Insisten en la necesidad de vacunarse para evitar un nuevo pico de Covid
Ante la suba registrada desde julio en casos e internaciones, los expertos alertan sobre la importancia del refuerzo bivalente
Alejandro HorvatUnos 36.000.000 de argentinos no recibieron refuerzos en los últimos seis meses
Desde julio pasado, los casos de Covid-19 están en aumento. Por supuesto, las cifras son muy inferiores a las de años anteriores, pero muestran la presencia de un virus respiratorio cuya circulación no es estacional y aún mantiene una alta capacidad para infectar. En promedio, desde la semana 30 (a partir del 23 de julio) se registraron 1696 contagios y nueve fallecimientos por semana. El número de infecciones aún se mantiene cerca de esa cifra. Por ejemplo, en la semana 37 (11 de septiembre) fueron 1612, algo menor que el promedio, pero más que la semana anterior (1400).
Sin embargo, el nuevo coronavirus dejó de ser el virus respiratorio de mayor circulación, porque la positividad registrada fue del 3,47%, mientras que el mismo índice fue del 7,14 para la influenza. Así, se invirtió la situación respecto de lo que sucedió en las últimas semanas del mes pasado.
Los especialistas resaltan la importancia de vacunarse para impedir que el número de contagios e internaciones escale, teniendo en cuenta que la protección de las últimas dosis aplicadas comienza a descender. Según cifras oficiales, hay aproximadamente 36.000.000 de personas que en los últimos seis meses no recibieron una dosis de refuerzo, cuando los especialistas resaltan la importancia de darse la vacuna bivalente, que eleva el nivel de protección contra la variante ómicron.
“En ese contexto de una afectación mucho menor que en años previos, durante 2023 pueden diferenciarse hasta ahora tres momentos: desde SE [semana epidemiológica] 1 a la SE 9, donde los casos presentaron una tendencia descendente (correspondiéndose con el descenso de una onda que había tenido su pico en la SE 51/2022) y en la que el promedio de casos fue de 6700 semanales y el de fallecidos de 27; en segundo lugar, desde la SE 10 hasta la SE 29, caracterizada por un bajo número de casos registrados y fallecidos, con un promedio de 636 y 4, respectivamente; y el último tramo, desde la SE 30, en que se verifica una tendencia en aumento del número de casos con un promedio de 1695 casos y nueve fallecidos”, señala el último Boletín Epidemiológico Nacional.
Un dato relevante es que en el período que va del 7 al 13 de agosto (semana 33), el SARS-CoV-2 pasó a ser el virus respiratorio de mayor incidencia en el país, por encima de la influenza y el virus sincicial respiratorio (VSR). Sin embargo, esa tendencia ahora se revirtió y la gripe volvió a crecer sobre el coronavirus.
Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), dijo a que, si bien la nacion es cierto que hubo una caída en los casos y en las internaciones de Covid-19, como también de influenza, es muy complejo sacar conclusiones sobre el panorama actual porque los únicos pacientes que se testean son aquellos que se internan. Y remarca la importancia de la vacunación para evitar que la situación empeore.
Sedes
En la Capital, los vacunatorios disponibles son el Centro Islámico (avenida Intendente Bullrich 55) y los hospitales públicos porteños. Para inocularse, habrá que reservar un turno a través de la web del gobierno de la ciudad. En la provincia de Buenos Aires, se ofrece el inmunizante en todos los centros de salud y hospitales que dependen de la gobernación sin necesidad de pedir un turno. En ambas jurisdicciones ofrecen la vacuna bivalente.
“Un refuerzo bivalente es aquel que tiene material genético (ARNm) de la proteína S de la cepa ancestral del virus y de las variantes ómicron BA.4/5. La protección generada por los refuerzos bivalentes contra el Covid-19, en comparación con los refuerzos con vacunas monovalentes, es mayor, pero no mucho mayor. Este tipo de refuerzo es el que toda la población debería haber recibido al menos una vez al día de la fecha, según las recomendaciones oficiales de las distintas autoridades sanitarias”, señaló Ramiro Heredia, médico del Hospital de Clínicas.
