El BCRA no deja de comprar reservas y los dólares libres desafían el piso de los $1000
La entidad se hizo ayer de US$84 millones y sumó más de US$9000 millones por esta vía desde que asumió Milei; el blue cayó otro 0,5% y los financieros, hasta 2,3%
Javier BlancoEl blue cerró en $1010, lejos del récord nominal de $1255 alcanzado en enero
La presión bajista que enfrentan los precios de los dólares libres, solo interrumpida el viernes en la previa del discurso presidencial ante la Asamblea Legislativa y por la ola de rumores que se desató, se mantuvo ayer, lo que dejó sus cotizaciones a un paso de perforar la barrera de los $1000, algo difícil de imaginar algunos meses atrás.
Tanto el dólar paralelo o blue como los financieros, que incluyen el tránsito fugaz por acciones o bonos para llegar a ellos, volvieron a mostrarse ofrecidos y con retrocesos en sus precios que van del 0,5% al 2,3%, lo que los acerca a quebrar el piso de los $1000.
El más cercano a perforar esa barrera es el dólar para operaciones informales, en el marco de una manifiesta contracción monetaria y de una fuerte caída de ingresos por parte de la población asalariada, que se ofreció a la venta a $1010, es decir, a $5 menos que el valor de cierre de anteayer y por el que se paga para la compra a $980.
Alcanzó así su valor nominal más bajo en más de dos meses desde los $996 a los que se operaba el día posterior a la última Navidad. Y si se lo mide en términos reales, es el valor más accesible en unos cuatro años. Así, además, se distancia cada vez más del récord histórico nominal de $1255 que alcanzó en la tercera semana de enero.
En igual sintonía se mueven el dólar MEP (operado entre locales) y el dólar contado con liquidación (CCL), usado tanto para sacar como para ingresar divisas en el país.
En el primer caso, cerró para la venta a un promedio de $1016,08 y el segundo fue ofrecido a $1041,8 (aunque llegó a tocar los $1039), lo que hace que la brecha cambiaria vuelva a un rango que va del 21 al 23%, muy próxima a la alcanzada tras la primera semana de la administración Milei, una vez dispuesta la devaluación del 54% del peso.
El telón de fondo para el mercado es la calma que deriva de las sostenidas compras de reservas que realiza el Banco Central (BCRA).
La entidad, que ayer sorpresivamente aceleró el ritmo de ajuste al alza del dólar mayorista oficial dejándolo subir $1 por primera vez al cabo de una jornada hábil común en tiempos de Milei (de $844 a $845 para la venta), captó otros US$84 millones mediante sus intervenciones, lo que eleva el total de compras en lo que va del mes hasta los US$455 millones y el acumulado desde el cambio de Gobierno hasta los US$9019 millones.
Ese ingreso empujó a su vez un aumento en las reservas totales o brutas de US$112 millones y las hizo cerrar en US$27.751 millones, según el dato preliminar, el mayor nivel en la actual administración y desde el 13 de septiembre último.
“Lo que sucede con los precios libres del dólar se podría decir que es natural en la medida del cambio de expectativas que hubo y de lo neutralizada que sigue parte de la demanda entre la maraña de regulaciones que puso el Gobierno anterior y que, en varios casos, aún no se han removido”, dice el analista Nicolás Chiesa, exdirector de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
“Esto se da también en parte porque tanto la gente como las empresas estaban dolarizadas y hoy a varios les faltan pesos. Entonces, a pesar de que la tasa de interés pierde y mucho contra la inflación, también es mucho lo que te perdés si te quedas con los dólares”, concluye.
Para Juan José Vázquez, de Cohen Aliados Financieros, que estos dólares “estén desafiando el límite de los $1000 lo que muestra es un fortalecimiento del peso”. Ahora ¿cómo se entiende frente a un peso que pierde cada vez más poder de compra?: “Porque una plaza que se había acostumbrado a la abundancia de pesos pasó ahora a percibirlos como escasos”, describe.
