viernes, 19 de enero de 2024

DIOS PROTEJA A ISRAEL Y JUNTO CON LOS ANGELITOS, LE DE LA PAZ


“No puedo creer que llegamos al cumpleaños de Kfir sin saber de él”
Yifat Zailer, tía del bebé argentino secuestrado por Hamas, que hoy cumple un año, no ocultó su desazón; contó cómo fue el triste “festejo” en el jardín de infantes al que asistía
Elisabetta Piqué
ROMA.– “Todavía no caí, no asumí lo que pasó, que la vida cambió completamente. Y no puedo creer que ya pasaron más de 100 días y llegamos al 18 de enero, el día del primer cumpleaños de Kfir, sin que sepamos nada de él, ni de su hermanito, Ariel, ni de mi prima Shiri y de su marido, Yarden. No sé si todavía están vivos, pero el mundo no se puede olvidar de un bebé que los terroristas sacaron de su cama el 7 de octubre, cuando también asesinaron salvajemente a sus abuelos, mis tíos, y que todavía no volvió. Este bebé no tiene nada que ver con el juego político en curso y si hablamos del futuro, este bebé, Kfir, es el futuro… Los bebés de acá, los bebés de todos lados, son el futuro”.
Yifat Zailer habla español con la voz entrecortada, tratando de no quebrarse. Arquitecta de 37 años, madre de dos bebés de 10 meses y 2 años y prima de la argentino-israelí Shiri Bibas, admite en un zoom desde Israel con que nunca se imaginó que iba a pasar el primer cumpleaños de su sobrino Kfir así de desesperada, confundida, sin respuestas y con una vida totalmente trastocada. Desde el 7 de octubre, dejó su trabajo y se encuentra abocada a luchar para intentar traer de vuelta a casa a sus familiares. Aunque el grupo terrorista Hamas el 29 de noviembre pasado anunció que Kfir, Ariel y su mamá habían muerto en bombardeos israelíes, el Ejército de Israel dijo que nunca pudo verificar esa información ni encontrar pruebas, destaca.
En estos días, el primer cumpleaños de Kfir, ese bebé pelirrojo que conmovió al mundo, para ella es una puñalada. Pero también, una ocasión para volver a reclamar su liberación y volver a poner sobre el tapete el drama de los más de 130 rehenes aún en manos de Hamas y en Gaza, debajo de una lluvia de bombas y misiles.
“Celebrar es una palabra entre comillas”, dice Yifat, al contar que anteayer se acercaron al kibutz Nir Oz, pegado a la Franja de Gaza, donde vivía Kfir, periodistas y familiares para participar de un “cumpleaños” en el jardín de infantes al que iba. “Ahí, en el jardín, está la cama de él con el nombre y estuvieron todos los niños y los padres que se salvaron del ataque al kibutz, hubo torta y todo”, cuenta. “Fue como una fiesta, pero yo no pude ir, me cuesta demasiado. Para mí, personalmente, es muy difícil. Pienso que el mensaje que tiene que salir de la familia no es que estamos tristes y que hacemos una fiesta sin él, sino que debe ser un grito: ¡¿dónde está?! ¿Cómo puede ser que ya pasaron 103 días y todavía no sabemos nada de él? Y que es una tragedia que lleguemos al cumpleaños sin él en casa”, afirma.
Sobrina del argentino José Luis Silberman –padre de Shiri y abuelo de Kfir, que murió carbonizado junto a su mujer Margit en su casa de Nir Oz ese mismo 7 de octubre–, Yifat nunca pudo volver a ese lugar, uno de los escenarios del horror.
“Todavía no fui a Nir Oz, para mí es demasiado difícil, tengo tantos buenos recuerdos, de fiestas, de sábados, de tiempos que estuve allá con mis abuelos, con mis padres, recuerdos de infancia y más recientes, con mis bebés y los de Shiri… No logro desconectar y todavía no caí porque estamos tan ocupados en luchar, en contar la historia, en pensar en qué podemos hacer para ayudarlos, que todavía no asumí lo que pasó. Me cuesta mucho. No puedo estar frente a una torta, pienso en mi tío, que fue un abuelo maravilloso, pelirrojo como mis sobrinos Kfir y Ariel, y en una familia que ya no está”.
