martes, 26 de septiembre de 2023

SAUD, LOGRO ARGENTINO Y MODELO INNOVADOR


El logro argentino de una vacuna contra el melanoma
Arturo Prins El autor es director ejecutivo de la Fundación Sales

El científico Paul Workman dijo en 2017 al diario El Mundo de Madrid, como presidente del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres: “Mis padres murieron de cáncer. Investigo la enfermedad desde hace 40 años. Las nuevas terapias para el cáncer de piel estimulan nuestras defensas y evitan efectos tóxicos, pero los tratamientos son muy costosos. En Inglaterra, Estados Unidos y países europeos superan el valor de una casa: 100.000 euros o hasta 500.000 si se necesitan dos, tres o cuatro tratamientos. No critico a la industria, que tiene que ser viable económicamente. Una solución es que las universidades y fundaciones intervengan en el desarrollo de medicamentos”.
La Fundación Sales es parte de esa solución. Creada hace 47 años (1976), desarrolla programas de investigación del cáncer con investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas que logran avances internacionales. Uno de ellos, José Mordoh, discípulo del premio Nobel argentino Luis F. Leloir y, en su juventud, del Nobel francés François Jacob (Instituto Pasteur de París), dirige desde hace más de 35 años un equipo científico que logró una vacuna terapéutica contra el melanoma, el más grave cáncer de piel. No es preventiva, pues se aplica a pacientes con la enfermedad. Aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), podrá utilizarse en pocos meses, producida por el laboratorio Pablo Cassará de la Argentina.
La vacuna estimula nuestro sistema inmunológico. Demostró alta eficacia en los ensayos clínicos realizados con pacientes de nuestro país, en el que se registran entre 1200 y 1500 casos de melanoma por año, y unas 600 muertes. Mordoh apunta ahora a incrementar aún más su eficacia, a potenciar el efecto de otras terapias contra el melanoma y a poder aplicarla a otros cánceres.
Como destacó en su editorial del 31/7/23, hace más de un siglo que ciertas enfermedades comenzaron a atacarse a partir de las defensas de nuestro organismo, aunque esto no ocurrió con el cáncer. Ya se conocen razones de este hecho. Por eso, en 2013, la revista científica Science dijo: “La inmunoterapia oncológica es una forma totalmente diferente de tratar el cáncer, pues estimula nuestro sistema inmunológico, por lo que los oncólogos afirman que se ha dado vuelta la hoja y que ya no habrá regreso”. La vacuna lograda por Mordoh es precisamente inmunoterapéutica. Mientras los tradicionales tratamientos con quimioterapia y radioterapia se diseñaron para atacar las células cancerosas, destru(Conicet) yendo otras por falta de precisión, la inmunoterapia oncológica moviliza las propias defensas de forma precisa y no invasiva. Abordaje revolucionario, ya que al combinarse con las mencionadas terapias tradicionales, mejora la calidad de vida y amplía la sobrevida.
La idea del mencionado científico Paul Workman de que las fundaciones desarrollen medicamentos contra el cáncer la concretó Cáncer Con Ciencia de la Fundación Sales (www. cancerconciencia.org.ar), asociada al Conicet, que aporta los investigadores. Sales logró más de 150.000 donantes mensualizados que crecen año a año y son protagonistas junto a los científicos de este avance. Con sus donaciones se financian becas y publicaciones de la investigación, el instrumental científico y drogas, los viajes a encuentros y congresos, los ensayos clínicos y las patentes aprobadas en 21 importantes países. Así, Sales y el Conicet son cotitulares de la propiedad intelectual de la vacuna. Las mencionadas erogaciones reducen el costo del tratamiento, pues ambas instituciones, al no tener finalidad lucrativa, eliminan el porcentaje de la ganancia económica y evitan el alto costo de importar un medicamento. La Asociación de Agentes de Propaganda Médica comparó hace pocos años los precios de remedios contra el cáncer en la Argentina con los del reino Unido y España: los medicamentos aquí costaban entre 140% y 280% más que en esos países europeos.
En Uruguay, el presidente y médico oncólogo Tabaré Vázquez participó en 2015 de las Conferencias de Invierno en oncología, cuyo tema central fue el cáncer de piel, en especial el melanoma. Vázquez, que conocía nuestras investigaciones, fue muy crítico del alto costo de tratamientos contra el melanoma, de baja eficacia y reducida sobrevida en pocos pacientes.
Las vacunas preventivas evitan una enfermedad. La terapéutica lograda por Mordoh se aplica en el inicio de la enfermedad para que el melanoma no se agrave. Es única en el mundo por el aumento que logra del número y variedad de linfocitos de nuestro sistema inmunológico para atacar las células tumorales
La vacuna obtenida por Mordoh es inmunoterapéutica. La inmunología oncológica moviliza las propias defensas en forma precisa y no invasiva

