sábado, 9 de marzo de 2024

EL ESCENARIO, MARCHA ATRÁS CON EL AUMENTO Y MARRA COMO ASESOR DE MILEI


El reloj se acelera para los planes del Presidente
Claudio Jacquelin


El tiempo se acorta y el Gobierno lo sabe. Por eso acelera y, también, negocia. O dice que va a negociar. La carrera es contra el tiempo. O contra la paciencia social, que se mide en lapsos temporales cada vez más cortos.
Si el vértigo siempre fue el atributo distintivo de la vida y la carrera política de Javier Milei, en la última semana demuestra haber asumido la necesidad de profundizarlo para lograr concreciones que se le han dilatado más de lo que esperaba y quería.
Como señalan la mayoría de los expertos, los indicadores que el oficialismo celebra están asentados sobre bases aún frágiles, sobre todo el superávit fiscal, que es la estrella de sus primeros 90 días y uno de los tres objetivos que miran con obsesión Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, junto con la inflación y las reservas, en los cuales también encuentran motivos para celebrar.
La motosierra y la licuadora conviven con una poderosísima aplanadora de gastos que con el paso de los días se verán amenazadas por la dificultad para seguir licuando al mismo ritmo y la inviabilidad de mantener pisados por más tiempo muchas erogaciones ya comprometidas, a riesgo de encontrarse con situaciones críticas de derivaciones peligrosas.
La negativa a autorizar pagos llega a lugares clave y podría, por ejemplo, hasta poner en riesgo el servicio y hasta la seguridad de los pasajeros de los trenes, ya que se volvió a postergar su mantenimiento para no tener que asentar ese costo, según admiten altas fuentes del ministerio de Economía.
Ese es apenas uno de los rubros donde operó el lápiz rojo de Caputo, de quien sus colaboradores dicen que “tiene un ojo de águila para advertir en un pestañeo cualquier nueva erogación que aparezca en un renglón perdido de una planilla Excel atiborrada de números y, con la misma velocidad, ordenar sacarla sin atender muchas consideraciones”. Next es la expresión inglesa con la que el ministro suele clausurar temas (o gastos) sobre los que no admite discusión .
Afuera de los refrigerados despachos oficiales, el ánimo social está resultando para políticos, economistas y consultores de opinión pública un termómetro de difícil lectura.
“A Milei le toleran cosas que a nosotros no nos hubieran aguantado ni un segundo”, se lamenta un economista de Pro, que nunca se enroló entre los gradualistas y ahora se sorprende (y envidia) el crédito social del que goza el Gobierno. Al mismo tiempo alberga profundas dudas sobre la sustentabilidad del plan Milei-Caputo tras hacer un exhaustivo análisis con uno de los más reconocidos economistas argentinos, radicado en los Estados Unidos.
Como si fuera un cuerpo anémico donando sangre, “la gente le está dando a Milei más tiempo del que tiene”, afirma Pablo Knopoff, socio y director de la consultora Isonomía, para explicar lo que aparenta ser una paradoja.
Por un lado, asoman los altos índices de aprobación de los que sigue gozando el Presidente y su Gobierno, apenas algunos puntos por debajo del porcentaje obtenido en el balotaje. Por otro, están las penurias económicas que dice estar pasando y relata con angustia creciente una mayoría en ascenso.
El doble efecto de la pesada e indiscutible herencia recibida, que continúa presente en el sentir colectivo, y la expectativa de una mejora, que sigue elevada, hacen su trabajo para prorrogar el crédito. Pero la dura realidad empieza a golpear con fuerza y a apurar la cuenta regresiva.
La inflación, aunque decreciente, sigue siendo demasiado elevada para el deterioro que sufren los salarios, con el agravante de que buena parte de los economistas pronostican (y algunos miembros del gobierno asumen) que habrá un rebote este mes, mientras el ministro de Economía no avala acuerdos salariales cerrados en las paritarias de varias actividades. Y se jacta de eso.
“¿Qué puedo recortar?”
Al mismo tiempo, la recesión empieza a dejar de ser una noticia, un concepto abstracto para la mayoría y un problema de empresarios y comerciantes hasta convertirse en una experiencia vital de cualquier argentino común y corriente.
