sábado, 1 de julio de 2023

MARTÍN SEEFELD Y NOS ALEGRA QUE CONTINÚE


Martín Seefeld. “Intento no pelearme con la moral de los personajes”
El actor habla sobre la nueva temporada de Los protectores (Star+) y sobre la película de Los simuladores prevista para 2024
Lupe Torres

El 21 de marzo de 2002, en medio de una de las crisis socioeconómicas más severas que vivió el país, llegó a la pantalla chica una serie de ingenio superlativo que torció el rumbo de la televisión nacional. Con un bajísimo presupuesto, un guion disruptivo que interpelaba a los televidentes y un elenco entrañable, se estrenó Los Simuladores. En enero de 2004, la serie se despidió de la pantalla. El tiempo pasó, se instaló como una pieza de culto y hoy, 21 años más tarde, continúa siendo el proyecto que más marcó la carrera de Martín Seefeld. Mientras el actor se prepara para volver a ponerse en la piel de Gabriel Medina para la esperadísima película de Los Simuladores, que llegará a las salas en 2024, disfruta del estreno de la segunda temporada de Los Protectores por Star+ y protagoniza Holter en el Teatro Picadilly.
En la vida de Seefeld hay espacio para el cine, la televisión y el teatro. Y también, para sus otras pasiones: el paddle, el golf, el rugby y el fútbol.
El actor se mueve entre los distintos proyectos con sensatez y sentido del momento. Tanto la actuación como el deporte lo atraviesan y eso es algo que captó su atención cuando llegó a sus manos el guion de Los protectores. La serie explora con humor el detrás de escena del fútbol, y en la segunda temporada la trama gira en torno de los esfuerzos del trío compuesto por Renzo “Mago” Magoya (Adrián Suar), Reynaldo “Colombia” Morán (Andrés Parra) y Carlos “Conde” Mendizábal (Gustavo Bermúdez) por recuperar su lugar, luego de sufrir “un atentado” a su cartera de jugadores. Seefeld interpreta a Ernesto Cartens, un empresario siderúrgico que decide armar una agencia de representación y que con maniobras poco lícitas deja en la ruina a “Los protectores SA”. En diálogo , el actor profundizó sobre su rol en la serie, el regreso de Los simuladores en la pantalla grande y sus proyectos a futuro.
–Los Protectores es una serie que explora el humor y el mundo detrás del fútbol...
–Combina esas dos cuestiones. Mi personaje, Ernesto Cartens, viene a darle una vuelta de rosca a la serie para que no sea sólo humor, fútbol y relaciones afectivas, sino que tenga también un poco de acción, tensión y temor. Va a poner a los personajes en un punto distinto. Busca potenciar el humor de los protagonistas pero también va a generar tensión en el espectador. En definitiva, de eso se trata la entrada de Ernesto Cartens junto a su esposa, que es interpretada por Karina Mazzocco, y su hijo (Gastón Soffritti) que es su mano derecha. Cartens es un gran maltratador. Es el tipo de personaje que cumple sus objetivos a cualquier costo.
–¿Es fácil empatizar con un personaje tan ambicioso y sin escrúpulos?
–A la hora de construir un personaje creo que uno trata de establecer qué compartís y qué no. Creo que ejemplos de este tipo de personajes hay infinidad. Para mí, componerlo es como jugar. Tengo que armar a alguien que está muy distante a mí, en sus valores, en sus formas y en su estilo. Es de las cosas más maravillosas que nos permite este oficio: meternos en la piel de alguien que nos resulta detestable, pero tratar de hacerlo creíble y verdadero. Este personaje tiene el objetivo no solamente de llevarse todo por delante, sino también de generar temor. Es un trabajo de observación y de investigación.
–La realidad supera a la ficción...
–Seamos sinceros, sabemos que en el mundo real hay infinidad de esta clase de personajes para inspirarse. Esta lleno de personajes que con un poco de poder creen que son los dueños del mundo y que se pueden llevar todo por delante. En el caso de Cartens, veremos a lo largo de la serie cómo termina, si logra su objetivo y de qué manera.
–Es todo un desafío construir un personaje sin juzgarlo, ¿no?
