Luz: piden que sea de $7600 mensuales la boleta promedio
Así surge de la actualización propuesta por Edenor y Edesur.
Sofía Diamante
Las empresas Edenor y Edesur expusieron ayer en la audiencia pública para definir las tarifas de electricidad su estado de situación. Ambas presentaron balances financieros negativos el año pasado y eso derivó en que, para poder funcionar y hacer las inversiones mínimas en el sistema, se endeudaran con el Estado, a través de Cammesa, la compañía que decide los despachos eléctricos.
En este marco, pidieron aumentos de sus ingresos para este año que podrían llevar los valores promedios de las boletas de electricidad a $7600, suponiendo que la Secretaría de Energía no aplique una suba adicional por la quita de subsidios en el segmento de generación.
El precio de las boletas de electricidad está compuesto por tres servicios más los impuestos. Reflejan el costo de generación eléctrica, que representa alrededor del 48% del precio final, pese a que está subsidiado; el costo de transportar la electricidad de los lugares de generación a los centros de consumo, y el de distribución, que permite que cada hogar tenga luz. El costo de transporte tiene un peso menor al 2% del precio final de las boletas, pero el de distribución representa alrededor del 27%. En tanto, los impuestos nacionales, provinciales y municipales tienen un peso de 25%, aproximadamente, según el lugar de residencia.
Las tarifas de Edenor y Edesur, por lo tanto, explican alrededor del 27% del precio final de las boletas, que se llama valor agregado de distribución (VAD). Las empresas no reciben subsidios directos, aunque debido a la falta de actualización de sus ingresos ambas distribuidoras se financiaron con el Estado para cubrir sus costos. Al 29 de diciembre pasado, Edenor adeudaba $73.700 millones, mientras que Edesur, $33.400 millones.
La distribuidora Edenor solicitó, por lo tanto, un requerimiento anual adicional de ingresos de $521.303 millones, lo que implica un incremento promedio del 89% en la factura para el 80% de sus clientes. La firma tuvo pérdidas por $116.000 millones en los primeros nueve meses de 2023 y en todo 2022, por $110.000 millones.
“Con la propuesta de Edenor, el 80% de los clientes residenciales (2,3 millones de clientes) pagarían $7619 por mes, el equivalente a ocho litros de nafta, un cuarto de kilo de helado o 750 gramos de carne. Se trata de un promedio de solo $246 por día. Para un 10% de consumos altos, el promedio será de $33.771 y para el 10% restante, de mayores consumos, será de $68.425 en promedio, siempre respetando consumos similares a los que se venían registrando”, dijo Guido Hernández, representante de la distribuidora.
En detalle, un usuario nivel 1, que corresponde a ingresos altos, pasaría de una factura promedio de $7018 a $10.299; para el nivel 2, que es el segmento de ingresos bajos, pasaría de $2570 a $6341, y para el nivel 3, de ingresos medios, de $3161 pesos a $7214. “Esta nueva factura mensual promedio para el 80% de los clientes se alinea con el promedio a nivel país, que alcanza a $6535 y que seguramente se ajustará muy próximamente”, dijo el representante de Edenor.
A su vez, comparó con otros servicios y señaló que los mismos usuarios pagan en promedio $16.766 por el abono de la televisión por cable, o $18.900 por el servicio de internet.
En cuando a Edesur, la distribuidora dijo que cada $1000 pesos que paga el usuario, la empresa dispone solo de $270 para pagar los sueldos a su personal, a sus contratistas, comprar materiales, pagar sus impuestos y realizar inversiones. Edesur tuvo en 2023 un déficit de $118.600 millones.
Pese a esta situación, la compañía dijo que invirtió $256.908 millones entre 2020 y 2023. “Del valor necesario para cubrir los costos del servicio, recibimos el 47%. Con eso, si bien Edesur logró sostener las inversiones, para cubrir el 53% faltante debimos endeudar con Cammesa y solicitar asistencia financiera a nuestro accionista [la empresa italiana Enel]. Funcionó una sola vez, pero no es sostenible”, dijo Jorge Lemos, representante de la distribuidora en la audiencia.