Caída de horas extras, suspensiones, despidos, cancelación de changas y trabajos informales, reducción de compras hasta de productos esenciales son vivencias que se comparten en la cola del colectivo, la caja del supermercado y los
chats familiares y de amigos. El traspaso de la educación privada a la educación pública en todos los niveles es una decisión que ya tomaron o están obligados a analizar muchos padres y madres de los más diversos niveles de la clase media. “¿Qué puedo recortar?”, es la pregunta crucial que reemplazó en 2024 al “¿a quién voto?”, de 2023.
El pronóstico es reservado, auncia que hay una coincidencia esperanzadora casi generalizada entre los consultores económicos de que en el segundo semestre habría una recuperación sensible de la economía.
En algunos sectores, dicen, la reactivación será tan pronunciada que tendría forma de V, mientras que en muchos rubros se prevé que sea una U muy panzona y en otras actividades se estabilizaría en un piso para formar una L. Es decir, será muy heterogénea, no llegará a todos por igual ni al mismo tiempo y tampoco se percibirá masivamente muy rápido. Todo eso proyectando la foto de hoy para convertirla en película. Ceteris paribus, dicen los economistas.
“Aunque la recesión se prevé que va a ser corta, para este año estimamos una caída de la demanda doméstica (consumo más inversión), del 8% (el doble de la del PBI) en promedio. Y la caída real del salario formal ya está en el 6,5% y la del salario informal en 17%”, explica Mariana Camino, CEO de la consultora de economía y negocios Abeceb.
Al mismo tiempo, la recesión provoca una caída en los ingresos del Estado, que agravaría la baja de la inflación, ya que el aumento nominal de la recaudación, que engorda los números oficiales, empezará a desinflarse. Así, mientras el fisco recibirá menos, pagará gastos con valores indexados por la inflación pasada. Variables y curvas que se cruzan. La urgencia tiene razones que el bolsillo explica muy bien.
Ese contexto socio-económico, sumado a las demandas del FMI para darle sustentabilidad política a los planes oficiales, permite entender acabadamente la acelerada carrera contra reloj que inició el Gobierno al convocar al Pacto de Mayo, con el que Milei sorprendió a los argentinos y, sobre todo, a la dirigenla política en su crudo discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, hace una semana.
Por eso, después de aquel anuncio, se desató una eléctrica dinámica para avanzar en los acuerdos preliminares que le imprimieron los colaboradores presidenciales liderados por el ministro del interior, Guillermo Francos, y que tendrá hoy su primer round formal y colectivo en la reunión con los gobernadores en la Casa Rosada.
Allí intentarán recibir un aval para un nuevo pacto fiscal, como parte de la ley ómnibus que tropezó en el Congreso. En particular, el Gobierno busca llevarse el compromiso de que se apruebe la declaración de la emergencia económica, con la consecuente delegación de facultades al Poder Ejecutivo, y la aprobación de una nueva fórmula de actualización de las jubilaciones.
Para allanar el camino, Francos ofreció a las golpeadas arcas provinciales un analgésico, al anunciar el proyecto de restitución del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría. Una vuelta atrás de la estrella del plan platal, el anabólico con el que Sergio Massa infló su fallida candidatura presidencial y que contó con los votos de los entonces diputados Milei y Villarruel.
El impuesto a las ganancias tiene para los mandatarios provinciales, que hoy recelan del Gobierno, la atractiva particularidad de ser coparticipable en una alta proporción, ya que las provincias reciben alrededor del 70% de lo recaudado.
Sin embargo, no es gratis ese anzuelo atractivo para los gobernadores que vieron reducir sus ingresos y cuya situación se agravó por el corte de las partidas discrecionales y algunos fondos, como el incentivo docente o el subsidio al transporte.
Uno de los efectos colaterales de restitución del gravamen será una mayor pérdida del poder adquisitivo de parte de la clase media, ya golpeada por la inflación y la recesión. La presentación de ese proyecto como una concesión del Gobierno a las provincias es una mancha venenosa. Nadie quiere aparecer como un nuevo carterista de las enflaquecidas billeteras de muchos argentinos. La manta nunca deja de ser muy corta.
Un día muy caliente
Sin embargo, a los mandatarios provinciales no les queda mucho margen para rehusarse a suscribir algún tipo de acuerdo. Por eso en la Rosada dan por hecho que irán 20 de los 24 jefes de gobierno.
“Los gobernadores no tienen margen para no ir y el Gobierno lo sabe, pero no parece saber Milei que eso no significa asegurarse los votos en el Congreso. Los diputados y senadores no necesariamente responden automáticamente a los gobernadores y, aunque respondieran, siempre pueden tener un rapto de independencia”, advierte con agudeza e ironía el politólogo Andrés Malamud.
