La oposición fracasó por poco en el tema de la fórmula jubilatoria
Fracasó la sesión especial que pidió el bloque de Pichetto, pero hoy vuelven a la carga en la Comisión de Previsión y Seguridad Social; el oficialismo presentará su propio proyecto
Delfina Celichini.
Diputados..El tablero que confirmó, ayer, el fracaso de la sesión
La sesión convocada por un sector de la oposición en la Cámara de Diputados para modificar la actualización de las jubilaciones no logró ayer el quorum necesario. Con diez menos que los 129 diputados requeridos para iniciar la discusión, las contingencias climáticas así como el temor de las provincias de quebrar el lábil armisticio planteado por Javier Milei debilitaron la convocatoria. Aunque durante el debate en minoría estos sectores, a los que se sumaron los peronistas de Unión por la Patria, llegaron a reunir 124 voluntades.
Los opositores volverán a la carga hoy, cuando se constituya la Comisión de Previsión y Seguridad Social, cabecera en la discusión: allí propondrán que el 20 de este mes arranque el debate y que el 9 de abril el cuerpo dictamine sobre una nueva fórmula de movilidad. El radicalismo, que en su mayoría ayer se ausentó de la sesión, avalaría la jugada, por lo que el oficialismo perdería la votación.
Los libertarios, junto a sus aliados de Pro, buscan resistir la ofensiva y ganar tiempo. En el recinto quedó en evidencia su debilidad parlamentaria: solo cinco votos separaron a la oposición de alcanzar el quorum, lo que envalentona a los impulsores de la sesión especial –Hacemos Coalición Federal, Unión por la Patria, la izquierda y media decena de diputados radicales– a insistir con la presión para que el oficialismo apure el debate.
“No hay sector de la sociedad que se haya perjudicado más ni que tenga que consumir uno de los bienes que más subieron, que son los medicamentos. Sabemos que al Presidente le cuesta tener sensibilidad, tener empatía y entender la situación de las personas que sufren más que el resto, pero le pedimos que sea inteligente, que corra esta discusión de la disputa fiscal con las provincias y que no sabemos cuándo se va a resolver. ¿Van a ser los jubilados rehenes de esa discusión? No tienen nada que ver con eso”, señaló Juan Manuel López (Hacemos), autor de la iniciativa, durante el debate en minoría.
Su compañero de bancada Nicolás Massot profundizó el pedido de López y exigió al presidente del cuerpo, Martín Menem, avanzar con el emplazamiento de la totalidad de las comisiones. “Durante el tratamiento de la ley ómnibus usted nos pedía venir a trabajar los sábados y ahora nosotros les pedimos trabajar de lunes a viernes”, chicaneó.
En este nuevo round parlamentario, Hacemos Coalición Federal adoptó una actitud menos contemplativa con el oficialismo y apunta a discutir los temas que ellos consideran “urgentes”. El tratamiento del proyecto de “Ley de bases” desgastó su vínculo con los libertarios y esto reperfiló el esquema de alianzas parlamentarias.
Por eso, trabaron diálogo con UP, que cuenta con 99 diputados, que comunicó desde temprano que se sentarían en sus bancas. A través de X, señalaron que tenían la intención de “discutir temas cercanos a la sociedad”, entre los que listaron: jubilaciones, el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), el financiamiento de las universidades y la situación de Rosario. “Queremos un recinto abierto, debatiendo”, sentenciaron. No obstante, muchos de los representantes de este espacio tuvieron que viajar desde sus provincias y algunos pocos no lograron llegar a tiempo.
“La lluvia hizo que por muy poquitos diputados no tengamos quorum”, indicó Germán Martínez, el jefe del bloque kirchnerista.
Ausentes
“Está finito. Si logran que el kirchnerismo esté entero pueden llegar”, señaló un legislador de La Libertad Avanza (LLA), mientras se encontraba reunido junto a su bloque. El oficialismo de la Cámara de Diputados no pudo desarticular el pedido de sesión realizado por el bloque liderado por Miguel Pichetto y la presidencia del cuerpo tuvo que formalizar la convocatoria de sesión para debatir un cambio en el ajuste de las jubilaciones.
No obstante, Menem trató hasta último momento de desbaratar el pedido de sesión. Por eso, convocó a la Comisión de Previsión y Seguridad Social y trabajó en tándem con el Poder Ejecutivo, que presionó a los gobernadores a través del ministro del Interior, Guillermo Francos, para evitar la aparición de sus legisladores en el recinto.
De hecho, los integrantes de Innovación Federal, el espacio en el que confluyen los oficialismos provinciales de Neuquén, Misiones, Río Negro y Salta, con ocho integrantes, no dieron quorum.
