Bullrich retira el punto más polémico de la ley ómnibus
Es el que exigía pedir permiso para reuniones de más de tres personas en la calle
Matías Moreno
Pese a que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a presionar a los aliados de La Libertad Avanza para que apoyen las ambiciosas reformas de Javier Milei incluidas en la ley ómnibus, el bloque de Pro ratificó en la segunda jornada de debate en Diputados que no le dará un “cheque en blanco” al Gobierno y que exigirá una serie de modificaciones en el megaproyecto para apoyar el dictamen de mayoría y garantizarle al oficialismo un colchón de votos cruciales para su primera batalla en el Congreso.
Horas antes de que se presentara en el plenario de comisiones para defender la doctrina “antipiquetes”, Bullrich les pidió a los legisladores que no demoren el tratamiento de la ley por la aguda crisis económica y financiera. En línea con el ala intransigente del Gobierno, la exministra advirtió: “Si no tomamos el toro por las astas podemos tener una explosión muy fuerte”.
Sin embargo, esos mensajes no tuvieron eco en Pro, cuyos referentes comenzaron reposicionarse durante los últimos días. Si bien hay sectores más cercanos a Bullrich –los “talibanes”, según sus socios– que acompañarían la ley ómnibus sin observaciones, la mayoría de los representantes de las distintas tribus del partido en la Cámara baja consensuaron una estrategia para no alentar una fractura: poner reparos y solicitar cambios en el megaproyecto para acompañar.
El acompañamiento de Pro es clave para los libertarios, que tienen entre 37 y 40 votos. Oscar Zago, a cargo de la bancada de LLA, también debe alcanzar consensos con la UCR –atravesada por las mismas divisiones que Pro–, Hacemos Coalición Federal, el bloque que conduce Miguel Pichetto, e Innovación Federal. Esas fuerzas son la llave que tienen Martín Menem y Zago para construir una mayoría.
Ante las dificultades de LLA para articular y ordenar el debate y garantizarse que el kirchnerismo no imponga el dictamen de mayoría, se intensificaron los contactos entre Pro, radicales y el bloque de Pichetto para coordinar una postura. Son “aliados naturales” y exsocios en el extinto Juntos por el Cambio. Ayer hubo reuniones en las oficinas de Emilio Monzó. Asistieron representantes de Pro –María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato y Damián Arabia–, radicales –Rodrigo de Loredo y Alejandro Cacace– y emisarios de Innovación Federal.
“La semaforización”
En esas conversaciones se exploró la chance de implementar una “semaforización”: un sistema con el que filtren los temas que apoyarían y cuáles no. En la bancada macrista celebran que los funcionarios de Gobierno se hayan mostrado proclives a hacer modificaciones, .
“La idea es ordenar a la oposición republicana. El oficialismo tiene que empezar a juntar los votos para el dictamen”, aseguran desde ese sector. Organizan las tareas de asistencia al Gobierno en paralelo a las gestiones del oficialismo. Ayer le transmitieron a Omar de Marchi, secretario parlamentario del Gobierno, que Unión por la Patria podría quedarse con el dictamen de mayoría si no coordinaban el accionar en las comisiones.
En Pro no tienen mayores objeciones al megadecreto, pero tienen diferencias con los libertarios en torno a la ley ómnibus. Exigen limitar la delegación de facultades legislativas al Poder Ejecutivo –pretenden que sea prorrogable por un año y que el Presidente deba recibir la autorización del Congreso–, rechazan el capítulo previsional –harían una propuesta propia que incluya una cláusula gatillo– y objetan las subas a las retenciones en las economías regionales.
Además, no avalan el sistema de elección por “circunscripciones uninominales” incluido la ley ómnibus. Es más: Pro se mostró alineado ayer con la UCR y Unión por la Patria a la hora de resistir la reforma electoral que presentó Guillermo Francos, ministro del Interior. Francos se fue con un rechazo unánime al capítulo electoral.
Cerca de Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro, sugieren que están dispuestos a acompañar la mayoría de las reformas del Estado y económicas, pero pretenden que el Gobierno fije prioridades. Entienden que el volumen del proyecto dificulta el tratamiento y que el tramo económico y fiscal es la herramienta urgente. En ese sector saben que están en un aprieto: si bien tienen objeciones, su electorado pide acompañar las reformas y ayudar a Milei a sostener la gobernabilidad.