Decidido a ocupar un rol de liderazgo en la oposición frontal al Gobierno e impulsado por todo el kirchnerismo y, particularmente, por Cristina Kirchner, el bonaerense Axel Kicillof juega a ser la excepción. De hecho, difundió un decálogo que es la contracara de los 10 mandamientos del Pacto de Mayo. No obstante, en la Casa Rosada se espera su asistencia hoy, pese a que anoche no había anunciado su decisión.
El kirchnerismo pretende trasladar la discusión con el Gobierno al Congreso, como sugirió la expresidenta en el documento de 33 páginas que lanzó hace dos semanas. El propósito no es hacer ningún pacto, como algunos malinterpretaron, sino llevarlo a Milei al terreno donde conserva mayor fortaleza, con sus bloques que son una poderosa primera minoría, para disputarle recursos y poder. Sobran las razones políticas y económicas para hacerlo.
La provincia de Buenos Aires, último bastión kirchnerista, es una de las más afectadas por los recortes. Eso le da a Cristina y a Kicillof la oportunidad de reinstalarse en el centro de la escena como los contrincantes mayores del Gobierno, a la espera del traspié oficialista.
Ellos saben que en un tejido social endeble y muy lastimado las causas de manifestaciones de descontento crecen día a día y nadie se anima a prever sus derivaciones.
Así, los actos por el Día de la Mujer que se harán hoy en casi todo el país son motivo de observación para todos. El colectivo feminista, al que el oficialismo destrata y hasta combate, tiene antecedentes recientes de una enorme potencia y capacidad de impacto y transformación. Además, concentra y cataliza una multiplicidad de reclamos que no se limitan a las cuestiones de género. Promete ser tema del día. Y algo más.
La concentración principal, en el Congreso, se iniciará casi en simultáneo al encuentro con los gobernadores en la Casa Rosada. Habrá que ver cómo le cae al Gobierno (tan susceptible y poco tolerante a lo que hacen los medios) si los canales de noticias muestran la pantalla partida. El reloj cada día corre más rápido.


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Tras la polémica, Milei ordenó dar marcha atrás con el aumento a los legisladores
La medida la habían firmado Menem y Villarruel en Diputados y en el Senado
Delfina Celichini y Cecilia DevannaMartín Menem presidente de diputados recibió una llamada del presidente Javier Milei para que retrotraiga el aumento de las dietas, lo que ahora se propone hacer por medio de un proyecto que deberán votar todos los diputados.
El aumento del 30% para las dietas de los diputados y senadores provocó ayer un fuerte revuelo interno en el oficialismo y llevó al presidente Javier Milei a exigirle al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que diera marcha atrás con la iniciativa.
Menem había adoptado la medida junto con Victoria Villarruel, quien preside el Senado.
La intervención de Milei tuvo lugar después de que varios diputados libertarios criticaran el aumento de las dietas, que coincide con las subas de los sueldos de los empleados del Congreso. El contraste entre el plan de ajuste fiscal que implementa el Gobierno en distintas áreas del Estado y el aumento de los legisladores provocó tensión interna en el oficialismo. Menem anticipó que iba a revertir el incremento.
El mundo libertario se convirtió en un hervidero después de que Martín Menem y Victoria Villarruel hicieran extensivo a las dietas de los legisladores nacionales el aumento del 30% otorgado a los empleados del Congreso. Arropados con las banderas del ajuste, del “no hay plata” y del combate a “la casta”, la medida profundizó las diferencias entre los oficialistas más dogmáticos y aquellos que consideran injustificados los cuestionamientos. La tensión escaló cuando llegó el tirón de orejas desde el Poder Ejecutivo, que solicitó al presidente de la Cámara de Diputados apurar un proyecto para retrotraer el incremento.
El anuncio fue formulado ayer por la tarde, de apuro, por Menem, luego de que la Casa Rosada dejara trascender que el presidente Javier Milei estaba “furioso” con el aumento de las dietas. Aunque el titular de Diputados buscó desviar el foco hacia la gestión kirchnerista del Congreso a cargo del exvicepresidente Amado Boudou y del extitular de Diputados Julián Domínguez, en 2011, para responsabilizarlos frente a su descuido y al de Villarruel, quien se mantuvo en silencio.
