miércoles, 27 de septiembre de 2023

LA OPINIÓN DE JOSÉ MARÍA POIRIER


JOSÉ MARÍA POIRIER

“PARA MUCHOS CURAS VILLEROS, MILEI ES UN DRAMA PORQUE GENERA DUDAS SOBRE CUÁL ES EL PUEBLO”
texto de Luciana Vázquez y foto de Santiago Filipuzzi —
El director de la revista católica Criterio asegura que el problema de algunos sectores de la Iglesia es “no saber distinguir entre la esfera religiosa y la política”; sobre los dichos del líder de La Libertad Avanza respecto del Papa Francisco, afirma:”nada más lejos de Bergoglio que el comunismo. Bergoglio es peronista”

Si los curas villeros estaban tan preocupados por Milei, tendrían que haberlo dicho un poco antes”, desafía. “Atacándolo al Papa, probablemente Milei quiere enfrentarse con el peronismo, que siempre acompañó a la Iglesia católica en la Argentina”, analiza. “Pero tampoco está clara esa lectura porque… ¿es Milei un antiperonista o va a intentar una nueva estrategia estilo menemista para incorporar al peronismo y volverlo a su estilo?”, desarrolla. “No creo que el tema del aborto le quite el sueño a Bergoglio, no porque no le preocupe la persona ni la persona por nacer que sufriría las consecuencias del aborto. Sí le preocupan la pobreza, la marginalidad, la falta de formación”, plantea.” “Lo de Milei (sobre el aborto), para mí es incomprensible bajo todo punto de vista porque no tiene coherencia ideológica”, cuestiona. “La dificultad de la Iglesia católica es no saber distinguir entre la esfera religiosa y la política”, advierte. “Nada más lejos de Bergoglio que el comunismo. Bergoglio es peronista. Y gran parte de su simpatía con el peronismo es, justamente, porque era una fuerza anticomunista”, subraya.
El director de la revista católica
Criterio, José María Poirier, estuvo  Poirier es periodista y también filósofo por la Pontificia Universidad Lateranense, más conocida como Universidad de Letrán, en Roma. Hace casi 30 años que dirige Criterio, una publicación de actualidad y de análisis político y social fundada en 1928, identificada con un catolicismo liberal.
Milei versus el Papa. ¿Por qué a Milei lo votan los pobres del conurbano? ¿Peronismo e Iglesia católica versus Milei? El Papa Francisco y su rol político. ¿Cuál es la relación de la Iglesia con “las derechas”? Poirier hizo su análisis. Aquí, algunos pasajes destacados de la entrevista
–Hubo una disputa pública a partir de los comentarios de Milei sobre la figura del Papa Francisco. Milei lo tildó de “representante del maligno en la Tierra”. Ese cruce nos devuelve a la última campaña electoral de Brasil, cuando la esposa de Bolsonaro, Michelle Bolsonaro, acusó a Lula de haber dejado “demonios” en el Palacio de Planalto. Esa representación tan concreta y carnal de la figura del diablo y del demonio, ¿cómo juega dentro del mundo cristiano y católico? ¿Qué le está diciendo Milei al Papa con esa imputación?
–No creo que Milei haya leído el Fausto [N dele: protagonista del mito en el que un hombre hace un pacto con el diablo por el que entrega su alma a cambio de placeres y poderes mundanos. Fue llevada al arte en repetidas ocasiones. En la literatura, se destaca el Fausto de Goethe y Dr Fausto, de Thomas Mann]. Pero de todas maneras, me parece una de las muchas calificaciones impropias que hace Milei no solo contra la figura de Bergoglio, el Papa Francisco, sino contra mucha gente. Probablemente quiere enfrentarse con el peronismo, que siempre acompañó a la Iglesia católica en la Argentina. Pero tampoco está clara esa lectura porque… ¿es Milei un antiperonista o va a intentar una nueva estrategia estilo menemista para incorporar al peronismo y volverlo a su estilo?
