miércoles, 13 de marzo de 2024

LA NO VIDA EN ROSARIO


“No pueden garantizar la integridad física”: aulas cerradas o exponerse al riesgo, el dilema de Rosario ante la amenaza narco
Tras la jornada de hoy, cuando la mayoría de las escuelas no funcionaron, mañana volvería a haber clases; temor en directivos y padres
María Nöllmann
Rosario sin clases en todas las escuelas, públicas y privadas
Uno de los pocos jardines maternales privados que esta mañana decidió abrir sus puertas pese a la situación de violencia narco que azota a Rosario recibe todos los días 100 niños. Hoy asistieron apenas 21, 15 a la mañana y seis a la tarde. “Abrí porque conozco la situación de algunos padres que necesitan salir a trabajar, por ejemplo, los que son gendarmes. Pero la mayoría no trajeron a sus hijos por miedo”, se lamenta la directora, que pide no identificar al establecimiento donde trabaja por temor a represalias. “Nunca pensé que íbamos a llegar a esto: salimos a la calle sin saber si somos los próximos. ¡Le puede tocar a cualquiera!”, suma la mujer, en conversación telefónica  De fondo se escuchan las carcajadas y gritos de un grupo de niños.
Según afirma, no hubo consenso dentro de la Asociación de Jardines Particulares de Rosario y tampoco entre las agrupaciones de colegios privados: mientras una minoría decidió abrir, el resto se sumó a la convocatoria de los gremios docentes, que llamaron a un “cese de actividades por violencia”.
La medida no tiene precedentes en la ciudad en términos de adhesión. Incluso las escuelas privadas sin subvención estatal, que no acostumbran a sumarse a los paros docentes de ningún tipo, permanecieron cerradas hoy, luego de siete días en los que se sucedieron cinco asesinatos de trabajadores en manos de grupos narco. Algunas de estas instituciones decidieron no abrir a última hora.
La mayoría de las escuelas permanecieron hoy cerradas
“Nos avisaron por mail ayer a las 23.40. Nos mandaron un comunicado diciendo que no pueden garantizar la integridad física de la comunidad educativa. A mí me dejó en shock. Se ha instalado una ola de terror”, afirma Carla, madre de una alumna de cuarto grado de uno de los colegios que decidió no abrir las puertas durante esta jornada.
El Ministerio de Educación provincial avaló el cese de las clases en la atípica jornada de hoy, aunque por razones diferentes a las de los grupos sindicales. Voceros de la cartera educativa afirmaronque le otorgaron a las instituciones educativas la posibilidad de no abrir hoy, pero no por el contexto de violencia reinante en la ciudad, sino más bien por cuestiones logísticas. “En ningún momento las clases se cortaron por esta situación de violencia. Hoy, puntualmente, lo que hicimos fue darle la potestad a cada director de poder abrir o no abrir, porque al haber paro de transporte es complicado. Mañana, en teoría se levantaría el paro de transporte y las aulas volverían a abrir”, explicaron.
En tanto, Martín Lucero, secretario general del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop- Rosario), coincidió en que “la medida fue solo por hoy” y las clases se retomarán mañana.
Sin embargo, esto no significa que mañana, en caso de que el paro de UTA se levante, las clases vayan a volver a la normalidad. Según docentes y fuentes de la asociación civil Padres por la Educación, la situación de violencia que se vive en Rosario no parece estar cerca de resolverse y crece el temor dentro de la comunidad educativa.
“Los chicos tienen miedo. Ya vienen con miedo desde el año pasado, cuando hubo casos de ocho escuelas con amenazas, algunas incluso fueron baleadas. Los niños y adolescentes están entre dos disyuntivas: el temor a un atentado y el pánico por el encierro que les provoca revivir dos años de pandemia”, describe Marisa Crespi, representante de Padres Organizados Rosario y madre de dos menores en edad escolar.
La medida no tiene precedentes en la ciudad en términos de adhesión
Cuenta, a la vez, que una de sus hijas tuvo hoy una clase de tan solo 15 minutos debido a que la maestra no había tenido forma de organizar una clase virtual. “La mayoría de las plataformas virtuales están cerradas. No había cómo tener clase. Es solo un día, pero la realidad es que no tenemos claro cómo va a seguir esto”, agrega. Al igual que otros padres consultados, Crespi está preocupada por la situación de inseguridad que se vive en la ciudad, pero también por las pocas clases que están teniendo los alumnos rosarinos desde que comenzó el año lectivo, el pasado 26 de febrero.
“Desde entonces, en los diez días hábiles que siguieron, hubo solo seis días de clases. Hubo cuatro días en que la mayoría de los chicos no tuvieron clases”, afirma una madre que prefirió resguardar su identidad, haciendo referencia a los paros docentes de la última semana, que tuvieron como principal reclamo un aumento salarial.
Según afirman desde el Ministerio de Educación provincial, mañana tendrá lugar la quinta reunión de paritarias docentes, en la que apuntan a llegar finalmente a un acuerdo.
Entre los directivos, destacan la incertidumbre en la que viven actualmente. “Estamos esperando alguna disposición por parte del ministerio. Estamos todos con temor, pero está claro que esto va a ser algo largo. Venimos padeciendo esta problemática desde hace mucho. Muchos papás y chicos dependen de nosotros”, afirma la directora de un jardín maternal que también prefirió resguardar su identidad.