–Cada vez que acepto un personaje intento no pelearme con lo que es ni con su moral, ni con su ética, ni con sus objetivos. Al contrario, lo que intento es amigarme y tratar de darle todos los colores posibles para que la gente le entre desde el lugar menos pensado. Por eso, Cartens también tiene humor y se ríe de ciertas situaciones. Él realmente cree que los personajes de Suar, Parra y Bermúdez son tres payasos. Tenés que meterte en su piel, encariñarte con lo que vas a hacer y ser eso.
–¿Hay algún “malo” histórico que te gustaría interpretar?
–Creo que los malos siempre son personajes muy agradecidos porque quedan en el recuerdo de la gente. Yo hice malos en televisión que me han dado muchas satisfacciones. Malos y psicópatas. Siempre me ha gustado mucho jugar ese rol, componer esos personajes y hacerlos creíbles. Son desafíos que creo que me han salido bien porque todavía me siguen llamando.
–¿Cómo fue incorporarse a un elenco que ya venía afianzado de la primera temporada?
–Tengo la suerte de tener una relación de mucho afecto con Adrián Suar; nos conocemos muchísimo y tenemos un vínculo muy familiar con él. A Gustavo Bermúdez lo conozco hace muchos años y siempre mantuvimos una muy buena relación. En el caso de Andrés Parra, no nos conocíamos pero es una persona hermosa; es un tipo con un talento fenomenal y capaz de componer este personaje o El patrón del mal de forma fantástica. Ellos tres tienen una química muy particular, forman una balanza que funciona perfecto y fue lindo para mi entrar a romper con esa química, tratar de separarlos y de enfrentarlos. Fue un desafío muy atractivo como actor.
–Tenés un vínculo fuerte con el deporte: jugás al rugby, al golf, al paddle, sos fanático de River y del Hindú Club...
–Sí, soy muy deportista de toda la vida. Amo el deporte y el Hindú Club fue mi casa, me formó en un montón de aspectos. Para mí, el deporte es una forma de vida. Me dio amigos, me dio salud, me educó.
–¿En qué se parecen la actuación y el deporte?
–Creo que el deporte y la actuación me generan la misma sensación, la misma satisfacción. Ambos tienen que ver con el equilibrio emocional: en cómo te paras para enfrentar los desafíos. Enfrentas un personaje de una forma parecida a cómo se enfrenta un partido. Un deportista a la hora de enfrentarse a un compromiso, a un partido importante lo que vive es parecido a lo que vive un actor cuando se tiene que enfrentar a un gran personaje o a una escena importante. Los dos necesitan de un gran equipo. Son trabajos que son con el otro, no es un trabajo de soledad. También en ambos trabajos hay que ser honesto: ser “fair play” y dejar todo. No importa si después perdés, porque cada uno tiene sus limitaciones y hay que tener la humildad de aceptarlo. Pero siempre con la tranquilidad de sentir que hiciste algo plenamente y con la alegría de estar donde estás.
–¿Cómo viene la película de Los simuladores?
–La verdad que viene bien. Estamos preparando todo para filmar en el segundo semestre. Estamos trabajando fuerte, Damián (Szifron) sobre el guion y nosotros sobre todo lo demás, y la verdad es que estamos muy bien, muy contentos
. Volver al proyecto con los chicos es como volver a casa. Somos como una familia. Hay mucha emoción porque encontrarnos para laburar en este proyecto va a ser muy fuerte. Ya nos hemos encontrado en otros, pero con este la expectativa es enorme y hay que estar a la altura. Es una gran responsabilidad. Así que muy felices de poder filmar este año y de que la película se vea el año que viene, estamos muy entusiasmados.
–Hay mucha expectativa alrededor de este regreso...
