BCRA: inquietantes preguntas para Emilio Ocampo
Juan Carlos de Pablo
Pensar que Ocampo, sacando pecho, va a frenar la presión para emitir es no pensar
“Tomen en serio mis pronunciamientos”, dijo –sin decirlo– Javier Gerardo Milei cuando anunció que en caso de convertirse en el próximo presidente de los argentinos designaría a Emilio Ocampo presidente del Banco Central.
Seguimos en campaña, pero la probabilidad de que La Libertad Avanza gane las próximas elecciones, junto a los contundentes posicionamientos del potencial presidente del Banco Central, amerita una breve reflexión.
Enlosmediosdecomunicación, la cuestión del cierre del BCRA está dominada por la de la legalidad, viabilidad y conveniencia de la dolarización de la economía, entendiendo por tal la desaparición de la moneda nacional. Debate no digo agotado, pero sí donde cada uno sabe concretamente qué es lo que piensa el otro.
En la Argentina existe dominancia fiscal. Quiero decir, sin equilibrio fiscal habrá presión por emitir pesos, cuasimonedas o lo que sea. Pensar que Ocampo se va a plantar en la puerta del BCRA y, sacando pecho, frenará la presión para emitir por parte de funcionarios, organizaciones empresarias, sindicales y sociales es no pensar. Por favor, no confundir la contundencia de las palabras con las decisiones probables.
El BCRA también regula el sistema financiero, que hoy funciona sobre la base de reservas fraccionales, seguro de depósitos y, eventualmente, el Central actuando como prestamista de última instancia. El cierre de la institución supone el reemplazo del actual sistema financiero por la denominada “banca Simons”, que evita las corridas bancarias exigiendo un encaje de 100% de los depósitos, redireccionando la conexión entre ahorristas e inversores al mercado de capitales.
¿Por qué no existe la banca Simons, en la práctica? Alternativa 1: porque es una idea genial, pero la frena el lobby bancario. Alternativa 2: porque no es una idea genial.
Bernanke, Diamond y Dybvig ganaron el Nobel de Economía 2022 por mostrar, entre otras cosas, que los bancos procesan mejor que los mercados de capitales los riesgos inherentes a la intermediación financiera. Pensar que mi tía Carlota está en condiciones de evaluar riesgos de inversión en vez de hacer un plazo fijo en el banco sito en la esquina de su casa es no pensar. Las dificultades que los bancos les han generado a sus clientes derivaron en buena medida de las disposiciones emanadas de los gobiernos de turno.
No estaría mal que Ocampo también se pronunciara sobre esto.
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Crece la brecha de ingresos para los informales
En un año, el salario de los trabajadores no registrados creció solo 89,5%; la inflación fue de 113,4%
Sofía Diamante
El mismo día que el Indec publicó el índice de pobreza en la Argentina, que alcanzó al 40,1% de la población, el ente estadístico también dio a conocer el índice de salarios de julio, que muestra la brecha de ingresos entre los trabajadores registrados y los informales. Mientras que el ingreso promedio de los empleados públicos aumentó 133,8% en el último año y el de los empleados del sector privado registrado subió 120,7%, el de los trabajadores no registrados creció solo 89,5%, por debajo del 113,4% de inflación en el mismo período.
Así, en julio la brecha de salarios entre los trabajadores registrados y los informales volvió a crecer, pese a que todos los sectores le ganaron a la inflación mensual, que había sido 6,3%. Pero también hubo diferencias en el mes. Mientras que el sector privado registrado tuvo un aumento promedio de 10,8% y el sector público, de 13,3%, el ingreso de los informales creció apenas 7%. El Indec informa el crecimiento de los ingresos del sector privado no registrado del Índice de salarios con un rezago de cinco meses, sobre la base de la encuesta permanente de hogares (EPH).
En el acumulado de los primeros siete meses del año, solo los trabajadores registrados le ganaron a la inflación, que fue 60,3%: el sector privado tuvo un incremento promedio de 63,2% y el sector público, de 70,2%. Sin embargo, los ingresos de los trabajadores informales crecieron 50,9%, cuando los precios promedio de los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron 64,5%.
