martes, 22 de marzo de 2016
FLORES QUE CRECEN DEL BARRO....ARCHIVO NACIONAL
El penal cerró en 2000 y sucumbió al abandono; luego de años de demoras, ya instalaron los obradores para construir dos edificios que alojarán el Archivo General de la Nación; se conservará el sector más viejo, que tiene protección patrimonial
Entre muros derrumbados se adivinan las celdas que alojaban a los presos.Foto:Santiago Cichero
La última transformación de la ex cárcel de Caseros ya está en proceso. Entre hierros retorcidos y arrumbados, alambres enredados, casillas de seguridad desvencijadas, escombros y las estructuras de lo que fueron las celdas de un gigante de cemento empieza a concretarse el proyecto para mudar allí el nuevo edificio del Archivo General de la Nación (AGN), una obra postergada que podría cerrar definitivamente una historia negra atravesada por motines y condiciones insalubres de alojamiento.
Ya no están los 25 pisos en forma de H con capacidad para recibir hasta 1800 detenidos en ese rincón de Parque Patricios. Poco queda de los 20.000 metros cuadrados edificados en altura en los que los presos pasaban buena parte de los días hasta su cierre, en 2000. Lo que se ve son las ruinas de hormigón y hierro. Allí comenzaron a instalarse los obradores, punto de partida de un espacio donde descansará el pasado argentino.
El diseño del nuevo AGN fue realizado por el estudio de los arquitectos Juliana Deschamps, Javiera Gavernet y Fabio Estremera, que en 2012 ganaron un concurso organizado por la Sociedad Central de Arquitectos. La obra será desarrollada en la manzana comprendida por las calles Pichincha, 15 de Noviembre de 1889, Pasco y Rondeau. Esta última, una vez finalizados los trabajos, se abrirá como calle de circulación vehicular restringida entre Pichincha y Pasco. Actualmente, la cuadra está cerrada.
El predio ya fue vallado. Cuenta con faroles colocados cada dos metros; contrastan con la vieja iluminación que aún se ve, arrumbada y oxidada, en la parte más alta de los restos del cerco perimetral. Los alambres siguen allí, envolviendo las casillas de seguridad colocadas en las esquinas y en las paredes laterales. Se ven vidrios rotos, verdosos y mugrosos.
Desarrollo del Sur
La primera parte de la obra abarca 10.000 m2, aunque el proyecto definitivo tiene 35.000 m2. "Consta de dos cuerpos: uno de dos pisos paralelo a la apertura de la calle Rondeau y frente al viejo edificio [que llega hasta la avenida Caseros]. Allí será el acceso a los sectores públicos, como cafetería, salón de usos múltiples, sala de referencia y sala de consulta de documentos. En el mismo cuerpo, sobre Pasco, será el ingreso del personal directivo", explicó Estremera.
Por encima del vallado de la obra, asoma el sector antiguo del penal.Foto:Santiago Cichero
El otro cuerpo tendrá siete plantas y un subsuelo. Albergará las áreas de depósito de documentos, talleres de limpieza, restauración, digitalización y catalogación. Sobre Pichincha estará el acceso del resto de los empleados y en 15 de Noviembre, el ingreso de los documentos. Prevé un crecimiento del espacio de almacenamiento de 15.000 m2 sobre lo que tiene la actual sede del AGN, en Leandro N. Alem 246.
"Esta manzana de Parque Patricios es uno de los espacios más postergados de la ciudad. El edificio que albergará al Archivo General de la Nación aliviará años de abandono a vecinos e instituciones del barrio", opinaron desde Riva SA, la empresa que en junio de 2015 se adjudicó la licitación lanzada por el Ministerio del Interior y Transporte de la Nación.
El presupuesto inicial de la obra es de $ 236.000.000 -sujeto a actualizaciones- y el plazo de ejecución es de 26 meses. El 60% del proyecto está financiado por un préstamos de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
La constructora tomó el proyecto de los arquitectos y ya comenzó a realizar los primeros movimientos de tierra y trabajos preliminares en el interior del predio. El que era el edificio más nuevo de la ex cárcel será demolido, mientras el más viejo se mantendrá en pie. La propuesta abarca la posibilidad de reconstrucción y puesta en valor de esta obra de fines del 1800 del arquitecto Carlos Altgelt, que cuenta con protección como patrimonio histórico.
