía. Así que, para que esta consolidación pueda continuar, se requerirá de otro tipo de instrumentos, otro tipo de políticas para poder proporcionar más asistencia social, que a la vez se necesita para conseguir apoyo social por el programa. La otra pieza necesaria, donde hay una coincidencia, es la importancia de tener más claridad sobre la política monetaria y el régimen cambiario. lo cual ayudaría también a bajar la inflación. Por último, creo que se reconoce el enorme potencial que tiene la Argentina, en muchos sectores, incluyendo minería, energía y tecnología, al igual que su enorme potencial humano. Y que las reformas son necesarias. Esto es después de tener una década de caída en el ingreso per cápita. En un país con tanto potencial, las importantes reformas de mercado que se proponen podrían ayudar a que esos sectores vuelvan a crecer con más dinamismo.
–¿Discutió con Milei y su equipo algún nuevo programa y fondos frescos?
–No. Tuvimos una discusión, como siempre, sobre el tipo de políticas que se necesitan para fortalecer la estabilidad. Ahora mismo acabamos de terminar nuestra séptima revisión a finales del 31 de enero, y estamos apenas a mediados de febrero. Una vez más, he venido aquí para mirar hacia adelante y ver qué más se necesitaría. Pero todo en este momento es preliminar.
–¿Pero estima que hay alguna posibilidad?
–Siempre mantenemos conversaciones sobre todas las perspectivas pasadas, pero creo que de momento es de nuevo muy preliminar.
–¿Qué opina del clima político y ve suficiente apoyo al programa?
–Vemos que es importante conseguir apoyo político. Entendemos que la situación política del país es muy compleja. Se están adoptando enfoques muy diferentes, pero para que las reformas se lleven a cabo será importante que más partidos políticos se unan y trabajen en la reforma de la economía argentina. Creo que todo el mundo debería reconocer que la reforma es necesaria. Es fundamental. Y tener reformas basadas en el mercado es fundamental, dada la situación actual de la economía.
–La pobreza ha aumentado, los salarios reales, las pensiones han sido aplastadas, y se avecinan más medidas dolorosas; ¿cómo se puede sostener un plan económico en tales circunstancias?
–Es importante asegurarse de que se mantenga el valor real de las jubilaciones y la asistencia social. Que las jubilaciones y la asistencia social sigan el ritmo de la inflación. El Gobierno ha proporcionado diferentes formas de asistencia social y hay esfuerzos para mantener el valor real de las jubilaciones. Esfuerzos para asegurar que este ajuste no conduzca a grandes aumentos de la pobreza son absolutamente críticos. Y por eso he mencionado que será también importante conseguir aumentar los impuestos sobre los ingresos de las personas físicas, lo que puede proporcionar recursos para evitar recortar tanto los gastos. Del mismo modo, la eliminación de ciertos tipos de gastos tributarios también ayudaría. Entonces, las medidas concretas que se adopten para cumplir el ancla fiscal deben calibrarse para garantizar que se siga prestando asistencia social y que la carga no recaiga totalmente en los grupos más pobres.
–Ha hablado de la inflación, ¿a qué velocidad cree que bajará? ¿Y por qué?
–Si comparamos con otros países que han hecho estabilizaciones ambiciosas, está claro que ese proceso será gradual y se requiere de paciencia. No se llega al 2% de inflación de la noche a la mañana, se necesita tiempo. Y también es normal tener baches, puede haber períodos en los que la inflación baje y suba, pero en general la trayectoria es descendente, siempre que se mantenga un ancla fiscal fuerte, sin financiación del Banco Central y con políticas monetarias coherentes que también apoyen a la reducción de la inflación. En la evaluación que hicimos como parte de la séptima revisión, prevemos que la inflación puede bajar a un dígito para mediados de este año. Y de nuevo, tiene que seguir bajando más. Se comienza con dos dígitos, luego valores altos de un solo dígito y luego sale algo más bajo de un solo dígito. Pero creo que llevará al menos un año bajar la inflación
“Será necesario asegurarse de que el costo de este ajuste se reparta entre toda la sociedad”
“Desde la perspectiva del Fondo Monetario Internacional, la decisión de qué tipo de régimen monetario tiene un país es una decisión soberana”
A niveles bajos y luego mantenerla en esos niveles hasta 2025 también requiere esfuerzos.