El Ministerio de Salud de la Nación, describió Enrique Casanueva Martínez, asesor del Servicio de Infectología Pediátrica del Hospital Austral, actualmente recomienda que todas las personas cuenten con el esquema primario y, al menos, un refuerzo aplicado en los últimos seis meses, y que continúen con la periodicidad indicada para cada situación individual.
“Son personas consideradas de alto riesgo con posibilidad de contraer enfermedad grave las mayores de 50 años, aquellas con inmunocompromiso y las gestantes. Deben recibir dosis de refuerzo a los seis meses de la última dosis (independientemente del número de refuerzos) y continuar con esta periodicidad. Son personas de riesgo intermedio de enfermedad grave las menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas y obesidad) y el personal de salud y estratégico. Se recomienda para ellas hacer una dosis de refuerzo a los seis meses de la última dosis y continuar con un refuerzo anual. Por último, tienen bajo riesgo de enfermedad grave los menores de 50 años sin comorbilidades y requieren un refuerzo anual”, recordó Casanueva Martínez.
La población pediátrica, sostuvo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, también debería aplicarse la vacuna bivalente, aprobada para los mayores de seis meses.
Elena Obieta, miembro de la SADI, agregó que en el consultorio encuentra personas de riesgo que en todo 2022 no se aplicaron ninguna vacuna y este año, tampoco.
“Los que tienen factores de riesgo o son mayores de 50 años deberían haberse aplicado un refuerzo hace menos de seis meses. La bivalente que tenemos disponible sirve para aumentar la inmunidad aun frente a diversas variantes que puedan circular. Así que la gente tiene que ir a vacunarse”, resaltó.
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Fortunato Benaim.
Desde julio pasado, los casos de Covid-19 están en aumento. Por supuesto, las cifras son muy inferiores a las de años anteriores, pero muestran la presencia de un virus respiratorio cuya circulación no es estacional y aún mantiene una alta capacidad para infectar. En promedio, desde la semana 30 (a partir del 23 de julio) se registraron 1696 contagios y nueve fallecimientos por semana. El número de infecciones aún se mantiene cerca de esa cifra. Por ejemplo, en la semana 37 (11 de septiembre) fueron 1612, algo menor que el promedio, pero más que la semana anterior (1400).
Sin embargo, el nuevo coronavirus dejó de ser el virus respiratorio de mayor circulación, porque la positividad registrada fue del 3,47%, mientras que el mismo índice fue del 7,14 para la influenza. Así, se invirtió la situación respecto de lo que sucedió en las últimas semanas del mes pasado.
Los especialistas resaltan la importancia de vacunarse para impedir que el número de contagios e internaciones escale, teniendo en cuenta que la protección de las últimas dosis aplicadas comienza a descender. Según cifras oficiales, hay aproximadamente 36.000.000 de personas que en los últimos seis meses no recibieron una dosis de refuerzo, cuando los especialistas resaltan la importancia de darse la vacuna bivalente, que eleva el nivel de protección contra la variante ómicron.
“En ese contexto de una afectación mucho menor que en años previos, durante 2023 pueden diferenciarse hasta ahora tres momentos: desde SE [semana epidemiológica] 1 a la SE 9, donde los casos presentaron una tendencia descendente (correspondiéndose con el descenso de una onda que había tenido su pico en la SE 51/2022) y en la que el promedio de casos fue de 6700 semanales y el de fallecidos de 27; en segundo lugar, desde la SE 10 hasta la SE 29, caracterizada por un bajo número de casos registrados y fallecidos, con un promedio de 636 y 4, respectivamente; y el último tramo, desde la SE 30, en que se verifica una tendencia en aumento del número de casos con un promedio de 1695 casos y nueve fallecidos”, señala el último Boletín Epidemiológico Nacional.
Un dato relevante es que en el período que va del 7 al 13 de agosto (semana 33), el SARS-CoV-2 pasó a ser el virus respiratorio de mayor incidencia en el país, por encima de la influenza y el virus sincicial respiratorio (VSR). Sin embargo, esa tendencia ahora se revirtió y la gripe volvió a crecer sobre el coronavirus.
Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), dijo a que, si bien la nacion es cierto que hubo una caída en los casos y en las internaciones de Covid-19, como también de influenza, es muy complejo sacar conclusiones sobre el panorama actual porque los únicos pacientes que se testean son aquellos que se internan. Y remarca la importancia de la vacunación para evitar que la situación empeore.
Sedes
En la Capital, los vacunatorios disponibles son el Centro Islámico (avenida Intendente Bullrich 55) y los hospitales públicos porteños. Para inocularse, habrá que reservar un turno a través de la web del gobierno de la ciudad. En la provincia de Buenos Aires, se ofrece el inmunizante en todos los centros de salud y hospitales que dependen de la gobernación sin necesidad de pedir un turno. En ambas jurisdicciones ofrecen la vacuna bivalente.
“Un refuerzo bivalente es aquel que tiene material genético (ARNm) de la proteína S de la cepa ancestral del virus y de las variantes ómicron BA.4/5. La protección generada por los refuerzos bivalentes contra el Covid-19, en comparación con los refuerzos con vacunas monovalentes, es mayor, pero no mucho mayor. Este tipo de refuerzo es el que toda la población debería haber recibido al menos una vez al día de la fecha, según las recomendaciones oficiales de las distintas autoridades sanitarias”, señaló Ramiro Heredia, médico del Hospital de Clínicas.
El Ministerio de Salud de la Nación, describió Enrique Casanueva Martínez, asesor del Servicio de Infectología Pediátrica del Hospital Austral, actualmente recomienda que todas las personas cuenten con el esquema primario y, al menos, un refuerzo aplicado en los últimos seis meses, y que continúen con la periodicidad indicada para cada situación individual.
“Son personas consideradas de alto riesgo con posibilidad de contraer enfermedad grave las mayores de 50 años, aquellas con inmunocompromiso y las gestantes. Deben recibir dosis de refuerzo a los seis meses de la última dosis (independientemente del número de refuerzos) y continuar con esta periodicidad. Son personas de riesgo intermedio de enfermedad grave las menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas y obesidad) y el personal de salud y estratégico. Se recomienda para ellas hacer una dosis de refuerzo a los seis meses de la última dosis y continuar con un refuerzo anual. Por último, tienen bajo riesgo de enfermedad grave los menores de 50 años sin comorbilidades y requieren un refuerzo anual”, recordó Casanueva Martínez.
La población pediátrica, sostuvo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, también debería aplicarse la vacuna bivalente, aprobada para los mayores de seis meses.
Elena Obieta, miembro de la SADI, agregó que en el consultorio encuentra personas de riesgo que en todo 2022 no se aplicaron ninguna vacuna y este año, tampoco.
“Los que tienen factores de riesgo o son mayores de 50 años deberían haberse aplicado un refuerzo hace menos de seis meses. La bivalente que tenemos disponible sirve para aumentar la inmunidad aun frente a diversas variantes que puedan circular. Así que la gente tiene que ir a vacunarse”, resaltó.
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Fortunato Benaim.
Adiós a un cirujano maestro de la medicina del quemado
1919-2023
1919-2023
Fabiola Czubaj
A los 103 años, falleció Fortunato Benaim, cirujano maestro de la medicina del quemado. Fundó y presidió la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica y la Sociedad Internacional de Quemaduras. Trabajó incansablemente para promocionar la prevención desde las escuelas y formó discípulos que en la actualidad son referentes en la especialidad. Su deceso se conoció anteayer.
Era miembro de la Academia Nacional de Medicina (ANM), donde desde 1996 ocupó el sitial Héctor Marino, pionero de la cirugía plástica en el país y el exterior. A través de la Fundación del Quemado, que lleva su nombre, desde la década del 80 promovió con colegas la especialización profesional, la investigación, la prevención de las quemaduras y la rehabilitación de los pacientes.
Nacido en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 18 de octubre de 1919, Benaim se recibió de médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1946. En esa casa de altos estudios, durante su carrera llegó a ser profesor honorario de Cirugía y en la Universidad del Salvador (USAL) se desempeñó como profesor consulto en Cirugía Reparadora, como repasó el año pasado para la nacion conmemorar su 103er cumpleaños.