El edificio más antiguo es custodiado por personal del Servicio Penitenciario Federal. Por fuera las paredes están descascarándose, se ven las rejas de las celdas y hay yuyos creciendo. En los rincones hay restos de fogatas, entre piedras y latas que tal vez se usaron para cocinar. En torno de él, se planea generar una sucesión de espacios públicos que integren el parque Ameghino, la calle Rondeau y la plaza del hospital pediátrico Juan P. Garrahan.
Durante años se buscaron posibles destinos dentro de la ciudad para mudar el AGN, pero nunca se logró concretar su mudanza. Fue fundado en 1821 como Archivo de la Provincia de Buenos Aires, con sede en la Manzana de las Luces, y se nacionalizó en 1884. En el camino, su historia se cruzó con la de la ex cárcel de Caseros, que también buscaba un destino definitivo.
Manuscritos del virreinato e imágenes desde 1853
El Archivo General de la Nación está integrado por varios departamentos; el de Documentos Escritos contiene 7000 metros lineales de documentación. Conserva incluso manuscritos de los virreinatos del Perú y del Río de la Plata.
Posee un fondo de colecciones donadas por particulares e instituciones entre 1550 y 1950. También hay documentación de las presidencias de Julio Roca, Miguel Juárez Celman, Victorino de la Plaza y Agustín P. Justo, entre otras.
El Departamento de Documentos Fotográficos contiene imágenes del período entre 1853 y 1983. En total hay unas 800.000 piezas disponibles para consultar. Custodia también 47.000 negativos fotográficos y 3000 films.
El traslado de los últimos detenidos a los penales de Ezeiza y Marcos Paz marcó el fin de la ex cárcel de Caseros, que funcionó entre abril de 1979 y agosto de 2000 en el barrio porteño de Parque Patricios.
Había sido inaugurada por el dictador Jorge Rafael Videla y tenía una capacidad para albergar a 1800 presos en celdas de 1,20 metros de ancho cerradas por una puerta blindada. Las celdas se ubicaban entre los pisos 3 y 18; la última planta estaba destinada a los presos de mayor peligrosidad.
El edificio con forma de H, pensado como una construcción moderna e innovadora, colapsó apenas cinco años después de su inauguración como consecuencia de un violento motín, ocurrido en 1984.
Luego de la revuelta, la estructura de la cárcel quedó dañada. Los presos rebeldes, que exigían ser tratados con condiciones más dignas, habían abierto boquetes en las paredes para deslizarse a través de ellos hacia otros pisos y por los caños de agua y cloacas.
Doce años después fue sofocado otro intento de motín que podría haber terminado en una tragedia. La banda conocida como Los 12 Apóstoles, que dos meses antes habían provocado el motín en Sierra Chica, el más sangriento de la historia carcelaria argentina, mantuvo 18 rehenes durante cuatro horas.
Liderados por Marcelo Brandán Juárez, los presos tomaron el pabellón 15 de Caseros y se enfrentaron con los agentes del Servicio Penitenciario Federal, que lograron frenar el caos.
En 2001, la por entonces secretaria de Asuntos Penitenciarios Patricia Bullrich (hoy ministra de Seguridad de la Nación) anunció el fin de la ex cárcel de Caseros, y el gobierno encargó la demolición del edificio al Comando de Ingenieros del Ejército Argentino.
La H gigante fue derribada mediante la técnica de implosión, el mismo procedimiento utilizado en el ex albergue Warnes.
El proceso de desmantelamiento previo incluyó remover 1174 camas, 360.000 kilos de rejas, cocinas industriales, un equipo de panadería (se elaboraban 3600 kilos de pan por día), máquinas de imprenta, dos gimnasios, material quirúrgico, camillas y equipamiento médico y odontológico del hospital que funcionaba en la unidad.
El viejo inmueble, sobre la avenida Caseros, data de fines del siglo XIX y sirvió para alojar a efectivos de las fuerzas de seguridad y a menores de entre 18 y 21 años.
Cuando los inmuebles quedaron ociosos, fueron rápidamente copados por intrusos y vendedores de drogas, según denunciaron los vecinos de Parque Patricios, que durante años batallaron para que el lugar fuera recuperado del olvido y el abandono y mejoraran así tanto el paisaje como la calidad de vida en el barrio.
M. G.
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