En Pro persisten las diferencias entre “halcones” y “palomas”. Ya no los divide ser moderados o combativos frente al kirchnerismo. Ahora están los que se sienten parte del oficialismo y los que prefieren ser una oposición constructiva. Más allá de esas disidencias, la mayoría de los referentes de la bancada aguarda gestos del oficialismo: que avancen con las correcciones al megaproyecto para dar su respaldo. Falla por ahora, repiten, la interlocución.
En el bullrichismo aseguran que la ministra pidió ir a fondo para tensionar en el seno del bloque y evitar que el Gobierno ceda lo menos posible en su set de reformas. Admiten que se suman a las objeciones para preservar la cohesión interna. Enérgica en su exposición, Bullrich ofició de guardiana de Milei: también defendió las reformas económicas. Y enfatizó que el Gobierno no dará un paso atrás con su pretensión de impulsar un cambio.
Bullrich confrontó con Myriam Bregman (FIT), Sergio Palazzo, José Glinski y Germán Martínez (UP), quienes cuestionaron con dureza su doctrina antipiquetes y la acusaron de pretender criminalizar la propuesta. Sus estocadas al kirchnerismo para defender a Milei provocaron enérgicos aplausos de los libertarios. Hasta sus leales en Pro fueron menos efusivos a la hora de celebrar sus intervenciones.
“Vamos a ordenar la economía. Vamos hacer un capitalismo con competencia, no corporativista. No nos van a parar. Es todo o es nada, porque así la Argentina no sigue”, bramó Bullrich
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Los cuatro temas que el oficialismo aceptó revisar
Desde el inicio de la discusión en la Cámara de Diputados, los funcionarios enviaron señales de que están dispuestos a modificar algunos aspectos del megaproyecto
Pese a que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a presionar a los aliados de La Libertad Avanza para que apoyen las ambiciosas reformas de Javier Milei incluidas en la ley ómnibus, el bloque de Pro ratificó en la segunda jornada de debate en Diputados que no le dará un “cheque en blanco” al Gobierno y que exigirá una serie de modificaciones en el megaproyecto para apoyar el dictamen de mayoría y garantizarle al oficialismo un colchón de votos cruciales para su primera batalla en el Congreso.
Horas antes de que se presentara en el plenario de comisiones para defender la doctrina “antipiquetes”, Bullrich les pidió a los legisladores que no demoren el tratamiento de la ley por la aguda crisis económica y financiera. En línea con el ala intransigente del Gobierno, la exministra advirtió: “Si no tomamos el toro por las astas podemos tener una explosión muy fuerte”.
Sin embargo, esos mensajes no tuvieron eco en Pro, cuyos referentes comenzaron reposicionarse durante los últimos días. Si bien hay sectores más cercanos a Bullrich –los “talibanes”, según sus socios– que acompañarían la ley ómnibus sin observaciones, la mayoría de los representantes de las distintas tribus del partido en la Cámara baja consensuaron una estrategia para no alentar una fractura: poner reparos y solicitar cambios en el megaproyecto para acompañar.
El acompañamiento de Pro es clave para los libertarios, que tienen entre 37 y 40 votos. Oscar Zago, a cargo de la bancada de LLA, también debe alcanzar consensos con la UCR –atravesada por las mismas divisiones que Pro–, Hacemos Coalición Federal, el bloque que conduce Miguel Pichetto, e Innovación Federal. Esas fuerzas son la llave que tienen Martín Menem y Zago para construir una mayoría.
Ante las dificultades de LLA para articular y ordenar el debate y garantizarse que el kirchnerismo no imponga el dictamen de mayoría, se intensificaron los contactos entre Pro, radicales y el bloque de Pichetto para coordinar una postura. Son “aliados naturales” y exsocios en el extinto Juntos por el Cambio. Ayer hubo reuniones en las oficinas de Emilio Monzó. Asistieron representantes de Pro –María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato y Damián Arabia–, radicales –Rodrigo de Loredo y Alejandro Cacace– y emisarios de Innovación Federal.
“La semaforización”
En esas conversaciones se exploró la chance de implementar una “semaforización”: un sistema con el que filtren los temas que apoyarían y cuáles no. En la bancada macrista celebran que los funcionarios de Gobierno se hayan mostrado proclives a hacer modificaciones, .
“La idea es ordenar a la oposición republicana. El oficialismo tiene que empezar a juntar los votos para el dictamen”, aseguran desde ese sector. Organizan las tareas de asistencia al Gobierno en paralelo a las gestiones del oficialismo. Ayer le transmitieron a Omar de Marchi, secretario parlamentario del Gobierno, que Unión por la Patria podría quedarse con el dictamen de mayoría si no coordinaban el accionar en las comisiones.
