Encuentros fortuitos y giros inesperados
No son pocas las novelas actuales que presentan personajes solitarios que desertan de su mundo cotidiano para encontrar en el camino aquello que no buscaban y puede cambiarles la vida
Verónica Boix
La historia es conocida: un personaje solitario se aleja de su mundo cotidiano y lleva –todavía no lo sabe, los lectores sí– la semilla de otro futuro. No suele buscar más que salir de una situación que lo tiene mal, a veces desolado, otras apenas perplejo. Inexorablemente, encuentra una relación inesperada en el camino, que es su pasaje a alguna forma de la felicidad. El cine saturó las pantallas con esa estrategia, pero algunos escritores contemporáneos todavía logran, con imaginación y nada de ingenuidad, darle nueva vida a ese giro inesperado.
Aunque todas las señales de la trama digan lo contrario, La reina del baile, de Camila Fabbri (Buenos Aires, 1989), novela finalista del último Premio Herralde, es una historia capaz de refrescar la ilusión sobre el poder de los vínculos. Todo empieza cuando Paulina se despierta, herida y confusa, en un auto volcado en plena avenida. No puede mover las piernas, ni recuerda cómo llegó ahí. Entonces escucha los ladridos de un perro y la voz de una quinceañera que la nombra desde el asiento trasero. A partir de este punto, la narración se divide en dos tiempos: por un lado sigue el presente de la protagonista en esa situación crítica, y por otro, vuelve al pasado para enlazar la cadena de acontecimientos que la llevaron al accidente, desde que se separó de Felipe.
Hay que aclararlo rápido. No se trata de una historia de amor. Fabbri plantea otro tipo de acercamiento: el tejido de relaciones capaces de sostenernos frente a un momento trágico. Es central, en ese sentido, la relación entre Paulina y su perro Gallardo, un animal que la acompaña a lo largo de toda la historia como un compañero capaz de resistir el peso de un corazón roto. Y es tan solo uno de los personajes que la rodean. La protagonista emprende un viaje con su compañera de oficina Maite, una mujer con la que parece no tener nada en común y se deja llevar hasta cruzarse con otros que van a ser centrales en su destino. La rareza de esos personajes lleva a pensar en los protagonistas de Carson McCullers, en especial los vecinos de El corazón es un cazador solitario, entre los que se enlazan las vidas de una pareja de sordomudos, una adolescente marginal y dotada para la música, un médico negro, un idealista alcohólico. Hay una ternura similar para mostrar las ilusiones de personajes desesperados.
En cambio, Alma Freire no está desesperada, sino más bien desorientada luego de haber sufrido un desamor que la impulsa a salir de su rutina en Un instante en la oscuridad, la novela de la española Gemma Urraka (San Sebastián, 1989) que ganó el Premio La Bestia Equilátera. Alma es una escritora de cincuenta años, ya consagrada, que recuerda el mes que vivió aislada en una cabaña perdida en el medio de un bosque junto a otro escritor huraño a quien solo conocía por sus libros. Es un período lleno de sentido para ella; cambia el rumbo de su vida y la vuelve la mujer que es. Una de los aciertos más hermosos de la historia es la capacidad de revelar la fuerza de lo no dicho en la sensorialidad de un lenguaje sutil; otra, el modo de poner en escena la potencia del diálogo auténtico entre dos personas que se encuentran de casualidad, pero se miran de verdad.
Ahora bien, no siempre se sabe de dónde viene un personaje solitario, tampoco por qué se fue. Como ocurre en La nave de los locos, la novela de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), Premio Cervantes, que ahonda en la experiencia del exilio a través de una propuesta más cercana a las vanguardias, entre lo onírico y el absurdo. Una vez más, la excusa es un viaje, Equis deambula por el mundo sin coordenadas; está solo, pero se abre al encuentro con lo distinto, como le ocurre con Gordon, el nostálgico astronauta que anhela volver al paisaje de la luna; o bien con Lucía, una chica que lo impulsa a mirar de otro modo su condición de varón. De múltiples maneras, la narración borra las fronteras y deja a la vista el impacto del acercamiento entre dos personas, más allá de toda cultura, regla social o creencia. Resulta una lectura que empuja a mirar el mundo sin las jaulas de las convenciones.
El mismo impulso surge luego de leer Cuando comenzó el silencio, del escritor norteamericano Jesse Ball (Nueva York, 1978), que también explora las relaciones inesperadas de sus personajes. La novela encarna un juego fascinante entre realidad y ficción: cuando la esposa deja de hablarle el narrador –llamado Jesse Ball, como el autor– se obsesiona y empieza una investigación sobre el caso de Oda Sosatsu, un hombre japonés que también dejó de hablar, solo que lo hizo luego de haber firmado la confesión de un crimen que no había cometido. La historia está hecha de testimonios, informes policiales, fotografías que generan el artificio de provenir del mundo real, en un juego de pliegues que esconde una trama mucho más grande que el mero caso policial. Es una historia en la que algunos encuentros fortuitos entre desconocidos determinan el curso de una vida.
Son novelas que, sin candidez, engendran una visión optimista, más conmovedora porque el punto de partida de muchas de ellas es un fracaso. De hecho, ocurre en La reina del baile, que además, elige lo áspero para mostrar la fragilidad del mundo emocional de la protagonista. Con frases tajantes, llenas de acidez Fabbri habla del desamor, de la amistad, del deseo de maternar y también del desconcierto de una generación en la mediana edad que no tiene un horizonte de proyección predeterminado, pero procura inventarlo en el propio proceso de vivir.
Íntimas o marcadas por la crítica social, estas novelas resultan una especie de resistencia frente a la demanda del presente, que exige la felicidad como si fuera algo voluntario. No la niegan, claro, apenas habilitan que personajes algo frustrados o tan solo desencantados encuentren en el azar algo que no buscaban, y sin embargo los salva.
La reina del baile
Camila Fabbri
Anagrama
176 páginas
$ 18.600
Un instante en la oscuridad
Por Gemma Urraka
La Bestia Equilátera
204 págs./ $ 14.300
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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