“Los diputados y senadores de la Nación bajo ningún punto de vista deben quedar ajenos a realizar el sacrificio que está realizando el pueblo argentino para salir de la crisis”, sostuvo Menem en un tuit, a modo de justificación de la marcha atrás.
Las dietas están sujetas desde 2011 a los incrementos del personal legislativo. Si bien durante la pandemia se “desenganchó” a los legisladores nacionales de estos aumentos como un gesto frente a la situación de emergencia, la cláusula fue eliminada en 2022. Por eso, si no se indica lo contrario por resolución de las autoridades de las cámaras, los ajustes salariales serán iguales tanto para los funcionarios como para los empleados del Congreso, tal como sucedió en este caso, sin que Menem ni Villarruel lo corrigieran.
El incremento de las dietas, que con la actualización ascendieron a más de dos millones de pesos, se conoció a principios de este mes cuando el aumento concedido a los empleados parlamentarios en febrero se hizo extensivo a los legisladores nacionales. El oficialismo adoptó esta determinación en solitario, sin previa consulta con los presidentes de bloque, algo que podría haber licuado el costo de los libertarios de subirse el sueldo mientras su gobierno hace culto de la política de austeridad.
Un legislador del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en Diputados decidió tomar la iniciativa frente a los cuestionamientos por el incremento salarial y encendió una mecha en el oficialismo. Se trata del puntano Carlos D’Alessandro, quien anunció que, tras una cumbre con el presidente de la Cámara baja, presentará un proyecto para “dar marcha atrás dicho aumento” y fue más allá: “Esperamos que la Cámara de Senadores, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial se sumen a esta iniciativa”, toreó en sus redes.
La “furia” de Milei
En la Casa Rosada afirmaron que Milei se puso furioso cuando se enteró del aumento en los sueldos de diputados y senadores. “Está recaliente”, fue la frase con la que fuentes de Balcarce 50 graficaron el ánimo presidencial. A tal punto que, según aseguraban, él mismo había dado la orden de retrotraer la medida tanto a Martín Menem como a la vicepresidenta Villarruel, apenas se enteró del tema.
El mensaje llegó pocos minutos después de que Menem dejara la Casa Rosada tras una reunión con el ministro del Interior, Guillermo Francos; el titular del bloque de diputados de Pro, Cristian Ritondo; el de la UCR, Rodrigo de Loredo y el asesor presidencial Santiago Caputo, todo en vistas a la reunión de este viernes con los gobernadores.
“Le decimos a la gente que aguante los meses difíciles y los legisladores se suben el sueldo, es un despropósito”, sintetizó una fuente oficial, tras lo cual recalcó que inmediatamente después de que supo lo sucedido, el Presidente buscó explicaciones en sus alfiles en el Parlamento y ordenó revertir la medida.
Oscar Zago, el jefe del bloque de diputados libertarios, tampoco estaba al tanto de esta jugada. Mientras que el aliado José Luis Espert desoyó la demanda y, como justificación, afirmó que sus haberes están “diez puntos abajo de la inflación”. Al cabo de una jornada de teléfonos calientes entre Diputados y la Rosada, llegó la marcha atrás comunicada por Menem.


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Marra fue desplazado como jefe del bloque de legisladores porteños y será asesor de Milei
El sector que responde a Karina Milei motorizó la salida del broker y designó en su lugar a María del Pilar Ramírez; el legislador recalaría en la Casa Rosada, según confirmó ayer el Presidente
Matías Moreno
Ramiro Marra, uno de los históricos referentes de La Libertad Avanza, la plataforma partidaria que llevó a Javier Milei a la cúspide del poder, dejará su cargo de jefe de bloque de legisladores porteños de la fuerza. Marra, amigo del Presidente y uno de los principales defensores mediáticos del rumbo económico del oficialismo, abandona de forma sorpresiva su puesto en la Legislatura y podría recalar en la Casa Rosada como asesor ad honorem del Presidente en un Consejo económico.
Marra fue reemplazado como jefe de bloque por una legisladora de extrema confianza de la influyente Karina Milei, secretaria General de la Presidencia y hermana del jefe del Estado. Se trata de la abogada María del Pilar Ramírez, quien consiguió el apoyo de seis de los nueve integrantes de la bancada de LLA para relevar a Marra, escoltado por Eugenio Casielles, de la conducción.