Las bajas también afectaron a Hacemos, donde gravitan los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).
En tanto, un sector del radicalismo referenciado con Facundo Manes estuvo dispuesto a acompañar la iniciativa. Pero fueron solo cinco diputados sobre los 34 que componen el bloque de la UCR.
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La peligrosa estrategia de anestesiar al Congreso
Laura Serra.
La fallida sesión especial convocada en la Cámara de Diputados para discutir una nueva fórmula de movilidad jubilatoria fue el primer round de un enfrentamiento entre el oficialismo y la oposición por el manejo de la agenda parlamentaria. A los opositores les faltó un puñado de voluntades para acariciar el quorum y el oficialismo respiró aliviado. Hoy, sin embargo, la oposición en el Senado podría recuperar terreno si la oposición une filas y le asesta el rechazo al megaDNU 70/23 del Poder Ejecutivo.
Esta dinámica tan electrizante como impredecible a que está sometido el Congreso tiene crispados a los libertarios y sus aliados de Pro, que, en minoría, apelan a la única herramienta que tienen a mano: intentar anestesiar el funcionamiento legislativo para evitar que la oposición les marque el paso.
Se trata de una estrategia de manual, aunque de alcance limitado. Las evidencias saltan a la vista. En el Senado, después de mucho dilatar la convocatoria a sesión, su presidenta, Victoria Villarruel, cedió a la presión de los distintos bloques y llamó a debatir un temario en el que incluyó el megadecreto. La jugada es riesgosa, pero en los hechos, inevitable: a la vicepresidenta se le hacía cada vez más costoso en términos políticos mantener cerrado el recinto con el único objetivo de impedir el debate del polémico decreto. Para peor, cuanto más tiempo transcurría, más voluntades opositoras reunía el rechazo.
En la Cámara de Diputados, Martín Menem enfrenta una encrucijada similar y demora la constitución de las comisiones para evitar que la oposiciónlemarquelaagendaenlos distintos temas, entre ellos el previsional. ¿Cuánto tiempo más podrá el oficialismo dilatar una respuesta a los millones de jubilados que ven caer estrepitosamente sus ingresos por efecto de la inflación? El presidente del bloque Pro, Cristian Ritondo, uno de los lugartenientes del Gobierno en la Cámara baja, admite que si bien el problema es urgente, el debate sobre una nueva fórmula de movilidad recién empezará una vez que el Poder Ejecutivo ingrese en el Congreso su propuesta. Descuenta que recién será después de Semana Santa. A ese ritmo, la nueva fórmula recién vería la luz en un par de meses si se consideran los tiempos en Diputados y en el Senado. Durante casi un semestre los jubilados y pensionados habrán visto licuados sus ingresos con la fórmula vigente, que, al no contemplar la inflación, permite a Luis Caputo exhibir equilibrio fiscal.
Habrá que ver si los bloques dialoguistas –en especial el radicalismo– consienten esperar los tiempos del Gobierno. Como en el Senado con el DNU, el tema previsional amenaza con convertir a la Cámara de Diputados en una peligrosa olla a presión. A la UCR no le resultó cómodo abstenerse de dar quorum en la sesión especial y arriar una de sus banderas partidarias más tradicionales, la defensa de los jubilados. Si esta bancada bajaba al recinto, el quorum estaba garantizado, y con él, el primer golpe legislativo a la gestión de Javier Milei.
Martín Menem logró disuadirlos: convocó a la Comisión de Previsión y Seguridad Social y les dio la excusa perfecta a ellos y a los bloques provinciales para no sumarse a la sesión opositora. A última hora le ofreció a la UCR la presidencia de este cuerpo, cabecera en la discusión. “No es cierto que haya toma y daca como dicen en el kirchnerismo”, se atajó radical Karina Banfi, vicejefa del bloque. “Vamos a dar el debate sobre la movilidad jubilatoria, hay varios proyectos presentados y falta que ingrese la propuesta del Gobierno. Es un tema urgente”.
Sin embargo, el Gobierno sigue sin dar señales de enviar prontamente su nueva propuesta de movilidad, pese a que ya estaría redactada en la versión acotada de la “Ley de bases” que enviará el Gobierno. Según trascendió, consistiría en una indexación mensual de los haberes con el índice de precios al consumidor (ahora la actualización es trimestral) pero solo contemplaría, como toda compensación, 10 puntos por la inflación de enero pasado, que trepó al doble. “La compensación completa por enero implicaría un impacto de 2600 millones de dólares para el fisco”, admiten en las filas libertarias. Un agujero letal para las arcas fiscales de Caputo.
