Extrema fluidez es el concepto clave, aquí y ahora
Juan Carlos de Pablo
Henry Kissinger terminó no menos de tres siglos de análisis de las relaciones exteriores de los países, en su magnífica obra Diplomacia, citando a Antonio Machado y su célebre: “Caminante no hay camino; se hace camino al andar”.
No se trató de una humorada, ni de la apología de la ignorancia histórica, sino de resaltar la inevitable incertidumbre en la cual se desenvuelve la realidad.
Esto es cierto siempre en todo lugar, pero no con la misma intensidad. Es probable que los belgas, los suizos y los finlandeses tengan más idea de lo que les va a ocurrir dentro de cinco meses que nosotros la semana que viene.
Particularmente en estos momentos o, si se prefiere, desde el 10 de diciembre pasado. ¿No me cree? Al terminar de leer estas líneas tome una hoja y escriba de qué piensa que vamos a estar hablando dentro de una semana. Guárdela, léala dentro de siete días y verá qué pobre que es su imaginación.
La extrema fluidez es la clave del momento. Las cosas nunca terminan mal, porque mal no terminan, sino que siguen. Esto va a pasar con el DNU 70/23, con el proyecto de ley ómnibus, etc., en un régimen presidencialista.
Milei está dando muestras de luchar por lo que cree que hay que hacer
No vivimos en Inglaterra, donde un voto de censura tira abajo un gobierno. El presidente Milei está dando muestras de luchar por lo que cree que hay que hacer y nada indica que no modificará sus decisiones cuando lo crea conveniente.
En el mientras tanto, la vida misma. En su lucha por la existencia, la enorme mayoría de los seres humanos tiene preocupaciones muy concretas y adopta decisiones en consecuencia. Quien dice que no se puede vivir con menos de $500.000 es porque gana un par de millones de pesos. Hay que tener pocos recursos, y sobre todo haberlos conseguido con esfuerzo, para apreciar la racionalidad con la cual los pobres adoptan sus decisiones. Porque los ricos, cuando nos equivocamos, igual seguimos comiendo, cosa que no siempre les ocurre a los pobres.
Última, pero muy importante. Quiero felicitar públicamente al fuero laboral nacional, tanto de primera como de segunda instancia, por la eficiencia con la cual trabaja. Me refiero a la velocidad con la cual dictó medidas cautelares a solicitud de algunas organizaciones gremiales, exhibiendo lo que algunos abogados denominan la “colonización” que existe del referido fuero. Lo bueno debe ser imitado: ojalá el resto de la Justicia copie la velocidad con la cual actuó el fuero laboral.
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El Niño y el cambio climático están detrás de los reiterados temporales
Ambos fenómenos explican el desarrollo en las últimas semanas de tormentas severas en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Córdoba y Corrientes
Alejandro HorvatEl Parque Tres de Febrero, ayer, con restos de árboles y ramas
En los últimos días de diciembre pasado un fuerte temporal en Bahía Blanca dejó 13 muertos. Anteayer, por otra tormenta severa en Miramar, fallecieron un adolescente y a una mujer. Mientras que otros fenómenos de alta intensidad y capacidad destructiva se dieron en Córdoba y Corrientes, también en lo que va del año. ¿A qué se debe esta seguidilla? ¿Hay más eventos violentos que en otros años?
Los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) afirman que en la Argentina, especialmente durante el verano, estas tormentas son habituales. Aunque, aclaran, esta temporada el fenómeno de El Niño –que aumenta la frecuencia y la intensidad de las precipitaciones– hace que estas condiciones se repitan con mayor asiduidad y señalan que el calentamiento global también profundiza la violencia de los eventos climatológicos. El Niño, estiman desde el SMN, podría permanecer hasta principios de otoño, aunque es complejo saberlo con exactitud porque los pronósticos pierden confiabilidad al evaluar el mediano y el largo plazo. A su vez, advierten que debe haber más campañas para concientizar a la población y que esta se ponga a resguardo cuando se emita una alerta meteorológica.
“En la Argentina hay fenómenos meteorológicos fuertes y severos constantemente. Este tipo de tormentas son habituales todos los veranos. Y este verano son más habituales aún por el fenómeno de El Niño y el cambio climático”, indica Cindy Fernández, meteoróloga del SMN.
La tormenta que impactó en la ciudad balnearia de Miramar, aclara la profesional, no fue un tornado y tampoco existe “la cola de tornado” que describió el intendente de General Alvarado, Sebastián Ianantuony, sino que se trató de una tormenta severa.
“La cola de tornado no existe. O es tornado, o no es tornado. Tampoco hay que decir vientos huracanados. Los huracanes son un fenómeno meteorológico que se genera en el agua y en zonas tropicales, donde el océano está a 27°C”, suma Fernández.
Y agrega: “Lo que tuvimos en la zona de Mira mar fueron tormentas severas con ráfagas muy intensas. Se estuvieron dando durante varias horas tormentas de esas características en el sur bonaerense. Evaluamos toda la información disponible del SMN, también vimos las fotos y videos que nos enviaron; hasta ahora no encontramos evidencia sobre un tornado. Hago esta aclaración porque las tormentas severas generan incluso peores daños que un tornado, ya que afectan a un área mucho mayor”.
La especialista señala que para confirmar que se trata de un tornado se tiene que ver el embudo tocando la tierra. “El embudo giratorio se va desplazando y como el viento gira alrededor de una columna, de un lado tiene una dirección y del otro lado va en dirección opuesta. Cuando se analizan los daños de un tornado se hace un análisis de una línea específica de devastación y la destrucción que genera a ambos lados. Hasta ahora no hay rastros de eso. La hipótesis más probable es que se haya producido una descendente, que es un fenómeno con ráfagas tan potentes como un tornado. Se trata de un chorro de aire que desciende desde la nube y choca con la superficie, se desparrama y se expande”, argumenta Fernández.
A raíz de la gravedad de los últimos episodios, es importante entender cómo funciona el sistema de alerta y que la población tome conciencia de que, ante la advertencia de un violento fenómeno meteorológico, es necesario trasladarse a un lugar seguro.
“Cada municipio tiene su protocolo interno. En cuanto a nuestra manera de accionar, hemos elaboramos el sistema de alerta temprana que se distribuye a toda la población y hay un canal de comunicación con todos los organismos de protección civil. Cuando hay una alerta, se les comunica a estos organismos y ellos lo transmiten a los municipios. Luego, está el trabajo de educar a la gente para que sepan que el peligro es real. Nosotros trabajamos en la concientización a la población, pero vemos que muchas veces la gente sigue en las playas cuando hay actividad eléctrica, por eso hacen faltan más campañas”, opina Fernández.
Para el resto del verano en la región pampeana y el noreste de la Argentina se prevé que continuarán las condiciones lluviosas. En esas zonas es esperable que las temperaturas estén en condiciones normales para el verano y haya varios descensos de temperatura provocados por las lluvias intensas y la nubosidad.
“Todo lo opuesto se espera para la Patagonia y el norte del país. El Niño no los afecta y se pronostica que haya menos lluvias que lo normal. Esto se viene experimentando, por ejemplo, en Formosa, Santiago del Estero, Chaco, donde hace entre 40°C y 43°C”, detalla Fernández. En Buenos Aires continuará el ambiente cálido, con mínimas alrededor de los 20°C.
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