martes, 5 de marzo de 2024

EDITORIALES


¿Ecología versus arte?
Los actos vandálicos por parte de activistas ecologistas contra obras maestras solo alejan a las personas de bien de la causa que dicen defender
La Gioconda, vandalizada, en el Museo del Louvre

En los últimos meses, diversos ataques contra reconocidas obras maestras de importantes artistas han sido planeados y ejecutados por organizaciones ecologistas a modo de protesta. En todos los casos, los autores fueron activistas que trataban de llamar la atención sobre la crisis climática, exigiendo a sus gobiernos tomar cartas en el asunto y reducir sus emisiones de carbono, Está visto que tamaño daño al patrimonio de la humanidad –no solo de un país– ha generado amplio rechazo social, tanto entre los amantes del arte como entre el público en general.
En realidad, estas muestras de irracionalidad alejan más a la gente de la causa que dicen defender y no constituyen un método favorable para que la población empatice con sus reclamos. Por el contrario, al final no se termina hablando de cambio climático, sino de las obras de arte atacadas, confirmando que algo no está saliendo bien y que los activistas deberían repensar sus estrategias.
Para algunos son actos vandálicos; para otros, legítimas protestas para llamar la atención contra la desaprensión frente al cambio climático. Lo cierto es que en los últimos meses varios colectivos ecologistas han atacado icónicas obras de arte para alertar sobre la emergencia climática.
Los actos de dos activistas que arrojaron sopa contra el cristal que protege al famoso cuadro de La Gioconda, en el Museo del Louvre de París, son una muestra flagrante de esta tendencia destructiva que ha estado cobrando fuerza en los últimos años.
El caso de la excelsa obra de Leonardo da Vinci no es un incidente aislado. El vandalismo artístico no se detuvo frente a otras destacadas obras, entre ellas, Los girasoles, de Vincent van Gogh; Los almiares, de Claude Monet; La joven de la perla, de Johannes Vermeer; Las Majas ,de Francisco de Goya; El grito, de Edvard Munch, y Muerte y vida, de Gustav Klimt.
También con sopa fue vandalizado el famoso cuadro Le printemps, de Claude Monet, en el Museo de Bellas Artes de Lyon. Los agresores forman parte del grupo Riposte Alimentaire (Respuesta Alimentaria), que aboga por una solución alternativa al reto climático y la seguridad alimentaria.
La obra más recientemente atacada fue la icónica El nacimiento de Venus, del renacentista Sandro Botticelli, vandalizada con una pegatina de imágenes fotográficas que pretenden alertar sobre la emergencia ambiental. La obra, cubierta con un cristal de protección, se halla exhibida en la Galería de los Uffizi, en Florencia.
Reconocidas mundialmente por su importancia histórica y artística, las obras escogidas por activistas les garantizan una amplia cobertura mediática. Especialistas en seguridad de museos y conservadores de arte se hallan ahora en una encrucijada, debatiendo cómo proteger eficazmente las obras sin comprometer la accesibilidad del público a estas joyas culturales.
Las consignas de la protesta plantean falsas dicotomías. La protección del arte y la protección del medio ambiente no son excluyentes; la consideración de lo uno no implica la desconsideración de lo otro. Los activistas han elegido un enemigo equivocado y terminan restándole credibilidad a la lucha contra el cambio climático, convirtiendo una causa noble en mero espectáculo.
Atacar deliberadamente una obra de arte, aun cuando sea lanzando pintura o derramando sopa sobre el cristal que la protege, constituye un claro acto de irresponsabilidad que debe ser condenado enérgicamente, como cualquier otra forma de vandalismo. Atentar contra el patrimonio artístico y cultural no es el camino para lograr los objetivos que persiguen los activistas climáticos y su accionar debe ser debidamente penalizado.

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Los Moyano inclinan la cancha
Las viciadas relaciones del fútbol con la política no representan algo novedoso. Sin embargo, los niveles casi surrealistas que esas maniobras alcanzan en la Argentina no dejan de sorprender.
Deportivo Camioneros, el club de los Moyano, está en condiciones de calificar para un premio Guinness, ya que ostenta el insólito logro de estar disputando dos torneos promocionales al mismo tiempo. Por un lado, acaba de ascender al Torneo Federal A tras derrotar en un muy polémico partido a Altos Hornos Zapla, de Jujuy. Al mismo tiempo, inició su participación en el Torneo Promocional Amateur. Lo inédito del caso es que Camioneros disputará así, a lo largo de 2024, un campeonato que otorga ascensos para la Primera B Nacional y otro que posibilita dos vacantes para la Primera C.
Este hecho se suma a un cúmulo de situaciones irregulares que se registran en las categorías promocionales del fútbol argentino, tales como los vertiginosos ascensos de Barracas Central y Deportivo Riestra a la principal categoría del fútbol profesional, solo por citar dos ejemplos conocidos.
La turbia red que se teje en el inusual caso de Camioneros se advierte al analizar su polémico ascenso con fallos escandalosos del árbitro y coiffeur Marcelo Sanz en el partido definitorio donde el equipo de los Moyano le ganó a Altos Hornos Zapla por 2 a 1 y se quedó con el quinto y último ascenso al Federal A. Camioneros tuvo a su favor dos penales que, según testigos, fueron inexistentes, uno de los cuales fue convertido por Facundo Moyano, hijo de Pablo y nieto de Hugo Moyano. Además, el equipo jujeño sufrió la expulsión de dos de sus jugadores y la anulación por presunto offside de un gol legítimo.
El referí que debía impartir justicia en el terreno de juego es oriundo de Mar del Plata, como la familia Moyano, y dirige en la liga de Mar Chiquita, donde uno de los referentes políticos es el exintendente Jorge “Pitingo” Paredi, quien luego de 16 años al frente de la comuna se sumó al directorio de Aguas Bonaerenses (ABSA). Curiosamente, en esa localidad bonaerense hizo su pretemporada el equipo de Barracas Central, la entidad mimada por el presidente de la AFA y yerno de Hugo Moyano, Carlos “Chiqui” Tapia.
Como las casualidades no existen, mientras el club marplatense Alvarado, con el que “simpatizan” los Moyano, derrotaba en forma polémica a All Boys, equipo al que también se le anuló incorrectamente un gol que le hubiera posibilitado el empate, a pocos metros del estadio continuaba abierta la peluquería de Marcelo Sanz, referí amigo y coiffeur de profesión.
Al tiempo que en la industria audiovisual suele circular una conocida frase que sostiene que muchas veces la realidad supera a la ficción, las conexiones entre el fútbol argentino y los sótanos de la política se inscriben en una especie de realismo mágico, aunque con poco de magia y mucho de fechoría.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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