HISTORIA DEL ARTE

Cuatro millones de pesos en premios para creadores
Arthaus abrió su segunda temporada de muestras
María Paula Zacharías
Premios a las artes visuales y a la música, y el comienzo de exposiciones y conciertos son el puntapié inicial de la temporada de Arthaus, centro cultural privado en el microcentro porteño. La Mamá luchona de Gabriel Chaile recibe al visitante en el edificio vidriado de Bartolomé Mitre 434. En planta baja, Leila Tschopp desarrolla una exposición de pinturas e instalaciones que será activada con ópera y performance. En la planta alta, Andrés Ramírez Gaviria desafía los límites de la percepción y del universo.
“Estamos contentos. Después de esta muestra, viene Hernán Salamanco y luego Mondongo, en tres pisos, inaugurando la terraza con la instalación del Baptisterio de los Colores –cuenta Andrés Buhar, fundador del espacio–. Y repartimos cuatro millones de pesos en premios”. Los ganadores de los galardones Arthaus 2023 son Demian Rudel Rey y Facundo Llompart, en composición musical, y en artes visuales, categoría objeto, Carlota Beltrame y Juan Rey y Santiago Viale. Durante este año, los músicos estrenarán sus piezas y los artistas expondrán sus obras en el Museo Nacional de Bellas Artes. En días poco aciagos para la cultura, en Arthaus se respira otro aire. “En este momento, es muy importante la continuidad –continúa Buhar–. Hay que sostener los desafíos, los premios, los estrenos, las producciones. Hay debates que están mal desde lo económico, incluso. La cultura tiene un potencial enorme. Queremos trabajar con la comunidad, generar un círculo virtuoso. Desarrollamos un ecosistema”.
Pintura inhumana, de Tschopp, recrea el paisaje exterior de andamios y sombras, en murales donde los hombres parecen abatidos. Los personajes son planos, como muñecos o robots, y cuestionan la idea de figura humana. Exteriorización de un malestar, que podría hacer eco con las pintadas de las calles aledañas o la gente en situación de calle. También metafísica es la muestra de primer piso, Cero Punto, de Andrés Ramírez Gaviria, colombiano residente en Austria. En dibujos, fotografía, video y objeto, dosifica el arte, la ciencia, la mística, el lenguaje, la filosofía, la música, la historia, la traducción y la programación. “Busco crear experiencias que cuestionan la representación”, señala el artista. Fotografía, por ejemplo, estrellas que están tan lejos de la Tierra que no se ven con telescopio. Registra señales y las traduce a imagen, en colaboración con astrónomos. Busca el límite de lo representable. Los dibujos son ensayos de telepatía. Una serie de canicas fueron hechas con meteoritos. “Lo que llamamos arte abstracto tiene muchas convenciones. Esta muestra invita a lo que no tiene definición. Pensamos que el mundo es de una manera y nos olvidamos que es infinito. Todos los tiempos están en un solo tiempo. Todas las realidades están en una sola realidad”, dice la curadora, María Iovino

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