A 39 días de la última devaluación, el dólar oficial volvió a quedar atrasado
El índice que lo mide está otra vez abajo de 100 puntos, tras haber tocado un pico de 115,8 después de las PASO; quedaría en el mismo nivel previo al empezar octubre
Javier Blanco
La cotización perdió lo ganado con la devaluación
Lo que se esperaba luego de que el Gobierno convalidó una suba del tipo de cambio del 22% tras su derrota en la PASO sin esbozar siquiera un plan para tratar de evitar el traslado a precios sucedió: la cotización del dólar oficial –congelado en $350 desde ese suceso y hasta la elección general del 22 de octubre– volvió a ubicarse en zona de atraso, según el índice de tipo de cambio real multilateral (Itcrm) que elabora el Banco Central (BCRA).
Ese sensible índice, el más indicativo que existe, ya que contempla las variaciones de los tipos de cambio reales bilaterales de la Argentina con cada uno de sus principales socios comerciales (es decir, considerando además de sus movimientos nominales las alteraciones que pueden sufrir por la tasa de inflación local y ponderadas por su participación en los flujos de comercio del país), cayó debajo de los 100 puntos, nivel que supone para la medición oficial su valor de “equilibrio”.
Cerró, según la estadística oficial, en 99,6 puntos, tras haber trepado 20 puntos (de 95,8 a 115,8) luego de que el tipo de cambio de referencia A 3500 saltó de $287,49 a $349,98 entre el cierre del viernes 11 y el del lunes 14 de agosto (el día posterior a las primarias). Y así volvió a niveles que no mostraba desde abril de 2022, tras haber marcado un piso de 87,1 puntos (mínimo de la gestión Fernández) a fines de septiembre de ese año.
Esta variable, que explica muchos de los problemas de competitividad que los exportadores argentinos encuentran para poder colocar sus productos en el exterior (junto a la carga impositiva que enfrentan, los sobreprecios que padecen en la contratación de seguros y fletes, derivados del cepo cambiario y el diferencial de costos logísticos, entre otras cosas), resultó básicamente carcomida por el diferencial en torno a los 20 puntos que se abrió entre la tasa de inflación local, disparada al 12% mensual promedio tras la devaluación, y la que mostraron los países con que la Argentina más comercia en este período, una inflación estabilizada o incluso levemente a la baja.
Claro que a eso se agregó la tendencia alcista que retomó a nivel global el dólar estadounidense (el Dollar Index que lo mide frente a otras seis divisas similares del mundo subió dos puntos en el último mes), en especial luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos confirmó la semana pasada que no está pensando en una baja de tasas, sino, por el contrario, en volver a subirlas algo más para promover una baja mayor de la inflación en ese país, tras comprobar que la economía norteamericana se mantiene en expansión y con buenos indicadores laborales.
Hay que agregar además que mientras la mayor parte de los países absorbieron el efecto de ese reacomodamiento de tasas con un tipo de cambio flexible, la administración Fernández recurrió a un tipo de cambio fijo en estas circunstancias (para tratar de usarlo como ancla), tras copiar el plan aplicado por la administración Macri en los últimos meses de su gestión, cuando fijó el dólar en $60, como oportunamente explicó
“Estaba cantado: a los niveles de nominalidad que ya traía la economía, llevar a cabo este tipo de devaluación era sumar problemas, no traer soluciones. El traslado a precios del ajuste cambiario fue inFuentes mediato y prácticamente 1 a 1. Todos vimos aumentos de precios del 20% tras el salto del dólar oficial, que el índice de precios de agosto no llegó a captar de manera exacta por la forma en que se construye el índice”, explicó el analista Salvador Vitelli, de Romano Group.
“En nuestra estimación llegaríamos al comienzo de octubre con un tipo de cambio real igual al que existía en la previa a las PASO, pero con una inercia inflacionaria que se duplicó. Es un desequilibrio que se irá agravando en las semanas previas a las elecciones y que explica por qué vuelven a caer las liquidaciones del dólar soja, como vimos esta semana” [por la pasada], completa.
Al respecto, cabe recordar que pese a ofrecer un dólar de entre $420 y $430 promedio –antes de retenciones al sector sojero– hasta fin de mes, el Banco Central en los últimos tres días de la semana pasada volvió a registrar un flujo negativo si se consideran las compras de dólares que realiza por la plaza cambiaria local (apenas US$1 millón en las últimas tres ruedas, incluida la del viernes) y las ventas que a diario realiza por el mercado secundario para tratar de moderar las alzas de los dólares financieros y contener la brecha. Es decir, ni con ese estímulo ya suma reservas.
