Milei, la respuesta que se volvió pregunta
Claudio JacquelinJavier Milei
El espumoso ascenso en la intención de voto para Javier Milei, registrado en la semana posterior a las PASO, parece haber mutado en un estancamiento. Y aunque sigue en el primer puesto en un piso algo más alto no le alcanza para despegar y romper el esquema de tercios. Lo reflejan las encuestas y precipita un cambio de sentido al que debe hacer frente.
De ser el hombre que daba respuestas radicales e inmediatas a la crisis, Milei pasó a ser sujeto de un sinfín de preguntas. La etiqueta de presidente probable modificó su identidad. Dejó de ser solo un vehículo para canalizar broncas contra la dirigencia y la herramienta para romper el statu quo a estar más cerca de la Casa Rosada. No son pocos los que advierten las diferencias entre un hacha y una pinza.
¿Va poder fiscalizar el voto el 22 de octubre sin (tanta) ayuda del peronismo? ¿Cómo hará para gobernar con bloques ultra minoritarios de legisladores, sin gobernador es y sin intendentes propios ?¿ Tiene el equilibrio emocional mínimo y necesario para ser presidente? ¿Tiene un plan? ¿Va a dolar izaron o ?¿ Cuándo lo va a hacer? ¿Irá a fondo desde el primer día o será otra forma de gradualismo? ¿Tendrá soporte político y social para hacer lo que dice que va a hacer? ¿Quiénes son o serán sus aliados? ¿Está en contra de la casta o se está construyendo una nueva con parte de la vieja casta?
Son esas algunas, solo algunas, de las muchas incógnitas que se han ido instalando desde el lunes 14 de agosto respecto del candidato de La Libertad Avanza (LLA), primero entre los formadores de opinión y después hasta llegar a algunos de quienes lo habían votado en las PASO y, más aún, entre quienes el empuje del caballo ganador los había subido a su montura. Obviamente, sus críticos no tienen dudas y agregan muchas certezas (negativas) más.
Las preguntas abiertas se constatan en los grupos focales de muchos encuestadores, se escuchan en las charlas sociales y en los paneles de los programas de radio y televisión, y se leen en la conversación dominante de las redes sociales. Y es en el universo digital que siempre ha sido territorio del libertario donde el cambio de signo de la discusión se verifica con más claridad. Milei y sus propuestas siguen dominando los intercambios, pero ya no gana por goleada la reacción positiva que hasta el 20 de agosto era tendencia.
La rápida designación de los integrantes de un eventual gabinete fue la primera respuesta que Milei ofreció a ese mar de interrogantes. Sin embargo, uno de los cargos más relevantes para lo que promete hacer sigue vacante. El Ministerio de Economía es un misterio de magnitud similar a las incógnitas que mantiene sin despejar sobre el plan de dolarización que dice que llevará a cabo y con el que junto al traje de “exterminador de la casta” y la motosierra del gasto público logró atraer a un tercio de votantes el 13 de agosto.
El envío de un equipo sin titulares para hablar con inversores y debatir con eventuales rivales sobre finanzas y economía es una constante que impide despejar dudas en los sectores más informados y más desconfiados sobre la viabilidad de sus propuestas extremas.
La nominación del tan experimentado como conectado con el poder Guillermo Francos para, eventualmente, ocupar el Ministerio del Interior fue otra respuesta a los interrogantes. Sin embargo, abrieron nuevas preguntas los augurios del flamante exrepresentante argentino ante el BID de que Milei buscará consensos para gobernar, así como la relativización sobre la inmediatez y profundidad de algunas de las medidas con las que hasta ahora ganó protagonismo y adhesiones.
En el espejo de Fernández
“A Milei le pasa algo similar, salvando enormes distancias, a lo que le sucedió a Alberto Fernández después de las PASO. Las primarias lo habían hecho presidente y esa fue su mejor gestión, hasta el 17 de octubre, cuando se entregó a Cristina Kirchner, al decir que nunca más se pelearía con ella. A partir de ahí se abrieron demasiadas preguntas que al final nunca logró responder o, peor, siempre terminó confirmando las prevenciones”, explica Pablo Knopoff, director de Isonomía.
