Hola,, espero te encuentres muy bien.
Me emociona muchísimo enviarte este mail porque, al iniciar el año, es crucial que recuerdes la importancia de tu activismo en la defensa de los derechos humanos.
Como sabemos, los derechos humanos están en peligro en todas partes del mundo, todos los días. Sin embargo, nuestra convicción es que los momentos más desafiantes no deben desanimarnos, sino empoderarnos y reforzar nuestras ganas de luchar por un mundo más justo e igualitario.
Las personas activistas compartimos 3 acuerdos básicos que nos mueven a actuar:
- No nos gustan las injusticias, incluso más que eso, nos duelen las injusticias y las tomamos como algo personal.
- Queremos cambiar lo injusto, queremos realmente transformar el mundo.
- Y, por último, creemos firmemente que ese cambio depende de todos, que si nos involucramos las cosas pueden cambiar.
Los y las activistas somos personas con empatía, a quienes nos atraviesa la injusticia y nos involucramos para cambiarlo. Brindamos nuestro tiempo y energía para visibilizarlas y lograr un cambio concreto.
Como directora de promoción y protección de los derechos humanos de Amnistía Internacional Argentina, tengo la oportunidad de acompañar muchísimos casos y víctimas, desde muy muy cerca.
Y, desde este lugar, he podido ver la importancia fundamental del activismo en al menos dos sentidos:
Por un lado, transformamos vidas. Llevamos esperanza, amor, contención a personas que atraviesan las situaciones más difíciles y angustiantes. Desde perder a un hijo víctima de la violencia policial, tener que abandonar su país de origen de un momento a otro por un conflicto armado y dejar todo atrás.
Las personas en esa situación reciben apoyo directo de miles de personas que les dicen que no están solos, que su tristeza es también nuestra tristeza, que su injusticia nos duele lo mismo y que vamos a hacer lo posible por cambiarlo.
Y les puedo asegurar que esto que hacemos como activistas es sumamente poderoso, saca sonrisas en los peores momentos a personas que atraviesan situaciones muy difíciles.
No voy a olvidarme jamás, los agradecimientos, las sonrisas, la emoción de Soledad, la mamá de un joven de 20 años asesinado por la policía de Córdoba cuando le entregamos el apoyo de 20.000 personas, quienes exigían justicia por su hijo. Y eso, pasa con todos los casos que apoyamos con vos.
Y, por otro lado, tenemos impacto. Logramos cambiar las cosas. Llegamos a las autoridades responsables, les exigimos que tomen todas las medidas necesarias de manera urgente.
En mi trabajo tengo numerosos ejemplos de incidencia directa con autoridades a través de acciones de firmas de activistas, ciberacciones o acciones públicas en calle, por ejemplo.
Recuerdo una acción global por la detención y criminalización de un defensor de derechos humanos en el norte de nuestro país. Tuve que reunirme con una de las autoridades responsables de su detención y de la investigación penal en su contra, a quien estaba dirigida la acción de firmas. La persona mostró total disposición, pero mencionó que Amnistía Internacional lo había convertido en un "villano global". Recibió más de 10,000 correos de personas pidiendo justicia. Esto es impacto, y esto lo hacés vos.
Por eso, hoy más que nunca, nuestro rol como agentes de cambio es fundamental para luchar por el respeto de los derechos humanos.
En este 2024, desde Amnistía Internacional, vamos a seguir haciendo lo que hacemos desde hace más de 60 años en todas partes: trabajar para poner fin a situaciones injustas, para proteger a quienes defienden los derechos humanos y para construir un mundo más justo para todos. Y para eso, te necesitamos.
Todos juntos, somos mucho más poderosos de lo que podemos imaginar.
Sumate y sigamos viviendo juntos esta lucha por un mundo mejor.
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