Para su colega Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, “si bien el Itcrm del BCRA mantiene un colchón hoy de 5 puntos en relación con el nivel que tenía antes de las PASO, no hay duda de que ese margen irá desapareciendo en los próximos días, lo que nos devolverá al mismo lugar y en peores condiciones”. “Con un tipo de cambio fijo a $350 y una inflación que corre al 2% semanal –como piso– vas a terminar en la previa a las generales peor de lo que estabas en la previa a las PASO”, coincide
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El dólar soja vence a fin de mes, sin prórroga
Se lo anticipó Massa al sector agroindustrial; se liquidaron 3,3 millones de toneladas hasta ahora
Lo que se esperaba luego de que el Gobierno convalidó una suba del tipo de cambio del 22% tras su derrota en la PASO sin esbozar siquiera un plan para tratar de evitar el traslado a precios sucedió: la cotización del dólar oficial –congelado en $350 desde ese suceso y hasta la elección general del 22 de octubre– volvió a ubicarse en zona de atraso, según el índice de tipo de cambio real multilateral (Itcrm) que elabora el Banco Central (BCRA).
Ese sensible índice, el más indicativo que existe, ya que contempla las variaciones de los tipos de cambio reales bilaterales de la Argentina con cada uno de sus principales socios comerciales (es decir, considerando además de sus movimientos nominales las alteraciones que pueden sufrir por la tasa de inflación local y ponderadas por su participación en los flujos de comercio del país), cayó debajo de los 100 puntos, nivel que supone para la medición oficial su valor de “equilibrio”.
Cerró, según la estadística oficial, en 99,6 puntos, tras haber trepado 20 puntos (de 95,8 a 115,8) luego de que el tipo de cambio de referencia A 3500 saltó de $287,49 a $349,98 entre el cierre del viernes 11 y el del lunes 14 de agosto (el día posterior a las primarias). Y así volvió a niveles que no mostraba desde abril de 2022, tras haber marcado un piso de 87,1 puntos (mínimo de la gestión Fernández) a fines de septiembre de ese año.
Esta variable, que explica muchos de los problemas de competitividad que los exportadores argentinos encuentran para poder colocar sus productos en el exterior (junto a la carga impositiva que enfrentan, los sobreprecios que padecen en la contratación de seguros y fletes, derivados del cepo cambiario y el diferencial de costos logísticos, entre otras cosas), resultó básicamente carcomida por el diferencial en torno a los 20 puntos que se abrió entre la tasa de inflación local, disparada al 12% mensual promedio tras la devaluación, y la que mostraron los países con que la Argentina más comercia en este período, una inflación estabilizada o incluso levemente a la baja.
Claro que a eso se agregó la tendencia alcista que retomó a nivel global el dólar estadounidense (el Dollar Index que lo mide frente a otras seis divisas similares del mundo subió dos puntos en el último mes), en especial luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos confirmó la semana pasada que no está pensando en una baja de tasas, sino, por el contrario, en volver a subirlas algo más para promover una baja mayor de la inflación en ese país, tras comprobar que la economía norteamericana se mantiene en expansión y con buenos indicadores laborales.
Hay que agregar además que mientras la mayor parte de los países absorbieron el efecto de ese reacomodamiento de tasas con un tipo de cambio flexible, la administración Fernández recurrió a un tipo de cambio fijo en estas circunstancias (para tratar de usarlo como ancla), tras copiar el plan aplicado por la administración Macri en los últimos meses de su gestión, cuando fijó el dólar en $60, como oportunamente explicó
“Estaba cantado: a los niveles de nominalidad que ya traía la economía, llevar a cabo este tipo de devaluación era sumar problemas, no traer soluciones. El traslado a precios del ajuste cambiario fue inFuentes mediato y prácticamente 1 a 1. Todos vimos aumentos de precios del 20% tras el salto del dólar oficial, que el índice de precios de agosto no llegó a captar de manera exacta por la forma en que se construye el índice”, explicó el analista Salvador Vitelli, de Romano Group.
“En nuestra estimación llegaríamos al comienzo de octubre con un tipo de cambio real igual al que existía en la previa a las PASO, pero con una inercia inflacionaria que se duplicó. Es un desequilibrio que se irá agravando en las semanas previas a las elecciones y que explica por qué vuelven a caer las liquidaciones del dólar soja, como vimos esta semana” [por la pasada], completa.