La aguda analogía tiene un agravante para el candidato de LLA: Fernández había obtenido casi el 48% de los votos en las primarias y le había sacado 16 puntos a Mauricio Macri. Tenía más de la mitad de la llave de la Casa Rosada. En cambio, el candidato de LLA aún está lejos de los porcentajes y las diferencias que necesita para consagrarse en primera vuelta, y aún más de los 50 puntos imprescindibles para ganar en el ballottage. En ese contexto las preguntas que abre Milei son más potentes que las que se levantaban sobre el que aún es presidente. Aunque casi nadie se dé cuenta.
En todas las encuestas el escenario de tres tercios sigue vigente, a pesar de que Milei haya subido entre tres y cinco puntos, según la mayoría de los sondeos más confiables. No logró consolidar el envión que le dieron las PASO, por el cual en la primera semana alcanzó registros de intención de voto cercanos al 40%.
Más asentado, en cambio, pareció asomar el intercambio que se produjo en el segundo y el tercer escalón entre Sergio Massa y Patricia Bullrich. La candidata de JxC fue la más afectada por la sorpresa de haber sido desplazada del primer lugar por los libertarios. Algo que los cambiemitas daban por hecho.
Las preguntas que abrió Milei, una recuperación en el ánimo de la postulante y, sobre todo, el empujón anímico que le dieron los tres triunfos provinciales consecutivos de candidatos a gobernador de JxC (Santa Fe, Chaco y Mendoza) atenuaron en estos días la palidez que dejó el soponcio de las PASO. El reordenamiento y el nuevo foco de la campaña y la reincorporación de algunos de los derrotados en las primarias aún están en proceso y muestran menos consistencia y efecto.
Las fisuras que nunca terminan de soldar con el eje radical integrado por Gerardo Morales y Martín Lousteau, del que entra y sale Gustavo Valdés, así como el aporte en modo corriente alterna de Mauricio Macri, no ayudan a terminar de transmitir imagen de consistencia y armonía a la propuesta cambiemita.
El diferencial que podría significar la oferta de un colectivo ro busto y bien ensamblado, integrado por cuadros con experiencia en la gestión, bloques numerosos de legisladores que podrían convertirse en primera minoría en el Congreso, una decena de gobernadores propios, cientos de intendentes en todo el país, es hoy una foto movida que no termina de revelarse.
Milei, obviamente, pero aun el peronismo en estado de reconversión que tiene detrás Sergio Massa, no podría ofrecer algo similar sin que suene a un exceso del marketing. La interna de JxC dificulta la diferenciación cuando la gobernabilidad es una de las inquietudes que empiezan a instalarse en el electorado.
Tampoco la narrativa de la campaña bullrichista, ordenada en torno de un antikirchnerismo modelo 2015 y en la promesa de un “fin de la fiesta para los delincuentes”, parece capaz de romper el techo de intención de voto que le dejaron las primarias, ni terminan de consolidar el piso sobre el que necesita pararse para ganar en el repechaje al que parecen destinados Bullrich y Massa.
“Tenemos que recuperar los votantes que eran nuestros y que se fueron con Milei. La mayoría son radicalmente antikirchneristas. Ahí es adonde apuntamos y también donde nos puede ayudar Mauricio”, argumentan los estrategas de la campaña de Bullrich en su defensa, ante las objeciones que le llegan de dentro y de fuera de su espacio.
El fulgor de la aparición de Carlos Melconian, como vocero económico y eventual ministro de Economía de un gobierno de Bullrich, ha perdido potencia con el paso de los días. Desde el propio comando parecen haberle bajado el gas a su hornalla, luego de que Massa calificó a la candidata presidencial de “ministra de Seguridad de Melconian”.
Son curiosidades y paradojas de la campaña, que se potencian cuando se ve en cada sondeo que los problemas económicos siguen al tope de las preocupaciones de la población. Lo reafirmó ayer la “Encuesta de satisfacción política y opinión pública” de la Universidad de San Andrés, realizada entre el 14 y el 25 de este mes. Tanto para los votantes de Milei como para los de Massa y Bullrich la inflación es la preocupación dominante, casi sin matices diferenciales. El vergonzoso, pero ya desactualizado, índice de pobreza que volvió a superar el 40% sin haber contabilizado aún los efectos de la devaluación post-PASO y el 12,4% de inflación de agosto, más el dólar paralelo que se aproxima a los niveles de pánico, vuelven obviedades las encuestas sobre las angustias de los argentinos.
