Colombia: cultivos récord de coca
Andrés Oppenheimer
Un nuevo informe de las Naciones Unidas según el cual los cultivos de coca en Colombia alcanzaron un récord histórico el año pasado atrajo relativamente poca atención internacional. Sin embargo, debería ser el tema del día en todo el continente, porque es muy probable que termine en un aumento del consumo de cocaína y de la violencia en toda América Latina.
Aunque Colombia ha sido desde hace mucho tiempo el mayor productor de cocaína del mundo, este nuevo aumento en las áreas de plantaciones de coca va a enriquecer aún más a los grupos armados violentos que controlan este negocio ilegal, dicen los expertos.
Muchos de estos grupos armados están integrados por exguerrilleros de las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según el nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la superficie plantada de arbustos de coca en Colombia aumentó un 13% el año pasado, a un máximo histórico de 230.000 hectáreas. La producción colombiana de cocaína, la droga producida a base de la coca, aumentó un 24%, según el informe.
Candice Welsh, jefa de la oficina sudamericana de la Unodc, me dijo que las áreas cultivadas con coca también aumentaron un 18% en Perú el año pasado, y en Bolivia –aunque no hay cifras recientes– hubo un aumento del 4% un año antes.
La producción de cocaína está aumentando principalmente por el incremento de la demanda mundial. Aunque el consumo de cocaína se mantiene más o menos estable en Estados Unidos, ha aumentado sustancialmente en Europa, Asia, África y los países emergentes en general, me dijo Welsh.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda de la historia de su país, prácticamente ignoró el aumento de la producción de coca en Colombia en su discurso del 19 de septiembre ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. En cambio, usó la mayor parte de su intervención de 22 minutos para culpar al “capitalismo” estadounidense de casi todos los males del mundo, al tiempo que defendió a Cuba y a otras dictaduras impresentables.
Petro ha criticado la así llamada “guerra contra las drogas”, y en su lugar propone un acuerdo internacional para abordar el tráfico de drogas como un problema de salud pública.
El gobierno de Petro dice en su defensa que el aumento de las plantaciones de coca y la producción de cocaína se limitan a una zona pequeña y remota de Colombia.
Afirma, como lo hace la ONU, que casi dos tercios de los cultivos de coca están en las provincias de Nariño y Putumayo, en la frontera con Ecuador, y en Norte de Santander, en la frontera con Venezuela.
El ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna, me dijo en una entrevista que la producción de coca y cocaína en Colombia ya estaba aumentando desde antes del gobierno de Petro, y que la razón principal es un aumento en la demanda internacional de cocaína.
Afirmó que el aumento de la producción de cocaína en su país está comenzando a estabilizarse, y que está limitado a esas áreas reducidas, donde grupos armados ilegales controlan territorios. “No hay cultivos de coca cerca de Bogotá ni cerca de Medellín”, me dijo Osuna, agregando que el problema se da en áreas remotas del país, donde el Estado tiene poca presencia.
Aunque es cierto que la clave para combatir el narcotráfico es reducir el consumo de drogas, no me convence el argumento del gobierno de Colombia de que el problema radica en una pequeña zona del país. Eso suena como decir: “Tengo un cáncer, pero está limitado al páncreas, y el resto del cuerpo está fenomenal”. Si la producción de coca en toda Colombia ha alcanzado máximos históricos, ese es el dato que cuenta.
Ni Colombia, ni México, ni ningún otro país pueden eludir su responsabilidad por la producción de drogas ilícitas. Si ignoran este problema, América Latina –que ya tiene algunas de las tasas de homicidio más altas del mundo– verá crecer aún más a las mafias de narcotráfico, y habrá más consumo de drogas, y más violencia. El precio lo pagaremos todos
@Oppenheimera
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El mundo enseña lo que el mundo necesita
Pablo Navarro Secretario general de la Universidad de Morón
Reflexionando acerca de este punto de partida que enfrenta la educación superior, nos encontramos con el hecho de que el mundo efectivamente enseña lo que el mundo necesita. Las generaciones y las eras marcan un antes y un después, un anticipo y un final de un cambio. Estos cambios, que tienen ciertas transiciones, buscan ser evolutivos. La empleabilidad, sin dudas, responde a los avances de una sociedad que está en constante movimiento, crecimiento, apertura y aprendizaje.