Cuadros comparativos
La compañía mostró cuadros comparativos del valor de las boletas de los usuarios de Edesur y la de otros países y provincias. Su representante informó que, mientras que en América latina cuestan en promedio US$178 el MWH, en Buenos Aires vale Us $24. para nombrar otros ejemplos, dijo que en Ecuador cuestan US$93; en Bolivia, US$129; en Brasil, US$139, y en Perú, US$241.
En cuanto a la Argentina, mientras que la boleta de Edesur vale en promedio $9741 el consumo residencial típico de 250 KWH por mes, en Mendoza, $13.020; Córdoba, $14.645; Santa Fe, $15.689; Río Negro, $16.238; Salta, $16.369, y Neuquén, $20.728.
Asimismo, dijo que una boleta promedio de telefonía celular cuesta $12.000, mientras que la televisión por cable e internet, $15.000, y cargar el tanque de combustible con nafta súper de 40 litros, $27.960.
“La Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires tienen las tarifas medias más bajas del país. Esto debería llamar la atención, ya que no existe justificación para dicho des balance.cuando la mayoría de nuestros usuarios sean residenciales, comercios, industrias o fábricas, no tienen diferentes problemas que los de sus pares de Mendoza, Chaco, La Rioja o Tucumán. Entendemos simplemente que obedece, como nos comunicó la Secretaría de Energía, a una decisión de política tarifaria sin justificativo técnico”, dijo Lemos.
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Adjudican una obra de energía clave a Techint y Sacde
Enarsa firmó los contratos para concretar una parte de la estratégica reversión del Gasoducto Norte
Sofía Diamante
La empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) firmó los contratos con Techint y Sacde (del empresario Marcelo Mindlin) para construir una parte de la obra de reversión del Gasoducto Norte. Es el proyecto de infraestructura que cambiará el sentido del flujo del gas del caño que conecta a la Argentina con Bolivia y permitirá transportar la producción de Vaca Muerta al norte del país.
Ambas empresas participaron de manera conjunta en la licitación pública que llevó adelante Enarsa en la gestión anterior, de Agustín Gerez, y que continuó el actual presidente de la empresa, Juan Carlos Doncel Jones, designado por el gobierno de Javier Milei. La unión temporal de empresas (UTE) ya había trabajado de esta manera en la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, en el cual obtuvo la adjudicación de tres de los de cuatro tramos de la obra.
La sociedad entre la empresa fundada por la familia Rocca y la de Mindlin siguió y ya ganó dos de los tres tramos de la obra de reversión. Si bien en la licitación original se estipulaba que ninguna empresa podía ser adjudicataria de los tres tramos, al haberse declarado desierto el proceso del primer renglón podría ocurrir que Techint y Sacde terminen construyendo toda la obra. Al abrirse una nueva licitación, se limpian los antecedentes del proceso.
Enarsa convocará la semana próxima esta nueva licitación abreviada para el primer tramo del gasoducto, según confirmaron fuentes de la empresa a la nacion.
Las propuestas que se presentaron en la primera convocatoria estaban excedidas del presupuesto habilitado, y se declaró desierta. Hubo ofertas hasta 60% por encima del valor proyectado por Enarsa. Además de la UTE formada por Techint y Sacde, compitieron BTU y Pumpco, que había quedado descartada del proceso por motivos técnicos.
Para financiar la obra, Enarsa cuenta con un crédito de US$540 millones del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF). La gestión anterior de Enarsa había valuado el proyecto en US$740 millones. El Estado financió alrededor de US$100 millones a través de la compra de los caños a Tenaris, del grupo Techint, quien fue adjudicada mediante una licitación.