Sin embargo, las nuevas preguntas que abrió Milei tras su glorioso 13 de agosto, el descalabro que eso produjo en JxC y el piso que sostiene el núcleo duro del perokirchnerismo explican tanto la vigencia de los tres tercios como la competitividad que hoy mantiene el oficialismo, aun llevando a su ministro de Economía (y virtual presidente) de candidato. Un misterio difícil de comprender para cualquier observador extranjero.
Ahora habrá que ver qué efecto podrá tener el escándalo del cobro de los sueldos de medio centenar de empleados de la Cámara de Diputados bonaerense por parte de un puntero del peronismo, la urgente nulidad de la causa y la liberación del detenido que dispusieron dos jueces ahora bajo sospecha, en cuyo ADN hay rastros de genes peronistas.
No parece que vaya a diluirse el estrépito con el incómodo silencio de la cúpula provincial y nacional del peronismo al que le siguió el mayoritario hermetismo cambiemita bonaerense, con las aisladas y poco vehementes expresiones de apoyo a la investigación por parte del jefe del bloque radical de la Cámara baja provincial y primer candidato a senador nacional por JxC, Maximiliano Abad. Más bien lo contrario.
Las dos coaliciones parecerían trabajar para la campaña anticasta de Milei. Aunque también sorprende el mutismo de los libertarios sobre ese escándalo.
Tal vez el silencio les sea en este caso más redituable que el ruido. Lo curioso (o no tanto) es que la candidata a gobernadora bonaerense de LLA, Carolina Píparo, podría no solo ser beneficiada, sino que debería ser una voz autorizada para hablar sobre ese cuerpo legislativo en el que desde siempre reinan la opacidad, los pactos de silencio y las sospechas. Ella fue diputada provincial durante cuatro años, entre 2017 y 2021.
Solo serían nuevos interrogantes sobre los libertarios que confirman por qué el hombre de las respuestas se volvió pregunta.
Los tres tercios siguen en pie, el resultado de las elecciones se mantiene abierto y la incertidumbre suma nuevos capítulos.
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Suspendió reuniones para enfocarse en el cruce que se viene
Está asesorado por equipos técnicos; tuvo fiebre y canceló su agenda con empresarios
Pedro Lacour
Como nunca, el debate presidencial del próximo domingo puede ser crucial. La paridad en tercios que muestran los distintos sondeos de opinión entre los tres principales candidatos convierte a esa instancia, muchas veces subestimada, en un punto bisagra de cara a las elecciones del 22 de octubre. En ese marco, si bien es una prueba de fuego por igual para todos los aspirantes a llegar a la Casa Rosada, Javier Milei sabe que, como favorito en las encuestas, el ojo escrutador de los televidentes se posará particularmente sobre él.
Desde La Libertad Avanza (LLA) aseguran que, a diferencia de sus rivales, el libertario no hace “simulacros”. “No hay nadie que esté dedicado al entrenamiento para el debate con Javier. Se prepara con los equipos técnicos en función de cada tópico”, destacó a uno de la nacion sus colaboradores más próximos. La apuesta del economista es mostrarse lo más espontáneo posible, una cualidad que es valorada por quienes lo siguen. A su vez, la relevancia que le da el espacio al juego en las redes sociales permite intuir una estrategia: utilizar el careo de Milei con los demás candidatos presidenciales como un insumo para recortes que puedan llegar a viralizarse después del evento institucional que tendrá lugar en Santiago del Estero.
No fue una semana fácil para Milei y su salud. Según pudo saber debió suspender dos mítines previstos con empresarios por encontrarse con algunas líneas de fiebre, algo que, sin embargo, aprovechó, apuntan desde su entorno, para “concentrarse exclusivamente” en el debate.
Tras su caravana del lunes pasado por las calles del partido bonaerense de San Martín, su única aparición pública de los últimos días fue junto al embajador estadounidense Marc Stanley, el martes. Un detalle llamó la atención de la foto difundida oficialmente por la embajada de los Estados Unidos: el sutil cambio de look del libertario, con una cabellera más prolija que de costumbre.
