Reinas de leyenda (Plaza & Janés)

Cristina Morató. “Las reinas siempre han sido maltratadas por los historiadores”
En su nuevo libro, la escritora catalana aborda las vidas de cinco mujeres que gobernaron en un mundo de hombres; toma distancia de otros autores que se centraron más “en los amantes que en los logros”

F. Javier Barroso

“Está muy idealizada la vida de una reina”, dice Morató

En El País la escritora y periodista catalana Cristina Morató resume su nuevo libro con una frase de Eleonora Roosevelt: “Las mujeres que se portan bien no pasan a la historia”. Su último trabajo es un detallado relato de cinco grandes monarcas de la historia que ha recopilado en Reinas de leyenda (Plaza & Janés). En él, profundiza en las vidas de Catalina de Aragón, Isabel I de Inglaterra, Carlota de México, Catalina la Grande y la emperatriz china Cixí.

Licenciada en periodismo en la Universidad de Bellaterra, reside en Madrid desde hace casi 30 años. Con tan solo 21 años viajó a Honduras, Nicaragua y El Salvador por su afán por ser corresponsal de guerra. Pero lo que realmente descubrió fue la pasión por los viajes: ya ha visitado 65 países y ha recorrido miles y miles de kilómetros. Afirma que a lo largo de su carrera nunca ha buscado la fama ni la popularidad.
–¿Por qué decidió tratar el tema de las reinas?
–Ya había escrito Reinas malditas y soy una historiadora frustrada, pero me atraen mucho estos personajes. A lo largo de mi carrera me he dedicado a recuperar grandes viajeras y exploradoras. También, a revisar personajes femeninos muy maltratados por la historia. Este libro es más ambicioso, porque aquí sí que hay tres reinas por derecho propio: Isabel I de Inglaterra, Catalina la Grande y la emperatriz Cixí.
–¿Qué las une a las tres?
–Fueron las mujeres más poderosas en su época, en cada siglo. Llevaron en sus riendas vastos imperios, gobernaron en un mundo de hombres y han sido maltratadas por los historiadores. Suelen centrarse más en los amantes, en la vida sexual de las reinas, que en valorar sus logros, su contribución o su papel en los asuntos de gobierno. Las tres fueron grandes líderes, grandes estrategas y, sin duda, tres mujeres implacables. No me he encontrado con una manipulación histórica tan grande como con estas tres reinas.
–¿Y qué diferencia su libro de esos historiadores?
–Intento descubrir el lado más humano. Es verdad que los historiadores tienden a juzgar. Yo trato de entender la época que les tocó vivir. También procuro darles voz, su día a día, lo que sentían: está en las cartas, en la correspondencia familiar, en los diarios y en las memorias, como hizo Catalina la Grande.
–¿Por qué ha elegido estas reinas y no otras?
–Es una elección. En el caso de Catalina de Aragón, creo que se ha escrito mucho sobre Juana la Loca y, en cambio, la hija menor de los Reyes Católicos es la gran desconocida. Quería saber e investigar sobre sus vidas. También me llama la atención que mantuvieran tanto el poder en un mundo de hombres lleno de intrigas y amenazas, siendo cruelmente tratadas por todos.
–¿Es arriesgado escribir sobre la monarquía en un momento como el actual?
–No, al contrario. Es muy interesante revisar el pasado; nos puede hacer reflexionar. La monarquía española es de las más arcaicas, obsoletas y machistas que existen. No hay que olvidar que no ha cambiado la Constitución y prevalece el hombre sobre la mujer. Leonor va a ser reina porque no tiene un hermano. El papel de la reina consorte sigue siendo el mismo que hace siglos. No se trata de que una reina como Letizia, viendo las capacidades que sin duda tiene, sea solo una embajadora de la moda española. La mujer tiene un mero papel decorativo.
–Ha tardado tres años en publicar desde su último libro.
–Es bueno hacerse esperar, sobre todo, si vuelves con un buen libro. Pienso que los temas de la realeza siguen interesando. Las series y las películas atraen a los que creen en los cuentos de hadas, pero la realidad es otra. Sus vidas estuvieron marcadas por las desdichas, por los abusos sexuales y los malos tratos de los maridos, como el caso de Enrique VIII. Han sido humilladas, por no dar un heredero varón. Está muy idealizada la vida de la reina.

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