Inició la práctica profesional en el Hospital Ramos Mejía, de la ciudad de Buenos Aires. Fue, primero, ayudante de laboratorio y, luego, practicante de sala en ese centro porteño. A partir de 1945, y durante una década, continuó su formación en el Hospital Argerich, ya como médico concurrente en el Servicio de Cirugía a cargo del profesor Arnaldo Yódice, a quien consideró su maestro y quien lo orientó a especializarse en cirugía reconstructiva.
Distinciones
La atención de una familia que había sufrido quemaduras graves en el incendio de su vivienda fue la puerta de entrada en 1948 a la que sería su especialización definitiva. De hecho, la tesis con la que obtuvo el título de doctor en Medicina (1952) describió los resultados obtenidos con el injerto de piel. Obtuvo una calificación sobresaliente en la defensa de su investigación y la Asociación Argentina de Cirugía la consideró el mejor trabajo científico del año.
En los Estados Unidos, a partir de 1955, accedió a becas por concurso para entrenarse en el tratamiento del quemado con autoinjertos de piel (Universidad de Texas), cirugías complejas y uso de homoinjertos (Hospital Barnes de la Universidad de Washington) y vascularización de los injertos cutáneos (Hospital de Nueva York/Universidad Cornell).
Por concurso, en 1956 accedió al cargo de director del Instituto Nacional de Quemados, Cirugía Plástica y Reparadora, que a partir de 1967 depende del Ministerio de Salud porteño y luego adoptó el nombre de Hospital de Quemados, en el barrio de Caballito. Se jubiló a los 65 años (1984).
Hacía tres años que había creado “con un grupo de amigos”, como recordaba durante entrevistas, la fundación que lleva su nombre. Ahí, en 1990, abrió el Banco de Piel y, en 1992, el Laboratorio de Cultivos Celulares, que fueron los dos primeros servicios en su campo reconocidos como tales en el sistema de salud pública.
A través de la fundación, publicó la Revista Argentina de Quemaduras (1983), para la difusión en español de estudios de investigación de la especialidad. Era la única publicación disponible en el mundo en ese campo en nuestro idioma.
Dedicó gran parte de sus esfuerzos a trabajar por los chicos que necesitaban atención para reparar las secuelas físicas y mentales asociadas con las quemaduras. Ya en 2007, desde la fundación estimaron que había unos 150.000 menores que en el país requerían cirugía y, con su equipo, la proporcionaban de manera gratuita, con apoyo de otras instituciones, para los pacientes de cualquier lugar del país, sin recursos ni cobertura. “Las quemaduras más frecuentes son los accidentes domésticos y la mayoría de las víctimas son chicos”, dijo Benaim, en ese momento, a la nacion.
También fue docente. Comenzó como ayudante, jefe de trabajos prácticos de la cátedra de Patología Quirúrgica (profesor Arnaldo Yódice), docente autorizado y profesor adjunto. Como se dijo, la Facultad de Medicina de la UBA lo distinguió como profesor honorario de Cirugía y en la USAL fue designado profesor consulto en Cirugía Reparadora y en Patología y Tratamiento de las quemaduras y sus secuelas. Fue además elegido vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
Premiado en el exterior y en el país, fue miembro con honores de las principales academias, sociedades científicas y asociaciones profesionales de la especialidad locales y en el mundo. La música fue otra de sus pasiones: desde chico, tocaba el violín, pero también el piano y la batería. Su madre, Alegrina Bensadon, lo había anotado desde pequeño en el conservatorio de la ciudad de Mercedes, como recordaron sus colegas y discípulos en reiterados homenajes.
A los 103 años, falleció Fortunato Benaim, cirujano maestro de la medicina del quemado. Fundó y presidió la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica y la Sociedad Internacional de Quemaduras. Trabajó incansablemente para promocionar la prevención desde las escuelas y formó discípulos que en la actualidad son referentes en la especialidad. Su deceso se conoció anteayer.
Era miembro de la Academia Nacional de Medicina (ANM), donde desde 1996 ocupó el sitial Héctor Marino, pionero de la cirugía plástica en el país y el exterior. A través de la Fundación del Quemado, que lleva su nombre, desde la década del 80 promovió con colegas la especialización profesional, la investigación, la prevención de las quemaduras y la rehabilitación de los pacientes.