Lo cierto es que, aunque nunca puso en duda su participación, el candidato de LLA debió salir a desmentir las versiones que lo ubicaban ausentándose de los eventos que se realizarán el 1° y el 8 de octubre. “Obviamente [iré], no sé a quién se le ocurrió decir que no iba”, aclaró a principio de mes, al pasar, a la salida del Latam Economic Forum, una posición que fue refrendada posteriormente por su compañera de fórmula, Victoria Villarruel: “Javier va a ir a los debates y yo lo voy a acompañar”, anticipó.
Los rumores de un faltazo habían comenzado tras la primera reunión de la Cámara Nacional Electoral (CNE) con representantes de los candidatos para definir las propuestas elaboradas por los jueces. Sin embargo, Karina Milei, la emisaria libertaria, acabó por suscribir la dinámica propuesta por las autoridades, incluso el hecho de incorporar preguntas de la ciudadanía. Era el punto que más inquietud generaba en el campamento de La Libertad Avanza, donde sospechaban de una virtual “emboscada” en contra de su líder.
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El desafío de no agredir al libertario y resistir la crítica de JxC
El ministro practicará hasta mañana; intercalará anuncios y nombres de un hipotético gabinete
Cecilia Devanna
Sergio Massa empezó ayer a practicar para el debate presidencial del domingo, en Santiago del Estero. No se trata de algo nuevo. Ya lo hizo en 2015, cuando compitió por la presidencia y no tenía nada para perder desde su candidatura en el Frente Renovador. Ahora, se juega a entrar al ballottage con el libertario Javier Milei. Las preparaciones irán en dos módulos. Primero, lo hará pensando en los temas que establece el primer debate y, a partir del próximo jueves, lo hará en vista de las temáticas del segundo.
El foco fundamental estará en confrontar las ideas de Milei y responder a lo que creen que serán los embates de Patricia Bullrich. Todo a la par que Massa buscará instalar su idea de país. Buscará dar un golpe de efecto al anunciar a su eventual ministro de Economía, y adelantar que ofrecerá la mitad del directorio del Banco Central a la oposición.
Entrenará hasta el sábado, en un estudio con similares características a las escenografías de los debates. Empezó a pedir información a los equipos técnicos sobre las temáticas que se abordarán: educación, economía y derechos humanos, en el primero; seguridad, trabajo y producción, en el segundo. En el búnker oficialista creen que son temas “ideales” para él.
Al frente del equipo que lo prepara está el asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, y también el equipo del demócrata Dan Restrepo, exfuncionario de Barack Obama, junto a Robert Gibb y Jessica Reis, dos especialistas en campañas electorales. En los entrenamientos lo acompañan políticos seleccionados especialmente para ocupar los roles de sus contrincantes.
El círculo que aporta ideas se completa con la mesa colegiada en la que trocó la jefatura de campaña, con Eduardo “Wado” de Pedro, Malena Galmarini y Juan Manuel Olmos. Massa también escucha con atención a su jefe de comunicación, Santiago García Vázquez, quien, junto a Olmos, participó de todas las reuniones con la Cámara Nacional Electoral (CNE) para el armado de los debates.
En el oficialismo se muestran confiados en que “Massa es el más sólido de todos los candidatos” y que “lo mostrará”. Creen que tiene un “manejo de los tiempos y las formas que el resto no posee”.
La estabilidad emocional de Milei es un tema sensible. La idea oficialista es explicar “cómo sería un país con Massa presidente” y “debatir” las ideas de Milei, pero “sin atacarlo, ni a él ni a sus votantes, sino confrontando sus ideas con lo que puede pasar en la realidad”.
“¿Cómo sería un país con la gente armada?, ¿cómo estaría una madre si su hijo saliera a la calle así?”, ejemplifican.
También elaboran respuestas a Bullrich, de quien esperan los más fuertes embates. Descuentan que el principal será por la inflación (el último registro mensual fue de 12,4%). El otro eje en el que podrían cruzarse es el de seguridad. Massa apuntará a su gestión como intendente de Tigre. No ven como “amenaza” lo que Bullrich le pueda replicar con su paso como ministra nacional del área. “Su gestión fue un desastre y es fácil de mostrar”, sostienen.