No lo sabemos. Esos improperios son de hace cuatro años.
–Sí, y ahora los retomaron los curas villeros.
–Si los curas estaban tan preocupados, tendrían que haberlo dicho un poco antes. Pero en realidad, tampoco corresponde porque no es función de la Iglesia estar defendiendo al Pontífice de lo que se le ocurra decir a cada candidato a presidente o ciudadano. Hay una apropiación porque son dos posturas cuasi religiosas. Digo adrede “cuasi” porque no sé si los curas villeros son realmente una expresión religiosa o más política que religiosa. De Milei, no me caben dudas. Ahora está muy entusiasmado con el tema del judaísmo. Milei puede terminar en cualquier lado.
–Usted es un hombre católico pero está dando una opinión muy crítica sobre los curas villeros. ¿Cuál es el debate que se da dentro del mundo católico en torno al modo en que la Iglesia se relaciona con la pobreza?
–Es interesante el tema. Habría que entender qué es la Iglesia porque cuando habla un obispo, se interpreta que es la Iglesia; habla un cura o algún representante de una ONG y, otra vez, es la Iglesia. La Iglesia es un gran misterio. En definiciones teológicas, es el cuerpo místico de Cristo. Ni siquiera es el papado. La iglesia es otra cosa. Hay ejemplos de papas que desmerecieron bastante la imagen de la Iglesia. Son veinte siglos, o sea, tuvimos tiempo de cometer todo tipo de equivocaciones, y también de tener aciertos. En el perfil de Bergoglio, el Papa Francisco, hay una intromisión muy marcada en la política argentina desde su sensibilidad peronista, claramente. Él es un hombre muy inteligente y con un olfato político excepcional. Esa intromisión ha cansado mucho y me da la impresión de que en la feligresía en general eso ha decepcionado mucho, no así en otros sectores. Hay sectores del peronismo que no se sienten particularmente católicos y que, sin embargo, festejan eso. El otro día, una chica muy inteligente me decía “yo soy comunista, pero estoy con Bergoglio”. Es como si yo dijera “soy católico y estoy con Putin”. Y con este ejemplo, estamos metiendo el dedo en la llaga porque Putin fue el que recibió el mensaje de Bergoglio en un llamado internacional muy importante. El único que se equivoca no es nuestro deslucido presidente. Hay muchos otros personajes que pueden equivocarse en lo político en el plano internacional.
–Usted se refiere al Papa puntualmente.
–Y sí, claro.
–Además de la conceptualización del vínculo entre la Iglesia y la pobreza en clave peronista, ¿hay otras posibilidades para darle forma a ese vínculo?
–Creo que hay un problema ahí. ¿Qué entendemos por “pobre”? Si la pobreza es la concepción evangélica del pobre, que muchas veces se tradujo como pobre de espíritu, es una distancia de los bienes materiales en favor de los espirituales. Y en ese sentido, todos tendríamos que ser pobres, o sea, marcar esta distancia. Pero la pobreza como concepto político, tan usada por el comunismo, por el peronismo y por varios…
–¿Usted se refiere a la pobreza material?
–Claro. Esa pobreza material que es la marginalidad, la falta de oportunidades, esa pobreza que tiene muchos aspectos, no fue necesariamente el tema de la Iglesia
en general. Lo que confunde es el panorama argentino, porque basta cruzar a Uruguay y ya es distinto, favorablemente distinto. Lo que confunde es que el peronismo se entronca con cierto catolicismo desde sus orígenes, quizás por estrategia, porque Perón fue un gran estratega. Y en ese sentido, Bergoglio también hace uso de la estrategia política. Otra cosa es considerarlo al Papa Francisco como Pontífice, como hombre llamado a conducir una numerosa grey de cristianos católicos. Ése es otro tema y en ese tema, tiene una intervención relativa la política. En los pontificados, la intervención política no ha sido lo más feliz. El mismo Juan Pablo II tuvo un rechazo muy fuerte en Polonia, y todavía hoy es una figura muy impopular en Polonia por esa masiva intervención que tuvo, en su momento muy apoyada, pero que después cobra sus costos.