“Hay varios factores jugando en esta fortaleza del peso: las colocaciones de bonos del Tesoro y en especial las del Bopreal, que secaron de pesos la plaza en el primer bimestre: el aumento de base monetaria en los últimos meses fue superior al aumento de demanda de pesos por el impacto de la inflación en los saldos monetarios de privados. Si a eso le sumás que los privados fueron muy dolarizados a la elección y que la oferta importante de cable por el 20/80 de liquidación de exportaciones presiona a la baja al CCL y le agregás la expectativa que genera el próximo ingreso de la cosecha gruesa, ahí entendés por qué algunos suman dólares a la oferta: temen luego tener que venderlos más abajo”, explica finalmente.
Los analistas creen que las cotizaciones de los dólares libres pueden caeralgomásaunqueseencuentran cerca de un punto de posible rebote o equilibrio, algo que se develaría en las próximas semanas. Incluso no se descarta que la tasa de aumento del 0,12% que le aplicó ayer el BCRA al cambio oficial tenga que ver con una intención de que esa distancia se acorte más.
“Si se toma el dólar de referencia, que incluso cerró a $845,25, el ajuste del día equivale a un aumento mensualizado del 3,6%”, observó el economista Salvador Vitelli, de Romano Group, aunque juzga prematuro sacar conclusiones por el movimiento de un día. “Hay que esperar los días siguientes para confirmar cambio de tendencia”, sugiere.
En este contexto, la Bolsa porteña siguió ajustando (su índice líder cayó 5,2% medido en pesos y 3,2% medido en dólares), con lo que acumula un retroceso del 23% en el último mes, afectada también en parte por la caída de los dólares financieros. Además hubo tomas de ganancias en los bonos de la deuda, lo que recolocó el riesgo país por encima de los 1600 puntos: cerró en 1617, 27 unidades por encima del mínimo de 1590 marcado ayer.
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Caputo viaja a Punta Cana y participará en la reunión anual del BID
El ministro de Economía va con su equipo; comenzará hoy
La presión bajista que enfrentan los precios de los dólares libres, solo interrumpida el viernes en la previa del discurso presidencial ante la Asamblea Legislativa y por la ola de rumores que se desató, se mantuvo ayer, lo que dejó sus cotizaciones a un paso de perforar la barrera de los $1000, algo difícil de imaginar algunos meses atrás.
Tanto el dólar paralelo o blue como los financieros, que incluyen el tránsito fugaz por acciones o bonos para llegar a ellos, volvieron a mostrarse ofrecidos y con retrocesos en sus precios que van del 0,5% al 2,3%, lo que los acerca a quebrar el piso de los $1000.
El más cercano a perforar esa barrera es el dólar para operaciones informales, en el marco de una manifiesta contracción monetaria y de una fuerte caída de ingresos por parte de la población asalariada, que se ofreció a la venta a $1010, es decir, a $5 menos que el valor de cierre de anteayer y por el que se paga para la compra a $980.
Alcanzó así su valor nominal más bajo en más de dos meses desde los $996 a los que se operaba el día posterior a la última Navidad. Y si se lo mide en términos reales, es el valor más accesible en unos cuatro años. Así, además, se distancia cada vez más del récord histórico nominal de $1255 que alcanzó en la tercera semana de enero.
En igual sintonía se mueven el dólar MEP (operado entre locales) y el dólar contado con liquidación (CCL), usado tanto para sacar como para ingresar divisas en el país.
En el primer caso, cerró para la venta a un promedio de $1016,08 y el segundo fue ofrecido a $1041,8 (aunque llegó a tocar los $1039), lo que hace que la brecha cambiaria vuelva a un rango que va del 21 al 23%, muy próxima a la alcanzada tras la primera semana de la administración Milei, una vez dispuesta la devaluación del 54% del peso.
El telón de fondo para el mercado es la calma que deriva de las sostenidas compras de reservas que realiza el Banco Central (BCRA).
