Se profundiza la recesión: la economía cayó 4,2% en enero
En la comparación intermensual desestacionalizada se retrajo 1,2%; analistas estiman que febrero podría marcar un piso
Carlos ManzoniLa construcción es uno de los sectores más afectados
El primer mes completo de Gobierno de Javier Milei, enero pasado, concluyó con una caída de la actividad económica de 4,3% respecto de igual mes de 2023, y de 1,2% en la comparación in ter mensual des estacional izada. Estas cifras no significaron sorpresa alguna en un contexto en el que el propio Presidente vaticinó que habría que prepararse para una recesión en el corto plazo y en el que los analistas descontaban una baja de esta magnitud.
Es más, lo que se prevé para febrero no pinta mucho mejor. De acuerdo con el IGA-OJF, que elabora la consultora de Orlando Ferreres, el nivel general de actividad registró una caída de 6% interanual el mes pasado, acumulando para el primer bimestre una contracción de 5,6%. En este escenario, los expertos proyectan que ese será el piso de la recesión.
El dato de enero fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su habitual Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), en el que se indicó además que diez sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destacan Construcción (-16,9%), Pesca (-13,5%) e Intermediación financiera (-12,6%). “Asimismo, Industria manufacturera (-11,3%) y Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,2%) aportan 2,7 puntos porcentuales a la caída interanual del EMAE”, se agregó.
El economista Gabriel Caamaño, de Estudio Le desma, dijo que la actividad cae en línea con lo esperado, con el sector agropecuario y la minería compensando parcialmente la caída de la mayoría del resto de los sectores. “Esto confirma la previsión de un primer trimestre muy duro para la actividad y un año que probablemente termine promediando una caída de 4% o 4,5%. El segundo semestre vamos a tener a la cosecha gruesa jugando a favor y la expectativa es que el segundo semestre se consolide un sendero de recuperación de la mano de la salida del cepo”, comentó.
Eugenio Marí, economista de la Fundación Libertad & Progreso, atribuyó esta caída a los últimos “cuatro años”, analizó que las mayores bajas están en los sectores vinculados a la demanda interna, como la construcción, que fue golpeada por la crisis inflacionaria; mientras que del otro lado “aparecen los sectores más competitivos de la economía argentina, la agroindustria y la minería”.
Con el resultado de enero se acumulan tres meses de caídas significativas, lo que suma una baja de 5,8% en ese período. Mientras que en la comparación interanual se descuenta que la economía tendrá cifras en rojo todo este año, con la única excepción de aquellos meses en los que la comparación se haga con el tramo de sequía de 2023.
El economista Federico González Rouco, de la consultora Empiria, destacó que de los 15 sectores que se analizan solo cinco muestra crecimiento y de esos solo dos están relacionados con producción privada, que son el agro y la minería. “Estos son los dos rubros que se espera que crezcan mucho este año y se conviertan en el sostén de la economía”, comentó.
Con vistas al inicio del tercer trimestre, González Rouco puntualizó algunos indicadores que permiten pensar que la economía ya no caerá tanto. “La perspectiva de menor inflación, la normalización del proceso importador, la estabilidad cambiaria, ayudan, por lo que febrero podría significar un piso de caída. En marzo–abril el consumo va a tener un impulso a partir del casi 60% de aumento de las jubilaciones en dos meses, más salario real que podría mejorar”, estimó el economista.
Para la economista Elisabet Bacigalupo, responsable de macro de la consultora Abeceb, si bien la recesión sigue siendo muy profunda, el dato del EMAE de enero fue mejor de lo que esperaba. “Probablemente, si se confirmaran todas las proyecciones que tenemos de acá a fin de año, me obligaría a revisar al alza la caída del PBI. Es decir, un descenso menor al 4% que estimábamos”, remarcó.
Más allá de las magnitudes, analizó Bacigalupo, el PBI mensual anticipa la tónica que va a tener el año en su primera parte, en la fase recesiva. “Sectores como el agro y la minería yéndole bastante bien y el resto de los sectores vinculados a la demanda interna, con caídas fuertes. Entre estos últimos están la industria manufacturera, actividades vinculadas al consumo masivo y la construcción”, concluyó la economista.
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El primer mes completo de Gobierno de Javier Milei, enero pasado, concluyó con una caída de la actividad económica de 4,3% respecto de igual mes de 2023, y de 1,2% en la comparación in ter mensual des estacional izada. Estas cifras no significaron sorpresa alguna en un contexto en el que el propio Presidente vaticinó que habría que prepararse para una recesión en el corto plazo y en el que los analistas descontaban una baja de esta magnitud.