La diferencia mayor, sin embargo, se encuentra en la medición interanual de salarios, que explica la paradoja entre la caída en el desempleo registrado y el aumento de la pobreza. Mientras que la inflación interanual en julio fue de 113,4%, el ingreso promedio del sector privado no registrado creció solo 89,5%.
En el mismo período, en cambio, el ingreso promedio de los empleados públicos aumentó 133,8%, muy por encima de la inflación. Por ello, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había advertido en la última revisión del acuerdo que el Gobierno debía hacer un ajuste en el ingreso de los trabajadores estatales, ya que esos mayores salarios, cuando el Estado tiene déficit fiscal, se pagan con emisión monetaria, que genera inflación.
El aumento de los ingresos del empleo registrado (120,7%) también estuvo por encima de la variación promedio de los precios.
Pese a esta situación, el Ministerio de Economía impulsó la suba del mínimo no imponible de Ganancias (que desde octubre queda en $1.980.000 por mes), lo que reduce el alcance del impuesto del 7% del total de trabajadores registrados a 0,8%, que equivale a menos de 90.000 personas.
Como la cartera que conduce el ministro y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, no anunció cómo compensará la menor recaudación por Ganancias, se espera que el Gobierno deba recurrir nuevamente a mayor financiamiento del Banco Central. Por lo tanto, con la medida adoptada, el Gobierno beneficiará a los trabajadores registrados que mejor están atravesando la situación inflacionaria, en detrimento de los trabajadores informales.
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Economía renovó deuda, sumó “caja” y anunció un nuevo canje
Captó del mercado $1,2 billones extras durante septiembre
El Gobierno captó ayer del mercado local otros $523.270 millones tras ofrecer seis títulos de deuda en pesos (cuatro de ellos ya existentes, por lo que fueron reaperturas), la mayoría de ellos con capital indexado y ajustable por inflación o por el tipo de cambio.
Así, aprovechando el apetito por coberturas en medio de una gran incertidumbre (hubo ofertas de compra por $878.763 millones), consiguió alzarse con un monto que duplicó el que necesitaba para atender los vencimientos de deuda más próximos que enfrenta, por $250.494 millones, y a la vez sumó $283.776 millones extra.
Es un monto que se suma a los $913.00 millones que ya había captado este mes (con una licitación extra y otra habitual), y le serviría para cubrir el 70% de la expansión del gasto derivado del llamado “plan platita”, las medidas que el Gobierno lanzó luego de la devaluación para atenuar los daños que generó y tratar de sostener sus chances electorales.
El secretario de Finanzas, Eduardo Setti, aprovechó la subasta para adelantar que en los próximos días lanzará un nuevo canje de títulos (dirigido a los títulos en poder de entes públicos) para “continuar despejando el perfil de vencimientos”.
La operación, dijo, apunta a una extensión de dichos vencimientos, estimados en unos $616.700 millones, “hasta el año 2025 o 2026” mediante “la reapertura del Boncer TX26”.
Economía destacó que el financiamiento neto del mes (forma en que denomina la nueva deuda) alcanzó los $1,2 billones, “una tasa de refinanciamiento del 231%”. Y destacó que más del 95% de los recursos provino del “sector privado”. El 97% de lo captado vino de colocar bonos ajustados por CER (inflación) o Duales (inflación o ajuste del dólar oficial), lo que deja a ese pasivo con riesgo de crecimiento explosivo, algo para observar porque –ya en julio– el déficit financiero fue de $754,2 millones.
El mismo día que el Indec publicó el índice de pobreza en la Argentina, que alcanzó al 40,1% de la población, el ente estadístico también dio a conocer el índice de salarios de julio, que muestra la brecha de ingresos entre los trabajadores registrados y los informales. Mientras que el ingreso promedio de los empleados públicos aumentó 133,8% en el último año y el de los empleados del sector privado registrado subió 120,7%, el de los trabajadores no registrados creció solo 89,5%, por debajo del 113,4% de inflación en el mismo período.
