domingo, 28 de enero de 2024

ELECTRICIDAD EN SUBA Y SALARIOS A LA PÉRDIDA


Electricidad: subirá la tarifa en febrero y cambia el esquema de subsidios
El secretario de Energía detalló cómo será la canasta energética básica; variará según el ingreso del usuario, la cantidad de personas que conviven en el hogar y la zona del país donde residan
Sofía DiamanteEduardo Rodríguez Chirillo
La Secretaría de Energía confirmó que a partir del consumo eléctrico del 1º de febrero subirán las tarifas, aunque no especificó los porcentajes ni los montos. Sólo aclaró que el objetivo es que todos los usuarios, independientemente de su ingreso, paguen el 100% del costo de generación eléctrica, que hoy, en promedio, es del 45%.
A partir de abril, se implementará un nuevo esquema de subsidios, con la creación de una canasta energética básica, que variará según el ingreso del usuario, la cantidad de personas que vivan en el hogar y la zona del país donde estén radicados.
“El sistema recauda en promedio menos del 45% de sus necesidades a través del precio estacional. Para llevar al nivel del 100% de cobertura hay que ajustar de manera diferente a cada grupo de usuarios, según el atraso que exista en cada uno. El 80% del costo del sistema es en dólares o vinculados al dólar, como los combustibles, las instalaciones y los repuestos. La devaluación de más del 100% explica una parte del requerimiento”, dijo ayer la subsecretaria de Planeamiento Energético, Mariela Beljansky, en la audiencia pública realizada para debatir los nuevos cuadros tarifarios.
La funcionaria confirmó que se modificará la forma de subsidiar las tarifas. Se pondrá fin al esquema de segmentación que ideó el gobierno anterior y que puso en marcha la exsecretaria de Energía y actual de Minería, Flavia Royon.
Beljansky dijo que el diseño actual de segmentación “tiene sus falencias”, porque los tres segmentos de usuarios, agrupados según sus niveles de ingresos, siguen recibiendo subsidios. “Hay una superposición de los beneficiarios de planes sociales con estos subsidios” y falta control en el padrón que recibía la información de los hogares. Por caso, si bien cada usuario debía proporcionar los datos de ingresos de todo el grupo familiar que vivía en el hogar, solo se informaba los del titular de las boletas eléctricas.
El nuevo sistema de subsidios implicará la creación de una canasta energética básica de electricidad y gas. “Cubrirá las necesidades básicas e indispensables de las personas, la cual se determinará en una cantidad de metros cúbicos (m3) o kilovatios hora mes (Kwh/mes) que sería el máximo de lo que se considera subsidiario”, dijo Beljansky. El usuario deberá pagar la tarifa plena por el excedente del cupo de consumo subsidiado.
“A los fines de determinar la canasta básica, se establecerán tipos de consumos en distintas zonas del país. La idea es contrastar el costo de esas cantidades con el ingreso del grupo conviviente y limitar la incidencia de ese costo a un porcentaje del ingreso [que sería del 5% en electricidad]. El Estado subsidiará la diferencia; es decir, las situaciones de vulnerabilidad, explicó la funcionaria.
La implementación de la canasta tendrá en consideración el cálculo de los consumos esenciales, correlacionados con los ingresos del grupo conviviente. Es decir, habrá una canasta básica energética para cada decil de la población.
Esta nueva canasta energética básica reemplazará el subsidio a las “zonas frías”, que el gobierno anterior había ampliado geográficamente, por iniciativa del diputado Máximo Kirchner, y que generaba que las provincias más pobres financien a las que tenían ingresos per cápita más altos.
“Hay que concentrar los subsidios en los sectores más vulnerables y establecer volúmenes máximos energéticos subsidiados a través de la canasta básica por zona bioclimática”, dijo el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien abrió la audiencia pública e hizo un detallado análisis del escenario del sistema energético heredado tras la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
“Nos encontramos sumergidos en una crisis económica de magnitudes descomunales generadas por administraciones anteriores y particularmente agravada por la última”, dijo Rodríguez Chirillo al comenzar su presentación.
Aclaró que con hablar de la herencia recibida, no busca decir que hay cosas que no se pueden hacer, sino que es para “que todos seamos conscientes del punto de partida.
También advirtió que “el camino al comienzo será difícil, pues el Estado hizo creer a los usuarios que pagar costos de suministro eléctrico menores a los reales era lo justo y razonable”. Aclaró que todas las categorías de usuarios pagan subsidios, incluso las de ingresos altos. “Hay usuarios que están convencidos de que pagan una tarifa plena porque les sacaron los subsidios con una segmentación tarifaria, cuando en realidad pagan una tarifa artificialmente plena. Nada de todo eso es cierto y real”, sostuvo.
Rodríguez Chirillo dijo que las tarifas cubren solo el 45% del costo de generación eléctrica y, en el área metropolitana de Buenos Aires, solo el 30% del costo de distribución. “Esto da señales para el consumo que son incorrectas y se produce un crecimiento artificial de la demanda. Si a eso se suma que las ampliaciones de la red de transporte no se realizan a fin de poder acceder a los sitios en los que se localizan los recursos de fuente primaria de energía más económico, como el viento, el sol y el gas, ese crecimiento de la demanda se atiende con generación ineficiente adquirida por Cammesa con contratos de generación de largo plazo y en dólares, y en los que, en algunos casos, es Cammesa quien compra el combustible”, agregó.
Como a las distribuidoras de electricidad del país no le alcanzan sus ingresos para cubrir los costos, Rodríguez Chirillo detalló que le adeudan a Cammesa US$380 millones, a diciembre de 2023.
El secretario dijo que el precio estacional promedio fijado fue de $22.657 el MWH, pero que se pasó a tarifas $9942. “Con la tarifa hay una cobertura del 45% y hay un subsidio anual mayorista de US$4800 millones que paga el Estado. De mantenerse el esquema de subsidios actual, el gasto proyectado llegaría a US$5230 millones”, estimó.