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General Pacheco: un colegio transformó la adolescencia en el barrio popular Las Tunas modelo innovador. El María de Guadalupe logró que el 99% de los alumnos terminen la secundaria
Teresa BuscagliaUnos 700 alumnos y alumnas estudian hoy en el colegio, que funciona en Las Tunas
“Si quiere dejar, que deje”. Esa era una de las respuestas que las familias de Las Tunas, en General Pacheco, les daban a los directivos del colegio María de Guadalupe en 2012, cuando el proyecto educativo llegó al barrio. Lo hizo con un modelo de inclusión innovador y una inversión por alumno similar a la de cualquier escuela de gestión estatal.
Florencia Maciel fue alumna de la escuela, construida sobre un predio de 18.000 metros cuadrados en una de las zonas más vulnerables del partido de Tigre. Sonríe al cruzar el umbral de la puerta del colegio que vio crecer en estos 11 años y saluda con un abrazo a sus antiguos “profes”. Al primer edificio donde funciona el nivel primario, se sumaron otros dos, para incorporar el secundario y el jardín.
“Es mi lugar en el mundo”, aclara, al comenzar a hablar y cuenta que sus amigas del barrio no la entendían cuando volvía del colegio tan feliz. Flor tiene siete hermanos, pero solo ella y su hermano menor cursaron en el María de Guadalupe. Los mayores abandonaron la escuela: tuvieron que salir a trabajar o tenían que quedarse en la casa para cuidar a los más chiquitos. Al ver las oportunidades que tuvieron Flor y su hermanito, llegaron a reclamarle a su madre esas diferencias. “Después entendieron que esta oportunidad no existía antes”, aclara.
Maciel es una de los egresados del colegio que fueron al “taller de empleabilidad” que comenzó a dar la escuela el año pasado por pedido de los estudiantes, que querían saber cómo enfrentar una entrevista laboral. Una de las capacitadoras la contactó con una búsqueda laboral de Volkswagen y entró a la línea de montaje. “Pasé todas las entrevistas y cuando me dijeron que quedaba seleccionada, mi mamá se puso a llorar”, dice. Es la única de su familia que tiene un trabajo en blanco y la primera que siguió estudiando: quiere ser auxiliar de vuelo.
“La escuela nace como parte de un trabajo previo de apoyo escolar que se hacía en el barrio”, explica María Luz Diez, directora de Desarrollo Institucional de la Fundación María de Guadalupe. Eso “fue fundamental para detectar que los jóvenes no veían en la escuela el camino para alcanzar un futuro mejor y, mucho menos, un espacio donde recibir herramientas y estímulos para seguir una carrera universitaria”, afirma.
Según un relevamiento que hizo la fundación, el 62% de los habitantes de Las Tunas vive en situación de precariedad habitacional y el 73% de los jefes o jefas de familia no terminó el secundario. En el corazón de ese barrio es donde la fundación decidió abrir el colegio con la idea de transformar el presente y futuro de niños y adolescentes. Ya suman cuatro camadas de egresados; unos 700 chicos y chicas de muy bajos recursos cursan actualmente. Cada aula está diseñada para un máximo de 25 alumnos, tienen acondicionador de aire frío-calor y computadoras.
Sabrina Aguilar, de 20 años, también es egresada del María de Guadalupe y cursa tercer año de la carrera de Psicopedagogía. La eligió con la ayuda de su tutora. Ella estudia y trabaja como acompañante terapéutica en dos escuelas. “Aunque mi papá no terminó el secundario y mi mamá lo hizo de grande, siempre se preocuparon por nuestros estudios. Mi hermana y yo somos las primeras que tendremos una educación universitaria en nuestra familia”, dice con orgullo.