Es más, lo que se prevé para febrero no pinta mucho mejor. De acuerdo con el IGA-OJF, que elabora la consultora de Orlando Ferreres, el nivel general de actividad registró una caída de 6% interanual el mes pasado, acumulando para el primer bimestre una contracción de 5,6%. En este escenario, los expertos proyectan que ese será el piso de la recesión.
El dato de enero fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su habitual Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), en el que se indicó además que diez sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destacan Construcción (-16,9%), Pesca (-13,5%) e Intermediación financiera (-12,6%). “Asimismo, Industria manufacturera (-11,3%) y Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,2%) aportan 2,7 puntos porcentuales a la caída interanual del EMAE”, se agregó.
El economista Gabriel Caamaño, de Estudio Le desma, dijo que la actividad cae en línea con lo esperado, con el sector agropecuario y la minería compensando parcialmente la caída de la mayoría del resto de los sectores. “Esto confirma la previsión de un primer trimestre muy duro para la actividad y un año que probablemente termine promediando una caída de 4% o 4,5%. El segundo semestre vamos a tener a la cosecha gruesa jugando a favor y la expectativa es que el segundo semestre se consolide un sendero de recuperación de la mano de la salida del cepo”, comentó.
Eugenio Marí, economista de la Fundación Libertad & Progreso, atribuyó esta caída a los últimos “cuatro años”, analizó que las mayores bajas están en los sectores vinculados a la demanda interna, como la construcción, que fue golpeada por la crisis inflacionaria; mientras que del otro lado “aparecen los sectores más competitivos de la economía argentina, la agroindustria y la minería”.
Con el resultado de enero se acumulan tres meses de caídas significativas, lo que suma una baja de 5,8% en ese período. Mientras que en la comparación interanual se descuenta que la economía tendrá cifras en rojo todo este año, con la única excepción de aquellos meses en los que la comparación se haga con el tramo de sequía de 2023.
El economista Federico González Rouco, de la consultora Empiria, destacó que de los 15 sectores que se analizan solo cinco muestra crecimiento y de esos solo dos están relacionados con producción privada, que son el agro y la minería. “Estos son los dos rubros que se espera que crezcan mucho este año y se conviertan en el sostén de la economía”, comentó.
Con vistas al inicio del tercer trimestre, González Rouco puntualizó algunos indicadores que permiten pensar que la economía ya no caerá tanto. “La perspectiva de menor inflación, la normalización del proceso importador, la estabilidad cambiaria, ayudan, por lo que febrero podría significar un piso de caída. En marzo–abril el consumo va a tener un impulso a partir del casi 60% de aumento de las jubilaciones en dos meses, más salario real que podría mejorar”, estimó el economista.
Para la economista Elisabet Bacigalupo, responsable de macro de la consultora Abeceb, si bien la recesión sigue siendo muy profunda, el dato del EMAE de enero fue mejor de lo que esperaba. “Probablemente, si se confirmaran todas las proyecciones que tenemos de acá a fin de año, me obligaría a revisar al alza la caída del PBI. Es decir, un descenso menor al 4% que estimábamos”, remarcó.
Más allá de las magnitudes, analizó Bacigalupo, el PBI mensual anticipa la tónica que va a tener el año en su primera parte, en la fase recesiva. “Sectores como el agro y la minería yéndole bastante bien y el resto de los sectores vinculados a la demanda interna, con caídas fuertes. Entre estos últimos están la industria manufacturera, actividades vinculadas al consumo masivo y la construcción”, concluyó la economista.
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Crecen los recortes y las plantas paradas en el mundo automotor
Por falta de piezas, GM frenará la producción entre el miércoles 27 de marzo y el 14 de abril; Toyota abre retiros voluntarios y Renault decidió que no renovará contratos
Pablo OrtegaLa planta de General Motors en Santa Fe en el lanzamiento de la nueva Tracker
El sector automotor tuvo ayer un día de malas noticias vinculadas con la caída de la actividad y los problemas remanentes de la crisis de los dólares que dejó el último gobierno. Al anuncio de General Motors de que frenará la producción desde hoy y hasta el 14 de abril por falta de piezas del exterior se sumó primero un plan de retiros voluntarios en Toyota y ahora un recorte de operarios en Renault, que no renovará contratos en su fábrica de Córdoba por la baja en las ventas que sufre el mercado interno.