El desplazamiento de Marra, quien integró la mesa chica de Milei hasta que quedó en la mira de Karina, “El Jefe”, es el corolario de la tensa pelea que se desató en los últimos días en el seno del bloque por el reparto de casilleros en las comisiones.
La disputa entre el eje MarraCasielles y el sector que responde a Karina Milei venía trabando la conformación de los órganos legislativos. La vicejefa porteña, Clara Muzzio, y Matías López, viceprimero de la Legislatura, ya habían acordado con el resto de los titulares de los bloques la distribución de los lugares. Uno de los puestos más codiciados es el de Planeamiento Urbano, cuyas riendas quedarían en manos de los libertarios.
El miércoles, Muzzio y López, un dirigente cercano a Diego Santilli, recibieron una notificación formal del bloque de LLA en la Legislatura para comunicar que Pilar Ramírez había sido electa como nueva jefa del bloque con el voto de seis de los nueve integrantes de la fuerza: Edgardo Alifraco, Rebeca Fleitas, Lucía Montenegro, Pilar Ramírez, Sandra Rey y Leonardo Saifert. En tanto, Marra, Casielles y Jorge Reta no se expidieron.
El desplazamiento de Marra, quien integró la mesa chica de Milei hasta que quedó en la mira de Karina, “El Jefe”, es el corolario de la tensa pelea que se desató en los últimos días en el seno del bloque por el reparto de casilleros en las comisiones. No obstante, Marra podría ser designado por el presidente Milei como asesor en un nuevo Consejo Económico ad honorem.
Dado el nuevo mosaico político en la Legislatura, Jorge Macri debe hacer equilibrio para asegurarse la gobernabilidad. A sabiendas de que el Pro no tiene una mayoría holgada, sus armadores saben que deberán armar un rompecabezas a la hora de impulsar proyectos. Por eso, apenas asumió, el jefe porteño cerró un pacto con los radicales para mantener el statu quo de alianzas de Pro en el recinto. Así, preservó la coalición parlamentaria con la que gestionó Horacio Rodríguez Larreta, y postergó la chance de explorar un acuerdo con Marra y Casielles. Frente a esa decisión, ambos le enrostraron su enojo a Jorge Macri: se opusieron a la ley de ministerios, el presupuesto y las designaciones en el Consejo de la Magistratura. Sin embargo, con el correr de los días, Jorge Macri y Marra recompusieron su vínculo.
Tras el recambio de autoridades en LLA, López se disponía a reunirse con Pilar Ramírez para avanzar con las designaciones en las comisiones. En esa negociación suele haber dos lugares muy codiciados: la silla de Presupuesto, que está a cargo de Paola Michielotto (Pro), alfil de Cristian Ritondo, y Planeamiento Urbano, que quedaría bajo control de los libertarios. Por eso, la feroz disputa que se desató en las últimas horas en la bancada de LLA.
En medio del conflicto en la Legislatura de la ciudad, fortín político de Pro, Karina Milei motorizó una nueva maniobra para reemplazar a Marra en el cargo de jefe de bloque por Pilar Ramírez. Marra, quien acompañó a Milei desde sus primeros pasos en política y defendió las reformas impulsadas por la Casa Rosada, había sido relegado en el armado del Gabinete. ¿El motivo? Sus desencuentros con Karina.
La hermana del Presidente eligió como sucesora de Marra a Pilar Ramírez, quien accedió a su banca en diciembre y trabajó como gerenta de publicidad y marketing en Aerolíneas Argentinas durante la gestión de Mariano Recalde. Su esposo es Darío Wasserman, vice del Banco Nación, quien tiene lazos con el macrismo. Pilar Ramírez cuenta con la bendición de Karina. Es más: la hermana del Presidente asistió a su jura.
Entre los colaboradores de Jorge Macri asocian el conflicto a una interna de los libertarios y niegan que hayan movido sus fichas para acordar lugares en las comisiones con el ala de Karina Milei con el fin de estimular una ruptura en la bancada de LLA.
El cortocircuito de los libertarios en la Legislatura se produce cuando las diferencias entre los representantes de LLA se hacen cada vez más visibles en el Congreso y en un distrito estratégico: Buenos Aires. En el Senado bonaerense, el bloque de Carlos Kikuchi, exarquitecto de Milei, defendió a Axel Kicillof frente al recorte de fondos que dispuso Milei. Los detractores de Kikuchi y sus aliados los tildan de “traidores

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