La entidad, que ayer sorpresivamente aceleró el ritmo de ajuste al alza del dólar mayorista oficial dejándolo subir $1 por primera vez al cabo de una jornada hábil común en tiempos de Milei (de $844 a $845 para la venta), captó otros US$84 millones mediante sus intervenciones, lo que eleva el total de compras en lo que va del mes hasta los US$455 millones y el acumulado desde el cambio de Gobierno hasta los US$9019 millones.
Ese ingreso empujó a su vez un aumento en las reservas totales o brutas de US$112 millones y las hizo cerrar en US$27.751 millones, según el dato preliminar, el mayor nivel en la actual administración y desde el 13 de septiembre último.
“Lo que sucede con los precios libres del dólar se podría decir que es natural en la medida del cambio de expectativas que hubo y de lo neutralizada que sigue parte de la demanda entre la maraña de regulaciones que puso el Gobierno anterior y que, en varios casos, aún no se han removido”, dice el analista Nicolás Chiesa, exdirector de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
“Esto se da también en parte porque tanto la gente como las empresas estaban dolarizadas y hoy a varios les faltan pesos. Entonces, a pesar de que la tasa de interés pierde y mucho contra la inflación, también es mucho lo que te perdés si te quedas con los dólares”, concluye.
Para Juan José Vázquez, de Cohen Aliados Financieros, que estos dólares “estén desafiando el límite de los $1000 lo que muestra es un fortalecimiento del peso”. Ahora ¿cómo se entiende frente a un peso que pierde cada vez más poder de compra?: “Porque una plaza que se había acostumbrado a la abundancia de pesos pasó ahora a percibirlos como escasos”, describe.
“Hay varios factores jugando en esta fortaleza del peso: las colocaciones de bonos del Tesoro y en especial las del Bopreal, que secaron de pesos la plaza en el primer bimestre: el aumento de base monetaria en los últimos meses fue superior al aumento de demanda de pesos por el impacto de la inflación en los saldos monetarios de privados. Si a eso le sumás que los privados fueron muy dolarizados a la elección y que la oferta importante de cable por el 20/80 de liquidación de exportaciones presiona a la baja al CCL y le agregás la expectativa que genera el próximo ingreso de la cosecha gruesa, ahí entendés por qué algunos suman dólares a la oferta: temen luego tener que venderlos más abajo”, explica finalmente.
Los analistas creen que las cotizaciones de los dólares libres pueden caeralgomásaunqueseencuentran cerca de un punto de posible rebote o equilibrio, algo que se develaría en las próximas semanas. Incluso no se descarta que la tasa de aumento del 0,12% que le aplicó ayer el BCRA al cambio oficial tenga que ver con una intención de que esa distancia se acorte más.
“Si se toma el dólar de referencia, que incluso cerró a $845,25, el ajuste del día equivale a un aumento mensualizado del 3,6%”, observó el economista Salvador Vitelli, de Romano Group, aunque juzga prematuro sacar conclusiones por el movimiento de un día. “Hay que esperar los días siguientes para confirmar cambio de tendencia”, sugiere.
En este contexto, la Bolsa porteña siguió ajustando (su índice líder cayó 5,2% medido en pesos y 3,2% medido en dólares), con lo que acumula un retroceso del 23% en el último mes, afectada también en parte por la caída de los dólares financieros. Además hubo tomas de ganancias en los bonos de la deuda, lo que recolocó el riesgo país por encima de los 1600 puntos: cerró en 1617, 27 unidades por encima del mínimo de 1590 marcado ayer.
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Caputo viaja a Punta Cana y participará en la reunión anual del BID
El ministro de Economía va con su equipo; comenzará hoy
Melisa Reinhold
PUNTA CANA.– Esta ciudad empieza a llenarse de funcionarios, empresarios y académicos que se reúnen para la sexagésima cuarta Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se llevará adelante desde hoy y hasta el 10 de marzo próximo. En representación de la Argentina, hoy llegará el ministro de Economía, Luis Caputo, quien viajará con parte de su equipo.