Temprano a la mañana, General Motors informó que volverá a parar desde hoy y hasta el 14 de abril su planta de la localidad de Alvear, Santa Fe, por falta de suministro de piezas de proveedores afectados por sus pagos al exterior. La situación reedita lo ocurrido entre fines de diciembre y principios de marzo, cuando la fábrica permaneció cerrada por el conflicto de las deudas de autopartistas con sus proveedores externos, un problema que afectó a todo el sector.
“GM Argentina informa que, a partir del 27 de marzo y hasta el 14 de abril, suspenderá la producción en su planta de Alvear, provincia de Santa Fe, por inconvenientes con el suministro de piezas de proveedores afectados con los pagos al exterior”, señaló la comunicación difundida por la automotriz. GM fabrica en Santa Fe su SUV Chevrolet Tracker, único modelo que quedó en la planta tras la discontinuación del sedán Cruze a fines de diciembre.
Luego fue la confirmación de Toyota de que abrirá un plan de 400 retiros voluntarios para su personal de convenio (afiliado al sindicato de mecánicos Smata) debido a la reducción en su nivel de producción proyectado para este año. La automotriz japonesa planea fabricar en su planta de Zárate 160.000 unidades de su pick up Hilux y el SUV SW4, por debajo del récord histórico de 182.000 alcanzado en 2023.
La reducción en el nivel de producción para este año se debe a un recorte en las proyecciones de exportación a algunos mercados de la región, según explicó el mes pasado el presidente de la filial local, Gustavo Salinas. Toyota emplea a unas 8000 personas y es la principal productora y exportadora del sector.
La planta de Toyota sigue produciendo en tres turnos, las 24 horas, para alcanzar las 160.000 unidades proyectadas para este año, a razón de una unidad cada 95 segundos en este momento. En febrero, inauguró una nueva nave para el ensamblaje del utilitario Hiace, que empezó a fabricarse en el país.
Más tarde, fue el turno de Renault, que también comunicó un recorte de personal debido a la caída del nivel de actividad. “Desde finales del año pasado, el mercado argentino ha experimentado una caída significativa en los niveles de patentamientos, con una reducción acumulada cercana al 30% hasta el momento. Este declive ha tenido un impacto directo en el plan de producción de nuestra Fábrica Santa Isabel, cuyo volumen depende estrictamente de la demanda y cuya producción está mayormente destinada al mercado interno. Por ese motivo, nos vemos obligados a reorganizar la estructura de nuestra actividad industrial”, señalaron desde la filial local de la automotriz francesa.
Según indicaron voceros de la compañía, Renault no renovará 270 contratos de operarios en su planta de Santa Isabel por el recorte previsto en la producción, una derivación de la caída en los patentamientos en el mercado interno. La automotriz produce en Córdoba los modelos Kangoo, Stepway, Sandero y Logan, y en la línea de pick ups, las Renault Alaskan y Nissan Frontier. Todos están orientados principalmente al mercado local, a diferencia del caso de Toyota, que recortará su producción frente al nivel de 2023 por una menor demanda en algunos países de la región.
En el primer bimestre de este año, los patentamientos de 0 km cayeron 27,4% frente al mismo lapso de 2023, al matricularse 58.729 unidades. De ese número, el 66% fueron autos de producción nacional, y un 26%, de origen brasileño.
En el caso de General Motors, la parada de la planta vuelve a traer a escena el conflicto por la deuda de los proveedores con el exterior, que a fines de 2023 ascendía a US$7000 millones entre automotrices y autopartistas, según cálculos de Adefa, la asociación de terminales. Por esa traba –que también afectó a otras terminales durante el verano, como Volkswag en –, la fábrica deGM estuvo frena da durante enero y febrero y volvió a producir el lunes 4 de marzo.
La solución que fueron adoptando algunas terminales para resolver el problema de los pagos al exterior fue adherir al bono Bopreal emitido por el Banco Central para saldar sus compromisos. La deuda se originó por importaciones autorizadas durante 2023 a las que el gobierno de Alberto Fernández no les concedió los dólares oficiales a la hora de pagar.