Tras cumplirse 100 días de la masacre del 7 de octubre y de una guerra cada vez más expandida a nivel regional y peligrosa, que nadie sabe cuándo terminará, Yifat reconoce que tiene muchas preguntas “filosóficas y políticas” sin respuestas y que se siente sola. Abandonada por el gobierno de Benjamin Netanyahu –al que critica sin pelos en la lengua–, y también por la comunidad internacional, “que ya no habla de lo que pasó acá, sino que considera más grave lo que pasa del otro lado”, denuncia, en alusión a los más de 24.000 muertos en Gaza, según fuentes sanitarias locales, la mayoría mujeres y niños.
“No pienso que la guerra vaya a solucionar esto, creo que no es justo, que debe solucionarse de otra forma, que son incompatibles los objetivos de Netanyahu de destruir a Hamas –algo que podría llegar a tardar uno o dos años– y liberar a los rehenes. En Israel estamos todos muy heridos, estamos mal, nadie quiere vivir así”, critica.
Reclamo
Yifat no puede olvidar que creció en una familia pacifista, que cree en la paz, en vivir juntos. “Pero cuando escucho voces que dicen ‘desde el río al mar’, que un bebé cautivo no justifica la muerte de miles de bebés, se me hace todo muy difícil. Yo sólo quiero a mi familia de vuelta, quiero vivir acá, y vivir sin miedo de entrar a mi casa y no ver a los niños. Nos sentimos como piezas de un juego que nos supera, que juegan Hamas, el gobierno israelí, Estados Unidos y al final, la gente común, normal, sufre mucho y estoy muy desesperada… No sé si voy a ver a mi familia, no sé si todavía están vivos”, solloza.
“Vimos a Yarden [marido de Shiri y padre de Kfir y Ariel] hace más de un mes en un video tremendo y no sabemos nada de él desde ese video. Y anteayer sacaron otro video de tres rehenes y es como un juego, un reality, quién vive, quién murió”, agrega, espantada.
Aunque la televisión israelí no suele pasar los videos de rehenes que difunde Hamas, considerados parte de la guerra psicológica en curso, Yifat cree que “todos deberían verlos”. “Acá hay mucha gente que no entiende que se puede solucionar esto de otra manera y que los rehenes deben volver a sus casas”, protesta.
Con ese objetivo y para entender “qué pasa”, en los últimos tres meses se reunió con profesores, académicos, expertos en el mundo árabe y tuvo decenas de entrevistas con periodistas de todo el mundo. Hace dos semanas, incluso hizo junto a otros cuatro familiares de rehenes un viaje de 24 horas a Qatar, donde fue recibida por el primer ministro, Mohammed bin Abdulrahman alThani.
Aunque también se lo acusa de haber enviado dinero a Hamas, Qatar es un país mediador que fue clave para la tregua que hubo en noviembre pasado, que permitió la liberación de casi la mitad de los rehenes, la mayoría mujeres y niños, a cambio de la liberación de prisioneros.
“Como mediadores, en Qatar conocen a todos los rehenes, de nombre, de edad, dónde vivieron antes, están muy emocionalmente en esto desde el 7 de octubre y nos dieron tiempo, nos respetaron”, subraya.
Si bien es consciente de que es un juego complejo, un rompecabezas en el que jamás imaginó verse tan involucrada, Yifat no baja los brazos. “Hay que solucionar la situación en Gaza de una manera diferente y no podemos hacerlo solos, sino que el mundo también tiene que ayudar y debe entender que el movimiento terrorista Hamas es peligroso no sólo para nosotros. No sólo está en Gaza, está en Líbano, en Jordania, en toda Europa y es como Estado Islámico… No quieren dos estados, quieren solo uno, sin nosotros. Yo sé que allá, en Gaza, la gente sufre mucho por la guerra, pero sufren también por Hamas… Y hay que seguir presionando acá, en casa, en Israel y en el mundo y, tal vez, los planetas se alinean y las cosas cambian”, se ilusiona. “Alguien tiene que decir basta”

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Encuentro en Parque Centenario para pedir por el bebé
Unas 2000 personas se reunieron en Caballito en la previa del primer cumpleaños de Kfir Bibas, aún retenido en la Franja de Gaza
Alejandro HorvatEl encuentro por el primer cumpleaños de Kfir Bibas, ayer, en Parque Centenario
Ya van más de 100 días del ataque de Hamas a Israel que dejó más de 1200 civiles asesinados, centenares de heridos y 240 secuestrados. Entre las 136 personas todavía retenidas en la Franja de Gaza por el grupo terrorista, entre otros, está Kfir Bibas, el bebé argentino-israelí, que hoy cumple un año de vida.