–En este presente, llama mucho la atención cómo Milei retoma temas como la resistencia a la legalización del aborto que encarnaron la Iglesia católica y la evangélica en los años del debate en 2018. Aunque se aprobó la legalización, Milei retoma el tema desde un lado extremadamente conservador, para nada liberal. ¿Cómo ve un católico ese posicionamiento de Milei?
–El tema del aborto es muy complicado y las grandes religiones siempre van a tener una dificultad frente a este tema porque se estaría jugando la vida humana. No creo que eso le quite el sueño a Bergoglio porque no es el tema de él ni creo que le preocupe excesivamente, no porque no le preocupe la persona ni la persona por nacer que sufriría las consecuencias del aborto. Sí le preocupa la pobreza, la marginalidad, la falta de formación, una cantidad de temas muy legítimos. Ahora, lo de Milei, para mí, es incomprensible porque Milei no tiene coherencia ideológica.
–Milei retomó una bandera que se había aquietado tras la legalización. ¿Cómo juega eso?
–Esa es una bandera muy de los grupos evangélicos, fundamentalmente. A los curas villeros les preocupa mucho más la droga, que después va a tener múltiples consecuencias. También el aborto, pero no están centrados en eso. Milei en eso se parece mucho a los grupos ultraconservadores norteamericanos. Lo acusan al presidente de los Estados Unidos de que ha sido blando con el tema, pero ha respetado la ley. En particular en la Argentina, muchas veces la dificultad de la Iglesia católica es no saber distinguir entre la esfera religiosa y la política. Y la política está regida por la Constitución. O estuvo, porque ahora estamos muy en duda.
–Usted está al frente de una revista clave en el mundo intelectual católico. ¿Cómo es el diálogo con lo que se llama “las derechas”, la derecha más extrema y más conservadora y la centroderecha más liberal?
–Cuando Criterio se funda en 1928, el director fue una figura intelectual de relieve, Atilio Dell’oro Maini, laico, culto y de un nacionalismo moderado para la época. Pero después hubo períodos en que los grupos nacionalistas o más conservadores, más cerrados, prevalecieron. No fue un período muy largo, pero estuvieron. Después aparecieron figuras como la de monseñor Franceschi que, según decía Marcelo Montserrat con mucha agudeza, fue una evolución desde posturas franquistas o el cristianismo más convencional y tradicional hacia posturas demócrata cristianas. Con la aparición de otras direcciones, con Jorge Mejía, Carlos Floria, la participación activa en los editoriales de Natalio Botana, Juan Llach y de tantos otros, se constituyó en una revista con una apertura liberal muy marcada. En el catolicismo argentino, el liberalismo ha sido siempre minoritario.
–Desde un catolicismo más conservador, nacionalista, ¿cómo se lo interpreta al catolicismo liberal?
–Como una herejía. En el fondo, se lo ve así. Es decir, como una concesión a la Revolución Francesa, o más allá de eso, a todo lo que va a dar pie al mundo moderno desde la reforma de Lutero en adelante hasta llegar al enciclopedismo y a la Ilustración. La Ilustración parece una mala palabra para cierto catolicismo argentino. No entiendo por qué.
–El dominio de la racionalidad y de un pensamiento separado de la instancia sagrada.
–Por eso dejan un poco al costado a figuras tan magníficas como la de Sarmiento, la de Alberdi.
–También por esa ruptura que hubo de la presidencia de Roca con la iglesia, con el Vaticano.
–Sí, pero no tuvieron ningún problema con Juan Manuel de Rosas.
–Muchos de los votos de Milei vienen de los sectores populares más empobrecidos del conurbano, donde la Iglesia y el peronismo siempre estuvieron muy presentes. ¿Qué está pasando en ese mundo como para que Milei se convierta en una figura que los representa?