El sector automotor tuvo ayer un día de malas noticias vinculadas con la caída de la actividad y los problemas remanentes de la crisis de los dólares que dejó el último gobierno. Al anuncio de General Motors de que frenará la producción desde hoy y hasta el 14 de abril por falta de piezas del exterior se sumó primero un plan de retiros voluntarios en Toyota y ahora un recorte de operarios en Renault, que no renovará contratos en su fábrica de Córdoba por la baja en las ventas que sufre el mercado interno.
Temprano a la mañana, General Motors informó que volverá a parar desde hoy y hasta el 14 de abril su planta de la localidad de Alvear, Santa Fe, por falta de suministro de piezas de proveedores afectados por sus pagos al exterior. La situación reedita lo ocurrido entre fines de diciembre y principios de marzo, cuando la fábrica permaneció cerrada por el conflicto de las deudas de autopartistas con sus proveedores externos, un problema que afectó a todo el sector.
“GM Argentina informa que, a partir del 27 de marzo y hasta el 14 de abril, suspenderá la producción en su planta de Alvear, provincia de Santa Fe, por inconvenientes con el suministro de piezas de proveedores afectados con los pagos al exterior”, señaló la comunicación difundida por la automotriz. GM fabrica en Santa Fe su SUV Chevrolet Tracker, único modelo que quedó en la planta tras la discontinuación del sedán Cruze a fines de diciembre.
Luego fue la confirmación de Toyota de que abrirá un plan de 400 retiros voluntarios para su personal de convenio (afiliado al sindicato de mecánicos Smata) debido a la reducción en su nivel de producción proyectado para este año. La automotriz japonesa planea fabricar en su planta de Zárate 160.000 unidades de su pick up Hilux y el SUV SW4, por debajo del récord histórico de 182.000 alcanzado en 2023.
La reducción en el nivel de producción para este año se debe a un recorte en las proyecciones de exportación a algunos mercados de la región, según explicó el mes pasado el presidente de la filial local, Gustavo Salinas. Toyota emplea a unas 8000 personas y es la principal productora y exportadora del sector.
La planta de Toyota sigue produciendo en tres turnos, las 24 horas, para alcanzar las 160.000 unidades proyectadas para este año, a razón de una unidad cada 95 segundos en este momento. En febrero, inauguró una nueva nave para el ensamblaje del utilitario Hiace, que empezó a fabricarse en el país.
Más tarde, fue el turno de Renault, que también comunicó un recorte de personal debido a la caída del nivel de actividad. “Desde finales del año pasado, el mercado argentino ha experimentado una caída significativa en los niveles de patentamientos, con una reducción acumulada cercana al 30% hasta el momento. Este declive ha tenido un impacto directo en el plan de producción de nuestra Fábrica Santa Isabel, cuyo volumen depende estrictamente de la demanda y cuya producción está mayormente destinada al mercado interno. Por ese motivo, nos vemos obligados a reorganizar la estructura de nuestra actividad industrial”, señalaron desde la filial local de la automotriz francesa.
Según indicaron voceros de la compañía, Renault no renovará 270 contratos de operarios en su planta de Santa Isabel por el recorte previsto en la producción, una derivación de la caída en los patentamientos en el mercado interno. La automotriz produce en Córdoba los modelos Kangoo, Stepway, Sandero y Logan, y en la línea de pick ups, las Renault Alaskan y Nissan Frontier. Todos están orientados principalmente al mercado local, a diferencia del caso de Toyota, que recortará su producción frente al nivel de 2023 por una menor demanda en algunos países de la región.
En el primer bimestre de este año, los patentamientos de 0 km cayeron 27,4% frente al mismo lapso de 2023, al matricularse 58.729 unidades. De ese número, el 66% fueron autos de producción nacional, y un 26%, de origen brasileño.
En el caso de General Motors, la parada de la planta vuelve a traer a escena el conflicto por la deuda de los proveedores con el exterior, que a fines de 2023 ascendía a US$7000 millones entre automotrices y autopartistas, según cálculos de Adefa, la asociación de terminales. Por esa traba –que también afectó a otras terminales durante el verano, como Volkswag en –, la fábrica deGM estuvo frena da durante enero y febrero y volvió a producir el lunes 4 de marzo.
La solución que fueron adoptando algunas terminales para resolver el problema de los pagos al exterior fue adherir al bono Bopreal emitido por el Banco Central para saldar sus compromisos. La deuda se originó por importaciones autorizadas durante 2023 a las que el gobierno de Alberto Fernández no les concedió los dólares oficiales a la hora de pagar.
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