–El Fondo Monetario Internacional dijo que la restricción en los mercados de divisas, los controles de capital, que aquí en la Argentina llamamos el “cepo”, se irán desarmando gradualmente en cuanto las condiciones lo permitan. ¿Cuándo cree que ocurrirá? Y ¿es sostenible el crawl del 2% en el tipo de cambio?
–En nuestra opinión, se trata de un paquete integral de políticas encaminadas a reducir la inflación. Por ahora, el ancla fiscal, sin financiación del Banco Central, y la tasa de
crawl de dos por ciento están ayudando. Ahora, cómo debería de evolucionar el régimen cambiario y monetario es algo que debe ser calibrado en el tiempo en función de lo que está sucediendo con la inflación y reservas. Es por eso que la lectura de la dinámica inflacionaria es tan importante.
–Los equipos del FMI siempre exigen tasas de interés reales positivas...
–Habían preguntado por la eliminación de los controles de capital. El momento de eliminar los controles de capital depende de las condiciones macroeconómicas y el track record de reducción de la inflación y acumulación de reservas. En este momento, creo que el Gobierno ha tenido mucho éxito en acumular cerca de US$8000 millones en reservas, pero heredó una posición de reservas negativas muy grande, por lo que las reservas netas siguen en territorio negativo. Así que seguirá siendo importante acumular suficientes reservas y tener un historial de reducción de la inflación, de cumplimiento con la política fiscal, y el mantenimiento del apoyo social. Esa combinación nos llevaría a un entorno en el que podrían eventualmente eliminarse estas restricciones. Sobre si el staff del FMI siempre exige tasas de interés reales positivas, creo que esa evaluación depende del paquete macroeconómico que se está considerando. En el pasado, la política fiscal jugó un papel menor y el ancla procedía principalmente de la política monetaria, manteniendo los tipos de interés reales en territorio positivo. En eso se basaba. Ahora, hay un ancla fiscal muy fuerte, y esa ancla está dando lugar a una contracción de la economía. Se prevé que el crecimiento sea inferior al -2,8% este año, y que también se reduzca la inflación. Los tipos de interés reales están en territorio negativo en este momento, y eso también está ayudando al ajuste fiscal. Dicho eso, creo que en los próximos meses será importante que la política monetaria se mueva gradualmente hacia un territorio en el que los tipos de interés reales sean positivos, de modo que también apoye la reducción de la inflación y la demanda de pesos.
–¿Qué reformas estructurales cree que necesita el país en estos momentos para crecer más?
–Hay muchas distorsiones en la economía argentina en numerosos sectores. Las reformas estructurales son necesarias, incluyendo en el mercado laboral al igual que en otros sectores para darle una mayor competencia y eliminar barreras a la entrada en sectores con industrias protegidas. También será muy importante invertir en capital humano. Esto es un aspecto crítico. Las tasas de pobreza infantil de más de 55% son extremadamente preocupantes. Es el futuro del país. Es importante asegurarse de que ese porcentaje descienda mucho y de poder invertir más en educación. Una estabilización macro, eso en sí mismo, dará confianza a los inversores interesados en invertir en el país y aumentar la capacidad y crecimiento de la actividad económica. Pero también es importante emprender reformas estructurales, porque creo que sin ellas se podría acabar de nuevo en una situación de insuficiente estímulo para el crecimiento, que podría jugar en contra de la estabilidad. Así que es importante tener ambas cosas.
–¿Qué opina de la dolarización? ¿Podría ayudar o empeorar las cosas?
–Desde la perspectiva del FMI, la decisión de qué tipo de régimen monetario tiene un país es una decisión soberana. Tenemos países miembros que están dolarizados. Tenemos países que dejan flotar sus monedas. Lo que hacemos es evaluar las políticas macroeconómicas y los fundamentos de la economía, para ver si son consistentes con la transición a un régimen de tipo de cambio que el país ha elegido. Lo único que quiero señalar es que, para cualquier régimen cambiario, incluida la dolarización, se necesitan buenas condiciones previas. Se necesita una cantidad suficiente de reservas y buenos marcos de política macro. Y lo que vemos por la experiencia de otros países es que la dolarización no resuelve todos los problemas, ¿verdad? Si no tienes disciplina fiscal, aunque dolarices, puedes acabar teniendo problemas si no eres capaz de controlar tu política fiscal, de contenerla. Así que no es una panacea.