Desde el Ministerio de Economía aseguran que en estas instancias no se aprobará nuevo financiamiento. La participación está prevista en calidad de accionista del organismo. Será la segunda vez en menos de una semana en que Caputo coincida con Ilan Goldfajn, presidente del BID, luego de que ambos participaran de la cumbre del G-20, en San Pablo.
Durante cinco días, las autoridades discutirán las maneras en las que el Grupo BID, como la principal fuente de financiamiento de América Latina y el Caribe, podría aumentar su apoyo en la región. El foco estará puesto en las crecientes demandas sociales, un espacio fiscal restringido para satisfacer esas demandas y la necesidad de aumentar la financiación para la transición a economías verdes. En ese sentido, actualmente la Argentina tiene una cartera de préstamos activa con el BID por US$12.207 millones.
El dinero se inyectó para llevar adelante 13 obras de agua y saneamiento, 12 de transporte, 10 de reforma y modernización del Estado, siete de desarrollo y vivienda urbanos, seis de mercados financieros, seis de inversiones sociales, cuatro de agricultura y desarrollo social, tres de turismo sostenible, tres de empresas privadas y desarrollo pyme, tres de ciencia y tecnología, otros tres de comercio, tres de salud, uno de medio ambiente y desastres naturales, otro de educación y una última en energía.
A enero de 2024, el país tenía una deuda bruta por US$16.459 millones con el BID. Es el segundo compromiso más grande que tiene la Argentina con un organismo multilateral, solo por detrás del FMI, por US$43.157 millones.
La Argentina está representada en el directorio ejecutivo por una silla que comparte con Haití y cuenta con un 11,35% de los votos. Es dirigida por el argentino Miguel Braun, exsecretario de Política Económica y de Comercio en la presidencia de Mauricio Macri.
PUNTA CANA.– Esta ciudad empieza a llenarse de funcionarios, empresarios y académicos que se reúnen para la sexagésima cuarta Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se llevará adelante desde hoy y hasta el 10 de marzo próximo. En representación de la Argentina, hoy llegará el ministro de Economía, Luis Caputo, quien viajará con parte de su equipo.
Desde el Ministerio de Economía aseguran que en estas instancias no se aprobará nuevo financiamiento. La participación está prevista en calidad de accionista del organismo. Será la segunda vez en menos de una semana en que Caputo coincida con Ilan Goldfajn, presidente del BID, luego de que ambos participaran de la cumbre del G-20, en San Pablo.
Durante cinco días, las autoridades discutirán las maneras en las que el Grupo BID, como la principal fuente de financiamiento de América Latina y el Caribe, podría aumentar su apoyo en la región. El foco estará puesto en las crecientes demandas sociales, un espacio fiscal restringido para satisfacer esas demandas y la necesidad de aumentar la financiación para la transición a economías verdes. En ese sentido, actualmente la Argentina tiene una cartera de préstamos activa con el BID por US$12.207 millones.
El dinero se inyectó para llevar adelante 13 obras de agua y saneamiento, 12 de transporte, 10 de reforma y modernización del Estado, siete de desarrollo y vivienda urbanos, seis de mercados financieros, seis de inversiones sociales, cuatro de agricultura y desarrollo social, tres de turismo sostenible, tres de empresas privadas y desarrollo pyme, tres de ciencia y tecnología, otros tres de comercio, tres de salud, uno de medio ambiente y desastres naturales, otro de educación y una última en energía.
A enero de 2024, el país tenía una deuda bruta por US$16.459 millones con el BID. Es el segundo compromiso más grande que tiene la Argentina con un organismo multilateral, solo por detrás del FMI, por US$43.157 millones.
La Argentina está representada en el directorio ejecutivo por una silla que comparte con Haití y cuenta con un 11,35% de los votos. Es dirigida por el argentino Miguel Braun, exsecretario de Política Económica y de Comercio en la presidencia de Mauricio Macri.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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