En Pro no tienen mayores objeciones al megadecreto, pero tienen diferencias con los libertarios en torno a la ley ómnibus. Exigen limitar la delegación de facultades legislativas al Poder Ejecutivo –pretenden que sea prorrogable por un año y que el Presidente deba recibir la autorización del Congreso–, rechazan el capítulo previsional –harían una propuesta propia que incluya una cláusula gatillo– y objetan las subas a las retenciones en las economías regionales.
Además, no avalan el sistema de elección por “circunscripciones uninominales” incluido la ley ómnibus. Es más: Pro se mostró alineado ayer con la UCR y Unión por la Patria a la hora de resistir la reforma electoral que presentó Guillermo Francos, ministro del Interior. Francos se fue con un rechazo unánime al capítulo electoral.
Cerca de Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro, sugieren que están dispuestos a acompañar la mayoría de las reformas del Estado y económicas, pero pretenden que el Gobierno fije prioridades. Entienden que el volumen del proyecto dificulta el tratamiento y que el tramo económico y fiscal es la herramienta urgente. En ese sector saben que están en un aprieto: si bien tienen objeciones, su electorado pide acompañar las reformas y ayudar a Milei a sostener la gobernabilidad.
En Pro persisten las diferencias entre “halcones” y “palomas”. Ya no los divide ser moderados o combativos frente al kirchnerismo. Ahora están los que se sienten parte del oficialismo y los que prefieren ser una oposición constructiva. Más allá de esas disidencias, la mayoría de los referentes de la bancada aguarda gestos del oficialismo: que avancen con las correcciones al megaproyecto para dar su respaldo. Falla por ahora, repiten, la interlocución.
En el bullrichismo aseguran que la ministra pidió ir a fondo para tensionar en el seno del bloque y evitar que el Gobierno ceda lo menos posible en su set de reformas. Admiten que se suman a las objeciones para preservar la cohesión interna. Enérgica en su exposición, Bullrich ofició de guardiana de Milei: también defendió las reformas económicas. Y enfatizó que el Gobierno no dará un paso atrás con su pretensión de impulsar un cambio.
Bullrich confrontó con Myriam Bregman (FIT), Sergio Palazzo, José Glinski y Germán Martínez (UP), quienes cuestionaron con dureza su doctrina antipiquetes y la acusaron de pretender criminalizar la propuesta. Sus estocadas al kirchnerismo para defender a Milei provocaron enérgicos aplausos de los libertarios. Hasta sus leales en Pro fueron menos efusivos a la hora de celebrar sus intervenciones.
“Vamos a ordenar la economía. Vamos hacer un capitalismo con competencia, no corporativista. No nos van a parar. Es todo o es nada, porque así la Argentina no sigue”, bramó Bullrich
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Los cuatro temas que el oficialismo aceptó revisar
Desde el inicio de la discusión en la Cámara de Diputados, los funcionarios enviaron señales de que están dispuestos a modificar algunos aspectos del megaproyecto
Delfina Celichini
En un giro discursivo, el Gobierno definió en los últimos días volver sobre sus pasos con cambios impulsados en la ley ómnibus. El diálogo con gobernadores y el inicio de la discusión del megaproyecto de 664 artículos en reuniones plenarias de la Cámara de Diputados estimularon la flexibilidad del Poder Ejecutivo, que hasta pocos días atrás se mostraba intransigente.
Por eso, a pesar de los eufemismos de los funcionarios nacionales que hablan de “correcciones” o “sugerencias” que “no modifican el espíritu de la ley”, lo cierto es que se revisará la reforma política, la emergencia y la delegación de poderes, el artículo que prohibía la reunión de más de tres personas, y las modificaciones en la política pesquera.
Es que las ambiciones reformistas del presidente Javier Milei se chocaron en las últimas semanas con los contrapesos de la República. Mientras que su administración goza de niveles altos de aprobación en la opinión pública y su Gabinete piensa refundar la Argentina con iniciativas como la “Ley de bases y puntos de partida”, su reducido bloque de diputados y senadores batallan en el Congreso Nacional para definir la suerte de los proyectos del Ejecutivo.