Así, en julio la brecha de salarios entre los trabajadores registrados y los informales volvió a crecer, pese a que todos los sectores le ganaron a la inflación mensual, que había sido 6,3%. Pero también hubo diferencias en el mes. Mientras que el sector privado registrado tuvo un aumento promedio de 10,8% y el sector público, de 13,3%, el ingreso de los informales creció apenas 7%. El Indec informa el crecimiento de los ingresos del sector privado no registrado del Índice de salarios con un rezago de cinco meses, sobre la base de la encuesta permanente de hogares (EPH).
En el acumulado de los primeros siete meses del año, solo los trabajadores registrados le ganaron a la inflación, que fue 60,3%: el sector privado tuvo un incremento promedio de 63,2% y el sector público, de 70,2%. Sin embargo, los ingresos de los trabajadores informales crecieron 50,9%, cuando los precios promedio de los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron 64,5%.
La diferencia mayor, sin embargo, se encuentra en la medición interanual de salarios, que explica la paradoja entre la caída en el desempleo registrado y el aumento de la pobreza. Mientras que la inflación interanual en julio fue de 113,4%, el ingreso promedio del sector privado no registrado creció solo 89,5%.
En el mismo período, en cambio, el ingreso promedio de los empleados públicos aumentó 133,8%, muy por encima de la inflación. Por ello, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había advertido en la última revisión del acuerdo que el Gobierno debía hacer un ajuste en el ingreso de los trabajadores estatales, ya que esos mayores salarios, cuando el Estado tiene déficit fiscal, se pagan con emisión monetaria, que genera inflación.
El aumento de los ingresos del empleo registrado (120,7%) también estuvo por encima de la variación promedio de los precios.
Pese a esta situación, el Ministerio de Economía impulsó la suba del mínimo no imponible de Ganancias (que desde octubre queda en $1.980.000 por mes), lo que reduce el alcance del impuesto del 7% del total de trabajadores registrados a 0,8%, que equivale a menos de 90.000 personas.
Como la cartera que conduce el ministro y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, no anunció cómo compensará la menor recaudación por Ganancias, se espera que el Gobierno deba recurrir nuevamente a mayor financiamiento del Banco Central. Por lo tanto, con la medida adoptada, el Gobierno beneficiará a los trabajadores registrados que mejor están atravesando la situación inflacionaria, en detrimento de los trabajadores informales.
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Economía renovó deuda, sumó “caja” y anunció un nuevo canje
Captó del mercado $1,2 billones extras durante septiembre
El Gobierno captó ayer del mercado local otros $523.270 millones tras ofrecer seis títulos de deuda en pesos (cuatro de ellos ya existentes, por lo que fueron reaperturas), la mayoría de ellos con capital indexado y ajustable por inflación o por el tipo de cambio.
Así, aprovechando el apetito por coberturas en medio de una gran incertidumbre (hubo ofertas de compra por $878.763 millones), consiguió alzarse con un monto que duplicó el que necesitaba para atender los vencimientos de deuda más próximos que enfrenta, por $250.494 millones, y a la vez sumó $283.776 millones extra.
Es un monto que se suma a los $913.00 millones que ya había captado este mes (con una licitación extra y otra habitual), y le serviría para cubrir el 70% de la expansión del gasto derivado del llamado “plan platita”, las medidas que el Gobierno lanzó luego de la devaluación para atenuar los daños que generó y tratar de sostener sus chances electorales.
El secretario de Finanzas, Eduardo Setti, aprovechó la subasta para adelantar que en los próximos días lanzará un nuevo canje de títulos (dirigido a los títulos en poder de entes públicos) para “continuar despejando el perfil de vencimientos”.
La operación, dijo, apunta a una extensión de dichos vencimientos, estimados en unos $616.700 millones, “hasta el año 2025 o 2026” mediante “la reapertura del Boncer TX26”.
Economía destacó que el financiamiento neto del mes (forma en que denomina la nueva deuda) alcanzó los $1,2 billones, “una tasa de refinanciamiento del 231%”. Y destacó que más del 95% de los recursos provino del “sector privado”. El 97% de lo captado vino de colocar bonos ajustados por CER (inflación) o Duales (inflación o ajuste del dólar oficial), lo que deja a ese pasivo con riesgo de crecimiento explosivo, algo para observar porque –ya en julio– el déficit financiero fue de $754,2 millones.
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