Si bien se creía que no iban a necesitarse más fondos debido a la devaluación de diciembre y al abaratamiento de los costos en pesos, en Enarsa están haciendo de nuevo los cálculos y se podría pedir financiamiento a Cammesa, la compañía eléctrica con control estatal que depende de las transferencias del Tesoro.
Durante el gobierno anterior, la Secretaría de Energía creó un fondo que se nutre de una cuenta de exportaciones de energía eléctrica que hace Cammesa. Mediante la resolución 592/2022, se destinó el dinero recaudado a obras de transporte eléctrico. Luego, se instruyó a Cammesa a usar parte de esos fondos para obras de infraestructura energética y se amplió a financiar la reversión del gasoducto.
Como Cammesa es deficitaria, parte de la obra de reversión se hará con fondos públicos, y no con aportes privados, como había prometido el presidente Milei. Hay apuro por finalizar esta obra, que permitirá ahorrar más de US$500 millones por la sustitución de importación de gas de Bolivia por producción de gas de Vaca Muerta.
La empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) firmó los contratos con Techint y Sacde (del empresario Marcelo Mindlin) para construir una parte de la obra de reversión del Gasoducto Norte. Es el proyecto de infraestructura que cambiará el sentido del flujo del gas del caño que conecta a la Argentina con Bolivia y permitirá transportar la producción de Vaca Muerta al norte del país.
Ambas empresas participaron de manera conjunta en la licitación pública que llevó adelante Enarsa en la gestión anterior, de Agustín Gerez, y que continuó el actual presidente de la empresa, Juan Carlos Doncel Jones, designado por el gobierno de Javier Milei. La unión temporal de empresas (UTE) ya había trabajado de esta manera en la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, en el cual obtuvo la adjudicación de tres de los de cuatro tramos de la obra.
La sociedad entre la empresa fundada por la familia Rocca y la de Mindlin siguió y ya ganó dos de los tres tramos de la obra de reversión. Si bien en la licitación original se estipulaba que ninguna empresa podía ser adjudicataria de los tres tramos, al haberse declarado desierto el proceso del primer renglón podría ocurrir que Techint y Sacde terminen construyendo toda la obra. Al abrirse una nueva licitación, se limpian los antecedentes del proceso.
Enarsa convocará la semana próxima esta nueva licitación abreviada para el primer tramo del gasoducto, según confirmaron fuentes de la empresa a la nacion.
Las propuestas que se presentaron en la primera convocatoria estaban excedidas del presupuesto habilitado, y se declaró desierta. Hubo ofertas hasta 60% por encima del valor proyectado por Enarsa. Además de la UTE formada por Techint y Sacde, compitieron BTU y Pumpco, que había quedado descartada del proceso por motivos técnicos.
Para financiar la obra, Enarsa cuenta con un crédito de US$540 millones del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF). La gestión anterior de Enarsa había valuado el proyecto en US$740 millones. El Estado financió alrededor de US$100 millones a través de la compra de los caños a Tenaris, del grupo Techint, quien fue adjudicada mediante una licitación.
Si bien se creía que no iban a necesitarse más fondos debido a la devaluación de diciembre y al abaratamiento de los costos en pesos, en Enarsa están haciendo de nuevo los cálculos y se podría pedir financiamiento a Cammesa, la compañía eléctrica con control estatal que depende de las transferencias del Tesoro.
Durante el gobierno anterior, la Secretaría de Energía creó un fondo que se nutre de una cuenta de exportaciones de energía eléctrica que hace Cammesa. Mediante la resolución 592/2022, se destinó el dinero recaudado a obras de transporte eléctrico. Luego, se instruyó a Cammesa a usar parte de esos fondos para obras de infraestructura energética y se amplió a financiar la reversión del gasoducto.
Como Cammesa es deficitaria, parte de la obra de reversión se hará con fondos públicos, y no con aportes privados, como había prometido el presidente Milei. Hay apuro por finalizar esta obra, que permitirá ahorrar más de US$500 millones por la sustitución de importación de gas de Bolivia por producción de gas de Vaca Muerta.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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