Nacido en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 18 de octubre de 1919, Benaim se recibió de médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1946. En esa casa de altos estudios, durante su carrera llegó a ser profesor honorario de Cirugía y en la Universidad del Salvador (USAL) se desempeñó como profesor consulto en Cirugía Reparadora, como repasó el año pasado para la nacion conmemorar su 103er cumpleaños.
Inició la práctica profesional en el Hospital Ramos Mejía, de la ciudad de Buenos Aires. Fue, primero, ayudante de laboratorio y, luego, practicante de sala en ese centro porteño. A partir de 1945, y durante una década, continuó su formación en el Hospital Argerich, ya como médico concurrente en el Servicio de Cirugía a cargo del profesor Arnaldo Yódice, a quien consideró su maestro y quien lo orientó a especializarse en cirugía reconstructiva.
Distinciones
La atención de una familia que había sufrido quemaduras graves en el incendio de su vivienda fue la puerta de entrada en 1948 a la que sería su especialización definitiva. De hecho, la tesis con la que obtuvo el título de doctor en Medicina (1952) describió los resultados obtenidos con el injerto de piel. Obtuvo una calificación sobresaliente en la defensa de su investigación y la Asociación Argentina de Cirugía la consideró el mejor trabajo científico del año.
En los Estados Unidos, a partir de 1955, accedió a becas por concurso para entrenarse en el tratamiento del quemado con autoinjertos de piel (Universidad de Texas), cirugías complejas y uso de homoinjertos (Hospital Barnes de la Universidad de Washington) y vascularización de los injertos cutáneos (Hospital de Nueva York/Universidad Cornell).
Por concurso, en 1956 accedió al cargo de director del Instituto Nacional de Quemados, Cirugía Plástica y Reparadora, que a partir de 1967 depende del Ministerio de Salud porteño y luego adoptó el nombre de Hospital de Quemados, en el barrio de Caballito. Se jubiló a los 65 años (1984).
Hacía tres años que había creado “con un grupo de amigos”, como recordaba durante entrevistas, la fundación que lleva su nombre. Ahí, en 1990, abrió el Banco de Piel y, en 1992, el Laboratorio de Cultivos Celulares, que fueron los dos primeros servicios en su campo reconocidos como tales en el sistema de salud pública.
A través de la fundación, publicó la Revista Argentina de Quemaduras (1983), para la difusión en español de estudios de investigación de la especialidad. Era la única publicación disponible en el mundo en ese campo en nuestro idioma.
Dedicó gran parte de sus esfuerzos a trabajar por los chicos que necesitaban atención para reparar las secuelas físicas y mentales asociadas con las quemaduras. Ya en 2007, desde la fundación estimaron que había unos 150.000 menores que en el país requerían cirugía y, con su equipo, la proporcionaban de manera gratuita, con apoyo de otras instituciones, para los pacientes de cualquier lugar del país, sin recursos ni cobertura. “Las quemaduras más frecuentes son los accidentes domésticos y la mayoría de las víctimas son chicos”, dijo Benaim, en ese momento, a la nacion.
También fue docente. Comenzó como ayudante, jefe de trabajos prácticos de la cátedra de Patología Quirúrgica (profesor Arnaldo Yódice), docente autorizado y profesor adjunto. Como se dijo, la Facultad de Medicina de la UBA lo distinguió como profesor honorario de Cirugía y en la USAL fue designado profesor consulto en Cirugía Reparadora y en Patología y Tratamiento de las quemaduras y sus secuelas. Fue además elegido vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
Premiado en el exterior y en el país, fue miembro con honores de las principales academias, sociedades científicas y asociaciones profesionales de la especialidad locales y en el mundo. La música fue otra de sus pasiones: desde chico, tocaba el violín, pero también el piano y la batería. Su madre, Alegrina Bensadon, lo había anotado desde pequeño en el conservatorio de la ciudad de Mercedes, como recordaron sus colegas y discípulos en reiterados homenajes.
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