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Recomendaciones de expertos para lidiar con el miedo
Estas situaciones, dicen, exponen la fragilidad de la vida y alimentan la angustia; no encerrarse en uno mismo y los lazos sociales, claves
Alejandro Horvat
¿Cómo continuar con la rutina cuando bandas de narcotraficantes amenazan con matar civiles al azar? Ese desafío, angustiante, es el que enfrentan los rosarinos. Ayer la ciudad amaneció totalmente paralizada y las protestas contra la inseguridad tuvieron lugar en los balcones, no en las calles.
“Hay que tratar de que la vida no pase a ser solo subsistir. Pero entiendo que estas situaciones exponen con crudeza la fragilidad de la vida”, analiza Leonardo Pedemonte, presidente de la Asociación de Psicoanálisis de Rosario (APR).
Señala que “hace años” que la problemática narco forma parte de las charlas dentro y fuera del consultorio, aunque jamás el tema cobró semejante dimensión. Irremediablemente, tal como sucedió durante la pandemia de coronavirus, cuando el mundo exterior resultaba una amenaza, en algún momento todos deberán retomar sus actividades. Pero, ¿cómo sobreponerse al miedo? ¿Qué se les puede decir a los más chicos frente a tanta incertidumbre?
“Es difícil poner en palabras el miedo y la incertidumbre. Nuestro trabajo es tratar de que los pacientes puedan metabolizarlo y empezar a convivir con una situación que es muy incómoda, pero sin paralizarse. Hay que ser precavidos, no hay que negar el peligro, pero tampoco adoptar una postura maníaca o entrar en pánico”, indica Pedemonte.
Sin embargo, no es sencillo no paralizarse frente a la ola de terror. “Estas situaciones nos ponen de manera muy vívida la fragilidad de la vida. En ese sentido, yo no sé cuándo va a pasar eso conmigo, lo que yo puedo hacer es vivir lo mejor que pueda. Cada uno transita estos momentos como puede, y hay que respetarlo. Sí creo que es necesario que exista –y que sintamos que existe– un consenso social para ponerles un freno a estas situaciones y tener una ciudad más habitable para las generaciones que vienen; eso generaría esperanza y buenas expectativas”, opina
Y agrega: “Es importante mantener algunas rutinas. Por ejemplo, en el consultorio tratamos de seguir atendiendo. Hay que acompañar a los que piden ayuda; si yo sigo recibiendo a los pacientes, ese solo hecho ya es importante porque juntos podemos pensar lo que sucede”.
“Lo que siente la población es la amenaza de muerte. Eso crea un clima de angustia. Además, no poder salir da un sentimiento de prisión. Se produce un encierro en la casa e, inconscientemente, en uno mismo. En estas situaciones es cuando es indispensable lo comunitario, la alianza, la necesidad de poder confiar en los otros ciudadanos. Hablar con vecinos y hacer reuniones comunitarias es importante. Por otro lado, la gente necesita respuestas eficientes para sentir que está protegida”, describe el psicoanalista José Abadi.
Respecto de cómo hablar el tema con los chicos, Pedemonte explica: “Esta situación profundizó la sensación de alerta y el miedo de los padres. Lo principal es no mentirles a los chicos, es muy importante poder metabolizar el miedo propio antes de contarles la situación a los niños. De lo contrario, les vamos a transmitir el pánico que nos genera una situación tan amenazante. Primero hay que digerir lo propio y luego encontrar la manera de contarles de qué se trata el problema”.
La APR publicó un comunicado titulado “Manifiesto frente al terror” para alertar sobre la compleja coyuntura. “Los psicoanalistas estamos acostumbrados a trabajar con el dolor, pero esta situación supone enfrentarnos a un escenario ominoso e inefable. Bregamos y trabajamos activamente por la construcción de una comunidad enmarcada en la reparación de los lazos sociales que nos unen con los semejantes y hacen de una ciudad un lugar habitable. Al servicio de la comunidad, en contra del terrorismo cobarde y a la espera activa del compromiso social que esté dispuesto a plantar árboles para que las sombras sean disfrutadas por las generaciones venideras”, dijeron.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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