domingo, 3 de septiembre de 2023

EDITORIAL Y DONAR ÓRGANOS




Deshumanizantes sistemas feudales
El crimen de Cecilia en Chaco confirmó la vigencia de regímenes que someten a la Justicia a sus designios y condenan a la población a los abusos de poder
En 1990, el país se horrorizaba ante el caso de María Soledad Morales en Catamarca. La joven, de 17 años, fue asesinada por hijos del poder provincial que la drogaron y abusaron de ella en una fiesta. Más de tres décadas después, en junio pasado, era asesinada en Chaco Cecilia Strzyzowski, una joven de 28 años casada con César Sena, cuyos padres lideraban el movimiento Socialistas Unidos, agrupación íntimamente ligada al poder provincial. Hoy tanto César Sena como sus progenitores, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, están en prisión, acusados de homicidio premeditado con el concurso de dos o más personas.
El caso de Cecilia se emparenta con el de María Soledad. En ambos casos, una joven inocente se acerca a personas cuya proximidad con un poder sin límite en la ley los lleva a actuar de manera brutal y acaba perdiendo la vida. El crimen terrible cometido en Chaco tiene al mismo tiempo muchos vasos comunicantes con el caso de Milagro Sala en Jujuy, hoy en prisión domiciliaria por liderar una asociación ilícita, fraude y extorsión, en medio de denuncias de exintegrantes de su organización, Tupac Amaru, por violaciones de los derechos humanos. La familia Sena se dedicaba, como la líder jujeña, a la construcción de viviendas sociales con fondos públicos. Tanto Milagro Sala como los Sena eran sostenidos en su accionar delictivo por el poder político, que en su afán hegemónico los había incorporado como parte de ese “ejército” militante que está siempre tras la conquista del territorio y de la mente y las voluntades de los votantes. Detrás de Sala estuvo Cristina Kirchner en sus tiempos de presidenta; detrás de los Sena está Jorge Capitanich.
Los referidos casos dan cuenta de la forma en que pervive en muchas provincias argentinas, como el Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja, un sistema feudal que lleva a los que mandan a sentirse dueños del cuerpo y el alma de la población. Así, a buena parte de las personas se les desconocen sus derechos ciudadanos para tratarlas como súbditos de un régimen que remite a los tiempos del Virreinato.
El ejercicio de este omnímodo poder deshumaniza. El otro no es visto como una persona en sí misma, sino como un medio para lograr los fines mezquinos que persigue la política partidaria cuando se pervierte. Un mero instrumento. Las palizas físicas y el maltrato psicológico que Milagro Sala infligía a quienes no la obedecían como ella pretendía, narrados por las mismas víctimas, tienen origen en el mismo sentimiento de impunidad que promovía el trato degradante que Emerenciano Sena y su esposa daban a los trabajadores de sus emprendimientos.
Marcela Leiva, una mujer que comenzó a colaborar con la organización de Sena en 2010, contó recientemente en distintos medios de prensa que la obligaban, junto a otros trabajadores, a realizar tareas desde las 5 de la mañana durante 15 horas diarias, bajo amenazas, y que los mantenían encerrados. Debían comer en el piso, muchas veces alimento en mal estado. Las humillaciones y la violencia que recibían mientras trabajaban eran algo cotidiano. “Nos puteaban continuamente y nos decían que éramos malas personas”, relató Leiva. “Emerenciano captaba personas del interior y las traía a trabajar con el cuento de la casa propia. Después las trataba como a cerdos, encerradas en el campo de tiro”, agregó.
Sena exigía una sumisión total. Tras una tormenta, el dirigente social le ordenó a Leiva que realizara una denuncia por la pérdida de bienes y materiales de obra. La mujer se negó a incluir en la lista elementos que estaban intactos. “Vos tenés que hacer lo que yo te diga”, le gritó Sena, según contó la mujer.
Leiva hizo siete denuncias contra Sena por reducción a la servidumbre, corrupción y lavado de dinero, todas desestimadas por la Justicia provincial y por el gobierno cómplice de Capitanich, quien, según cuenta la mujer, eligió ignorar también las cartas enviadas por las víctimas del líder social. “Le pedíamos audiencia y en respuesta él se sacaba fotos con Emerenciano”, dice Leiva. Para ella, Sena era “el niño mimado de Capitanich”.
Catamarca vio cómo se desmoronaba una de las dinastías políticas más rancias del país tras el crimen de María Soledad y después de las multitudinarias “marchas del silencio” clamando por justicia. En Chaco, tras el asesinato de Cecilia y ante la evidente cercanía entre el clan Sena y Capitanich, el voto en las PASO favoreció a la oposición, aunque el gobernador fue el precandidato individual más votado.
El asesinato de Cecilia confirmó la plena vigencia, en pleno siglo XXI, de regímenes provinciales con gobiernos que han sometido a la Justicia impidiéndole que contenga sus excesos, con ciudadanos que resignan su autonomía ante un clientelismo desembozado y funcionarios que se sienten impunes hasta el punto de desconocer, en acciones aberrantes, la dignísima condición humana de sus gobernados. Se trata de territorios en donde es imprescindible restablecer el imperio de la ley y el funcionamiento de las instituciones para destronar tanta impunidad y tanto abuso silenciado. Como sociedad, no podemos tolerar ni un crimen más sin exigir los cambios que demasiados poderosos resisten.

