domingo, 14 de junio de 2020

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO,


¿La pandemia o la cuarentena? ¿Qué daña a la economía?
Juan Carlos de Pablo: "Estamos empantanados mal"
Juan Carlos de Pablo
Preguntas a Walter S. Salant Economista 1911-1999 Nacido en Nueva York, se graduó en economía en 1933 en la Universidad de Harvard, donde hizo una maestría de su escuela de posgrado de administración pública y un doctorado en economía.
La economía sufre por la pandemia, no por la cuarentena. Palabra más, palabra menos, la afirmación pertenece al Presidente de la Nación, quien remató con un poco democrático: “No discutamos más”. ¿Tiene toda la razón; no tiene nada de razón? La contestación a estos interrogantes es importante para pronosticar el presente y el futuro de las diferentes actividades económicas.
Al respecto conversé con el norteamericano Walter S. Salant (1911-1999),quien estudió en Harvard, universidad en la cual después formó parte del famoso seminario que sobre política fiscal conducían Alvin Harvey Hansen y John Henry Williams. Luego de su paso por el gobierno, ingresó a la Brookings Institution, donde permaneció hasta 1976. Según Charles Poor Kindleberger, es el autor de una influyente monografía, preparada durante el gobierno presidido por Harry S. Truman, que fundamentó el Plan Marshall.
–Sus estudios en Harvard se desarrollaron en dos etapas, porque en el ínterin usted pasó un par de años en Inglaterra.
–Así es. Luego de obtener mi primer título, en 1933, estudié en la Universidad de Cambridge, donde asistí a los cursos que dictó John Maynard Keynes. Esto ocurrió un par de años antes de que se publicara La teoría general.
Mis notas de clase, junto a las que tomó Lorie Tarshis, fueron utilizadas por Don Patinkin en sus meticulosos trabajos referidos a la evolución del pensamiento de Keynes.
–A usted se le atribuye la autoría del multiplicador del presupuesto balanceado. ¿Cuál es la idea?
–¿Qué le ocurriría al PBI (producto bruto interno) de un país, si el Estado financiara la totalidad de determinado aumento del gasto público cobrando más impuestos? La respuesta intuitiva es: permanecería constante, porque no aumentaría la demanda agregada total, dado que el aumento de la demanda pública se compensaría por igual caída de la demanda privada. Pues bien, mostré que esto no siempre es cierto.
–Explíquese, por favor.
–El teorema del multiplicador del presupuesto balanceado dice que en una economía con desempleo de trabajo y capital, un aumento del gasto público financiado totalmente con mayores impuestos eleva el nivel del ingreso real en igual magnitud al aumento de los gastos y los ingresos públicos. Esto se debe al hecho de que el aumento de los impuestos no reduce el gasto privado en la misma magnitud, porque una porción de los mayores impuestos se paga con ahorros, no con caída del consumo.
–Usted no fue al único al que se le ocurrió.
–Al respecto, sintetizo lo que dijo Paul Anthony Samuelson cuando, en 1975, reseñó la historia del descubrimiento. “En el momento en que descubrí el teorema estaba bien seguro de que no había aparecido en la literatura y de que era nuevo. Pero muy poco tiempo después, conversando con Bill Salant, descubrí que él también lo había descubierto. Y también hay rastros de la idea en Hansen, Harold M. Somers, Nicholas Kaldor y hasta en… Keynes. La cuestión se puede sintetizar así: ignorando el trabajo de Jorgen Gelting, Salant y Samuelson descubrieron independientemente el teorema, probablemente durante el primer semestre de 1942”.
–En la Argentina 2020, ¿qué causa el deterioro económico, la pandemia o la cuarentena? Sobre el particular, el presidente de la Nación habló de manera enfática.
–Que el primer mandatario de su país explique la caída de ventas, producción, deterioro del poder adquisitivo de las remuneraciones y las jubilaciones, etc., por la pandemia, y no por la cuarentena, se entiende en el plano político. Porque si los problemas se deben a la pandemia, hay que agarrársela con el coronavirus, mientras que si derivan de la cuarentena, el cuestionamiento recae sobre él.
–Pero más allá del plano político, ¿se debe a la pandemia o a la cuarentena?
–A las dos. Si hoy desapareciera la cuarentena, difícilmente los argentinos saldrían corriendo a la agencia de turismo más próxima para comprar pasajes internacionales. Aquí la responsabilidad recae sobre la pandemia. Pero al mismo tiempo usted dice que los libros que tiene en su casa ya los leyó y releyó más de una vez, y que está esperando que abra la librería de su barrio para comprar otras obras. En este caso la explicación radica en la cuarentena.
–¿Qué importancia relativa tienen estos dos factores?
–Depende muchísimo del bien en cuestión. La cuarentena no va a desaparecer de un día para el otro; es más, en su país hace semanas que se está flexibilizando, por derecha y por izquierda. Pero pensemos un momento en el “día después”. Los optimistas piensan que el ser humano tiene energías que pondrá en funcionamiento en cuanto pueda; los pesimistas creen que esta crisis nos tendrá atontados durante muchos años. Igual discusión se planteó a fines de la década de 1930 y durante la Segunda Guerra Mundial, y la realidad estuvo mucho más cerca de los optimistas que de los pesimistas. Pero…
¿Pero qué?
–Lo cierto es que la velocidad no será la misma en la reactivación de todas las actividades. El espíritu empresario es muy sensible a esto, porque mientras la empresa como entidad operativa está preparada para funcionar de determinada manera, una de las principales tareas de quien está a cargo de una firma consiste en palpar qué está ocurriendo con la demanda y cómo se pueden aprovechar las oportunidades.
–Se dice que, luego del coronavirus, nada será igual.
–Una exageración, pero así como la reactivación tendrá velocidades distintas, dependiendo de los diferentes bienes, la forma de producir, y sobre todo de comercializar, tendrá cambios permanentes.
–Explíquese, por favor.
–Richard H. Thaler, premio Nobel en Economía 2017, muestra la importancia que lo que él denomina “empujoncito” tiene en la conducta humana. ¿A cuántos de nosotros organizar conferencias remotas o comprar productos sin salir de casa nos parecía primero imposible y luego mucho peor que la interacción presencial y ahora nos damos cuenta de que era mucho más fácil de lo que pensábamos? En buena medida, este cambio operativo llegó para quedarse. Las reuniones remotas no solo son factibles, sino que conectan a personas cuyo costo de traslado es altísimo, y con la tecnología moderna uno “ve” el producto que está interesado en comprar.
–Lo cual tiene implicancias.
–Efectivamente. Algunos de los comercios cerrados probablemente no reabran sus puertas, pero porque se modificó la forma de comprar y vender. Lo cual no quiere decir que desaparezca la empresa que alquila el local, solo que no comerciará sus productos como lo venía haciendo. Otras actividades florecerán, generando nuevas oportunidades laborales. Pero esto vendrá con el tiempo, ahora la cuestión es cómo cada uno les encuentra la vuelta a los problemas generados de manera conjunta, por la pandemia y por la cuarentena.
–Don Walter, muchas gracias.
Si desapareciera hoy la cuarententa, difícilmente los argentinos saldrían a comprar pasajes de avión para viajar

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