martes, 27 de diciembre de 2022

DE AMOR Y LIBROS


El amor entre la Argentina y Bangladesh
El autor es psicólogo y psicoterapeuta @Miguelespeche
Lic. Miguel Espeche

Es raro que un pueblo tan distante como el de Bangladesh sienta casi más simpatía por nosotros que nosotros mismos. Pero así ocurre con los bangladesíes, habitantes de uno de los países más lejanos y diferentes que existen en relación con la Argentina, salvo por el hecho de que ambos aman a la misma selección de fútbol y, en particular, a Lionel Messi.
Esas cosas pasan en todos lados: los humanos nos identificamos con lo que sentimos que nos hace bien aunque sea muy diferente y, desde ese lugar, logramos “angelar” la vida que a veces se vuelve opaca cuando es “de cabotaje”. Nos adentramos en alguna vida o cultura ajena, la hacemos propia, nos percatamos de que no somos tan diferentes al final de cuentas, pero aun así vislumbramos universos que parecen más brillantes que los nuestros y a veces lo son efectivamente, tal como ocurre si comparamos la realidad futbolera de la selección argentina y la de Bangladesh.
En otros rubros los argentinos hacemos algo parecido a lo que hacen en Bangladesh cuando nos sumergimos en culturas como la británica, la norteamericana o la nórdica (países estos últimos que tienen más crímenes en las series que en la vida real) descansando de ser nosotros mismos al adentrarnos en esos universos que, al final de cuentas, son reconocibles en esencia por distintos que sean.
Pero no estamos acostumbrados a que eso pase con nosotros. Nos parece raro que nos conozcan y ver nuestra bandera en un país que tiene una cultura absolutamente exótica, pero, eso sí, una capacidad de entusiasmo futbolero que nos hermana.
Al amor no se lo acumula, sino que se lo hace circular. Es por eso que, como parte de un incipiente deseo de retribuir tanto afecto, la bandera verde con un círculo rojo de Bangladesh empezó a circular en las celebraciones mundialistas a modo de homenaje agradecido. Vaya a saber a través de qué vasos comunicantes iban llegando desde aquellas lejanas tierras las imágenes y los relatos de ese amor enloquecido por la albiceleste y por Messi y es así que, conmovidos, algunos argentinos quisieron retribuir con algún reconocimiento. Un tuitero, Rulo de viaje (@ Dan_lande) hizo un grupo de Facebook para fans del equipo de críquet de Bangladesh, y se le llenó de seguidores argentinos. Su iniciativa hizo más que décadas de diplomacia para generar relaciones con los bangladesíes, y ya hay una movida para que se ponga una embajada argentina como se debe en aquel país.
Los diálogos entre argentinos y bangladesíes se multiplican y hacen bien. Durarán poco o mucho, no importa. Tampoco se trata de la historia más importante del mundo.pero de esas cosas está pintada la aldea de la alegría. Esa aldea que al pintarla la hacemos universal y que nos muestra que lo lindo es tanto o más real que lo feo, algo que es bueno recordar para vivir mejor, esquivando el implacable marketing de la pálida constante
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El primer Levrero



Publicado a fines de los 70, La máquina de pensar en Gladys fue la primera recopilación de cuentos del uruguayo Mario Levrero y acaba de ser reeditada en la Argentina por la editorial Criatura. Escritor fundamental de ese país, pionero en la narrativa de ciencia ficción latinoamericana, Levrero además fue librero, guionista de cómics, humorista, creador de juegos de ingenio y crucigramas. Entre los 11 relatos que componen esta obra se cuentan algunos de sus clásicos, como “Gelatina”, “El sótano”, “La calle de los mendigos” o “La casa de pensión”, que nos introducen en universos levemente surrealistas, siempre desconcertantes.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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