Extienden el plazo para hacer ofertas por Vicentin
Podrán presentarse hasta el 17 de octubre; quejas de exportadores
El juez Fabián Lorenzini, que envió a la cerealera Vicentin a un proceso de cramdown tras haber rechazado homologar una propuesta de pago del concurso de acreedores, extendió hasta el 17 de octubre el plazo que vencía a fin de mes para que se presenten interesados. El cramdown permite que un acreedor o alguien externo haga una propuesta de compra.
“Resulta trascendente propiciar que las personas o empresas interesadas en competir en el período de concurrencia no se vean desalentadas de hacerlo por cuestiones no esenciales, dispensables en esta etapa o cumplimentables dentro de un plazo de tiempo adecuado”, dijo el juez en un escrito.
En otro tramo detalló: “Para favorecer la más amplia difusión del proceso se extenderá por diez días hábiles judiciales el plazo originalmente dispuesto. En consecuencia, el nuevo plazo para que los interesados presenten sus pedidos de inscripciones vencerá el día 17 de octubre de 2023 o el día hábil inmediato posterior si resultare feriado”.
El viernes 15 de este mes Lorenzini negó la homologación de la propuesta de pago de la cerealera, algo que sorprendió a la empresa ya que había conseguido tanto las cápitas como el capital necesario para salir del concurso. En la semana, Estanislao Bougain, director independiente de la firma, alertó sobre la posibilidad de una quiebra si no se presentaban interesados antes de que cierre el proceso. La empresa apeló y está dispuesta a presentarse también en el cramdown, pero si no lo hace, la compañía automáticamente va a la quiebra. Vicentin ofreció el pago de unos US$520 millones a sus acreedores, al margen de US$300 millones que se necesitan para la operación de la firma.
Según lo dispuesto, los postulantes “deben acreditar solvencia mediante la demostración de las fuentes de financiamiento comprometidas para las operaciones a desarrollar”. Además, “para formalizar la inscripción en el registro de oferentes deberán efectivizar el depósito en garantía y como seriedad de oferta, consistente en la suma en pesos equivalente a US$100.000 al momento de su presentación en la cuenta judicial abierta para este expediente en el Nuevo Banco de Santa Fe, sucursal Reconquista (Santa Fe), o seguros de caución a satisfacción del Juzgado”, indicó Lorenzini.
En un duro comunicado, los exportadores pidieron no hacer política con el caso Vicentin. En los últimos días Silvina Batakis, presidenta del Banco Nación, admitió que esa entidad estaba trabajando en una propuesta. El banco pretende recuperar una acreencia de US$300 millones.
“Es imperativo que se respeten los procedimientos legales y la división de poderes, emanados de la Constitución Nacional”, indicó la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales. “Si el Estado continúa con su decisión de constituir una empresa estatal agroindustrial exportadora, esta debería desempeñarse bajo las mismas condiciones de igualdad ante la ley y las reglas del mercado”, agregó
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Los precios de los mejores campos del país sufren un fuerte desacople de EE.UU.
Una hectárea en la zona más productiva cuesta US$15.000, contra US$42.000 en Illinois; expertos lo atribuyen a la falta de políticas
Pilar Vázquez
Un campo en Illinois, Estados Unidos, donde la hectárea supera los US$42.000
La brecha entre el precio de los campos agrícolas de los Estados Unidos y los de la Argentina está en un máximo histórico, con casos en las mejores tierras de aquel país que llegan al 300% de diferencia. La falta de políticas para el sector y la situación económica del país han provocado este desacople, según los expertos.
Al respecto, Juan José Madero, expresidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) y director de la División Campos de LJ Ramos Brokers Inmobiliarios, detalló que en la zona núcleo de la Argentina el valor promedio de la tierra se encuentra en torno a los US$15.000 por hectárea, con techos de US$16.000, mientras que en Illinois, Estados Unidos (una zona comparable en términos productivos), el precio promedio supera los US$42.000 por hectárea, llegando a valores superiores a los US$50.000.