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Una apuesta a su esencia, con tips de Macri y Melconian
Intentará recuperar el protagonismo y marcar sus diferencias con Milei y Massa; “sin coaching”, pidió
Como nunca, el debate presidencial del próximo domingo puede ser crucial. La paridad en tercios que muestran los distintos sondeos de opinión entre los tres principales candidatos convierte a esa instancia, muchas veces subestimada, en un punto bisagra de cara a las elecciones del 22 de octubre. En ese marco, si bien es una prueba de fuego por igual para todos los aspirantes a llegar a la Casa Rosada, Javier Milei sabe que, como favorito en las encuestas, el ojo escrutador de los televidentes se posará particularmente sobre él.
Desde La Libertad Avanza (LLA) aseguran que, a diferencia de sus rivales, el libertario no hace “simulacros”. “No hay nadie que esté dedicado al entrenamiento para el debate con Javier. Se prepara con los equipos técnicos en función de cada tópico”, destacó a uno de la nacion sus colaboradores más próximos. La apuesta del economista es mostrarse lo más espontáneo posible, una cualidad que es valorada por quienes lo siguen. A su vez, la relevancia que le da el espacio al juego en las redes sociales permite intuir una estrategia: utilizar el careo de Milei con los demás candidatos presidenciales como un insumo para recortes que puedan llegar a viralizarse después del evento institucional que tendrá lugar en Santiago del Estero.
No fue una semana fácil para Milei y su salud. Según pudo saber debió suspender dos mítines previstos con empresarios por encontrarse con algunas líneas de fiebre, algo que, sin embargo, aprovechó, apuntan desde su entorno, para “concentrarse exclusivamente” en el debate.
Tras su caravana del lunes pasado por las calles del partido bonaerense de San Martín, su única aparición pública de los últimos días fue junto al embajador estadounidense Marc Stanley, el martes. Un detalle llamó la atención de la foto difundida oficialmente por la embajada de los Estados Unidos: el sutil cambio de look del libertario, con una cabellera más prolija que de costumbre.
Lo cierto es que, aunque nunca puso en duda su participación, el candidato de LLA debió salir a desmentir las versiones que lo ubicaban ausentándose de los eventos que se realizarán el 1° y el 8 de octubre. “Obviamente [iré], no sé a quién se le ocurrió decir que no iba”, aclaró a principio de mes, al pasar, a la salida del Latam Economic Forum, una posición que fue refrendada posteriormente por su compañera de fórmula, Victoria Villarruel: “Javier va a ir a los debates y yo lo voy a acompañar”, anticipó.
Los rumores de un faltazo habían comenzado tras la primera reunión de la Cámara Nacional Electoral (CNE) con representantes de los candidatos para definir las propuestas elaboradas por los jueces. Sin embargo, Karina Milei, la emisaria libertaria, acabó por suscribir la dinámica propuesta por las autoridades, incluso el hecho de incorporar preguntas de la ciudadanía. Era el punto que más inquietud generaba en el campamento de La Libertad Avanza, donde sospechaban de una virtual “emboscada” en contra de su líder.
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El desafío de no agredir al libertario y resistir la crítica de JxC
El ministro practicará hasta mañana; intercalará anuncios y nombres de un hipotético gabinete
Cecilia Devanna
Sergio Massa empezó ayer a practicar para el debate presidencial del domingo, en Santiago del Estero. No se trata de algo nuevo. Ya lo hizo en 2015, cuando compitió por la presidencia y no tenía nada para perder desde su candidatura en el Frente Renovador. Ahora, se juega a entrar al ballottage con el libertario Javier Milei. Las preparaciones irán en dos módulos. Primero, lo hará pensando en los temas que establece el primer debate y, a partir del próximo jueves, lo hará en vista de las temáticas del segundo.
El foco fundamental estará en confrontar las ideas de Milei y responder a lo que creen que serán los embates de Patricia Bullrich. Todo a la par que Massa buscará instalar su idea de país. Buscará dar un golpe de efecto al anunciar a su eventual ministro de Economía, y adelantar que ofrecerá la mitad del directorio del Banco Central a la oposición.