Al respecto, cabe recordar que pese a ofrecer un dólar de entre $420 y $430 promedio –antes de retenciones al sector sojero– hasta fin de mes, el Banco Central en los últimos tres días de la semana pasada volvió a registrar un flujo negativo si se consideran las compras de dólares que realiza por la plaza cambiaria local (apenas US$1 millón en las últimas tres ruedas, incluida la del viernes) y las ventas que a diario realiza por el mercado secundario para tratar de moderar las alzas de los dólares financieros y contener la brecha. Es decir, ni con ese estímulo ya suma reservas.
Para su colega Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, “si bien el Itcrm del BCRA mantiene un colchón hoy de 5 puntos en relación con el nivel que tenía antes de las PASO, no hay duda de que ese margen irá desapareciendo en los próximos días, lo que nos devolverá al mismo lugar y en peores condiciones”. “Con un tipo de cambio fijo a $350 y una inflación que corre al 2% semanal –como piso– vas a terminar en la previa a las generales peor de lo que estabas en la previa a las PASO”, coincide
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El dólar soja vence a fin de mes, sin prórroga
Se lo anticipó Massa al sector agroindustrial; se liquidaron 3,3 millones de toneladas hasta ahora
Fernando Bertello
El Gobierno no prorrogará el actual esquema de dólar soja que vence a fin de mes, según confiaron fuentes del agro que estuvieron con el ministro de Economía, Sergio Massa.
La semana pasada, en la sede del Ministerio de Economía y con la presencia del funcionario, se firmó un acuerdo entre el Gobierno y entidades del sector por la plataforma Visión Sectorial del Gran Chaco (Visec). Apunta a un manejo de trazabilidad para que la soja y la carne argentinas no enfrenten trabas en Europa debido a las crecientes demandas en ese mercado de no comprar productos de zonas deforestadas. Allí, en ese marco, según revelaron distintas fuentes, Massa les expresó que el dólar soja no continuará en octubre. “Massa dijo en la reunión que no sigue más allá de fines de septiembre”, indicó una fuente. Otras se pronunciaron en el mismo sentido.
Vale recordar que el actual dólar soja, vigente desde el 5 de este mes, difiere de las anteriores versiones que tenían un tipo de cambio claramente fijo. En esta oportunidad, los exportadores liquidan la oleaginosa que exportan en un 75% al tipo de cambio oficial y luego tienen el 25% restante de libre disponibilidad. El programa se pensó para incentivar la venta del grano en un contexto donde las fábricas ya tienen poca mercadería para procesar debido al impacto de la sequía, que recortó en más de un 50% la producción.
El esquema generó una mejora en el precio de la soja en pesos y un cierto dinamismo en el mercado que, no obstante, no se ha transformado en un boom. “La actividad fue mermando en las últimas jornadas”, apuntó una fuente de la cadena comercial.
Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, desde su implementación, con este “nuevo” dólar soja se comercializaron 3.344.414 toneladas. De ese monto ,3.013.742 toneladas fueron con precio y 330.672 toneladas sin precio. De acuerdo con el relevamiento, se anotaron declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) por 1.167.309 toneladas. del sector comercial calcularon en unos US$1500 millones el valor de lo comercializado.
Distorsión
Las distintas ediciones del dólar soja han generado una fuerte distorsión en otros eslabones, como los tambos, afectados por una suba de costos de la alimentación. Esto mismo lo saben al interior de la cadena de la soja, que pese a su rechazo el Gobierno igual siguió adelante con las diversas versiones del programa. “Los programas llamados dólar soja han hecho un daño profundo en la cadena, afectando la confianza y las herramientas del mercado”, alertó Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), durante un seminario de la organización en Rosario.
Luego de la fuerte sequía de este año, la cosecha de soja podría alcanzar 50 millones de toneladas en la nueva campaña, según la Bolsa de Cereales porteña. Esto representaría una mejora del 138,1%. El aporte en exportaciones de todo el complejo sojero (grano, harina y aceite) treparía a US$20.951 millones. Más allá de los números que mostrarían una recuperación tras la sequía, la soja tiene una producción estancada y muchos culpan, entre otros factores, a las retenciones del 33%.
