miércoles, 6 de marzo de 2024

CLAVES AMERICANAS Y LAS DEMANDAS DEL SIGLO XXI


Mentiras sobre los migrantes
Andrés Oppenheimer
Alerta de noticias falsas: tanto la extrema izquierda latinoamericana como la ultraderecha estadounidense están propagando una falsa narrativa sobre los 8 millones de migrantes venezolanos que han huido de su país en los últimos años.
En el primer caso, la campaña de desinformación del dictador venezolano Nicolás Maduro y sus aliados latinoamericanos está reinventando la historia para hacernos creer que el éxodo venezolano ha sido causado por las sanciones petroleras de Estados Unidos contra Venezuela.
Haciéndose eco del revisionismo histórico de Maduro, el presidente colombiano, Gustavo Petro, escribió el 17 de febrero en su cuenta de X que “lo que produjo la migración venezolana por millones se llama bloqueo económico”. Agregó que “bloquearon la venta internacional de petróleo y de eso vivía la sociedad venezolana”.
Esa explicación es ridícula porque las primeras sanciones petroleras de Estados Unidos, en un principio muy leves, ocurrieron en agosto de 2017, mientras que el éxodo de migrantes venezolanos empezó en 2013, el año en que Maduro asumió el poder.
En 2017, ya habían huido del país 1,7 millones de venezolanos. La razón principal del éxodo en ese momento fue una combinación de la destrucción casi total del sector privado por parte de Maduro y el colapso de los precios mundiales del petróleo, la principal exportación de Venezuela, en 2014. En 2019, EE.UU. impuso sanciones económicas más severas a Venezuela después de que Maduro se reeligió en las elecciones fraudulentas de 2018. Pero para entonces el éxodo venezolano ya había alcanzado unos 4 millones, según la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas. Y la afirmación de Petro de que Estados Unidos impuso un supuesto bloqueo internacional a Venezuela es igualmente falsa. Venezuela todavía envía su petróleo a China y a varios otros países. Que sepamos, no hay buques de guerra estadounidenses deteniendo a barcos cargueros de petróleo en las costas venezolanas.
Por el otro lado, el aspirante presidencial Donald Trump y sus aliados en el Partido Republicano de Estados Unidos están propagando una narrativa igualmente distorsionada: pintan a los indocumentados venezolanos y de otras partes de América Latina como responsables de una supuesta ola de crímenes, a pesar de que las tasas de homicidio han caído en los últimos años. De hecho, los homicidios en Estados Unidos han disminuido drásticamente desde 2020, según cifras del FBI. Y los inmigrantes indocumentados cometen menos delitos violentos que los estadounidenses nacidos en Estados Unidos, según muestran varios estudios.
Y, sin embargo, cuando un migrante indocumentado venezolano fue acusado a principios de esta semana del asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería de la Universidad de Augusta, de 22 años, en Georgia, Trump y los medios de ultraderecha aprovecharon la ocasión para culpar a los “ilegales” de una supuesta explosión de crímenes violentos en Estados Unidos. “El monstruo que le quitó la vida entró ilegalmente a nuestro país en 2022”, escribió Trump en su red social, prometiendo que tomará acciones drásticas contra los indocumentados si gana las elecciones este año. El gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, también afirmó falsamente que “la invasión fronteriza de Biden está destruyendo nuestro país y matando a nuestros ciudadanos”.
Ambos están tergiversando la realidad burdamente. El resaltar un crimen aislado presuntamente cometido por un migrante indocumentado venezolano, así como la famosa afirmación de Trump de 2016 de que los inmigrantes mexicanos “están provocando el crimen” y “son violadores”, solo puede describirse como demagogia racista. Según un riguroso estudio publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, los inmigrantes indocumentados son arrestados por crímenes violentos la mitad de veces que las personas nacidas en Estados Unidos. La gran mayoría de los indocumentados son gente decente y trabajadora.
Ya es hora de desacreditar las falsas narrativas sobre los exiliados venezolanos. Hay que decir las cosas por su nombre: el éxodo venezolano se debe a que Venezuela ha sido destruida por el régimen chavista. Solo hay una manera de reducir el éxodo venezolano a otros países, y es aumentar la presión sobre el régimen de Maduro para que celebre elecciones libres. A menos que se restablezca la democracia en Venezuela, el éxodo continuará