El María de Guadalupe tiene un índice de deserción escolar del 1%. Es decir, solo un estudiante de cada 100 no llega a completar el secundario. Además, el 87% de los graduados trabajan o estudian. Es un porcentaje que supera la media nacional, ubicada en el 75% por el informe del observatorio de la Deuda Social. Además, casi 5 de cada 10 alumnos continúan con estudios superiores o universitarios, lo que duplica la media nacional para esta franja social, según un informe de la organización Argentinos por la Educación.
¿Por qué tuvo tan buenos resultados el colegio? ¿Cómo logran estimular a los alumnos? “Lo fundamental de este proyecto está en el acompañamiento personalizado de los alumnos y de sus familias, en la capacitación continua de los docentes y en el trabajo en equipo”, resume el psicólogo Luis Arocha, director ejecutivo de la Fundación María de Guadalupe.
“Tenemos en cuenta las dificultades que emergen. La precariedad habitacional hace que se dificulte el espacio de aprendizaje del estudiante y tratamos de acompañarlos individualmente. También hay problemáticas de violencia doméstica o de abusos. Por eso seguimos de cerca al alumno cuando falta, llamamos por teléfono a la familia o vamos a verlo. Tenemos equipos multidisciplinarios de orientación para crear un vínculo de confianza para que los alumnos puedan hablar estos temas”, agrega.
Hay otro dato alentador que expone el María de Guadalupe. En las pruebas Aprender 2021 consiguió resultados sobresalientes. El 69% de sus alumnos de 6º grado alcanzaron un nivel satisfactorio o avanzado en lengua. En matemáticas, a esos niveles llegaron el 70% de los chicos y chicas. Los números duplican los resultados promedio en escuelas de nivel socioeconómico bajo del país.
Cecilia Brondo es la directora de la primaria y llegó al colegio en 2012, con 15 años de experiencia en escuelas públicas ubicadas en barrios con estudiantes de bajos recursos. Destaca que, en comparación, en esta escuela puede llevar adelante proyectos “porque hay espacio y tiempo para trabajar en equipo, además de un compromiso muy fuerte en el presentismo de los docentes”. Y sigue: “Tener clases todos los días y buenas condiciones edilicias tiene mucho que ver con estos logros”.
La capacitación continua es uno de los pilares que destaca el equipo del María de Guadalupe y también lo hacen expertos en educación, como Melina Furman, autora de varios libros sobre innovación y creatividad en el aula, quien lo considera un eje fundamental para obtener mejores resultados.
Los logros obtenidos en estos años hicieron que la escuela María de Guadalupe se convirtiera en un modelo a replicar. De hecho, en acuerdo con la Municipalidad de Escobar empezó la construcción de un segundo colegio con la misma modalidad para estudiantes de barrios populares de Garín.
La última celebración del Día del Maestro la organizaron las familias y fue una fiesta de agradecimientos, con cartas y regalos. Vanina Velarde, madre de Bruno, de 3er grado, participa muy activamente porque siente que “la escuela tiene una mirada amorosa y personalizada” hacia su hijo: “En mi época no era así, o entendías o te ibas. Esto es diferente y estoy muy agradecida”.
Para colaborar con la obra de la Fundación María de Guadalupe, puede consultarse el sitio https:// www.mariaguadalupe.org.ar/formas-de-colaborar/ o el teléfono 115056-0445

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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