La balanza de pagos mostró su peor resultado en cinco años
Hubo saldo negativo de US$5641 millones en el 1er trimestre por el deterioro de la balanza comercial
La cuenta corriente de la balanza de pagos, registro de todas las transacciones monetarias producidas entre el país y el resto del mundo, cerró el primer trimestre del año con un déficit de US$5641 millones, desde un superávit corregido de US$1746 millones del trimestre previo.
Se trata del peor resultado desde el tercer trimestre de 2018, cuando fue negativo en US$7453 millones por la magnitud tomada por la corrida contra el peso desatada meses antes.
Y, a la vez, del rojo más elevado para un inicio de año del último quinquenio, teniendo en cuenta el registro negativo en US$9369 millones del primer trimestre de 2018, cuando se cortó el financiamiento al país como preludio del descalabro cambiario que se desataría poco después.
Con este resultado el déficit llegó a los US$8500 millones en el último año, “cifra representativa a 1,3% del PBI”, explicó el economista Tobías Peicovich, de Facimex Valores.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
El dato surge del Balance de Pagos difundido ayer por el Indec, que explica en ese informe que este preocupante resultado fue básicamente generado por saldos negativos tanto en el ingreso primario como en la balanza de bienes y servicios de US$3460 millones y de US$2595 millones, respectivamente.
Pese a eso, y una deuda externa bruta total que quedó en US$275.093 millones, la Argentina mantenía hasta fin de marzo una posición de inversión global neta acreedora en US$116.200 millones, aunque resultó menor en US$7219 millones a la registrada en el período anterior.
La foto del Indec muestra el impacto que la sequía tuvo en la balanza comercial y las exportaciones, en un contexto en que los términos de intercambio pasaron a ser desfavorables para el país. Entre otras cosas, esto fue lo que hizo que el resultado de la cuenta corriente fuer amenoren US$4177 millones respecto al registrado en igual trimestre de 2022.
“El déficit de cuenta corriente fue el más agudo desde el tercer trimestre de 2018, potenciado por el déficit comercial, la sequía y el adelantamiento de las liquidaciones por dólar soja 1 y 2. Con la cuenta financiera cerrada, elgap fue cerrado con una pérdida de reservas de U S $6000 millones, la más elevada para un trimestre en 4 años y medio”, observó el economista Nery Persichini, de GMA Capital.
A esto se sumó un saldo de servicios negativo en US$2241 millones (+US$287 millones con respecto al mismo período de 2022) y una salida neta de capitales, por inversiones de cartera, que llegó a los US$2889 millones en el trimestre (+US$887 millones que el registrado en el mismo trimestre del año anterior).
Eso muestra que la predisposición al riesgo argentino, que parece estar cambiando en las últimas semanas ante las primeras definiciones de cara al proceso electoral, continuó en baja, como detectó Persichini, al señalar una nueva caída en la tenencia de bonos en dólares por parte de extranjeros. En el caso del Global 2030 (GD30) “la porción en manos offshore pasó de 91% a 64% en poco más de dos años”. Dicha desconfianza no es sólo externa, sino también local: los argentinos tienen fuera del país US$210.600 millones netos y US$243.700 millones en “el colchón”.
El dato surge del Balance de Pagos difundido ayer por el Indec, que explica en ese informe que este preocupante resultado fue básicamente generado por saldos negativos tanto en el ingreso primario como en la balanza de bienes y servicios de US$3460 millones y de US$2595 millones, respectivamente.
Pese a eso, y una deuda externa bruta total que quedó en US$275.093 millones, la Argentina mantenía hasta fin de marzo una posición de inversión global neta acreedora en US$116.200 millones, aunque resultó menor en US$7219 millones a la registrada en el período anterior.
La foto del Indec muestra el impacto que la sequía tuvo en la balanza comercial y las exportaciones, en un contexto en que los términos de intercambio pasaron a ser desfavorables para el país. Entre otras cosas, esto fue lo que hizo que el resultado de la cuenta corriente fuer amenoren US$4177 millones respecto al registrado en igual trimestre de 2022.
“El déficit de cuenta corriente fue el más agudo desde el tercer trimestre de 2018, potenciado por el déficit comercial, la sequía y el adelantamiento de las liquidaciones por dólar soja 1 y 2. Con la cuenta financiera cerrada, elgap fue cerrado con una pérdida de reservas de U S $6000 millones, la más elevada para un trimestre en 4 años y medio”, observó el economista Nery Persichini, de GMA Capital.
A esto se sumó un saldo de servicios negativo en US$2241 millones (+US$287 millones con respecto al mismo período de 2022) y una salida neta de capitales, por inversiones de cartera, que llegó a los US$2889 millones en el trimestre (+US$887 millones que el registrado en el mismo trimestre del año anterior).
Eso muestra que la predisposición al riesgo argentino, que parece estar cambiando en las últimas semanas ante las primeras definiciones de cara al proceso electoral, continuó en baja, como detectó Persichini, al señalar una nueva caída en la tenencia de bonos en dólares por parte de extranjeros. En el caso del Global 2030 (GD30) “la porción en manos offshore pasó de 91% a 64% en poco más de dos años”. Dicha desconfianza no es sólo externa, sino también local: los argentinos tienen fuera del país US$210.600 millones netos y US$243.700 millones en “el colchón”.
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