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Norberto Bobbio y la democracia del futuro
Alejandro Poli Gonzalvo

Norberto Bobbio (19092004) fue un pensador italiano que descolló en derecho, filosofía y ciencias políticas, hizo relevantes aportes a las relaciones entre liberalismo, socialismo y democracia y ejerció gran influencia en los debates doctrinarios de la segunda mitad del siglo XX. De esas contribuciones, por las que conviene rescatar su figura, deseamos señalar dos aportes invalorables para la hora actual: por un lado, reivindica una actitud moderada ante los problemas de la democracia, opuesta a los extremismos, a quienes caracteriza como fundamentalmente antidemocráticos, sean de izquierda o de derecha, “la díada extremismomoderación tiene muy poco que ver con la naturaleza de las ideas profesadas” (Derecha e izquierda); en segundo lugar, Bobbio nos introduce en el futuro de la democracia y analiza las posibilidades de extensión de sus horizontes.
Bobbio ha sostenido que “el Estado liberal no solamente es el supuesto histórico sino también jurídico del Estado democrático” y parte de la defensa de una definición mínima de democracia: “Un conjunto de reglas procesales para la toma de decisiones colectivas en el que está prevista y propiciada la más amplia participación posible de los interesados” (El futuro de la democracia).
Bobbio considera que su definición mínima permite distinguir entre democracia representativa y democracia directa. Y en consecuencia razona que la ampliación del proceso de democratización no consiste en el paso de la democracia representativa a la democracia directa como en el paso de la democracia política en sentido estricto a la democracia social, o sea, en la extensión de la democracia del campo de la sociedad política al campo de la sociedad civil. Bobbio temáticamente insistirá en que el verdadero cambio en el desarrollo futuro de las instituciones democráticas puede ser resumido en la siguiente fórmula: de la detodavía mocratización del Estado a la democratización de la sociedad.
Su pensamiento reconoce que la evolución natural de los derechos políticos del liberalismo fue la convergencia hacia los derechos sociales. Todos los Estados democráticos existentes fueron al principio liberales, pero el mercado político se sobrepuso al mercado económico, y lo corrigió creando el Estado benefactor. En busca de expandir el concepto de igualdad más allá de los logros del Estado de Bienestar introduce un concepto de mayor alcance político: la democratización de la sociedad. Bobbio entiende esta democratización como su aplicación a campos sociales ajenos al mundo de la política. Aunque no da mayores precisiones sobre el contenido de su propuesta democratizadora del mundo no político, menciona que debería alcanzar principalmente a la gran empresa y a la administración pública. Sin embargo, pese a la infinidad de libros y monografías que se publican, la teoría política no ha logrado establecer un conjunto de reglas que permitan avanzar en un camino seguro de democratización a la altura de las demandas del siglo XXI.
En el caso argentino, partimos de varios escalones anteriores al Estado de bienestar y estamos obligados a realizar profundas reformas políticas, económicas y sociales en un marco de elecciones cada dos años, que permitan transformar el paquidérmico y obsoleto Estado argentino en un instrumento al servicio de la población. No podremos tener un Estado de bienestar moderno durante muchos años por no disponer de los recursos necesarios, pero lograr acercarse a ese objetivo progresivamente, que implica una profunda transformación del Estado actual, tanto a nivel nacional como provincial y municipal, podría ser una prenda de unión entre las diferentes fuerzas políticas. Una posible fórmula de consenso sería: del Estado predatorio al Estado de bienestar

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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