–Como probablemente sepa, los argentinos tienen sentimientos fuertes sobre el FMI. ¿Qué le diría a la gente que no cree en las recetas del Fondo?
–Es una buena pregunta... Tengo que pensar en ello. Principalmente, quiero expresar mi gratitud a todos los que me han ayudado con mi visita a la Argentina. Estoy muy agradecida por su hospitalidad y lo he pasado muy bien. Es un país precioso con un potencial tremendo. Y espero que sus lectores vean al FMI como un amigo que está tratando de hacer todo lo posible para que ese potencial se haga realidad en la Argentina para todos.
–¿Podría contarnos un poco cuál fue su impresión del presidente Milei? Es la primera vez que realmente han tenido tiempo de mantener una reunión a solas con el resto del equipo y Milei ha tenido mucha atención en Estados Unidos. ¿Qué piensa sobre él?
–Mantuve una larga y sustanciosa conversación con el Presidente. Fue una conversación cara a cara y, en primer lugar, para mí personalmente, como economista, fue particularmente interesante hablar con un jefe de Estado que también es economista. Así que entramos en cuestiones de fondo en términos de política monetaria y fiscal, etc., y cuál podría ser la mejor manera de lograr la estabilización y restablecer el crecimiento, algo que al Presidente le preocupa mucho porque, en última instancia, eso es lo que al final beneficia a todos en la Argentina. Creo que lo más reconfortante de hablar con él es que se mostró abierto a escuchar ideas y sugerencias. Además, tiene coraje y convicción. Eso también se nota.
“La economía que heredó este gobierno estaba cerca de una crisis y requería una acción audaz y decisiva para alejarla del precipicio”
“Es importante reducir los gastos fiscales y en particular los privilegios especiales concedidos a algunas regiones. Son beneficios costosos”
“Es importante conseguir apoyo político. Para que las reformas se lleven adelante será vital que más partidos políticos se unan y trabajen en la reforma de la economía argentina”
“Hay muchas distorsiones en la economía argentina. Las reformas estructurales son necesarias, incluyendo el mercado laboral”

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El plan económico ya está: qué tiene en mente Milei
Seguirá adelante con lo que definen como la “lógica del arquero” ; no lo desvelan los conflictos; sus proyecciones para la inflación, el proyecto de ley para meter presos a los funcionarios que emitan dinero y las próximas reformas

José Del RioEl ministro de economía, Luis Caputo, y el presidente Javier Milei

“Es la historia de mi vida”. La frase se le escuchó al presidente Javier Milei pocos minutos antes de subir al avión que lo conduciría a la principal cumbre conservadora de Estados Unidos junto a Donald Trump. Estaba exultante. La pelea con Ignacio Torres, gobernador de Chubut, y la suma de respaldos que el mandatario provincial recibió de los gobernadores de Juntos por el Cambio, de la Unión Cívica Radical, de la Coalición Cívica y hasta del propio Axel Kicillof, lejos estuvieron de amedrentarlo. Hizo dos llamadas, comenzó una batería de retuits de quienes lo respaldaban y en pocos minutos fue el propio ministro de Economía, Luis Caputo, quien dio la respuesta oficial. “La deuda de la Provincia de Chubut con el Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial al 29/02/2024 asciende a la suma de $119.091.257.332,36. El Gobierno de la Provincia de Chubut no presentó ningún pedido de cancelación de la deuda”, explicó el ministro en X.
A esa altura parecía haber pasado una eternidad desde el festejo esa misma tarde por la visita de Antony Blinken, hombre de estrecha confianza de Joe Biden, y una de las figuras más influyentes del mundo. La batalla con los gobernadores se sumó a la de Lali Espósito, al cierre del Inadi, los fondos fiduciarios, a su definición del Congreso como “nido de ratas”, al anuncio de una reestructuración de fondo en el Estado y a dos amenazas de paro latentes: la de Ctera y la de Aerolíneas Argentinas prevista para el miércoles. “El gremio docente ese es una unidad básica. No defiende a los trabajadores, sino al kirchnerismo, pero lo bueno es que todo va saliendo a la luz”, celebraron en el Gobierno.