Entrenará hasta el sábado, en un estudio con similares características a las escenografías de los debates. Empezó a pedir información a los equipos técnicos sobre las temáticas que se abordarán: educación, economía y derechos humanos, en el primero; seguridad, trabajo y producción, en el segundo. En el búnker oficialista creen que son temas “ideales” para él.
Al frente del equipo que lo prepara está el asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, y también el equipo del demócrata Dan Restrepo, exfuncionario de Barack Obama, junto a Robert Gibb y Jessica Reis, dos especialistas en campañas electorales. En los entrenamientos lo acompañan políticos seleccionados especialmente para ocupar los roles de sus contrincantes.
El círculo que aporta ideas se completa con la mesa colegiada en la que trocó la jefatura de campaña, con Eduardo “Wado” de Pedro, Malena Galmarini y Juan Manuel Olmos. Massa también escucha con atención a su jefe de comunicación, Santiago García Vázquez, quien, junto a Olmos, participó de todas las reuniones con la Cámara Nacional Electoral (CNE) para el armado de los debates.
En el oficialismo se muestran confiados en que “Massa es el más sólido de todos los candidatos” y que “lo mostrará”. Creen que tiene un “manejo de los tiempos y las formas que el resto no posee”.
La estabilidad emocional de Milei es un tema sensible. La idea oficialista es explicar “cómo sería un país con Massa presidente” y “debatir” las ideas de Milei, pero “sin atacarlo, ni a él ni a sus votantes, sino confrontando sus ideas con lo que puede pasar en la realidad”.
“¿Cómo sería un país con la gente armada?, ¿cómo estaría una madre si su hijo saliera a la calle así?”, ejemplifican.
También elaboran respuestas a Bullrich, de quien esperan los más fuertes embates. Descuentan que el principal será por la inflación (el último registro mensual fue de 12,4%). El otro eje en el que podrían cruzarse es el de seguridad. Massa apuntará a su gestión como intendente de Tigre. No ven como “amenaza” lo que Bullrich le pueda replicar con su paso como ministra nacional del área. “Su gestión fue un desastre y es fácil de mostrar”, sostienen.
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Una apuesta a su esencia, con tips de Macri y Melconian
Intentará recuperar el protagonismo y marcar sus diferencias con Milei y Massa; “sin coaching”, pidió
Matías Moreno
El debate entre los presidenciables, una instancia clave en la carrera electoral, se desarrollará en un escenario atípico por el fuerte rechazo popular hacia la clase política. Por esa razón, Patricia Bullrich, que enfrenta una gran oportunidad para recuperar el protagonismo tras el triunfo de Javier Milei, tiene previsto darle un tono propositivo en el primer cruce.
Su objetivo concreto es confrontar ideas de país con Sergio Massa y Milei, quien parte como favorito en la disputa por la presidencia y atraerá los focos en el evento. Si bien planea exprimir cada segundo para contar ideas y planes de gobierno, y, sobre todo, exhibir experiencia en la gestión, la postulante de JxC no desistirá de replicar agravios ni chicanas de sus contrincantes: “A Milei hay que mantenerlo a raya”, avisan en su equipo.
Tras el temblor que generó en JxC la victoria de Milei en las primarias, Bullrich siente que tendrá la chance de potenciarse con vistas a la reñida disputa con el libertario y Massa para alcanzar el ballottage en el debate electoral del próximo domingo. A pesar de que los especialistas descreen de que el cruce entre los postulantes pueda tener una influencia directa en las urnas, Bullrich pondrá toda la artillería para salir fortalecida del primer choque. Confía en que no sufrirá sobresaltos y que saldrá airosa del test, pese a que enfrenta a dos adversarios con experiencia en el ring mediático y que están decididos a borrarla de la cancha y convertirla en la tercera en discordia. Debe cerrar flancos y evitar errores en un momento crucial. “Tengo con qué. Me siento segura en esto”, transmitió a los suyos.