Bien los bloques “de centro”, que suman casi un centenar de voluntades, estarían dispuestos a acompañar determinadas medidas impulsadas por el Gobierno, creen que el Ejecutivo se excedió en su intención de transformar el país. Le piden mesura al oficialismo, así como distinguir lo urgente de lo accesorio.
“Me llevo todas las inquietudes que se plantearon. Tenemos que discutir entre lo necesario y lo oportuno, y ver cuáles son los aspectos de la ley en los que podemos avanzar, si es que no conseguimos apoyo en los distintos ámbitos”, concluyó el ministro del Interior, Guillermo Francos, tras exponer frente al plenario de comisiones convocado para hoy. Con esta última reflexión, el funcionario abrió la puerta a un fraccionamiento de la ley. “Es una posibilidad”, respondió a LA NACION un legislador libertario.
Protestas en la calle
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, admitió ayer durante su exposición en la Cámara de Diputados que el oficialismo hará cambios en el texto del proyecto de ley ómnibus y precisó que uno de ellos será la eliminación del artículo que prohibía reuniones de más de tres personas que interrumpieran el tránsito. “Entiendo la razón de por qué ha podido haber una mala interpretación del artículo 331, que plantea que se debería pedir un permiso para una reunión de tres personas. Ese artículo está vinculado a la ley del tránsito y no a la ley en general. Vamos a retirar ese artículo porque está suficientemente explicado en otros artículos. Al haberse generado una confusión preferimos retirarlo. Denlo por retirado”, sostuvo Bullrich.
Reforma política
En el marco de las reuniones plenarias informativas que se desarrollarán a lo largo de la semana en Diputados, Francos defendió las transformaciones políticas que empujan desde el Ejecutivo, aunque también habló de la posibilidad de generar correcciones.
A lo largo del debate, el foco de las críticas se posó sobre la modificación del modo de elegir a los diputados nacionales -el Gobierno propone adoptar un sistema de elección por circunscripciones uninominales-. Además, se cuestionó la necesidad y la urgencia de tratar esta reforma en las sesiones extraordinarias, que incluye la eliminación de las PASO.
“Agradezco los comentarios. Percibo que hay un apoyo muy grande al proyecto, soy un intuitivo”, ironizó Francos. Además, admitió “errores de redacción” y dijo que se modificarán para que haya más claridad.
Poderes especiales
En medio de una audiencia plagada de chicanas y duras críticas del kirchnerismo a los libertarios y sus aliados legislativos, ayer el Gobierno dio indicios de que poSi dría acceder a acotar la delegación de facultades al Poder Ejecutivo y precisar las áreas alcanzadas por la emergencia.
Lo consideró el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien participó de la elaboración del proyecto ómnibus junto a Federico Sturzenegger. Durante su exposición frente al plenario de comisiones el funcionario defendió la medida aunque deslizó que, a pedido de la oposición, se la podría declarar por un año, con uno más de prórroga. “Lo estamos considerando para incluirlo en la versión final”, señaló.
El texto original habla de declarar la emergencia, con la consecuente delegación de facultades, hasta el 31 de diciembre de 2025 con la posibilidad de ser prorrogado por dos años más por el Poder Ejecutivo nacional.
Reforma pesquera
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, lograron -junto con las cámaras empresariashacer un planteo conjunto para resistir una serie de cambios en la industria pesquera que figuraban en la iniciativa del Gobierno conocida como “Ley de bases”.
Los tres puntos que inquietaron a los líderes territoriales tuvieron que ver con los cupos de pesca, la supresión de la obligatoriedad de la descarga del producto en puertos argentinos y la eliminación de la obligación de que el 75% del personal embarcado sea de nacionalidad argentina.
Tras una cumbre con Francos, el ministro reconoció que “la ley se ha interpretado de una manera distinta al espíritu que tenemos en el Gobierno”, y destacó que “habrá temas que serán clarificados” en la redacción de los artículos de la ley.
En un giro discursivo, el Gobierno definió en los últimos días volver sobre sus pasos con cambios impulsados en la ley ómnibus. El diálogo con gobernadores y el inicio de la discusión del megaproyecto de 664 artículos en reuniones plenarias de la Cámara de Diputados estimularon la flexibilidad del Poder Ejecutivo, que hasta pocos días atrás se mostraba intransigente.
Por eso, a pesar de los eufemismos de los funcionarios nacionales que hablan de “correcciones” o “sugerencias” que “no modifican el espíritu de la ley”, lo cierto es que se revisará la reforma política, la emergencia y la delegación de poderes, el artículo que prohibía la reunión de más de tres personas, y las modificaciones en la política pesquera.