“No hago ni haría nada fuera de la Constitución. Solo estoy siendo coherente con la idea de que ‘no hay plata’ es para todos por igual y eso incluye a los gobiernos provinciales. Los políticos se mueven con una lógica que no es ni será la mía”, alegó el Presidente a su mesa chica. Desde Economía siguen con la misma tesitura: “No se nos mueve un pelo. Las deudas se pagan y las transferencias discrecionales se terminaron. Si no podés ajustar medio punto en tu provincia cuando se ajustan cinco a nivel nacional, es que no entendés la situación de un país en crisis”, explicó una altísima fuente de Hacienda. La idea de “parar todos los yacimientos” propuesta por el gobernador Torres parece más una amenaza sindical que la voluntad empresaria genuina de hacer algo así. De hecho, el exministro de Energía Juan José Aranguren respaldó a los libertarios cuando afirmó: “La gestión anterior, al mando de Mariano Arcioni, había puesto como garantía el dinero de la coparticipación. En la Justicia Chubut lleva las de perder y no puede cortar el suministro de petróleo porque es un comportamiento ilegal”, resumió Aranguren.
En el prisma de la Casa de Gobierno este tipo de acciones termina uniendo a Juntos por el Cambio con el kirchnerismo. “Kicillof estaba acostumbrado a Alberto Fernández y no sabe reducir gastos. Cuando le falta plata multiplica impuestos. La misma política que llevó el país a la quiebra”, agregaron en Hacienda.
En la mente del Presidente y de su ministro de Economía el plan económico ya está escrito y no tendrá cambios. De hecho, en las 183 páginas que tiene el libro El fin de la inflación, escrito por Javier Milei con la colaboración de Diana Mondino, Federico Sturzenegger y Domingo Cavallo, entre otros, e impreso en mayo de 2023, hay un paso a paso que vienen implementando a rajatabla. “Hay que decirlo una y mil veces, emitir para financiar el déficit fiscal es un delito… No solamente es culpa del gobierno, sino también de la oposición”, escribió poco tiempo antes de ser elegido presidente. Y va más allá en su afirmación: “Las características fundamentales de gran parte de las crisis que ha tenido la Argentina desde el inicio del siglo XX hasta hoy tienen origen en un fuerte déficit fiscal que al no poder financiarse por deuda termina con una emisión monetaria que genera desastres inflacionarios”.
El Presidente irá ahora un paso más allá de lo discursivo: enviará un proyecto de ley para penalizar a quien emita dinero. La iniciativa incluye prisión efectiva y abarcaría al ministro de Economía, al presidente del Banco Central, al directorio y demás autoridades que lleven adelante la emisión monetaria como práctica. Cree que de esa forma se atenuarán también los constantes pedidos de lo que denomina “la casta”. “Las cuestiones hay que cambiarlas rápido y de una vez por todas. Emitir dinero es delito y lo digo hace años. Nadie de mi equipo podrá sorprenderse con esta iniciativa”, aseguró convencido en un ida y vuelta con dos personas de su extrema confianza.
Desde su punto de vista, los argentinos no desprecian el peelectorado, so por una cuestión psicológica, sino porque no cumple la función de reserva de valor. Está convencido de que lo que ocurre por estos días es una guerra por no perder el statu quo de privilegios de un país fundido y es muy posible que hable de ello ante el Congreso nacional en la apertura de la asamblea del primero de marzo. Sabe que no será bien recibido. Pero eso también es parte del juego. o al menos del suyo. Si bien no sabía de antemano que Victoria Villaruel, vicepresidenta de la Nación, correría del lugar que ocupaba en el Senado el busto del expresidente Néstor Kirchner y lo reemplazaría por una antena de wifi, el Presidente vio con buenos ojos tanto la respuesta de ella como su acción. “Esa es su casa y es su facultad. Creo que hizo bien”, comentó en privado.
La respuesta de La Cámpora con agresiones hacia Villarruel también fue tema de conversación en lo más alto del poder. Creen que ese tipo de respuestas no hacen más que validar la conexión de los libertarios con su en el que también aparecen muchas personas cansadas de esas prácticas del kirchnerismo.
