Tras retirar el paquete fiscal, el Gobierno prevé un mayor recorte a las provincias
Busca compensar los fondos que resignó y retomar el diálogo con los gobernadores
Cecilia Devanna
Después de anunciar que retiraba el capítulo fiscal de la ley ómnibus, el Gobierno está decidido a compensar los fondos que resignó por otras vías para alcanzar el déficit cero. Entre las medidas que el Ministerio de Economía está resuelto a adoptar se encuentra el recorte de las partidas discrecionales a las provincias, así como de fondos de asignación específica. Si bien esta decisión, que irá acompañada por nuevos ajustes en el Estado nacional, puede tensar la relación con los gobernadores, en la Casa Rosada dicen que volverán a convocar a los mandatarios provinciales para ver el modo de replantear lo que se excluyó de la ley.
Ayer hubo un par de reuniones virtuales en paralelo: por un lado, de los gobernadores y legisladores de JXC, y, por el otro, de los nucleados en torno a Hacemos Coalición Federal. Allí se percibió la preocupación por las futuras negociaciones, pero también el aval para avanzar en el Congreso con lo que quedó de la ley.
“Lo que va a pasar es que desde el gobierno nacional se va a avanzar con el ajuste”. La frase, salida del círculo más cercano al presidente Javier Milei en las horas posteriores al anuncio del retiro por parte del Ejecutivo del capítulo fiscal de la ley ómnibus, alude a una realidad ineludible: que el Gobierno buscará por diferentes medios cumplir con su objetivo del déficit cero, más allá de la quita del corazón del proyecto. La vía alternativa será un mayor recorte en las transferencias a las provincias, aunque sin cerrar el diálogo con los gobernadores para un replanteo integral del esquema impositivo, y un ajuste adicional en el Estado nacional.
En ese escenario, además, según confirmaron las fuentes consultadas, todo se dará “en lo inmediato”. El capítulo retirado era el eje central de las diferencias con la oposición dialoguista y los gobernadores aliados, en especial por las diferencias alrededor de las retenciones.
En paralelo a ese ajuste, en el Gobierno se muestran dispuestos a discutir un nuevo paquete fiscal con los diferentes bloques. “Escucharemos su oferta”, sostienen. “Nosotros no tenemos apuro para el tratamiento fiscal, pero bienvenido sea”, completan.
“El camino que nos dejaron es el del ajuste”, apuntaban altas fuentes de Gobierno sobre el escenario económico que se abre tras el anuncio del viernes. Por estas horas, y mientras se esperan mayores precisiones técnicas que saldrán desde el Palacio de Hacienda, todo indica que habría un recorte a las provincias a través en las partidas no automáticas y también en lo que referente a distintos fondos específicos que reciben desde las arcas nacionales.
Un indicio de eso había dado en los últimos días el vocero del Gobierno, Manuel Adorni, quien días atrás advirtió que en caso de que el proyecto no se convirtiera en ley, se seguiría con el ajuste de las cuentas públicas. “El ajuste de las cuentas públicas va a incluir el análisis de todas y cada una de las partidas que el gobierno nacional transfiere a las provincias, en todos los conceptos que se pueda ocurrir”, dijo a mediados de esta semana cuando la hipótesis de máxima del Ejecutivo era sacarla completa.
Luego fue el turno del ministro de Economía, Luis Caputo, quien a través de su cuenta de la red social X consignó: “Hoy mantuve una reunión con el secretario de Hacienda y la subsecretaria de Provincias para delinear todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado. No es una amenaza, es la confirmación de que vamos a cumplir con el mandato que nos han dado la mayoría de los argentinos de equilibrar las cuentas fiscales para terminar con décadas de inflación y flagelo económico”.
El posible ajuste a las cuentas de las provincias mantiene en alerta a los gobernadores y a un sector de los legisladores, que ayer se reunieron por Zoom para evaluar el escenario general tras el anuncio del viernes.
El año pasado, según un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, el Tesoro transfirió a las provincias $1,9 billones de manera discrecional. Existen provincias en las que los recursos recibidos desde la Nación (automáticos y discrecionales) superan el 90% de sus ingresos totales, como es el caso de Formosa (93%), La Rioja (92%), Catamarca (90%) y Santiago del Estero (90%).
El diálogo por el paquete fiscal
En el Gobierno, por lo pronto, insisten en la idea de que están abiertos al diálogo con los diferentes sectores. “Estamos dispuestos a discutir un paquete fiscal con los bloques”, dicen, y agregan: “Vamos a escuchar ofertas. No tenemos ningún apuro para la cuestión fiscal. Si quieren alivio fiscal, los escucharemos”.
Desde allí también buscan alejarse de la idea de que el posible cese de partidas sea una represalia por no haber cedido en las negociaciones: “No diría represalia, es la única alternativa posible. No es con las provincias. Todos vamos a hacer ajuste”, dijo a la nacion una calificada fuente libertaria.
“El camino que nos dejaron es el del ajuste”, apuntaban en el seno del Gobierno, en línea con la postura del comunicado oficial que se conoció poco después de la conferencia de este viernes por la noche. “Se hace hincapié en que habrá que avanzar en el ajuste sobre la política tal como se están ajustando los argentinos debido a que el compromiso del Gobierno con el déficit cero es inquebrantable”, consignaron.