“Es una relación prácticamente de tres a uno, que es la diferencia máxima histórica, dejando de lado 2002, cuando estuvo un poco arriba del 300%. Normalmente, está en el orden del uno y medio a uno, con momentos de dos a uno, pero este, de casi tres a uno, es prácticamente el máximo histórico”, indicó, en diálogo con
Según detalló, su análisis se basa en los datos aportados por una entidad estadounidense que toma los valores de los campos de mayor productividad en siete regiones del mencionado estado. Esa información la comparan con los datos propios de la región núcleo, que es la zona en donde están las tierras más productivas de la Argentina. Esto comprende el sur de Santa Fe, el norte bonaerense y el sudeste cordobés.
“La causa de eso es que Estados Unidos funciona con normalidad, con libertad económica, con estímulo y acceso al crédito, aspectos que lamentablemente no tenemos acá debido a decisiones administrativas, gubernamentales. No es que el mundo nos metió una zancadilla, sino que nosotros mismos nos la hicimos”, dijo.
En rigor, explicó que el cepo cambiario es la principal traba para la operatoria de compraventa de campos. “Impide y sabotea muchas de las operaciones que podrían darse”, afirmó. Por otro lado, agregó, la ley de tierras [en la zona núcleo limita la compra por parte de extranjeros a 1000 hectáreas] “restringe y expulsa a inversores genuinos y bienintencionados que desean contribuir”.
En la Argentina, los precios venían estables y la caída se produjo después de las PASO de 2019, para luego estabilizarse en un nuevo piso. Este año, el valor de la tierra en la zona núcleo en la Argentina empezó un sendero de pequeña recuperación y, para tratarse de un año electoral, en el que normalmente la actividad se ralentiza, fue “sorpresivamente activo”. Hubo muchas consultas, algunas de ellas de inversores “firmes e interesantes”.
“Hay coincidencia por el lado inversor de que se llegó a un piso de valores producto de las políticas del gobierno actual, como el cepo, las restricciones, una presión impositiva confiscatoria y falta de crédito y aliento a la producción”, comentó Madero.
“Estas cuestiones dificultan la operatividad de la actividad, desalentando la inversión en compra de tierras y produciendo la mencionada baja de valores. Como contrapartida, la firmeza de los precios de alquileres, con demanda insatisfecha por cuarto año consecutivo, sumado a lo estratégica que resulta la inversión en tierras productoras de alimentos y materias primas han actuado como sostén de ese piso de valores; el inversor infiere que el momento de comprar está pasando”, agregó.
Remarcó que “hay una expectativa de un gobierno más racional”, cualquiera sea el candidato” que esté perfilado para ganar. “Todos hablan de eliminar el cepo, aunque la tendencia es volver a la normalidad. Esto genera una expectativa positiva”, expresó. “El tema es dar previsibilidad de largo plazo, después vendrá el crédito y otro tipo de estímulo, pero lo primero es eso que más falta ahora en la Argentina”, dijo.
En línea con lo planteado por Madero, Federico Nordheimer, director de Nordheimer Campos y Estancias, reflexionó que el rendimiento en los campos en la Argentina, en comparación con los de Illinois, es bastante similar. “No puede ser que la diferencia de valor sea tan amplia. Incluso teniendo en cuenta que en este país los costos de producción, como semillas, fertilizantes y gasoil, son menores”, expresó.
“Evidentemente, la diferencia radica en el riesgo país o efecto país. En Illinois existe estabilidad económica, además de opciones de financiamiento. Aquí en la Argentina tenés que negociar con cada uno de los proveedores la financiación”, indicó. Lo mismo, afirmó, ocurre con la adquisición de maquinaria en Estados Unidos, ya que es más económica debido a las opciones de leasing disponibles.
Entre otras cosas, indicó: “Este año no comenzó bien por la sequía, pero cuando empezó a llover comenzó a haber movimiento en los campos. Es decir, el dinero se está generando porque quieren invertir. Empezó a haber movimiento porque creen que va a cambiar el gobierno y eso alienta a la gente a invertir porque cree que va a haber mejores condiciones para el campo”.
