miércoles, 13 de marzo de 2024

PLAN FINANCIERO Y EL ESCENARIO




Lanzan un canje de deuda en pesos por más de $55 billones
Buscan postergar los pagos de 2024; la operación comprende 15 títulos que vencen este año; ofrecen una canasta de bonos con horizonte entre 2025 y 2028
Esteban Lafuente
Pablo Quirno, y Luis Caputo
Es una de las apuestas con las que el Gobierno buscará esta semana aliviar su carga de intereses y capital de corto plazo y apuntalar su plan financiero para 2024. Se trata de un canje voluntario de títulos públicos mediante el cual el equipo económico aspira a estirar pagos por más de $55 billones.
Se trata del mayor canje de instrumentos de deuda local, que involucra bonos emitidos en pesos (ajustables por inflación o a tasa Badlar), dollar-linked o duales (ajustan por inflación o tipo de cambio), con vencimiento en 2024. En total, son 15 bonos que se incluyeron en la propuesta lanzada por el Ministerio de Economía, mediante la cual busca reducir la carga de intereses de deuda para este año para facilitar el alcance de la meta del equilibrio financiero.
El canje, cuyo plazo abrió ayer y concluirá hoy al cierre de la operación en el mercado financiero, está especialmente destinado a organismos del propio sector público. Así lo establece el comunicado oficial, que marca que se invita a la licitación a “las entidades del Estado Nacional, como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que administra la Anses, a entidades del sector público financiero, como el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Banco de la Nación Argentina”, aunque también explicita que la oferta estará abierta al sector privado.
A cambio, el Tesoro entregará una canasta de bonos con vencimientos entre 2025 y 2028. Ese conjunto está compuesto por un nuevo Boncer a 2025 (30%), otro Boncer a 2026 (30%), otro Boncer a 2027 (25%) y un 15% del Boncer 2028.
El conjunto de bonos incluidos en el canje suma $55,7 billones, según estimaciones de Facimex Valores, que indican que concentran el 96% de los vencimientos del sector público hasta fin de año. De acuerdo con esta consultora, más de la mitad de los bonos está en poder de entes estatales, lo cual asegura un piso importante de adhesión a la operación.
“Estimamos que el 28% de los títulos elegibles están en poder del BCRA, el 23% en el FGS y el 7%, en el BNA”, indican en Facimex sobre el mínimo de fondos estimados que ingresarían al canje. Luego, un 11% está en manos de bancos privados y un 6% en poder de fondos comunes de inversión, mientras que el 25% restante se reparte entre aseguradoras, fondos corporativos e inversores particulares.
Al observar el perfil de vencimientos a lo largo de 2024, antes del canje, los meses más cargados son abril ($9,2 billones), julio ($8,4 billones), octubre ($8 billones) y noviembre ($10,8 billones).
“Lo primero para tener en cuenta es que esté dirigido al sector público; se trata de un canje que busca canjear títulos que en buena medida ya vienen de canjes anteriores. En particular, de canjes donde la participación del BCRA fue muy alta”, advierten en Outlier.
“En particular, hay cinco títulos elegibles que [Sergio] Massa emitió en sus canjes de marzo y junio de 2023, con los cuales también promocionó haber despejado el programa financiero durante varios meses. A saber: el T3X4P y el T4X4P formaron parte de la canasta del canje de marzo de 2023 y el valor nominal original emitido en aquella oportunidad representa más de 90% y más de 85%, respectivamente, del valor nominal original en circulación de ambos”, explican en la firma y agregan que los TDG24, TDN24 y T5X4 “fueron emitidos en el canje de junio de 2023”.
“En consecuencia, si se evalúa el menú de títulos a canjear, de los valores nominales originales, en el caso de los CER no menos de 63% proviene de los dos canjes de Massa y de los DLK/Dual no menos de 60%. Esto es un piso para la participación del sector público en la operación, porque, por ejemplo, sabemos que el BCRA compró en el mercado secundario de los otros títulos que se oferta canjear. Por eso, siempre recordamos que la primera razón práctica que tiene el Tesoro para llamar a un canje de deuda es permitir que el BCRA pueda refinanciar”.