Una lógica particular
La forma de gobernar de Milei deja muchas veces en offside a propios y ajenos. Algunos incluso le preguntan si es una estrategia de comunicación y si no le preocupa quedarse solo a futuro por sus posturas. Su respuesta suele vincularla al fútbol y la posición que históricamente ocupó. Habla de la “lógica del arquero”. “Es el puesto más solitario y sabés que si te equivocás es gol del equipo contrario”, resumió en un documental dirigido por Santiago oría. De hecho, allí se reflejan una de las pocas declaraciones públicas de la hoy secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, cuando ella recuerda una anécdota que describe la personalidad del Presidente y la lógica del Gobierno. En una final de un partido de fútbol eran visitantes y toda la hinchada los hostigaba, especialmente a su hermano, porque había atajado varias jugadas de gol y se había convertido en figura. Cuanto peor era lo que le decían, más atajaba, y terminaron ganando la final y alzando la copa. Salieron escoltados por seguridad y el disfrute por parte de su hermano fue el más grande en su carrera deportiva. De ahí se entiende también por qué descoloca tanto a sus adversarios y por qué no teme lo que viene, aunque sabe que el reloj de la opinión pública corre desde el día uno. Pero está convencido de que los tiempos se aceleran si mantiene el freno en el gasto y el superávit como resultado de los meses venideros.
El próximo paso después de estabilizar las reservas del Banco Central y el valor del tipo de cambio será lo que puertas adentro denominan competencia de monedas. Si bien eso supone una explicación técnica, en definitiva implica una salida del cepo al dólar y la posibilidad para los argentinos de elegir libremente con qué moneda operar. Es decir, que compitan los dólares, los pesos, euros o la unidad que se quiera utilizar dentro del mercado doméstico. De esa manera supone que el propio peso del peso argentino vaya cayendo y la realidad deje asentada la base para la futura dolarización, que es un proyecto que no solo no descarta, sino que podría implementarse antes de lo previsto. Milei suele respaldar esta decisión en el caso de Ecuador, donde muchos de los temas económicos cotidianos dejaron de discutirse posdolarización e incluso ahora esa política mantiene una aprobación de la población superior al 80%, según reveló Francisco Zalles, economista de ese país y uno de los arquitectos de esa política monetaria.
En el caso de la inflación, fenómeno al que definen como el peor de los males de época, están convencidos de que el ancla es esencialmente fiscal y monetaria y seguirán restando pesos a la circulación. Esgrimen al momento de buscar una fórmula distinta que los niveles de pobreza con los que se inició la democracia se multiplicaron por cinco, que el asistencialismo lo hizo por 30 y que ya no hay margen para seguir con el mismo modelo. Creen en el Gobierno que las cifras en baja serán un aliciente de confianza para su electorado, pero también para la oposición.

“Lo que quiero es sacarles el Banco Central a los políticos porque es el instrumento más nefasto y socialista que tienen las economías”, escribió el Presidente en su último libro, en el que habla de una matrioshka de problemas por resolver. La expectativa en Balcarce 50 es mostrar una clara desaceleración de los precios que aseguran ya se verifica en febrero al 15% y que sería inferior –según sus pronósticos– en marzo. “Ahí empieza a jugar la economía del metro cuadrado y todo lo que suena técnico empieza a ser palpable para la gente”, describieron en el Ministerio de Economía.

Las reformas en tanto arrancaron con la reducción de ministerios, la baja de la emisión y del gasto público, la recompra de reservas y el proyecto de ley y decreto de necesidad y urgencia para eliminar regulaciones, que por el momento sigue en debate. En los próximos meses se buscará avanzar con una reforma laboral para convertirla en seguro de desempleo, la reducción de impuestos que hoy no condice con la realidad y la apertura de la economía, especialmente en sectores poco competitivos con precios muy por encima de la media internacional. Pero para ello esperarán completar primero la fase de orden financiero y fiscal que está en marcha. De acuerdo con el punto de vista del Presidente, el problema de desempleo es de rigidez en el mercado laboral, y eso se soluciona con una reforma y no con emisión, que genera “un desastre inflacionario”. Porque la cuestión de fondo en la Argentina sigue siendo la misma, aunque con una adaptación de época. “Ya no se trata de un ministro que habla con el corazón y al que le contestan con el bolsillo. Hoy ya no nos queda nada en los bolsillos. Al menos por ahora”, graficaron desde otro de los centros de poder más importantes del país. Ni más ni menos
Desde Economía siguen con la misma tesitura: las deudas se pagan y las transferencias discrecionales se terminaron
Desde el punto de vista presidencial, los argentinos no desprecian el peso por una cuestión psicológica, sino porque no cumple la función de reserva de valor

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