El ministro de Economía mide los tiempos para calzar la nueva fórmula. En un escenario de baja inflación y crecimiento incipiente, una actualización atada a la inflación sería menos gravosa para el fisco que la fórmula actual. Nada nuevo bajo el sol
La sesión convocada por un sector de la oposición en la Cámara de Diputados para modificar la actualización de las jubilaciones no logró ayer el quorum necesario. Con diez menos que los 129 diputados requeridos para iniciar la discusión, las contingencias climáticas así como el temor de las provincias de quebrar el lábil armisticio planteado por Javier Milei debilitaron la convocatoria. Aunque durante el debate en minoría estos sectores, a los que se sumaron los peronistas de Unión por la Patria, llegaron a reunir 124 voluntades.
Los opositores volverán a la carga hoy, cuando se constituya la Comisión de Previsión y Seguridad Social, cabecera en la discusión: allí propondrán que el 20 de este mes arranque el debate y que el 9 de abril el cuerpo dictamine sobre una nueva fórmula de movilidad. El radicalismo, que en su mayoría ayer se ausentó de la sesión, avalaría la jugada, por lo que el oficialismo perdería la votación.
Los libertarios, junto a sus aliados de Pro, buscan resistir la ofensiva y ganar tiempo. En el recinto quedó en evidencia su debilidad parlamentaria: solo cinco votos separaron a la oposición de alcanzar el quorum, lo que envalentona a los impulsores de la sesión especial –Hacemos Coalición Federal, Unión por la Patria, la izquierda y media decena de diputados radicales– a insistir con la presión para que el oficialismo apure el debate.
“No hay sector de la sociedad que se haya perjudicado más ni que tenga que consumir uno de los bienes que más subieron, que son los medicamentos. Sabemos que al Presidente le cuesta tener sensibilidad, tener empatía y entender la situación de las personas que sufren más que el resto, pero le pedimos que sea inteligente, que corra esta discusión de la disputa fiscal con las provincias y que no sabemos cuándo se va a resolver. ¿Van a ser los jubilados rehenes de esa discusión? No tienen nada que ver con eso”, señaló Juan Manuel López (Hacemos), autor de la iniciativa, durante el debate en minoría.
Su compañero de bancada Nicolás Massot profundizó el pedido de López y exigió al presidente del cuerpo, Martín Menem, avanzar con el emplazamiento de la totalidad de las comisiones. “Durante el tratamiento de la ley ómnibus usted nos pedía venir a trabajar los sábados y ahora nosotros les pedimos trabajar de lunes a viernes”, chicaneó.
En este nuevo round parlamentario, Hacemos Coalición Federal adoptó una actitud menos contemplativa con el oficialismo y apunta a discutir los temas que ellos consideran “urgentes”. El tratamiento del proyecto de “Ley de bases” desgastó su vínculo con los libertarios y esto reperfiló el esquema de alianzas parlamentarias.
Por eso, trabaron diálogo con UP, que cuenta con 99 diputados, que comunicó desde temprano que se sentarían en sus bancas. A través de X, señalaron que tenían la intención de “discutir temas cercanos a la sociedad”, entre los que listaron: jubilaciones, el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), el financiamiento de las universidades y la situación de Rosario. “Queremos un recinto abierto, debatiendo”, sentenciaron. No obstante, muchos de los representantes de este espacio tuvieron que viajar desde sus provincias y algunos pocos no lograron llegar a tiempo.
“La lluvia hizo que por muy poquitos diputados no tengamos quorum”, indicó Germán Martínez, el jefe del bloque kirchnerista.
Ausentes
“Está finito. Si logran que el kirchnerismo esté entero pueden llegar”, señaló un legislador de La Libertad Avanza (LLA), mientras se encontraba reunido junto a su bloque. El oficialismo de la Cámara de Diputados no pudo desarticular el pedido de sesión realizado por el bloque liderado por Miguel Pichetto y la presidencia del cuerpo tuvo que formalizar la convocatoria de sesión para debatir un cambio en el ajuste de las jubilaciones.
No obstante, Menem trató hasta último momento de desbaratar el pedido de sesión. Por eso, convocó a la Comisión de Previsión y Seguridad Social y trabajó en tándem con el Poder Ejecutivo, que presionó a los gobernadores a través del ministro del Interior, Guillermo Francos, para evitar la aparición de sus legisladores en el recinto.
De hecho, los integrantes de Innovación Federal, el espacio en el que confluyen los oficialismos provinciales de Neuquén, Misiones, Río Negro y Salta, con ocho integrantes, no dieron quorum.
Las bajas también afectaron a Hacemos, donde gravitan los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).