Con el desarrollo de nuevas tecnologías virtuales y ante un mercado laboral en constante evolución y movimiento, la demanda de formación de profesionales del futuro se vuelve recurrente. La educación, sin dudas, se ve desafiada y convocada a dar respuesta a las necesidades del hoy, pensando en la formación de los profesionales del mañana.
Sin embargo, la dinámica con las que las currículas se modifican en los planes de estudio de las universidades van a un ritmo dispar si la comparamos con la incorporación de las nuevas tecnologías por parte de las empresas, lo cual genera un desfase en la incorporación de ese recurso humano en el mercado. Ahora bien, la clave está en incorporar saberes complementarios que vayan adicionando los conocimientos demandados ante un mercado que se mueve a un ritmo vertiginoso y no responde a procesos, límites ni futurología.
La constante revisión de las técnicas, los materiales de estudio, las asignaturas y cursos nacionales como internacionales son aquellos recursos que permiten equilibrar los conocimientos que los profesionales necesitan adquirir. La tecnología, claro está, es uno de los recursos más valiosos hoy, como impulsor de dichos cambios y respuesta a brindar nuevas alternativas de estudio. Esta formación complementaria y rica para los alumnos es la que permite nutrir su desarrollo y lograr su inserción laboral. Al igual que la tecnología, las relaciones interpersonales y las soft skills también tienen un gran papel en este proceso de cambio. Parece la contracara de una moneda; sin embargo, los dos mundos empiezan a convivir con un papel claro en cada función.
En este aspecto, se hace necesario repensar la formación en general. Hoy, la transformación no es solo digital, sino también personal y profesional. Si el mundo del trabajo o el empleo cambia, la educación también. El desafío no solo está en la formación, sino también en brindar las herramientas adecuadas para que las personas puedan insertarse de forma exitosa en el mercado laboral, cada vez más exigente. Potenciar las habilidades interpersonales hoy es un plus que comienza a ser esencial.
Hoy las empresas demandan talento con habilidades blandas, como trabajar en equipo, capacidad para liderar, creatividad, facilidad para comunicarse, entre otras. Es por eso que debemos plantear nuevos contenidos, incorporar la tecnología junto con las técnicas pedagógicas y complementar la formación académica con la capacitación para el desarrollo de habilidades blandas y emergentes.
De acuerdo con un estudio de las universidades de Stanford y Harvard, el 85% del éxito de un proyecto depende de ellas y, por lo tanto, de la capacidad de las personas para trabajar en equipo. Asimismo, según la Asociación Internacional de Profesionales Administrativos, 67% de los reclutadores buscan colaboradores que tengan habilidades blandas bien consolidadas.
Hoy, pensar profesionales que desarrollen liderazgo, que sepan trabajar en equipo, que incorporen técnicas de comunicación, como también herramientas tecnológicas en nociones de inteligencia artificial y análisis de datos tiende seguramente a enriquecer las posibilidades de inserción laboral en un mercado que día a día exige incorporar mejores recursos. Esta formación complementaria está pensada para un mundo que invita a emprender todo el tiempo, donde el desarrollo profesional es evolutivo y la transformación digital no se detiene.
El desafío es visible y grande, el objetivo está planteado y el resultado aspira a ser aún mayor. En definitiva, lo que importa son las personas y lo que hagamos con ellas. La formación seguirá siendo una de las llaves para abrir puertas el día de mañana. Y hoy tenemos la oportunidad de ayudar a nuestros jóvenes a desarrollar la llave correcta.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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