Lo cierto es que Bullrich se alista desde hace varias semanas para exprimir la oportunidad de ganar terreno en el debate. De hecho, Juan Pablo Arenaza, mano derecha de la exministra, armó una suerte de “unidad debate” –un equipo que integran unas treinta personas– y alquiló un estudio de televisión en la Capital para ayudar a la candidata presidencial de JxC a entrenarse para la cita. “Va a ser ella”, repiten cerca de la exministra. Bullrich reniega del coaching. El staff que prepara a la exministra para el debate lo encabezan el economista Martín Siracusa, el consultor Derek Hampton, Arenaza y Hernán Lombardi. En paralelo, un staff de expertos se dedicó a escribir “guiones”. En ese grupo, según fuentes del comando de campaña, están Alonso, Hernán Iglesias Illa, Guillermo Raffo y Hampton. “Son ideas para que ella construya sobre eso, dicen. Si bien se nutre de los informes y datos básicos que se necesitan para el debate, ella priorizará mantener su esencia”, según sus asesores.
Desde Mauricio Macri y Carlos Melconian –que supervisó el documento económico– hasta José Luis Espert le dieron tips para el debate. Hoy podrían hacer un simulacro de las preguntas y respuestas con sparrings. Actuarían Arenaza (Massa), Eduardo Amadeo (Juan Schiaretti) y Laura Alonso (Myriam Bregman). Pese a los últimos desencuentros, Macri avisó al entorno de Bullrich que podría concurrir para presenciar el ensayo. “Hay que tener templanza”, dijo la exministra.
El debate entre los presidenciables, una instancia clave en la carrera electoral, se desarrollará en un escenario atípico por el fuerte rechazo popular hacia la clase política. Por esa razón, Patricia Bullrich, que enfrenta una gran oportunidad para recuperar el protagonismo tras el triunfo de Javier Milei, tiene previsto darle un tono propositivo en el primer cruce.
Su objetivo concreto es confrontar ideas de país con Sergio Massa y Milei, quien parte como favorito en la disputa por la presidencia y atraerá los focos en el evento. Si bien planea exprimir cada segundo para contar ideas y planes de gobierno, y, sobre todo, exhibir experiencia en la gestión, la postulante de JxC no desistirá de replicar agravios ni chicanas de sus contrincantes: “A Milei hay que mantenerlo a raya”, avisan en su equipo.
Tras el temblor que generó en JxC la victoria de Milei en las primarias, Bullrich siente que tendrá la chance de potenciarse con vistas a la reñida disputa con el libertario y Massa para alcanzar el ballottage en el debate electoral del próximo domingo. A pesar de que los especialistas descreen de que el cruce entre los postulantes pueda tener una influencia directa en las urnas, Bullrich pondrá toda la artillería para salir fortalecida del primer choque. Confía en que no sufrirá sobresaltos y que saldrá airosa del test, pese a que enfrenta a dos adversarios con experiencia en el ring mediático y que están decididos a borrarla de la cancha y convertirla en la tercera en discordia. Debe cerrar flancos y evitar errores en un momento crucial. “Tengo con qué. Me siento segura en esto”, transmitió a los suyos.
Lo cierto es que Bullrich se alista desde hace varias semanas para exprimir la oportunidad de ganar terreno en el debate. De hecho, Juan Pablo Arenaza, mano derecha de la exministra, armó una suerte de “unidad debate” –un equipo que integran unas treinta personas– y alquiló un estudio de televisión en la Capital para ayudar a la candidata presidencial de JxC a entrenarse para la cita. “Va a ser ella”, repiten cerca de la exministra. Bullrich reniega del coaching. El staff que prepara a la exministra para el debate lo encabezan el economista Martín Siracusa, el consultor Derek Hampton, Arenaza y Hernán Lombardi. En paralelo, un staff de expertos se dedicó a escribir “guiones”. En ese grupo, según fuentes del comando de campaña, están Alonso, Hernán Iglesias Illa, Guillermo Raffo y Hampton. “Son ideas para que ella construya sobre eso, dicen. Si bien se nutre de los informes y datos básicos que se necesitan para el debate, ella priorizará mantener su esencia”, según sus asesores.
Desde Mauricio Macri y Carlos Melconian –que supervisó el documento económico– hasta José Luis Espert le dieron tips para el debate. Hoy podrían hacer un simulacro de las preguntas y respuestas con sparrings. Actuarían Arenaza (Massa), Eduardo Amadeo (Juan Schiaretti) y Laura Alonso (Myriam Bregman). Pese a los últimos desencuentros, Macri avisó al entorno de Bullrich que podría concurrir para presenciar el ensayo. “Hay que tener templanza”, dijo la exministra.
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