En tanto, un sector del radicalismo referenciado con Facundo Manes estuvo dispuesto a acompañar la iniciativa. Pero fueron solo cinco diputados sobre los 34 que componen el bloque de la UCR.
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La peligrosa estrategia de anestesiar al Congreso
Laura Serra.
La fallida sesión especial convocada en la Cámara de Diputados para discutir una nueva fórmula de movilidad jubilatoria fue el primer round de un enfrentamiento entre el oficialismo y la oposición por el manejo de la agenda parlamentaria. A los opositores les faltó un puñado de voluntades para acariciar el quorum y el oficialismo respiró aliviado. Hoy, sin embargo, la oposición en el Senado podría recuperar terreno si la oposición une filas y le asesta el rechazo al megaDNU 70/23 del Poder Ejecutivo.
Esta dinámica tan electrizante como impredecible a que está sometido el Congreso tiene crispados a los libertarios y sus aliados de Pro, que, en minoría, apelan a la única herramienta que tienen a mano: intentar anestesiar el funcionamiento legislativo para evitar que la oposición les marque el paso.
Se trata de una estrategia de manual, aunque de alcance limitado. Las evidencias saltan a la vista. En el Senado, después de mucho dilatar la convocatoria a sesión, su presidenta, Victoria Villarruel, cedió a la presión de los distintos bloques y llamó a debatir un temario en el que incluyó el megadecreto. La jugada es riesgosa, pero en los hechos, inevitable: a la vicepresidenta se le hacía cada vez más costoso en términos políticos mantener cerrado el recinto con el único objetivo de impedir el debate del polémico decreto. Para peor, cuanto más tiempo transcurría, más voluntades opositoras reunía el rechazo.
En la Cámara de Diputados, Martín Menem enfrenta una encrucijada similar y demora la constitución de las comisiones para evitar que la oposiciónlemarquelaagendaenlos distintos temas, entre ellos el previsional. ¿Cuánto tiempo más podrá el oficialismo dilatar una respuesta a los millones de jubilados que ven caer estrepitosamente sus ingresos por efecto de la inflación? El presidente del bloque Pro, Cristian Ritondo, uno de los lugartenientes del Gobierno en la Cámara baja, admite que si bien el problema es urgente, el debate sobre una nueva fórmula de movilidad recién empezará una vez que el Poder Ejecutivo ingrese en el Congreso su propuesta. Descuenta que recién será después de Semana Santa. A ese ritmo, la nueva fórmula recién vería la luz en un par de meses si se consideran los tiempos en Diputados y en el Senado. Durante casi un semestre los jubilados y pensionados habrán visto licuados sus ingresos con la fórmula vigente, que, al no contemplar la inflación, permite a Luis Caputo exhibir equilibrio fiscal.
Habrá que ver si los bloques dialoguistas –en especial el radicalismo– consienten esperar los tiempos del Gobierno. Como en el Senado con el DNU, el tema previsional amenaza con convertir a la Cámara de Diputados en una peligrosa olla a presión. A la UCR no le resultó cómodo abstenerse de dar quorum en la sesión especial y arriar una de sus banderas partidarias más tradicionales, la defensa de los jubilados. Si esta bancada bajaba al recinto, el quorum estaba garantizado, y con él, el primer golpe legislativo a la gestión de Javier Milei.
Martín Menem logró disuadirlos: convocó a la Comisión de Previsión y Seguridad Social y les dio la excusa perfecta a ellos y a los bloques provinciales para no sumarse a la sesión opositora. A última hora le ofreció a la UCR la presidencia de este cuerpo, cabecera en la discusión. “No es cierto que haya toma y daca como dicen en el kirchnerismo”, se atajó radical Karina Banfi, vicejefa del bloque. “Vamos a dar el debate sobre la movilidad jubilatoria, hay varios proyectos presentados y falta que ingrese la propuesta del Gobierno. Es un tema urgente”.
Sin embargo, el Gobierno sigue sin dar señales de enviar prontamente su nueva propuesta de movilidad, pese a que ya estaría redactada en la versión acotada de la “Ley de bases” que enviará el Gobierno. Según trascendió, consistiría en una indexación mensual de los haberes con el índice de precios al consumidor (ahora la actualización es trimestral) pero solo contemplaría, como toda compensación, 10 puntos por la inflación de enero pasado, que trepó al doble. “La compensación completa por enero implicaría un impacto de 2600 millones de dólares para el fisco”, admiten en las filas libertarias. Un agujero letal para las arcas fiscales de Caputo.
El ministro de Economía mide los tiempos para calzar la nueva fórmula. En un escenario de baja inflación y crecimiento incipiente, una actualización atada a la inflación sería menos gravosa para el fisco que la fórmula actual. Nada nuevo bajo el sol
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