“¿Habrá empezado a caminar por los túneles de Gaza? ¿Balbuceará alguna palabra o mantendrá la sonrisa? ¿Le cambiarán los pañales?”, se pregunta Sandra Miasnik, la tía argentina de Kfir, que ayer pidió por la liberación de su familia, que se transformada en un símbolo de la barbarie de Hamas. Ella, junto a otras 2000 personas, estuvo en el Parque Centenario, en el barrio porteño de Caballito, donde se realizó una convocatoria bajo la consigna “No hay festejo sin cumpleañero”.
Kfir tenía nueve meses cuando fue secuestrado junto a su hermano Ariel, de 4 años; su madre, Shiri, y su padre, Yarden, en su casa del kibutz de Nir Oz, en el sur de Israel. Pasó, en promedio, uno de cada cuatro días de su vida en cautiverio.
En el espacio verde casi todos llevaban en una mano un globo naranja con el rostro del bebé, mientras que con la otra levantaban pancartas con imágenes de los otros argentinos secuestrados. También había un pantalla con imágenes de Kfir y su familia y una torta de unos dos metros de altura. Antes de comenzar con los discursos se realizó un minuto de silencio para recordar las víctimas del ataque.
“Vamos a arrancar como todo cumpleaños, viendo la vida de un niño que el 7 de octubre se encontró con la desgracia, con una organización terrorista que se lo llevó y que lo hicieron pasar uno de cada cuatro días de su vida secuestrado y no sabemos cuál es su situación. No hay información ni de él, ni de los otros rehenes. Hamas no permite que la Cruz Roja, ni ningún otro organismo internacional, se acerque a los rehenes. Ni siquiera presentaron una lista de los secuestrados”, describió Daniel Levin, uno de los organizadores del encuentro.
“Pido empatía y apoyo para que la energía sea una sola y más potente, para demostrarle al mundo que no hay un lado u otro para las personas de buen corazón. Kfir tendría que estar dando esos primeros pasos y jugando en su casa, con toda su familia. Punto”, señaló Miasnik, prima de Shiri, la mamá de Kfir y Ariel. “Mi tío y su esposa fueron masacrados ese mismo día. Hubo infanticidio, decapitaciones y violaciones crueles. Encerraron en jaulas a ancianos, niños, hombres y mujeres, torturándolos y negándoles comida. Esa es la gente que tiene a mi familia. Los organismos de derechos humanos están mudos respecto a los derechos humanos de los 129 secuestrados. Nuestro reclamo es humanitario, no geopolítico”, agregó Miasnik.
“Tomamos prestados los deseos de Kfir y pedimos por su liberación y la de todos los secuestrados. Para que pueda vivir en paz, que vuelva a jugar y a reencontrarse con su familia”, dijo Michelle Wejcman, que fue parte de la organización del evento.
“Pedimos que se cumplan sus deseos más básicos, que puedan volver junto a su hermano”, agregó Levin.
Otro que fue al Parque Centenario para pedir por la aparición con vida deKfirfueSalomonDuek,de72años, que dijo que cada vez que lee sobre la crisis en Medio Oriente se pone “extremadamente triste”. Él viajó varias veces a Israel y lamentó que hoy sea un lugar gris por la guerra.
“Es tremendo lo que pasó. Hay un gobierno en Israel que hace las cosas muy mal, y del otro lado un grupo terrorista al que no le importa la vida humana. Me duele todo lo que pasa. Nadie debe sufrir como sufrió y sufre el pueblo judío, como tampoco el palestino. Espero que todo esto termine pronto y que la violencia no siga escalando. Pero bajo ningún punto de vista pueden seguir teniendo a hombres mujeres y niños secuestrados, es inhumano”, concluyó.


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