jueves, 14 de marzo de 2024

DELICIAS EN LAS PARADAS RUTERAS




Paradas ruteras. Nacieron como tambo, pero se convirtieron en escala obligada por sus fiambres y su “hamburchori”
El hamburchori de Cabaña Monasterio
La cabaña Monasterio es un parador en la ruta 88, entre Mar del Plata y Necochea
Darío Palavecino
MAR DEL PLATA.– El “cofrecito” es una referencia bien clara, a pasos de la traza de la ruta 88, a mitad de camino entre Comandante Nicanor Otamendi y Mechongué. El humo es la señal adicional que se sumó en los últimos meses, siempre con la idea de sumar un plato caliente a las picadas y sándwiches con quesos y salames caseros que eran la carta de presentación de Cabañas Monasterio.
El establecimiento nació como tambo, se habilitó como escala de viajeros con oferta de sus productos para venta al paso y se convirtió en los últimos tiempos en una parada obligada para disfrutar de fiambres, carnes la parrilla y encurtidos. Los primeros desde el deck rodeado de verdes y, los fiambres y encurtidos, como novedoso souvenir.
El Cofrecito es un espacio cubierto, pequeño, con siete u ocho banquetas, mostrador flotante y vista a la ruta
La idea de abrir tranqueras al formato gastronómico más contundente fue de Rocío Mariani, al frente del lugar parte de la familia que encaró este desafío que tiene allí concentrada la cría de ganado vacuno y producción lechera y, en Mar del Plata, la planta elaboradora de chacinados.
“Era un típico lugar donde la gente se acostumbró a comprar nuestra variedad de quesos y salames y ahora los recibimos con el fuego prendido y carnes que los van a sorprender”, explica  esta joven de 32 años que sumó esta novedad y tiene otras varias en carpeta para enriquecer la oferta del parador rutero.
El establecimiento tiene como particular característica la cría de vacas de raza Jersey, caracterizada por su pelaje marrón, tamaño moderado y excelente rendimiento para la producción lechera.
La parada está sobre la ruta 88
En esa materia prima se sustenta la variedad de quesos que allí se elaboran y, estacionamiento mediante, pasan al local de atención al público para su venta por unidad o trozos. Gouda, sardo, pategrás y reggianito son algunas de las opciones, con los muy recomendados saborizados al orégano, la pimienta negra o ahumados.
Para probarlos de un tirón la opción es la picada, que fue también la primera propuesta con la que se habilitó la posibilidad de comer en el lugar. “Paraban, nos compraban salamines y queso y los cortaban ahí nomás para comer sobre la marcha y nosotros propusimos esta variedad de fiambres en una tablita”, explican Mariani y Natalia Bonfini, que acompaña desde la comercialización y distribución.



Bajo el nombre de Cabaña Mar del Plata fabrican salames, jamones cocidos y crudos y bondiolas, entre otros, que combinados con quesos son la opción más sencilla de comidas al paso.
El cofrecito
El “Cofrecito”, que es un espacio cubierto pequeño, con siete u ocho banquetas, mostrador flotante y vista a la ruta para disfrutar de un café y un tentempié bajo techo, se acaba de ampliar para darle vida a la cocina, que es la estrella de estos días.
El fuego en la parrilla está siempre prendido, bien cerca están las riestras de chorizos frescos en instancia de ahumado y sobre los hierros se cocinan distintos cortes de carne.
La tabla de fiambres, una de las especialidades de la casa
Por lo pronto tienen algunas opciones que llegaron para quedarse a la carta, sencilla pero contundente. En primer lugar el choripán, superclásico. Pero la opción superadora es el “hamburchori”, con el relleno sin piel llevado a formato de medallón, acompañado con queso, jamón y lechuga y tomate de la huerta.
La novedad en ese kilometro 38,5 de la Ruta 88 es por estos días el “pancho criollo”, con salchicha parrillera cocinada a los fuegos y servida en pan de Viena con panceta crocante y algunos aderezos. Imperdible. Lo mismo que la bondiola, que por tamaño es apta para compartir llega también acompañada de lechuga, tomate y cebolla caramelizada.
El establecimiento tiene como particular característica la cría de vacas de raza Jersey
Las opciones se multiplican con empanadas de carne vacuna o bondiola y la también muy generosa versión de milanesa de cuadril, que puede salir acompañada por una muy buena porción de papas fritas. “Todo se cocina en el momento”, aclara Mariani.
El lugar tiene un bonus adicional para una parada de descanso. En especial si el viaje es familiar y en el grupo viajan chicos. Se ha dispuesto una suerte de plaza con juegos para los más pequeños, ahí nomás del pequeño invernadero donde siembran hojas verdes y a metros nomás de un hermoso mural que les realizaron artistas de Miramar.
Rocío Mariani está al frente del lugar
La responsable de Cabañas Monasterio cuenta que disfrutan y mucho de esta posibilidad de recibir clientes que no solo llegan para hacer una compra sino además para conocer el establecimiento. En los últimos tiempos lo abrieron a visitas guiadas, en especial para grupos de alumnos de escuelas de la zona.
De a poco se van animando con la complejidad de la propuesta y este sábado (domingos no abren por ahora) presentaron un menú de tres pasos, para que el que viaja y gusta de tomarse su tiempo o, bien, para aquellos desde localidades de la zona que andan con ganas de comer rico. La parrilla se llenó de chorizo, morcilla, pechito de cerdo al asador con papas y de postre, queso y dulce más café.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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