“Estamos siempre dispuestos al diálogo y el consenso en la medida que los números cierren. Al déficit cero se va a llegar, el tema es que sea de la mejor manera”, completaban en diálogo con este diario. “Va a haber menos recursos, a diferencia de lo que hubiera pasado si salía la ley completa, entonces todos vamos a tener que ajustarnos”, definían otras fuentes oficiales.
Allí también destacaron el “consenso” alcanzado en lo que tiene que ver con las reformas estructurales que se buscan. “Removimos el obstáculo (sobre el capítulo fiscal). Estamos concediendo para el trámite de la ley. Lo que pase con los números es aritmética”, definían.
El anuncio de la quita del capítulo sorprendió en el final de una semana compleja. La decisión, cuentan fuentes muy cercanas al presidente, la tomó él mismo, el jueves. Cuentan que es considerado internamente como uno de los mejores movimientos que hizo desde que es presidente y que esperan expectantes los próximos que se darán.
Por ahora se los reservan bajo siete llaves. Casi como el anuncio que encabezó Caputo y que terminó de prepararse en el despacho de Guillermo Francos, minutos antes de subir al segundo piso de Balcarce 50 para la conferencia de prensa. Junto a ambos ministros estaban el estratégico asesor presidencial, Santiago Caputo; el titular de la Cámara baja, Martín Menem; su primo y mano derecha, Eduardo “Lule” Menem, y Lisandro Catalán, segundo de Francos.
Todos ellos acompañaron a Caputo en el mensaje en el que se comunicó la decisión que empezó a cerrar una etapa para dar paso a otra, cuyos alcances son por ahora insospechados
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En Economía culpan a los gobernadores por la marcha atrás
Entre la ley ómnibus y el proyecto de Ganancias, se calculaba un ingreso extra de 1,8% del PBI
Sofía Diamante
“Está todo bajo control, no somos improvisados acá”, responden en el Ministerio de Economía cuando se les consulta cómo se llegará ahora al ambicioso déficit cero este año, luego de suspender el paquete fiscal que estaba incluido en el proyecto de ley ómnibus y de frenar la reversión de Ganancias. El Palacio de Hacienda había calculado un ingreso extra de 1,8% del PBI (US$4200 millones) entre la suba generalizada de retenciones al 15%, la restauración de Ganancias para la cuarta categoría, la moratoria impositiva, el blanqueo de capitales y la suspensión de la fórmula de movilidad.
Sin embargo, el ministro de Economía, Luis Caputo, está comprometido en no moverse del objetivo establecido: la Argentina tiene que pasar de un déficit financiero total (el fiscal más los intereses de la deuda) de 6% del PBI a 0% este 2024. Se trata de una reducción que prácticamente ningún país llevó a cabo en tan solo un año.
“Diseñamos el plan de estabilización con un equilibrio entre ingresos, gastos y sectores afectados. Como a los gobernadores no les gusta este equilibro, vamos por otro lado”, dijeron en el Palacio de Hacienda.
El equipo económico se muestra confiado en cumplir con su promesa, pese al debate generado entre economistas en la red social X. “Puede haber mayor licuación a jubilados (0,4% o 0,5% del PBI), suba de impuestos a los combustibles (0,2% o 0,3% PBI) y no veo mucho más. El tema es que la recaudación se hunde, sacando la mejora ya prevista en retenciones por la cosecha. Para mí es imposible la meta del déficit cero,
como lo era en 2001”, opinó el analista financiero Juan Manuel Palacio. “Punto y medio del PBI es lo resignado aproximadamente. ¿Sale déficit financiero cero y entra déficit primario cero? Desde 2019 sin equilibrio primario (fue apenas deficitario)”, dijo Salvador Vitelli, economista de Romano Group. El propio Pablo Quirno, secretario de Finanzas y mano derecha de Caputo, le respondió anoche: “No, Salvador, vamos a déficit financiero cero igual”. Ayer, por las dudas, volvió a repostear la respuesta, que fue compartida también por el ministro de Economía.
En el Palacio de Hacienda remarcan que Caputo ya había dicho que el equilibrio financiero se iba a lograr, aunque el proyecto de ley ómnibus no prosperara en el Congreso, cuando anunció el acuerdo alcanzado con el FMI. “Si la ley no pasa, sería una muy mala noticia no solo para mí, sino para todos los argentinos. Eso no implica que vayamos a volver a la meta de déficit 0,9% que tenía la administración anterior. Por eso es extremadamente importante que esta ley pase, justamente para poder hacer esto de la manera más armoniosa posible”, había dicho el 10 de enero. “No hay tal incertidumbre, porque siempre lo dijimos en nuestras declaraciones públicas: nuestro plan de estabilización no depende de la ley, lo diseñamos de forma tal que no tengamos que depender de terceros. Tenemos dentro de los cálculos manera de cerrar esa brecha de gastos e ingresos del déficit financiero”, dicen en Economía.
