FUERZA BRUTA

Aven, un lugar sin piso. Encuentro de emociones intensas y fugaces a cargo del grupo Fuerza Bruta
Laura ChertkoffFuerza Bruta vuelve a desafiar la gravedad
Fuerza bruta. creación y puesta en escena: Diqui James. música: Gabriel Kerpel. elenco: Camila Taranto, Ximena Pinto, FlorenciaMontauti, SolFigueroa, Georgina Seva, Fiorella Giménez, Nahuel Delgado, Francisco Camino, Luis TutoGómez,FedericoDiaz,PedroMaurizzi,FelipeFigueroa,FernandoDragone y Matias Quiroga. diseño de vestuario: Andrea Mattio. sala sinpiso, Club GebA, Julio A. Noble 4100.
Inercia, aceleración, resistencia de los materiales, porosidad, velocidad del viento, peso del vapor. Si en las escuelas quisieran enseñar todos esos temas de física fuera de las aulas, podrían ir a ver el nuevo espectáculo de Fuerza Bruta. Con una palabra inventada:
Aven, y nueve escenas, la compañía de teatro de acción comandada por Diqui James se reencuentra con el público porteño ávido de emociones intensas y fugaces. Es difícil transmitir la experiencia vivida sin spoilers. Porque cualquier descripción exhaustiva de las escenas podría desarmar el artificio.
Como en otros espectáculos aunque agregaron funciones en base la demanda del público, es de esperarse que esta Sala Sinpiso del club GEBA sea la casa de Fuerza Bruta por bastante tiempo.
Aven es un tornado controlado por un sólido equipo de veinte técnicos entre los que es importante subrayar el aporte de Mariano Tome, Javier Gustavson, Eduardo Reyes, Mauro Madera y Ariel Freiria, los riggers responsables de la seguridad, la velocidad y la altura de todos los vuelos.
En una escala más chica que en el Desfile del Bicentenario, cuando surcaron el aire sobre un Siam Di Tella ante dos millones de personas, las escenas de danza aérea que los caracterizan se multiplican por todos los rincones de la sala. Y aunque la apertura y el cierre sucedan sobre un escenario quieto, todo lo demás exige una mirada de 360 grados y muchos desplazamientos.
De modo que no hay un lugar privilegiado para llenarse de asombro. Pero como en todo entorno de multitud fervorosa, el pogo tiende a suceder más en el centro que en la periferia. Y aunque a nivel contenidos es un espectáculo para todas las edades, el clima en el público es más cercano a la discoteca que a la sala teatral.
James sabe cómo sacar los conejos de múltiples galeras a la vez. Y sus técnicos, cómo lidiar con espectadores fervorosos. Por eso también regresa la plataforma deslizante –un clásico de la compañía– para esta vez alejarse de la ira contenida del corredor. E integrarse con alegría a una fiesta que tiene mucho de pasarela de ballroom. Porque si hay algo que tienen las puestas de Diqui James es que laten con el pulso de cada época.
Con un elenco nuevo de 14 performers, entre los que se destacan Georgina Seva, Fernando Dragone, Nahuel Delgado y Ximena Pinto a cargo de los segmentos más bailados, la energía se contagia a grito pelado en medio de los vientos, las nubes y las lluvias creadas artificialmente. Sin creerse dueños de ningún truco escénico, recuperan, por ejemplo, la invención decimonónica del zoótropo, para que Ximena Pinto baile en su centro rodeada de mariposas en pleno vuelo. La música de Gabriel Kerpel sostiene toda la acción y empalma perfectamente con el clima de discoteca de la previa y el after. Aven deja atrás las raíces folklóricas de Wayra, el espectáculo anterior, más cerca del altiplano y la murga porteña. Aquí se bailan danzas urbanas, de esta urbe o cualquier otra de las 56 ciudades del mundo por donde Fuerza Bruta giró y podría volver a girar, llevando Aven en sus valijas.

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