–En estos sectores tan vulnerables no hay un convencimiento de que la dolarización o la ruptura del Banco Central sean significativos porque no tienen significación en sus vidas. Me parece que es más una rebeldía que se manifiesta así, un hartazgo.
–Pero eso muestra una menor influencia de los curas villeros, por ejemplo.
–Para muchos curas villeros, esto es un drama porque es una pérdida de lo que significó la teología del pueblo. Es un drama porque cuál es el pueblo. Si el pueblo son ellos, los que votan a Milei, es un drama. Salvo que le quitemos la significación al voto y a la participación cívica. Es otro tema peligrosísimo.
–Milei califica al Papa de “comunista” por el concepto de la justicia social, como el peronismo. Desde otra posición, Miguel Pichetto le imputa al Papa la concepción del “pobrismo”. ¿Cómo ve usted esa doble imputación, de un lado y del otro?
–Serviría tener en claro que nada más lejos de Bergoglio que el comunismo. Bergoglio es peronista. Y gran parte de su simpatía con el peronismo es, justamente, porque era una fuerza anticomunista. Pero después están las simpatías con la raigambre popular más histórica en la Argentina, que viene a través de una larguísima tradición y que va a tener ese trauma tan fuerte con la revolución del ‘30.
–Dentro de la Iglesia, ¿cuál es la corriente de ideas más significativa que compite por la centralidad con el Papa Francisco?
–Hay un posicionamiento general de la intelectualidad que no le es favorable.
–¿De la intelectualidad católica, dice usted?
–También, una intelectualidad que es pobre, no es una maravilla. No es abundante en la Argentina, pero en el mundo en general decayó. Hoy es muy difícil encontrar las grandes figuras que tenían Francia, Alemania, Inglaterra, Italia misma, en la época de los intelectuales que venían de las ideas católicas, o al menos de su tradición católica. Respeto mucho las posiciones pastorales de Bergoglio, del Papa Francisco, porque es un hombre con mucha percepción. Cuando todavía estaba en la Argentina, él decía “hay que salir de las parroquias e ir a los santuarios” porque en las parroquias no había gente. Era inteligente: se daba cuenta de que había que buscar otros caminos. Las dificultades son una cierta apatía, una pérdida de valor. Muchos colegas en el periodismo dicen que el problema es que después de Juan Pablo II vino Ratzinger, que era un conservador. Pero no, Ratzinger era un brillante teólogo intelectual de Alemania del oeste, o sea, el que era conservador era Juan Pablo II. Hay que aclararlo porque si no, nos confundimos todos. Es como si me dijeras: no hay cantante como Palito Ortega. ¿Cómo que no? Él fue un pésimo cantante, más allá de los amores personales de cada uno. Pero eso es otra cosa, el afecto es otra cosa. Estaba leyendo un libro de una escritora española, Paloma Díaz Más. Hablando del Alzheimer de su madre, ella dice que cuando se pierde la memoria, queda la memoria afectiva. La memoria afectiva va a estar siempre, y ahí es donde el peronismo hace su base.
–¿Milei, de alguna manera, le compite y le saca espacio no solo al peronismo, sino también a la Iglesia y al Papa?
–Yo creo que sí.
No creo que el tema del aborto le quite el sueño a Bergoglio; sí le preocupan la pobreza, la marginalidad, la falta de formación”
“La intromisión del Papa en política ha cansado mucho y me da la impresión de que en la feligresía en general eso ha decepcionado”



Pensar desde el catolicismo liberal
Formación
Periodista y filósofo por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
Trayectoria
Director de la revista Criterio, Miembro del Consejo de Redacción de la editorial Ciudad Nueva, docente de literatura y cine del Centro de Estudios Antropológicos (CEA).
Libros
Escribió Javier Darío Restrepo, periodismo y pasión; Jorge Novak. Iglesia y Derechos Humanos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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