martes, 6 de octubre de 2020
TECNOLOGÍA PARA LA SALUD....UNITE A LA INVESTIGACIÓN
Un granito de silicio para salir de la pandemia
Un proyecto global utiliza el tiempo ocioso de las PC para encontrar los puntos débiles del virus, y la Argentina se suma
Las computadoras de un laboratorio de informática de la UADE que se usan para luchar contra el Covid-19
La Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, lanzó en 1999 el proyecto SETI en casa, que consistía en utilizar la capacidad ociosa de las computadoras hogareñas para buscar vida extraterrestre. Si bien esta acción no encontró señales concluyentes, sirvió como inspiración para realizar nuevas búsquedas en otros campos.
De ahí surgió en los primeros años del nuevo milenio el proyecto Folding@home (FAH), desarrollado por la Universidad de Stanford. “Se trata de una acción sin fines de lucro que ahora está abocada a estudiar el plegamiento proteico del Covid-19 gracias a la colaboración de personas que prestan la capacidad de cálculo de sus computadoras para que los científicos encuentren solución a problemas biológicos tan importantes como el diseño de fármacos o la fabricación de vacunas”, explica a la nacion Federico Prada, Director del Decanato de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Las simulaciones precisas de cómo se pliegan las proteínas permiten a la comunidad científica comprender mejor el desarrollo de muchas enfermedades, como el Alzheimer, el mal de la vaca loca o el cáncer. Por eso, durante todos estos años, los investigadores han creado conocimiento en el marco del FAH sobre enfermedades neurodegenerativas, dengue, zika, hepatitis C, mal de Chagas y ébola, entre otras. Ahora el foco está puesto en el Covid-19.
Hasta el momento, se han presentado descubrimientos sobre nuevas estructuras de proteínas del virus, y ahora se están evaluando medicamentos potenciales para atacar dichas estructuras. Los científicos se encuentran trabajando de forma colaborativa para acelerar el desarrollo de un antiviral contra el Covid. Se desarrollan sin restricciones de propiedad intelectual, de modo tal que cualquiera puede ver los diseños de fármacos, así como los datos experimentales para inspirar nuevas ideas.
Prada comenta la importancia de conocer más sobre los pliegues de las proteínas, que es en donde se están concentrando los investigadores del FAH. “Así como el ADN es considerado el libro de la vida, las proteínas que se fabrican con las recetas presentes en el genoma son las herramientas que llevan a cabo la mayoría de las funciones celulares. División, movimiento, defensa e incluso la muerte celular están guiadas por las proteínas. Cada proteína está plegada de una manera particular. Dicho plegamiento se conoce como estructura y cada una tiene una función. Poder dilucidar la estructura de las proteínas con solo conocer su secuencia es el camino más rápido para la solución de problemas biológicos y fisiológicos clave, como la búsqueda del por qué de ciertas patologías, así como para la fabricación de la mejor vacuna. Por eso este trabajo es fundamental para hallar un tratamiento contra el Covid-19”, detalla. A principios de abril, este esfuerzo anunció que había logrado una potencia de cálculo superior a los 2 EXAFLOPS.
Todos podemos participar
Asimismo, para apoyar la investigación contra la pandemia, se sumaron al proyecto 400.000 nuevas computadoras de todo el mundo durante los primeros meses de la crisis. Las carreras de informática y biotecnología de la UADE, en la Argentina, aportaron en distintos momentos de estos meses entre 150 y 400 PC. “Si bien en la universidad las clases del primer cuatrimestre nunca se interrumpieron, con el aislamiento obligatorio las computadoras de los laboratorios informáticos quedaron totalmente disponibles para ser parte de esta iniciativa altruista y sin fines de lucro. Con el deseo de que todo este esfuerzo redunde en conocimiento, la universidad se convirtió en partner de este proyecto científico internacional de alto impacto para fabricar la mejor vacuna o desarrollar el mejor fármaco que nos permita salir cuanto antes de esta pandemia”, señala Prada. Según el entrevistado, como con este proyecto se crea conocimiento sobre la biología del virus y el acceso a los hallazgos es libre, es posible que los laboratorios que hoy están trabajando en el desarrollo de la vacuna estén consultando las bases públicas del FAH a las que se llega gracias a la suma del poder de cómputo de miles de máquinas distribuidas.
El FAH es un claro ejemplo del trabajo internacional, colaborativo y anónimo. De hecho, es el proyecto más grande de computación en el mundo, reconocido por el Libro Guinness de los récords mundiales. Los particulares que desean contribuir deben ir a https://foldingathome.org/start-folding/ e instalar un programa en su computadora, disponible para Windows, Linux y Mac OS X. Hecho esto, se abre directamente una ventana del navegador para que el usuario elija en qué condiciones quiere colaborar con el proyecto. Es decir, si de manera anónima, dando su identidad, con mayor o menor intensidad, y en qué momentos del día.
Hoy hay más de un millón de participantes en todo el mundo, entre usuarios hogareños, universidades y compañías de distintas industrias. Más allá de los argentinos que se sumaron de forma individual, entre las organizaciones del país que participan, aparte de la UADE, están la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), entre otras.
Los participantes pueden mantener un registro de sus contribuciones. Incluso, un grupo de usuarios pueden crear un equipo, de forma que otros participantes puedan unirse a ellos. Sobre esta base, a los benefactores se les asigna una puntuación en función de la cantidad y complejidad de las unidades de trabajo completadas. Las clasificaciones y estadísticas se pueden ver en el sitio https://stats.foldingathome.org/teams.
“Además de esta acción en equipo, la iniciativa es un esfuerzo conjunto entre las biociencias y la informática que demuestra cómo las disciplinas emergentes necesitan de la interacción y el cruce científico-tecnológico para dar solución a problemas concretos de la humanidad”, concluye Prada.
D.S.
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