Es que las ambiciones reformistas del presidente Javier Milei se chocaron en las últimas semanas con los contrapesos de la República. Mientras que su administración goza de niveles altos de aprobación en la opinión pública y su Gabinete piensa refundar la Argentina con iniciativas como la “Ley de bases y puntos de partida”, su reducido bloque de diputados y senadores batallan en el Congreso Nacional para definir la suerte de los proyectos del Ejecutivo.
Bien los bloques “de centro”, que suman casi un centenar de voluntades, estarían dispuestos a acompañar determinadas medidas impulsadas por el Gobierno, creen que el Ejecutivo se excedió en su intención de transformar el país. Le piden mesura al oficialismo, así como distinguir lo urgente de lo accesorio.
“Me llevo todas las inquietudes que se plantearon. Tenemos que discutir entre lo necesario y lo oportuno, y ver cuáles son los aspectos de la ley en los que podemos avanzar, si es que no conseguimos apoyo en los distintos ámbitos”, concluyó el ministro del Interior, Guillermo Francos, tras exponer frente al plenario de comisiones convocado para hoy. Con esta última reflexión, el funcionario abrió la puerta a un fraccionamiento de la ley. “Es una posibilidad”, respondió a LA NACION un legislador libertario.
Protestas en la calle
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, admitió ayer durante su exposición en la Cámara de Diputados que el oficialismo hará cambios en el texto del proyecto de ley ómnibus y precisó que uno de ellos será la eliminación del artículo que prohibía reuniones de más de tres personas que interrumpieran el tránsito. “Entiendo la razón de por qué ha podido haber una mala interpretación del artículo 331, que plantea que se debería pedir un permiso para una reunión de tres personas. Ese artículo está vinculado a la ley del tránsito y no a la ley en general. Vamos a retirar ese artículo porque está suficientemente explicado en otros artículos. Al haberse generado una confusión preferimos retirarlo. Denlo por retirado”, sostuvo Bullrich.
Reforma política
En el marco de las reuniones plenarias informativas que se desarrollarán a lo largo de la semana en Diputados, Francos defendió las transformaciones políticas que empujan desde el Ejecutivo, aunque también habló de la posibilidad de generar correcciones.
A lo largo del debate, el foco de las críticas se posó sobre la modificación del modo de elegir a los diputados nacionales -el Gobierno propone adoptar un sistema de elección por circunscripciones uninominales-. Además, se cuestionó la necesidad y la urgencia de tratar esta reforma en las sesiones extraordinarias, que incluye la eliminación de las PASO.
“Agradezco los comentarios. Percibo que hay un apoyo muy grande al proyecto, soy un intuitivo”, ironizó Francos. Además, admitió “errores de redacción” y dijo que se modificarán para que haya más claridad.
Poderes especiales
En medio de una audiencia plagada de chicanas y duras críticas del kirchnerismo a los libertarios y sus aliados legislativos, ayer el Gobierno dio indicios de que poSi dría acceder a acotar la delegación de facultades al Poder Ejecutivo y precisar las áreas alcanzadas por la emergencia.
Lo consideró el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien participó de la elaboración del proyecto ómnibus junto a Federico Sturzenegger. Durante su exposición frente al plenario de comisiones el funcionario defendió la medida aunque deslizó que, a pedido de la oposición, se la podría declarar por un año, con uno más de prórroga. “Lo estamos considerando para incluirlo en la versión final”, señaló.
El texto original habla de declarar la emergencia, con la consecuente delegación de facultades, hasta el 31 de diciembre de 2025 con la posibilidad de ser prorrogado por dos años más por el Poder Ejecutivo nacional.
Reforma pesquera
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, lograron -junto con las cámaras empresariashacer un planteo conjunto para resistir una serie de cambios en la industria pesquera que figuraban en la iniciativa del Gobierno conocida como “Ley de bases”.
Los tres puntos que inquietaron a los líderes territoriales tuvieron que ver con los cupos de pesca, la supresión de la obligatoriedad de la descarga del producto en puertos argentinos y la eliminación de la obligación de que el 75% del personal embarcado sea de nacionalidad argentina.
Tras una cumbre con Francos, el ministro reconoció que “la ley se ha interpretado de una manera distinta al espíritu que tenemos en el Gobierno”, y destacó que “habrá temas que serán clarificados” en la redacción de los artículos de la ley.
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