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Los salarios crecieron 9,1% en noviembre y volvieron a perder contra la inflación
Durante el gobierno anterior los ingresos de los trabajadores formales tuvieron una caída real de 3,4%; los informales se deterioraron más
Carlos ManzoniFernández dejó el poder con números negativos
El gobierno de Alberto Fernández terminó su gestión con otro de los bastiones peronistas hecho añicos: en noviembre de 2023, último mes completo de su mandato, los ingresos de los trabajadores volvieron a perder contra la inflación, de acuerdo con los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Según el organismo estadístico, el índice general de salarios creció 9,1% frente a una suba promedio de precios del 12,8% en igual período, mientras que en la medición interanual avanzó 144,3% (versus 148%,2) y en el acumulado del año subió 132,1% (contra 160,9%).
Esta vez, a diferencia de algunos meses anteriores, los tres sectores que componen el índice general quedaron atrasados respecto de la inflación: el privado registrado tuvo un aumento de 9,9% en noviembre, el público creció 7,8%, y el informal se incrementó 8,3%.
Del informe del Indec, publicado ayer, surge además que los tres sectores tuvieron aumentos por debajo de la inflación en el acumulado del año: el registrado privado recibió una suba de 139,4% en los once meses, mientras que el público tuvo un incremento de 135,6%, y el informal registró un alza de 100%.
Estas cifras cierran los cuatro años de gobierno de Alberto Fernández con un marcado deterioro en el poder adquisitivo de los trabajadores. La economista Guadalupe Birón, de la consultora Empiria, señaló que, al comparar el dato de noviembre de 2023 con el de diciembre de 2019, se ve que el sector registrado en su conjunto perdió a nivel real un 3,4%.
Además, Birón agregó que a nivel desagregado, el sector privado perdióun2,6%yelpúblico,un4,9%. “En cuanto al sector no registrado, la estadística del Indec tiene un rezago de 5 meses, por lo cual estamos hablando de que entre diciembre de 2019 y julio de 2023 perdieron casi un 10%. Restan varios meses por delante para poder ver cuánto perdieron en el total del mandato, pero es muy probable que terminen en una situación aún peor”, opinó la economista.
Sí se puede, según precisó Birón, hacer una proyección de esta información sobre los no registrados. “En ese caso, es posible que el salario total [promedio entre registrado privado, público e informal] cierre con una caída real cercana al 4,5%”, estimó la economista.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (UCA), analizó que con una inflación interanual de 160,9% a noviembre y una acumulada de 148,2%, lo que vemos es 17 puntos porcentuales de caída del promedio del salario, lo que acarreará, sin dudas, una mayor pobreza.
Trabajadores empobrecidos
Según Salvia, no por predecibles dejan de ser impactantes estos datos publicados por el Indec. “No solamente se empobrecieron más los trabajadores, sino que se ha ampliado en forma significativa la brecha de desigualdad en el interior del mundo del trabajo. Esto es lo que ha dejado el fin del modelo del gobierno anterior”, comentó el especialista.
Asimismo, Salvia subrayó que el aumento de la desigualdad en el país no se produjo solo en materia distributiva, sino también en el aspecto social y en lo que se conoce como la distribución primaria del ingreso, que se hace a través del trabajo. “El sector formal, pese a estar más protegido, también se empobreció, pero en mucha mayor medida lo hizo el sector informal, que a su vez creció en número durante los últimos cuatro años”, analizó el experto.
De cara a lo que puede arrojar el índice de salarios de diciembre, los analistas coinciden en que lo más probable es que la situación sea aún más grave. Habrá que esperar las paritarias de enero, febrero y marzo de este año, o las cláusulas gatillo que estén operando, todos ajustes que protegen en parte al trabajador formal, pero no a los informales, que son los que más vienen perdiendo poder adquisitivo.
En lo que respecta al sector público en particular, Salvia estimó que sufrirá un rezago este año debido a las medidas de ajuste que se aplicarán en el Estado; pero, de todos modos, señaló que es claro que ha sido el gran beneficiado en los últimos tres años en materia de remuneración. “Incluso, ganándole a la remuneración del sector privado”, concluyó.

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