El equipo económico se siente empoderado luego de que esta semana se despejaran las dudas acerca de la viabilidad del Bopreal, el bono que lanzó el Banco Central para que los importadores cancelen sus deudas comerciales con el exterior. Este instrumento cumple además otras dos funciones. Permite descomprimir la deuda de corto plazo del Banco Central, ya que las empresas retiran los pesos para comprar el bono, y mantiene a raya la cotización del contado con liquidación (CCL), ya que baja la demanda por ese tipo de cambio financiero. “Lo que proyectamos se está ejecutando. Hace dos semanas la gente se preguntaba si el Bopreal funcionaba; ahora vemos que funciona”, dicen en Economía.
Desde que asumió este gobierno, el Banco Central compró US$5928 millones para recomponer sus reservas. El bono para los importadores, por su parte, ya fue comprado por un total de US$4098 millones y comenzó a tener liquidez en el mercado secundario. Es decir, cada vez es más fácil que la empresa que debe cancelar su deuda en el exterior consiga un inversor que le compre el bono y le dé los dólares.
“Está todo bajo control, no somos improvisados acá”, responden en el Ministerio de Economía cuando se les consulta cómo se llegará ahora al ambicioso déficit cero este año, luego de suspender el paquete fiscal que estaba incluido en el proyecto de ley ómnibus y de frenar la reversión de Ganancias. El Palacio de Hacienda había calculado un ingreso extra de 1,8% del PBI (US$4200 millones) entre la suba generalizada de retenciones al 15%, la restauración de Ganancias para la cuarta categoría, la moratoria impositiva, el blanqueo de capitales y la suspensión de la fórmula de movilidad.
Sin embargo, el ministro de Economía, Luis Caputo, está comprometido en no moverse del objetivo establecido: la Argentina tiene que pasar de un déficit financiero total (el fiscal más los intereses de la deuda) de 6% del PBI a 0% este 2024. Se trata de una reducción que prácticamente ningún país llevó a cabo en tan solo un año.
“Diseñamos el plan de estabilización con un equilibrio entre ingresos, gastos y sectores afectados. Como a los gobernadores no les gusta este equilibro, vamos por otro lado”, dijeron en el Palacio de Hacienda.
El equipo económico se muestra confiado en cumplir con su promesa, pese al debate generado entre economistas en la red social X. “Puede haber mayor licuación a jubilados (0,4% o 0,5% del PBI), suba de impuestos a los combustibles (0,2% o 0,3% PBI) y no veo mucho más. El tema es que la recaudación se hunde, sacando la mejora ya prevista en retenciones por la cosecha. Para mí es imposible la meta del déficit cero,
como lo era en 2001”, opinó el analista financiero Juan Manuel Palacio. “Punto y medio del PBI es lo resignado aproximadamente. ¿Sale déficit financiero cero y entra déficit primario cero? Desde 2019 sin equilibrio primario (fue apenas deficitario)”, dijo Salvador Vitelli, economista de Romano Group. El propio Pablo Quirno, secretario de Finanzas y mano derecha de Caputo, le respondió anoche: “No, Salvador, vamos a déficit financiero cero igual”. Ayer, por las dudas, volvió a repostear la respuesta, que fue compartida también por el ministro de Economía.
En el Palacio de Hacienda remarcan que Caputo ya había dicho que el equilibrio financiero se iba a lograr, aunque el proyecto de ley ómnibus no prosperara en el Congreso, cuando anunció el acuerdo alcanzado con el FMI. “Si la ley no pasa, sería una muy mala noticia no solo para mí, sino para todos los argentinos. Eso no implica que vayamos a volver a la meta de déficit 0,9% que tenía la administración anterior. Por eso es extremadamente importante que esta ley pase, justamente para poder hacer esto de la manera más armoniosa posible”, había dicho el 10 de enero. “No hay tal incertidumbre, porque siempre lo dijimos en nuestras declaraciones públicas: nuestro plan de estabilización no depende de la ley, lo diseñamos de forma tal que no tengamos que depender de terceros. Tenemos dentro de los cálculos manera de cerrar esa brecha de gastos e ingresos del déficit financiero”, dicen en Economía.
El equipo económico se siente empoderado luego de que esta semana se despejaran las dudas acerca de la viabilidad del Bopreal, el bono que lanzó el Banco Central para que los importadores cancelen sus deudas comerciales con el exterior. Este instrumento cumple además otras dos funciones. Permite descomprimir la deuda de corto plazo del Banco Central, ya que las empresas retiran los pesos para comprar el bono, y mantiene a raya la cotización del contado con liquidación (CCL), ya que baja la demanda por ese tipo de cambio financiero. “Lo que proyectamos se está ejecutando. Hace dos semanas la gente se preguntaba si el Bopreal funcionaba; ahora vemos que funciona”, dicen en Economía.
Desde que asumió este gobierno, el Banco Central compró US$5928 millones para recomponer sus reservas. El bono para los importadores, por su parte, ya fue comprado por un total de US$4098 millones y comenzó a tener liquidez en el mercado secundario. Es decir, cada vez es más fácil que la empresa que debe cancelar su deuda en el exterior consiga un inversor que le compre el bono y le dé los dólares.
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