Acerola
La pequeña fruta tropical que ayuda a desintoxicar el organismo
Victoria Vera Ziccardi
Origen
Tiene una forma similar a la cereza y a la manzana, pero su sabor es ácido. La acerola es originaria del sur de México, específicamente de la zona en la que comienza el mar de las Antillas; de ahí que también se la apoda como “cereza de las Antillas”. Fue con la expansión de su consumo y el esparcimiento de su cosecha que la fruta se propagó por América Central, el norte de Sudamérica e incluso estados sureños de EE.UU. como Texas y Nuevo México.
Siembra en el país
Conseguir la acerola fresca en países que no sean los de cultivo es difícil y en la Argentina, además de estar poco difundidas sus propiedades curativas y formas de consumo, la “cereza de las Antillas” no dispone de gran demanda en el mercado nacional.
De todas formas, se están realizando pruebas de cultivo en la Estación Experimental de Cultivos Tropicales del Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA) en Jujuy, Formosa y Misiones.
Propiedades
La acerola se caracteriza por tener una gran cantidad de fitoquímicos beneficiosos, entre ellos las antocianinas, ácidos fenólicos y flavonoides, sustancias que tienen propiedades antioxidantes y pueden impactar en la prevención del daño oxidativo, muy relacionado con el inicio de diversas enfermedades. Además, tiene un alto nivel de vitamina C, antioxidantes, fibra, vitaminas, reguladores intestinales y es una fruta de bajas calorías.
Beneficios.
Un antídoto contra la gripe
Aporta vitamina C.
El Consejo de Colegios Farmacéuticos sostiene que es una de las frutas más ricas en vitamina C. “La concentración de la vitamina en la acerola varía según el clima, la maduración y la estación del año, alcanzando su mayor nivel cuando el fruto está verde”, revela la institución.
Combate malestares digestivos.
Un estudio publicado en la revista Bioscience, Biotechnology, and Biochemistry señala que esta fruta es utilizada para tratar dolores de estómago y disfunciones hepáticas dado que su ingesta promueve una respuesta positiva a la inflamación en el intestino.
Fortalece la piel.
Según Matías Marchetti, licenciado en nutrición, la acerola es beneficiosa para la piel ya que ayuda a la regeneración de tejidos dañados por quemaduras o lesiones; favorece la cicatrización de heridas y la formación de colágeno, que da firmeza y elasticidad a tendones, cartílagos y piel.
Origen
Tiene una forma similar a la cereza y a la manzana, pero su sabor es ácido. La acerola es originaria del sur de México, específicamente de la zona en la que comienza el mar de las Antillas; de ahí que también se la apoda como “cereza de las Antillas”. Fue con la expansión de su consumo y el esparcimiento de su cosecha que la fruta se propagó por América Central, el norte de Sudamérica e incluso estados sureños de EE.UU. como Texas y Nuevo México.
Siembra en el país
Conseguir la acerola fresca en países que no sean los de cultivo es difícil y en la Argentina, además de estar poco difundidas sus propiedades curativas y formas de consumo, la “cereza de las Antillas” no dispone de gran demanda en el mercado nacional.
De todas formas, se están realizando pruebas de cultivo en la Estación Experimental de Cultivos Tropicales del Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA) en Jujuy, Formosa y Misiones.
Propiedades
La acerola se caracteriza por tener una gran cantidad de fitoquímicos beneficiosos, entre ellos las antocianinas, ácidos fenólicos y flavonoides, sustancias que tienen propiedades antioxidantes y pueden impactar en la prevención del daño oxidativo, muy relacionado con el inicio de diversas enfermedades. Además, tiene un alto nivel de vitamina C, antioxidantes, fibra, vitaminas, reguladores intestinales y es una fruta de bajas calorías.
Beneficios.
Un antídoto contra la gripe
Aporta vitamina C.
El Consejo de Colegios Farmacéuticos sostiene que es una de las frutas más ricas en vitamina C. “La concentración de la vitamina en la acerola varía según el clima, la maduración y la estación del año, alcanzando su mayor nivel cuando el fruto está verde”, revela la institución.
Combate malestares digestivos.
Un estudio publicado en la revista Bioscience, Biotechnology, and Biochemistry señala que esta fruta es utilizada para tratar dolores de estómago y disfunciones hepáticas dado que su ingesta promueve una respuesta positiva a la inflamación en el intestino.
Fortalece la piel.
Según Matías Marchetti, licenciado en nutrición, la acerola es beneficiosa para la piel ya que ayuda a la regeneración de tejidos dañados por quemaduras o lesiones; favorece la cicatrización de heridas y la formación de colágeno, que da firmeza y elasticidad a tendones, cartílagos y piel.
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