“El próximo gobierno debe dar igualdad de condiciones tributarias a la soja en relación con los otros granos; basta de maltratar a la soja, que es la única industria que puede traer dólares rápidamente al país. La agroindustria tiene hoy una capacidad ociosa superior al 60% y una pérdida de valor fenomenal. En la Argentina se dejó de invertir hace años, mientras que en Brasil y Estados Unidos hay una marea de inversiones en molienda, acopio y producción incluyendo biodiésel”, se escribió en un documento que difundió la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), luego de que referentes de la industria disertaran en el seminario de Acsoja. En rigor, allí hablaron Roberto Urquía (AGD), Juan José Blanchard (LDC), Pablo Noceda (MOA), Alfonso Romero (Cofco), Pablo Scarafoni (Cargill) y Julián Echazarreta (ACA).
El Gobierno no prorrogará el actual esquema de dólar soja que vence a fin de mes, según confiaron fuentes del agro que estuvieron con el ministro de Economía, Sergio Massa.
La semana pasada, en la sede del Ministerio de Economía y con la presencia del funcionario, se firmó un acuerdo entre el Gobierno y entidades del sector por la plataforma Visión Sectorial del Gran Chaco (Visec). Apunta a un manejo de trazabilidad para que la soja y la carne argentinas no enfrenten trabas en Europa debido a las crecientes demandas en ese mercado de no comprar productos de zonas deforestadas. Allí, en ese marco, según revelaron distintas fuentes, Massa les expresó que el dólar soja no continuará en octubre. “Massa dijo en la reunión que no sigue más allá de fines de septiembre”, indicó una fuente. Otras se pronunciaron en el mismo sentido.
Vale recordar que el actual dólar soja, vigente desde el 5 de este mes, difiere de las anteriores versiones que tenían un tipo de cambio claramente fijo. En esta oportunidad, los exportadores liquidan la oleaginosa que exportan en un 75% al tipo de cambio oficial y luego tienen el 25% restante de libre disponibilidad. El programa se pensó para incentivar la venta del grano en un contexto donde las fábricas ya tienen poca mercadería para procesar debido al impacto de la sequía, que recortó en más de un 50% la producción.
El esquema generó una mejora en el precio de la soja en pesos y un cierto dinamismo en el mercado que, no obstante, no se ha transformado en un boom. “La actividad fue mermando en las últimas jornadas”, apuntó una fuente de la cadena comercial.
Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, desde su implementación, con este “nuevo” dólar soja se comercializaron 3.344.414 toneladas. De ese monto ,3.013.742 toneladas fueron con precio y 330.672 toneladas sin precio. De acuerdo con el relevamiento, se anotaron declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) por 1.167.309 toneladas. del sector comercial calcularon en unos US$1500 millones el valor de lo comercializado.
Distorsión
Las distintas ediciones del dólar soja han generado una fuerte distorsión en otros eslabones, como los tambos, afectados por una suba de costos de la alimentación. Esto mismo lo saben al interior de la cadena de la soja, que pese a su rechazo el Gobierno igual siguió adelante con las diversas versiones del programa. “Los programas llamados dólar soja han hecho un daño profundo en la cadena, afectando la confianza y las herramientas del mercado”, alertó Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), durante un seminario de la organización en Rosario.
Luego de la fuerte sequía de este año, la cosecha de soja podría alcanzar 50 millones de toneladas en la nueva campaña, según la Bolsa de Cereales porteña. Esto representaría una mejora del 138,1%. El aporte en exportaciones de todo el complejo sojero (grano, harina y aceite) treparía a US$20.951 millones. Más allá de los números que mostrarían una recuperación tras la sequía, la soja tiene una producción estancada y muchos culpan, entre otros factores, a las retenciones del 33%.
“El próximo gobierno debe dar igualdad de condiciones tributarias a la soja en relación con los otros granos; basta de maltratar a la soja, que es la única industria que puede traer dólares rápidamente al país. La agroindustria tiene hoy una capacidad ociosa superior al 60% y una pérdida de valor fenomenal. En la Argentina se dejó de invertir hace años, mientras que en Brasil y Estados Unidos hay una marea de inversiones en molienda, acopio y producción incluyendo biodiésel”, se escribió en un documento que difundió la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), luego de que referentes de la industria disertaran en el seminario de Acsoja. En rigor, allí hablaron Roberto Urquía (AGD), Juan José Blanchard (LDC), Pablo Noceda (MOA), Alfonso Romero (Cofco), Pablo Scarafoni (Cargill) y Julián Echazarreta (ACA).
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