La cocina como trinchera ideológica
Apple tv ....Fernández CruzBrie Larson brilla en esta serie de la que también es productora
(lessons in chemistry, estados unidos/2023) creadora: Lee Eisenberg.elenco: Brie Larson, Lewis Pullman,Aja Naomi King, Stephanie Koening...disponible en: Apple TV+.
En 2018, cuando salieron a la luz los primeros afiches de Capitana Marvel, una campaña en redes proponía boicotear la película de Marvel simplemente porque en los posters, Brie Larson no sonreía.
La actriz, que componía a la heroína del film, decidió responder de la manera más ingeniosa posible, retocando digitalmente todos los afiches del resto de las películas del estudio, agregándoles sonrisas falsas al Capitán América, a Iron Man, a Thor y el resto de los Vengadores. Era evidente, si a los héroes se les estaba permitido posar con expresión solemne, ¿por qué a ella no? ¿Por qué la Capitana Marvel debía sonreír? Como se mencionó antes, eso sucedió en 2018, y Lecciones de química, cuya trama transcurre en los años 50 y 60, deja en evidencia algo que es sabido: muchas cosas no han cambiado radicalmente desde entonces.
La nueva miniserie estrenada por Apple TV+ pone el foco de la historia en Elizabeth Zott (Larson), una prestigiosa química que trabaja en un laboratorio, en el que básicamente sus funciones son preparar el café, y asistir a concursos de belleza. Sus capacidades están muy por encima de las que poseen sus colegas varones, pero el prejuicio y la discriminación de género le hacen imposible avanzar en su campo (¿conocés alguna otra científica aparte de Marie Curie?, exclama Elizabeth como grito de batalla). La rutina de la mujer es mediocre por fuerza de las circunstancias, pero eso cambia cuando en los pasillos del laboratorio conoce a Calvin Evans (Lewis Pullman), un extravagante químico que confía en la brillantez de su colega.
A partir de esa sociedad, Zott comienza una batalla por imponerse en un entorno que la desmerece. Y ese ascenso tan difícil, en el que logrará prevalecer, la llevará a encontrar una trinchera inesperada: un programa de cocina televisivo, en el que será fiel a sus principios, cueste lo que cueste. Pero el camino de Zott es muy complicado, y deberá luchar no solo contra los mandatos de la época, sino también contra sus propios dolores, y el trauma de un violento episodio que marcó para siempre su futuro.
Se entiende que Brie Larson sea la productora de esta serie, y que haya tenido un control creativo sobre la evolución de Elizabeth como protagonista. De un tiempo a esta parte, esa actriz fue blanco de incontables campañas negativas en las redes, que la demonizaron por manifestar su activismo político a favor de las causas que visibilizan el machismo dominante en Hollywood.
Ganar el Oscar a la mejor actriz por el drama independiente La habitación, Larson se ocupado de construir una carrera con una integridad ideológica infrecuente en su generación. Lecciones de química, se encolumna en esa trayectoria, plagada de personajes femeninos de esos que tanto la entusiasman.
No son heroínas que se paren sobre una tarima a dar lecciones: cada episodio de la serie ensambla una historia agridulce, que atraviesa momentos de inesperada dulzura, como otros de gran angustia. Y esa combinación se produce gracias a que la actriz comprende y sabe acompañar la evolución de una trama que ante todo, no deja jamás de atrapar al espectador.
Lecciones de química no busca complacer al público, sino más bien debatir a partir de ideas en pugna. Sin desafinar entre momentos que no siempre apuestan por un mismo tono, la serie encuentra un registro que la lleva a navegar por toda clase de colores, que se apoyan principalmente en la versatilidad de su actriz protagonista. Por otra parte, la dinámica profesional y personal entre Zott y Evans se elabora con precisión quirúrgica, principalmente por la profunda angustia con la que carga ella en lo referido a intimar con un hombre.
Larson se encuentra plena en todos los registros que propone este relato, confirmándose una vez más como una de las intérpretes más versátiles de su generación. Se trata de una actriz (y esto no es habitual) que también puede ser autora, consagrando su obra a una estela de mujeres de ficción que luchan contra las presiones de un sistema que directa o indirectamente, aún prevalece. Y a la miseria que le arrojan los llamados haters, responde contundente a través de la calidad de sus ficciones, que quizá, no sean tan ficticias.
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