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Donar órganos: actitud de vida
El más alto promedio anual de donantes de órganos corresponde a la Unión Europea, con una tasa de 22,3 por millón de habitantes. En 2019, nuestro país llegaba a casi 20 por millón, pero hoy descendió a 11,6 y el desafío es recuperar aquellos niveles.
El presidente del lncucai, Carlos Soratti, celebró que la oposición familiar a la donación de órganos se haya reducido toda vez que la fuente principal es siempre de donante fallecido. Transcurridos ya cinco años desde la llamada ley Justina, esa tasa que rondaba una media del 40% hoy es del 10% y constituye, en sus palabras, uno de “los impactos más inmediatos y notables” de la norma. La referida ley suprimió el requisito de certificación familiar de que el fallecido no hubiera expresado una última voluntad opuesta a la donación, con muy favorables efectos.
En enero de este año el Ministerio de Salud creó el Programa Procurar, que promueve que los mismos establecimientos sanitarios sean los que lleven adelante los procesos de detección, selección y tratamiento de los potenciales donantes. Se busca descentralizar la donación para que ninguna oportunidad se pierda en las unidades de terapia intensiva.
El 29 de agosto se conmemoró el Día de la Persona Donante de Órganos en homenaje a María Antonella Trivisonno, una niña de 6 años que falleció en un accidente vial en 1999 y cuya familia decidió donar sus órganos. “Con el tiempo pudimos entender que donamos los órganos de Antonella no por cómo murió, sino por cómo vivió, porque la donación tiene que ver con la vida y no con la muerte”, enfatiza su mamá. Hablar de estos temas en las familias sigue siendo clave.
Si bien gracias a la ley Justina todos somos donantes, cuando se trata de menores de edad son los tutores los que deben dar el permiso. De allí lo importante de crear conciencia sobre la importancia de la donación pediátrica para que más padres conviertan la partida de su niño en un acto de amor que dé nueva vida.
Necesitamos comprometernos como sociedad, empatizar, desvanecer los mitos y dejar de mirar para otro lado. Hoy 7146 personas necesitan un trasplante para salvar su vida; 184 son pacientes pediátricos. Los pequeños Max y Beni recibieron hace poco sus ansiados corazones. A sus tres años, León aún aguarda un riñón pues sufre una insuficiencia renal crónica terminal. Compartir sus historias es una forma de darle visibilidad al tema. Es hoy. Es urgente. Donemos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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