Ya no habrá tasas mínimas en plazos fijos

El Banco Central (BCRA) derogó anoche la tasa mínima obligatoria del 110% nominal anual (9,04% mensual) que los bancos estaban obligados a ofrecer a los depositantes que realizaban plazos fijos tradicionales y redujo en 20 puntos (del 100% al 80% nominal anual) la tasa de interés de referencia que paga por los pases pasivos que toma de los bancos.
Las medidas, que rigen desde hoy, son la respuesta oficial “frente a la evolución de la coyuntura económica y las condiciones de liquidez” del mercado. Las autoridades monetarias las justifican por la “trayectoria descendente de la inflación minorista”; la perspectiva favorable que dicen haber detectado en torno a la inflación subyacente; la moderación, en términos reales, de la emisión monetaria y la sostenida acumulación de reservas lograda en estos meses.
En los hechos, eso supone un “vía libre” para que, dado que cobrarán menos por los pases pasivos, que hoy son uno de sus principales ingresos, los bancos también recorten la tasa que ofrecerán a sus clientes por los depósitos a plazo.
La eliminación de la tasa regulada venía siendo un reclamo sostenido de los bancos que, en los tres primeros meses de la gestión Mil ei, se vieron obligados a pagar tasas del 9,04% mensual a sus depositantes mientras cobraban tasas del 8,33% por sus inversiones en pases pasivos. La oportunidad de las medidas, en medio de un megacanje de deuda en pesos, hace que en el mercado se las interprete como un “gesto” para que las entidades (que tiene el 15% de los bonos canjeables y son el tenedor privado más importante) lo acompañen.

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Un paso clave en pos del superávit financiero
Javier Blanco
El megacanje de deuda en pesos que puso en marcha ayer el Gobierno es un intento clave para dejar encaminado su objetivo de aspirar a terminar el año con un inédito equilibrio o hasta leve superávit financiero, además de dar un nuevo paso hacia el final del cepo cambiario.
La base para que avance este intercambio voluntario de 15 bonos –que representan hoy vencimientos por algo más de $55 billones en el año– por una nueva canasta de títulos por vencer desde el año que viene y hasta 2028 es que el grueso de las tenencias (el 71,6%, según estimaciones de la consultora 1816) está en poder de distintos entes y organismos públicos.
Los primeros en esa lista son el Banco Central (BCRA), el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que administra Anses, y el Banco de la Nación Argentina, que concentran en conjunto unos dos tercios de las tenencias por el muy activo rol que jugaron especialmente el año pasado en la demanda de las licitaciones de deuda que hacía periódicamente el Ministerio de Economía comandado por Sergio Massa (en el caso del FGS y el Nación) o el protagonismo inusual que tomaron en las intervenciones de compra de estos papeles en el mercado secundario en un intento por sostener sus cotizaciones (BCRA, básicamente).
Esto hace que el mercado estime que el canje, por cerrarse hoy, tiene un piso de aceptación estimado en el orden del 70%/75%, un porcentaje que implicaría que el Gobierno logró abaratar (por los bonos que ofrece) y patear hacia adelante un pasivo mayor a los $41 billones.
Claro que no se descuenta que la tasa de adhesión sea aún mayor, aunque hasta aquí no les ofrecen a los bancos los puts u opciones de recompra con que alentaron la migración de pases pasivos de deuda del Tesoro en el primer bimestre del año, dado que habrá inversores institucionales privados (bancos, fondos de inversión, compañías de seguros) que no se quieran quedar en la cartera con títulos que puedan volverse poco líquidos.
En especial porque, dados los valores de intercambio fijados, existe un ligero “premio” por participar en el canje para prácticamente todos los instrumentos, lo que se interpreta como un intento por hacer atractiva la invitación cursada al sector privado para que se sume.
En ese caso, el Gobierno habrá dado un paso central para reducir drásticamente la carga de intereses por esa deuda para este año, una factura que ya en febrero le jugó una mala pasada al registrarse un “rojo” de $186.000 millones, según proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que quedó bien lejos del superávit financiero de $518.408 millones reportado en enero
Esto tiene que ver con que la totalidad de los bonos ofrecidos para el canje serán bullet (paga el capital sólo al vencimiento) y emitidos con cupón 0, algo en lo que la gestión Caputo ya avanzó en los últimos meses, ya que de los $10,3 billones en deuda nueva que colocó todo fue con capital ajustable por inflación (CER) y 80% con cupón 0.
“Lo hacen teniendo en cuenta la metodología de contabilización del gasto en intereses del Sector Público Nacional No Financiero [lo que comprende la administración pública, las obras sociales estatales, las empresas y sociedades del Estado, las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, las sociedades de economía mixta] y porque ayuda a reducir el gasto en intereses, dado que son bonos que no pagan por ese concepto nada hasta su vencimiento”, explican desde la consultora Outlier.
“De existir un buen número de aceptación, los intereses por pago de deuda en 2024 se reducirían sustancialmente, allanando el camino hacia el equilibrio financiero”, coinciden desde la consultora Neix.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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