Demanda insatisfecha
En relación con los arrendamientos, Madero explicó que una vez más la demanda quedó insatisfecha, y en lo que respecta a los valores de los campos agrícolas en general, se mantuvieron en línea con los de la campaña anterior. Esto se debió a que, si bien existía una
“Hay expectativa de un gobierno más racional con cualquier candidato”, dijo Madero
demanda que impulsaba al alza los precios, la sequía ejerció una presión descendente.
En tanto, los alquileres ganaderos tuvieron la misma evolución. A la demanda preexistente se sumó la urgencia de buscar campos para arrendar mientras se recuperaba la oferta forrajera. Eso hizo que los valores mantuvieran su fortaleza y también faltaran campos para alquilar.
“El mundo está traccionando hacia arriba y nosotros somos los que nos estamos quedando, depende de nuestras decisiones administrativas, políticas y proyecciones. No debemos esperar que nadie haga algo por nosotros”, concluyó Madero.
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Cayó 5% en agosto la actividad de las pymes industriales
El desempeño estuvo influenciado esencialmente por la devaluación y el fuerte aumento de los precios, según la CAME
La producción de las pymes industriales registró en agosto una caída del 5% interanual, con lo que sumó el tercer mes consecutivo de contracción, influenciado esencialmente por la devaluación y el fuerte aumento de los precios, según un relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En la comparación mensual, la actividad también declinó un 0,9%.
De esta forma, en los primeros ocho meses de este año la actividad del sector fabril pyme acumuló una baja interanual de 0,1%, con lo que pasó a revertir la tendencia positiva existente hasta julio pasado.
De acuerdo con el relevamiento, durante el mes pasado las pymes industriales, en promedio, registraron un uso de la capacidad instalada del 73,1%, en un contexto en que el 54,6% de las empresas que participaron del relevamiento señalaron que tuvieron algún tipo de dificultad para reponer sus inventarios.
El rubro de químicos y plásticos fue el que indicó mayores problemas para restablecer su stock (67,2%), mientras que los industriales del sector madera y muebles fueron los menos afectados (48,2%).
“Este período estuvo fuertemente influenciado por los acontecimientos económicos vinculados a las elecciones PASO, como ser la devaluación y los aumentos en los precios, que impactaron significativamente en la actividad productiva”, señaló la entidad que representa a las pyme.
La CAME argumentó en esa línea que “las empresas que disponen de un margen financiero optaron por acumular inventarios de insumos, como una medida para garantizar la continuidad de la producción en los próximos meses, mientras que los industriales consultados expresaron sus principales preocupaciones, que incluyen la escasez de mercancías, incrementos desproporcionados en los precios de los insumos y dificultades para realizar pagos al exterior”.
Los resultados del informe surgen del índice de producción industrial pyme (IPIP) que elabora la CAME, del que participaron 395 pequeñas y medianas empresas fabriles de todo el país.
Por sectores, la mejor performance de agosto correspondió al rubro de alimentos y bebidas, que marcó un crecimiento anual de 1,5% en su producción, a precios constantes, seguido de textiles e indumentaria, con una suba de 2,8% anual en agosto. En tanto, el peor desempeño correspondió a papel e impresiones, con una caída de 26% interanual.
En el rubro maderas y muebles, se reflejó una disminución del 1,6% anual a precios constantes, mientras que en metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte, la producción tuvo una significativa contracción del 6,4% en términos anuales a precios constantes.
Por último, en productos químicos y plásticos, la producción cayó 9,8% anual en agosto, siempre a precios constantes.
La brecha entre el precio de los campos agrícolas de los Estados Unidos y los de la Argentina está en un máximo histórico, con casos en las mejores tierras de aquel país que llegan al 300% de diferencia. La falta de políticas para el sector y la situación económica del país han provocado este desacople, según los expertos.