–Sí, y los cinco nos sentimos muy encaminados hacia un mismo objetivo, cada uno aportando desde su lugar para que esto funcione de la manera que todo el mundo espera y que es lo que también nosotros esperamos. Somos un gran equipo. Con mi obra de teatro Holter también me siento muy feliz y entusiasmado. Es un espectáculo creado por mí junto a dos autores: Sol Levinton y Sebastián Meschengieser, con dirección de Daniel Fernández y actuaciones de Luly Drozdek y Gastón Torello. Hoy me siento feliz de llevar adelante mis sueños, de plasmar algo y que luego funcione. Que la gente entre al teatro de una manera y se vaya de otra. Es un espectáculo que nació del deseo de hablar de las cosas que nos importan: de las relaciones con nuestros miedos, con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestra pareja y con humor y emoción. El humor te permite digerir las cosas de una manera distinta.
–En el caso de Los Simuladores, lograron instalar una ficción con tintes de humor en medio de una coyuntura compleja para el país... ¿La vuelta también viene a traer algo de humor y alivio en este contexto?
–El humor no es superficial. Creo que el humor es fundamental, es muy difícil vivir sin humor. El humor y el amor son casi lo mismo. Están diferenciados por muy poquito, por eso siempre pienso que si no tenés humor es difícil compartir una amistad, una pareja, un laburo. En la serie, el humor hace que la gente se siente un rato frente a la pantalla y la pase bien. Existen momentos de risas, de paz, y de energía. Creo que hoy en día muy necesario.
–¿En este momento, preferís elegir proyectos vinculados con el humor?
–Creo que las cosas te llegan cuando vos estás apto para que te lleguen. Siempre digo que los personajes son para quienes los hacen. Creo que a mí me llega este proyecto porque quien lo lleva adelante creyó que yo tenía la capacidad de poder hacerlo y de tener la inteligencia de entender ese humor. En el caso de Holter es distinto porque sale de mis entrañas, fue un proyecto que fui a buscar porque creí que era un buen momento para hablar de las cosas que nos importan realmente y poder abordarlas con un determinado humor, pero también con una determinada profundidad y una determinada emoción.
–¿Qué es eso que te importa a vos en este momento?
–Las relaciones, los afectos verdaderos. Me importa entender que en este momento lo más importante que tengo que hacer en mi vida, es esta charla con vos y no estar pensando en lo que tengo que hacer después: estar en cada lugar en tiempo real. Sentado sobre el propio cuerpo y estar en eje, porque si no siempre estamos donde no estamos: en un lado distinto al que estamos y nos toca vivir. Siempre estamos pretendiendo lo que no tenemos, en un nivel de insatisfacción bastante profundo. A mí en ese momento me importan esas cosas que uno cree que son un derecho adquirido, pero que cuando las perdés te das cuenta de que no se le dio el valor que tenían. Puede ser una buena charla con un amigo. Una carcajada con tus hijos. Un baile, un abrazo, una rica comida. Muchas veces no entendemos que es una bendición y vivimos en un nivel de insatisfacción brutal. No nos damos cuenta de que algunos tenemos mucho más de lo que necesitamos y muchos otros mucho menos.
–Apareciste mucho en TikTok con tu hijo Pedro... ¿Compartir tiempo con él es de esas cosas que valorás?
–Fue algo muy hermoso de la pandemia, dentro de un mundo muy triste. Un momento lúdico donde jugábamos, nos reíamos, nos ridiculizábamos y nos dimos cuenta de que empezó a funcionar. No lo hicimos con ese objetivo, sino con el objetivo de hacer algo juntos, y nos dimos cuenta que le daba alegría a mucha gente. Fue un punto de encuentro muy lindo. En mi casa se baila y es algo inherente a nosotros, es algo fuerte que nos gusta mucho. La música, el baile, la fiesta, es algo que yo en mi vida lo tengo como estandarte. Creo que incluso en la adversidad hay que ir para arriba y en ese sentido los chicos mamaron eso. Fue muy sanador.
–¿Tenés pensado algún proyecto artístico junto a tu hijo?
–Siempre tengo el sueño de hacer algo con él. Él nació artista y tiene una capacidad enorme. Baila maravilloso y estudia teatro. Ojalá pueda producir algo para hacer con él o donde nos toque juntos. Hay que darle tiempo al tiempo. Está terminando el colegio este año y una vez que termine las cosas van a ser distintas. Veremos hacia dónde encamina. Creo que los padres tenemos que acompañar.•

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