martes, 3 de marzo de 2020

REMEDIOS VARO EN EL MALBA

Para agendar
Remedios Varo. constelaciones, en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415), desde este jueves, a las 19. Ese día, a las 18, habrá una charla gratuita con los curadores. Luego, la entrada general cuesta $280.


Pinturas, dibujos y bocetos conforman la primera muestra dedicada a la fallecida artista española
Pinturas, dibujos y bocetos conformarán desde el jueves la primera muestra en la Argentina dedicada a la artista española emigrada a México, figura central del surrealismo en la región
Celina ChatrucSimpatía (La rabia del gato): Costantini pagó US$3,1 millones el año pasado por esta obra
Sentado en un pupitre, un personaje andrógino con cabeza de lechuza y el cuerpo cubierto de plumas pinta un pájaro. El pincel está conectado a su corazón a través de un violín que cuelga sobre su pecho. Con la mano izquierda sostiene una lente triangular, que amplifica la luz de la luna filtrada por la ventana. De esa forma ilumina el dibujo y da vida al ave, con las alas ya desplegadas y lista para echarse a volar desde el papel, como símbolo de libertad.


“Ahí está todo”, dice Victoria Giraudo, jefa de curaduría del Malba y cocuradora de Constelaciones junto con Carlos A. Molina, su par del Museo de Arte Moderno de México (MAM). Señala ese dibujo de Remedios Varo previo a La creación de las aves, pintura de 1957 que cuelga a su lado en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. El recurso expositivo de mostrar el antes y el después se repite varias veces en la primera muestra dedicada en la Argentina a la fallecida artista española radicada en México, que se inaugurará el jueves, como forma de revelar el obsesivo método de trabajo de esta figura central del surrealismo y del arte fantástico en el continente.

También la transformación, concepto tan central en su trabajo como en el de su gran amiga Leonora Carrington. Arte, ciencia, espiritualidad, magia, alquimia y naturaleza están representados por infinidad de símbolos en decenas de pinturas, dibujos y bocetos reunidos en esta muestra coproducida por el Malba y el MAM. Un importante aporte proviene de la colección personal de Eduardo Costantini: es Simpatía (La rabia del gato), pintura por la cual el fundador del museo porteño pagó 3.1 millones de dólares el año pasado en una subasta en Christie’s de Nueva York.
Fue una rara sincronicidad la que puso en su camino esa obra, atípica en el mercado, meses después de que el proyecto de la exposición se pusiera en marcha. “Es una gran casualidad”, aseguró entonces a
El empresario argentino, al explicar que “son piezas muy raras porque son consideradas patrimonio nacional en México y no pueden salir del país. En este caso, pertenecía a una colección privada desde 1971.”
Remedios-Varo--Ícono,-1945-(Puertas-abiertas)
¿Casualidad? Difícilmente hubiera opinado lo mismo Varo, buscadora incansable del “conocimiento total”, estudiosa de la astrología y admiradora del maestro místico George Gurdjieff. Nada parece librado al azar en los trazos que la artista realizaba con lápiz sobre papel, antes de ganar color y profundidad mediante diversas técnicas y derivar en las abundantes “metáforas visuales” elogiadas por Octavio Paz.

Realizada en 1955, Simpatía (La rabia del gato) fue incluida en una de sus primeras muestras: la que compartió con Carrington y otras cuatro pintoras en una pequeña galería de México. También expuso allí otra de las obras que pueden verse en Malba: El alquimista, cuadro que se llamó luego Ciencia inútil, está protagonizado por un personaje dedicado a crear una misteriosa esencia.
Esa exposición marcó el comienzo de un período muy productivo en su carrera que se extendió hasta su temprana muerte, en 1963. Aquel legado se volvería tan popular que tres décadas más tarde se contaría entre las artistas surrealistas que inspiraron el video Bedtime Story (1995), de Madonna.
Tradición e innovación
Remedios Varo, “Paisaje, torre, centauro” (1943, detalle)
Esa particular estética que logra convertirse en portal entre la tradición y la innovación ya se revelaba en Ícono, obra de 1945 también comprada por Costantini en la década de 1990 e incluida en la donación fundacional del coleccionista al Malba en 2001. Construida como un retablo medieval –normalmente cerrado para guardar la energía de la imagen y solo abierto en determinadas fiestas litúrgicas–, la pieza lleva en el interior de sus puertas revestidas en oro las iniciales G. G. en alusión a George Gurdjieff.
“En la cúspide del arco ojival vemos, además, el eneagrama, y toda la obra puede entenderse como una síntesis visual del pensamiento de Gurdjieff”, señala Victoria Cirlot, estudiosa española de la cultura medieval, en el catálogo que acompaña la muestra.

Realizada por encargo de Enrique Caraminola, impulsor de las ideas de Gurdjieff en el continente, la pintura central incluye imágenes recurrentes en la obra de Varo: la torre, la escalera, la luna, las aves y una máquina voladora con una rueda, similar a las que diseñaba Leonardo Da Vinci.
No es casual que las naves futuristas, el viaje y el movimiento se reiteren en el imaginario de una artista destinada al exilio. La guerra civil la obligó a irse en 1937 de España, donde fue una de las primeras mujeres que se formaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y trabajó ilustrando etiquetas de pócimas contra el insomnio y medicamentos para una empresa farmacéutica. Cuatro años más tarde huyó de la ocupación nazi en Francia al abordar en Marsella el buque Serpa Pinto con destino a México.

Poco antes de morir realizó un tríptico que sintetiza los hitos de su vida nómade. Una de las pinturas, incluida también en la exposición del Malba, se titula La huida: la representa junto a uno de sus varios maridos, navegando en medio de la tormenta sobre un precario barco de piel. Mientras que el saco de él funciona como vela es ella quien sostiene el timón y le da dirección a la nave, con la confianza de que el orden estelar hará el resto.

Para agendar
Remedios varo. constelaciones, en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415), desde este jueves, a las 19. Ese día, a las 18, habrá una charla gratuita con los curadores. Luego, la entrada general cuesta $280.

C. CH.

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