Al respecto, Juan José Madero, expresidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) y director de la División Campos de LJ Ramos Brokers Inmobiliarios, detalló que en la zona núcleo de la Argentina el valor promedio de la tierra se encuentra en torno a los US$15.000 por hectárea, con techos de US$16.000, mientras que en Illinois, Estados Unidos (una zona comparable en términos productivos), el precio promedio supera los US$42.000 por hectárea, llegando a valores superiores a los US$50.000.
“Es una relación prácticamente de tres a uno, que es la diferencia máxima histórica, dejando de lado 2002, cuando estuvo un poco arriba del 300%. Normalmente, está en el orden del uno y medio a uno, con momentos de dos a uno, pero este, de casi tres a uno, es prácticamente el máximo histórico”, indicó, en diálogo con
Según detalló, su análisis se basa en los datos aportados por una entidad estadounidense que toma los valores de los campos de mayor productividad en siete regiones del mencionado estado. Esa información la comparan con los datos propios de la región núcleo, que es la zona en donde están las tierras más productivas de la Argentina. Esto comprende el sur de Santa Fe, el norte bonaerense y el sudeste cordobés.
“La causa de eso es que Estados Unidos funciona con normalidad, con libertad económica, con estímulo y acceso al crédito, aspectos que lamentablemente no tenemos acá debido a decisiones administrativas, gubernamentales. No es que el mundo nos metió una zancadilla, sino que nosotros mismos nos la hicimos”, dijo.
En rigor, explicó que el cepo cambiario es la principal traba para la operatoria de compraventa de campos. “Impide y sabotea muchas de las operaciones que podrían darse”, afirmó. Por otro lado, agregó, la ley de tierras [en la zona núcleo limita la compra por parte de extranjeros a 1000 hectáreas] “restringe y expulsa a inversores genuinos y bienintencionados que desean contribuir”.
En la Argentina, los precios venían estables y la caída se produjo después de las PASO de 2019, para luego estabilizarse en un nuevo piso. Este año, el valor de la tierra en la zona núcleo en la Argentina empezó un sendero de pequeña recuperación y, para tratarse de un año electoral, en el que normalmente la actividad se ralentiza, fue “sorpresivamente activo”. Hubo muchas consultas, algunas de ellas de inversores “firmes e interesantes”.
“Hay coincidencia por el lado inversor de que se llegó a un piso de valores producto de las políticas del gobierno actual, como el cepo, las restricciones, una presión impositiva confiscatoria y falta de crédito y aliento a la producción”, comentó Madero.
“Estas cuestiones dificultan la operatividad de la actividad, desalentando la inversión en compra de tierras y produciendo la mencionada baja de valores. Como contrapartida, la firmeza de los precios de alquileres, con demanda insatisfecha por cuarto año consecutivo, sumado a lo estratégica que resulta la inversión en tierras productoras de alimentos y materias primas han actuado como sostén de ese piso de valores; el inversor infiere que el momento de comprar está pasando”, agregó.
Remarcó que “hay una expectativa de un gobierno más racional”, cualquiera sea el candidato” que esté perfilado para ganar. “Todos hablan de eliminar el cepo, aunque la tendencia es volver a la normalidad. Esto genera una expectativa positiva”, expresó. “El tema es dar previsibilidad de largo plazo, después vendrá el crédito y otro tipo de estímulo, pero lo primero es eso que más falta ahora en la Argentina”, dijo.
En línea con lo planteado por Madero, Federico Nordheimer, director de Nordheimer Campos y Estancias, reflexionó que el rendimiento en los campos en la Argentina, en comparación con los de Illinois, es bastante similar. “No puede ser que la diferencia de valor sea tan amplia. Incluso teniendo en cuenta que en este país los costos de producción, como semillas, fertilizantes y gasoil, son menores”, expresó.
“Evidentemente, la diferencia radica en el riesgo país o efecto país. En Illinois existe estabilidad económica, además de opciones de financiamiento. Aquí en la Argentina tenés que negociar con cada uno de los proveedores la financiación”, indicó. Lo mismo, afirmó, ocurre con la adquisición de maquinaria en Estados Unidos, ya que es más económica debido a las opciones de leasing disponibles.
