El perfil novedoso de la extrema derecha en Europa
La desmovilización nutre a los partidos autoritarios en el Viejo Continente
Anton Jäger Profesor de la Universidad de OxfordEl primer ministro de Hungría, Viktor Orban, en febrero
Al final de El traslado de A. H. a San Cristóbal, de 1981, George Steiner les pide a sus lectores que se imaginen lo inimaginable. Corre el año de 1980, y los agentes del Mosad acaban de capturar a un prisionero inverosímil en la selva latinoamericana: Adolf hitler.
en la línea temporal alternativa de la novela, el exdictador huye de Alemania después de 1945 y se escapa a un escondite transatlántico. Al caer prisionero de un escuadrón de cazadores de nazis, el ahora anciano de 91 años pronuncia un discurso exculpatorio en el que reflexiona sobre el futuro de la humanidad. “en un mundo que ha torturado a presos políticos”, exclama hitler, “que ha despojado la tierra de plantas y animales”, “el que ha salido del infierno debía estar extinguido”. Sin embargo, un día su especie regresará y “sus crímenes serán igualados y superados por los de esos otros”.
Es difícil pasar por alto la resonancia contemporánea de las frases de Steiner. Cuatro décadas después de la publicación de su novela, la extrema derecha está de nuevo en marcha. Aunque es evidente que la tendencia es de alcance mundial y se extiende desde nueva Delhi hasta washington, hay un continente que ha experimentado una deriva sorprendentemente unificada hacia la extrema derecha: europa.
hungría y Polonia se encuentran desde hace años bajo el dominiodelaextremaderecha.hoy, países como Italia y Finlandia están gobernados por sus huestes y en Bélgica, Francia y Suecia, se acercan al poder. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni –quien forma parte de hermanos de Italia, un partido emparentado con los fascistas de Mussolini– destaca como el rostro de la internacional nacionalista, flanqueada por Viktor orbán, Mateusz Morawiecki y Marine Le Pen.
Tras la pandemia y la guerra en Ucrania, más que meros contendientes electorales, los partidos de extrema derecha europeos aparecen ahora como fuerzas de gobierno plausibles y normales.
¿Qué explica esta nueva y alarmante evolución? tras los votos a favor de Donald trump y el Brexit en 2016, seguidos de los avances electorales de Le Pen y el partido Alternativa para Alemania, muchos trataron de explicar el ascenso de la extrema derecha a través del concepto del populismo. Pero esta explicación siempre ocultaba más de lo que revelaba.
Al contrario de la década de 1930, cuando la violencia fascista floreció en las calles, la extrema derecha contemporánea se nutre de la desmovilización. el partido de Meloni obtuvo la mayoría de los votos en unas elecciones en las que casi cuatro de cada 10 italianos se quedaron en casa, con una participación que disminuyó casi un 10% en comparación con las elecciones anteriores. en Francia, desde hace tiempo, el partido Agrupación nacional de Le Pen ha obtenido sus mejores resultados en las zonas del país con mayor índice de abstención. y en Polonia, la familia kaczynski del partido Ley y Justicia gobierna un país en el que menos del uno por ciento de los ciudadanos es miembro de un partido político.
También existe otra diferencia crítica. hitler y Mussolini les prometieron a sus élites nacionales el equivalente de los imperios coloniales que sus competidores franceses y británicos habían adquirido hacía tiempo. La extrema derecha actual tiene una visión alternativa del mundo. en lugar de expandirse hacia el exterior, su principal deseo es blindar a europa del resto del mundo. han aceptado que el continente ya no será protagonista en el siglo XXI; a lo más que se puede aspirar es a protegerse de las hordas. en El desembarco, la novela de 1973 de Jean raspail –que se ha convertido en un manual para la extrema derecha contemporánea– el objetivo de los supuestos salvadores de europa no es conquistar África, sino mantener a sus habitantes al sur del Mediterráneo.
La estrategia internacional de la extrema derecha se caracteriza por sus escasas ambiciones. Durante décadas, los partidos de extrema derecha centraron su ira en las limitaciones antidemocráticas que imponía el bloque e incluso defendieron la salida de la unión. ese desafío ya no existe. Ahora siguen arremetiendo contra las leyes de migración, pero no hablan tanto de la dependencia de sus países de los fondos europeos. Por otro lado, la Unión europea depende cada vez más de estados Unidos en términos geopolíticos y su industria está perdiendo terreno frente a China. Mientras que hitler buscó romper el orden angloamericano y apostó por el dominio mundial, los nuevos autoritarios de europa se conforman con ocupar un nicho dentro de la estructura existente del poder. el objetivo es adaptarse al declive, no revertirlo.
El avance del autoritarismo no sigue una ley natural. en españa, el partido de extrema derecha Vox perdió votos en las últimas elecciones, en parte debido a las cifras de inflación bajas del gobierno de coalición de izquierda. Sin embargo, consiguió desplazar el centro de gravedad político de españa hacia la derecha. en otras naciones, sobre todo en los Países Bajos, la popularidad de la extrema derecha ha minado los esfuerzos para mitigar los daños causados por el cambio climático.
En un mundo que destruye “plantas y animales”, como el hitler de Steiner predijo, “el que ha salido del infierno” parece haber regresado. Sin embargo, dista de haber vuelto con la apariencia que esperábamos, lo cual supone peligros totalmente nuevos.
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