Entre otras cosas, indicó: “Este año no comenzó bien por la sequía, pero cuando empezó a llover comenzó a haber movimiento en los campos. Es decir, el dinero se está generando porque quieren invertir. Empezó a haber movimiento porque creen que va a cambiar el gobierno y eso alienta a la gente a invertir porque cree que va a haber mejores condiciones para el campo”.
Demanda insatisfecha
En relación con los arrendamientos, Madero explicó que una vez más la demanda quedó insatisfecha, y en lo que respecta a los valores de los campos agrícolas en general, se mantuvieron en línea con los de la campaña anterior. Esto se debió a que, si bien existía una
“Hay expectativa de un gobierno más racional con cualquier candidato”, dijo Madero
demanda que impulsaba al alza los precios, la sequía ejerció una presión descendente.
En tanto, los alquileres ganaderos tuvieron la misma evolución. A la demanda preexistente se sumó la urgencia de buscar campos para arrendar mientras se recuperaba la oferta forrajera. Eso hizo que los valores mantuvieran su fortaleza y también faltaran campos para alquilar.
“El mundo está traccionando hacia arriba y nosotros somos los que nos estamos quedando, depende de nuestras decisiones administrativas, políticas y proyecciones. No debemos esperar que nadie haga algo por nosotros”, concluyó Madero.
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Cayó 5% en agosto la actividad de las pymes industriales
El desempeño estuvo influenciado esencialmente por la devaluación y el fuerte aumento de los precios, según la CAME
La producción de las pymes industriales registró en agosto una caída del 5% interanual, con lo que sumó el tercer mes consecutivo de contracción, influenciado esencialmente por la devaluación y el fuerte aumento de los precios, según un relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En la comparación mensual, la actividad también declinó un 0,9%.
De esta forma, en los primeros ocho meses de este año la actividad del sector fabril pyme acumuló una baja interanual de 0,1%, con lo que pasó a revertir la tendencia positiva existente hasta julio pasado.
De acuerdo con el relevamiento, durante el mes pasado las pymes industriales, en promedio, registraron un uso de la capacidad instalada del 73,1%, en un contexto en que el 54,6% de las empresas que participaron del relevamiento señalaron que tuvieron algún tipo de dificultad para reponer sus inventarios.
El rubro de químicos y plásticos fue el que indicó mayores problemas para restablecer su stock (67,2%), mientras que los industriales del sector madera y muebles fueron los menos afectados (48,2%).
“Este período estuvo fuertemente influenciado por los acontecimientos económicos vinculados a las elecciones PASO, como ser la devaluación y los aumentos en los precios, que impactaron significativamente en la actividad productiva”, señaló la entidad que representa a las pyme.
La CAME argumentó en esa línea que “las empresas que disponen de un margen financiero optaron por acumular inventarios de insumos, como una medida para garantizar la continuidad de la producción en los próximos meses, mientras que los industriales consultados expresaron sus principales preocupaciones, que incluyen la escasez de mercancías, incrementos desproporcionados en los precios de los insumos y dificultades para realizar pagos al exterior”.
Los resultados del informe surgen del índice de producción industrial pyme (IPIP) que elabora la CAME, del que participaron 395 pequeñas y medianas empresas fabriles de todo el país.
Por sectores, la mejor performance de agosto correspondió al rubro de alimentos y bebidas, que marcó un crecimiento anual de 1,5% en su producción, a precios constantes, seguido de textiles e indumentaria, con una suba de 2,8% anual en agosto. En tanto, el peor desempeño correspondió a papel e impresiones, con una caída de 26% interanual.
En el rubro maderas y muebles, se reflejó una disminución del 1,6% anual a precios constantes, mientras que en metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte, la producción tuvo una significativa contracción del 6,4% en términos anuales a precios constantes.
Por último, en productos químicos y plásticos, la producción cayó 9,8% anual en agosto, siempre a precios constantes.
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